sábado, 24 de abril de 2010

Enterrar a los muertos




El escaso desarrollo de la Ley de Memoria Histórica y el procesamiento contra el juez Garzón dividen a la sociedad española.
Pero no hay que dejarse confundir por ideas sectarias y maniqueas
JOAQUÍN LEGUINA 24/04/2010 .- Tribuna, El País, 24 de abril de 2010.
Todo ser humano -héroe o villano, decente o criminal- tiene derecho al duelo por parte de aquellos que lo amaron en vida. Y ese duelo exige la presencia del cadáver con el fin de poder enterrar dignamente los restos del difunto.
Ha quedado bien claro que en los dos bandos se practicó una enfurecida 'limpieza étnica'.
Habría que ampliar el mutuo perdón y hacer que todos los muertos sean también de todos
Esa demanda, la del duelo, se transmite de padres a hijos. Así se constata en el caso de las fosas dejadas en campos y cunetas por la represión franquista. Han sido los nietos de los muertos quienes han reclamado -y reclaman- un entierro decente para sus abuelos. Este era -a mi juicio- el principal objetivo de la Ley de Memoria Histórica. Pero ¿qué ha hecho el Gobierno para cumplir esta ley desde que se aprobó? Si hemos de atender a lo que dicen los parientes de los muertos, el Gobierno ha hecho muy poco. Quizá por eso algunos deudos fueron a llamar a la puerta de Baltasar Garzón, quien, creyéndose competente para el caso, acabó por meterse en un lío de incierto destino.
Mas, sea como sea, este barullo judicial ha servido para colar algunos mensajes de muy dudosa calidad.

Mensaje nº 1: La Ley de Amnistía -como toda la Transición- fue hecha bajo presión, debido al miedo que producía el ruido de sables. Más que amnistía fue amnesia lo que se impuso.
Esto es falso y además encierra una calumnia contra quienes se pusieron de acuerdo en traer la democracia a España y para ello prepararon una Constitución consensuada.
No fueron cobardes, sino generosos.
El proceso necesitaba de la previa reconciliación, por eso -y sólo para eso- se votó la Ley de Amnistía, cuya vigencia se pretende ahora negar echando mano de las normas del Derecho Penal internacional que declaran imprescriptibles los crímenes contra la Humanidad.
Normas éstas que, según los especialistas consultados, no invalidan en nada la Ley de Amnistía de 1977.
En efecto, el único texto vinculante en materia de crímenes contra la Humanidad está en el convenio que se elaboró y aprobó en el seno de la Asamblea General de Naciones Unidas (Resolución 2391 -XXIII- de 26 de noviembre de 1968), que no contiene codificación alguna de normas de Derecho Internacional.
Es un tratado-ley que sólo obliga a los Estados ratificantes, que han sido apenas una cincuentena, entre los que no está España ni Estados Unidos ni países importantes de la Unión Europea.
Por lo tanto, la ley española de amnistía no se opuso a ninguna otra norma de origen internacional que la contradijese.
Por otro lado, el tratado por el que se instituyó el Estatuto de la Corte Penal Internacional establece en su artículo 11 que esa Corte sólo tendrá competencia respecto de crímenes cometidos después de su entrada en vigor, lo cual deja fuera los crímenes del franquismo y también, por cierto, aquellos que pudieran haber cometido -permitido- las autoridades republicanas.
En cualquier caso, ha quedado bien claro que en los dos bandos se practicó una enfurecida "limpieza étnica".
Y aquí llega el segundo mensaje perverso:

Mensaje nº 2: Los asesinados en la retaguardia republicana ya fueron "honrados" y sus victimarios perseguidos por el franquismo. Los únicos que ahora deben ser "honrados" -y sus asesinos juzgados- son los represaliados por el franquismo.Lo que se consigue con un mensaje tan sectario es perpetuar la división.
Precisamente todo lo contrario de lo que una persona bien nacida debiera desear.
En efecto, lo que se debiera hacer es precisamente lo contrario, es decir, ampliar el mutuo perdón y hacer que todos los muertos -todos- sean también de todos.
Que quienes cayeron bajo la represión en la retaguardia republicana no por cometer algún delito sino por ser (ser cura, ser militar, ser noble, ser rico, ser de derechas...) sean reivindicados por las gentes de la izquierda, y los asesinados por los franquistas sin haber cometido delito alguno, simplemente, ellos también, por ser (ser sindicalista, ser republicano, ser socialista, ser comunista...) deben ser reivindicados por las gentes de la derecha. ¿Con qué fin? Simplemente, para poder decir todos juntos: ¡Nunca más!

Mensaje nº 3: Todos los represaliados por el franquismo son héroes de la democracia y de la libertad.
Los ganadores de la guerra civil sostuvieron durante los años de la dictadura que "sus" muertos (1936-1939) en el frente o bajo la represión en los territorios fieles al Gobierno republicano eran "mártires de la Cruzada", afirmación que está tan lejos de la verdad como cerca de la propaganda.
Ahora, con parecido entusiasmo, se pretende que todos los enemigos del franquismo que fueron represaliados durante aquella interminable dictadura fueron "héroes de la Democracia".
Esta es, también, una afirmación sectaria, y por eso debe ser negada. Lo haré a continuación, a sabiendas del riesgo que corro con ello.
Vivir durante la guerra en la retaguardia republicana -nadie que se haya ocupado de ese asunto lo negará- representó para mucha gente un auténtico infierno de persecución y de muerte.
Bastaría la lectura de la gran novela de Juan Iturralde, Días de llamas, para ilustrarlo.
Y esa novela me lleva a un personaje -ligado a la UGT y al PSOE- que resultó ser un individuo siniestro: Agapito García Atadell, quien se hizo famoso en Madrid al inicio de la guerra civil como jefe de una de las Brigadas del Amanecer que operaban en la capital (también los de la FAI fueron maestros en "represión revolucionaria" y montaron, por ejemplo, una checa en el Cine Europa de la calle Bravo Murillo desde donde salían a dar paseos nocturnos y a llenar de cadáveres la Dehesa de la Villa).
Estas pandillas -muy contentas de exhibirse armadas por la retaguardia y de no pisar el frente- aparecían de madrugada en los domicilios de la gente "de derechas" para dar el paseo a sus moradores y, de paso, "requisar" en su propio beneficio los bienes que encontraban en los registros de aquella casas.
Según se cuenta, Indalecio Prieto -que era ministro de la Guerra- dio la orden de detener al "compañero" García Atadell y a su cuadrilla, pero, quizá alertado, Atadell arrambló con todo lo que pudo y se fue a Marsella, desde donde tomó un barco con destino a Buenos Aires.
Pero el buque hizo escala en Canarias y los franquistas (quizá avisados desde la zona republicana) lo sacaron del navío y lo tomaron preso.
Sabemos a través de Koestler (autor de El cero y el infinito), entonces encarcelado por los franquistas en Sevilla, que García Atadell estuvo en aquella cárcel y allí le dieron garrote. Probablemente, sus restos reposen en alguna fosa común de algún cementerio sevillano y ahora podrían ser exhumados... ¿Con honores?
¿Por qué no aceptamos la verdad de una puñetera vez? La inmensa mayoría de la derecha española renegó de la democracia durante la República y, desde luego, durante la guerra... Pero es que la izquierda, en gran parte, hizo lo mismo, tomando la deriva "revolucionaria". En cualquier caso, una guerra civil no es el mejor momento para la defensa de los derechos civiles ni para la discusión civilizada... "Es la hora de los hornos y no se ha de ver sino su luz", ¿recuerdan?
En fin, que entre tanto ruido se ha impuesto, al fin, una consigna según la cual "el PP se niega a reconocer la sangrante realidad de las fosas" (sic). Se llega así al último mensaje. Éste ya en clave electoral.

Mensaje nº 4: La derecha española es heredera y añorante del franquismo.
¿O sea, que casi la mitad de los votantes españoles prefieren el franquismo? No sé si los ideólogos que sostienen tal mensaje y tal barbaridad, son conscientes del disparate que perpetran con este tipo de propaganda sectaria.
Mas debo decir, para concluir, que somos muchos los que -hartos de simplificaciones- nos negamos a que la izquierda se reduzca a ser la mera expresión de una aversión, la aversión a una derecha a la que visten de maniqueo sin ningún rigor intelectual.
Joaquín Leguina es economista.

jueves, 22 de abril de 2010

Texto de la Ley de Amnistía, 1977


De conformidad con la Ley aprobada por las Cortes, vengo en sancionar:

Artículo Primero.

I. Quedan amnistiados:
Todos los actos de intencionalidad política, cualquiera que fuese su resultado, tipificados como delitos y faltas realizados con anterioridad al día 15 de diciembre de 1976.
Todos los actos de la misma naturaleza realizados entre el 15 de diciembre de 1976 y el 15 de junio de 1977, cuando en la intencionalidad política se aprecie además un móvil de restablecimiento de las libertades públicas o de reivindicación de autonomías de los pueblos de España.
Todos los actos de idéntica naturaleza e intencionalidad a los contemplados en el párrafo anterior realizados hasta el 6 de octubre de 1977, siempre que no hayan supuesto violencia grave contra la vida o la integridad de las personas.

II. A los meros efectos de subsunción en cada uno de los párrafos del apartado anterior, se entenderá por momento de realización del acto aquel en que se inició la actividad criminal.
La amnistía también comprenderá los delitos y faltas conexos con los del apartado anterior.

Artículo Segundo.
En todo caso están comprendidos en la amnistía:
Los delitos de rebelión y sedición, así como los delitos y faltas cometidos con ocasión o motivo de ello, tipificados en el Código de Justicia Militar.
La objeción de conciencia a la prestación del servicio militar, por motivos éticos o religiosos.
Los delitos de denegación de auxilio a la justicia por la negativa a revelar hechos de naturaleza política, conocidos en el ejercicio profesional.
Los actos de expresión de opinión, realizados a través de prensa, imprenta o cualquier otro medio de comunicación.
Los delitos y faltas que pudieran haber cometido las autoridades, funcionarios y agentes del orden público, con motivo u ocasión de la investigación y persecución de los actos incluidos en esta Ley.
Los delitos cometidos por los funcionarios y agentes del orden público contra el ejercicio de los derechos de las personas.
Artículo Tercero.
Los beneficios de esta Ley se extienden a los quebrantamientos de condenas impuestas por delitos amnistiados, a los de extrañamiento acordados por conmutación de otras penas y al incumplimiento de condiciones establecidas en indultos particulares.

Artículo Cuarto.
Quedan también amnistiadas las faltas disciplinarias judiciales e infracciones administrativas o gubernativas realizadas con intencionalidad política, con la sola exclusión de la tributarias.

Artículo Quinto.
Están comprendidas en esta Ley las infracciones de naturaleza laboral y sindical consistentes en actos que supongan el ejercicio de derechos reconocidos a los trabajadores en normas y convenios internacionales vigentes en la actualidad.
La amnistía determinará en general la extinción de la responsabilidad criminal derivada de las penas impuestas o que se pudieran imponer con carácter principal o accesorio.
Respecto del personal militar al que se le hubiere impuesto, o pudiera imponérsele como consecuencia de causas pendientes, la pena accesoria de separación del servicio o pérdida de empleo, la amnistía determinará la extinción de las penas principales y el reconocimiento, en las condiciones mas beneficiosas, de los derechos pasivos que les correspondan en su situación.

Artículo Séptimo.
Los efectos y beneficios de la amnistía a que se refieren los cuatro primeros artículos serán en cada caso los siguientes:
La reintegración en la plenitud de sus derechos activos y pasivos de los funcionarios civiles sancionados, así como la reincorporación de los mismos a sus respectivos cuerpos, si hubiesen sido separados. Los funcionarios repuestos no tendrán derecho al percibo de haberes por el tiempo en que no hubieren prestado servicios efectivos, pero se les reconocerá la antigüedad que les corresponda como si no hubiera habido interrupción en la prestación de los servicios.
El reconocimiento a los herederos de las fallecidos del derecho a percibir las prestaciones debidas.
La eliminación de los antecedentes penales y notas desfavorables en expedientes personales, aun cuando el sancionado hubiese fallecido.
La percepción de haber pasivo que corresponda, en el caso de los militares profesionales, con arreglo al empleo que tuvieren en la fecha del acto amnistiado.
La percepción del haber pasivo que corresponda a los miembros de las fuerzas de orden público, incluso los que hubiesen pertenecido a cuerpos extinguidos.

Artículo Octavo.
La amnistía deja sin efecto las resoluciones judiciales y actos administrativos o gubernativos que hayan producido despidos, sanciones, limitaciones o suspensiones de los derechos activos o pasivos de los trabajadores por cuenta ajena, derivados de los hechos contemplados en los articulos primero y quinto de la presente Ley, restituyendo a los afectados todos los derechos que tendrían en el momento de aplicación de la misma de no haberse producido aquellas medidas, incluidas las cotizaciones de la seguridad social y mutualismo laboral que, como situación de asimiladas al alta, serán de cargo del Estado.

Artículo Noveno.
La aplicación de la amnistía, en cada caso, corresponderá con exclusividad a los jueces, Tribunales y autoridades judiciales correspondientes, quienes adoptarán, de acuerdo con las leyes procesales en vigor y con carácter de urgencia, las decisiones pertinentes en cumplimiento de esta Ley, cualquiera que sea el estado de tramitación del proceso y la jurisdicción de que se trate.
La decisión se adoptará en el plazo máximo de tres meses, sin perjuicio de los ulteriores recursos, que no tendrán efectos suspensivos.
La amnistía se aplicará de oficio o a instancia de parte con audiencia, en todo caso, del Ministerio fiscal. La acción para solicitarla será pública.

Artículo Diez.
La autoridad judicial competente ordenará la inmediata libertad de los beneficiados por la amnistía que se hallaren en prisión y dejará sin efecto las ordenes de busca y captura de los que estuviesen declarados en rebeldía.

Artículo Once.
No obstante lo dispuesto en el artículo noveno, la administración aplicará la amnistía de oficio en los procedimientos administrativos en tramitación y a instancia de parte, en cualquier caso.

Artículo Doce.
La presente Ley entrará en vigor el mismo día de su publicación en el Boletín Oficial del Estado.

Dada en Madrid a 15 de octubre de 1977.
- Juan Carlos R. -

El Presidente de las Cortes,Antonio Hernández Gil.

Memoria Histórica


La foto de portada del diario Público fue tomada el 14 de octubre de 1977.

Aquel día comenzó un pleno para tratar la Ley de Amnistía, que se votó y aprobó el proyecto al día siguiente con la abstención de Alianza Popular.
Algunos hechos de aquellos días: Una semana antes de la aprobación de la Ley, el 8 de octubre, era asesinado por ETA el presidente de la Diputación General de Vizcaya, Augusto Unceta, y los guardias civiles de su escolta. Esto debió de pesar en el ánimo de los legisladores, al establecer como fecha límite para beneficiarse de la Ley el 6 de octubre, dos días antes del asesinato, los efectos fueron los mismos, porque un efecto colateral de la Ley de Aminstía fue que el asesinato de Unceta y sus escoltas no fue esclarecido policialmente. Sus autores no fueron detenidos; ni siquiera identificados.
Aquel mismo día, 8 de octubre, se cumplían diez años de la captura del Ché Guevara en Bolivia y de su asesinato en la escuela de La Higuera.
Diez días más tarde, tres después de la aprobación de la Ley en el Congreso, el Club Siglo XXI tuvo un acto muy significativo. El presidente de Alianza Popular, Manuel Fraga Iribarne, presentó una conferencia de Santiago Carrillo Solares, secretario general del Partido Comunista. Fue un acto simbólico de gran importancia, protagonizado por dos hombres que tuvieron un papel estelar en la Transición: Fraga, al encarrilar a la derecha franquista por la vereda constitucional y Carrillo, al hacer lo propio con la izquierda.
"El conferenciante que les voy a presentar", dijo Fraga, "es un comunista de tomo y lomo".
Tres días después de la aprobación de la Ley, las dos Españas se habían amnistiado mutuamente. Fraga perdonó a Carrillo lo de Paracuellos y Carrillo a Fraga haber estado en el Consejo de Ministros en el que se firmó el enterado de la pena de muerte contra Julián Grimau.
El día de la foto subió a la tribuna del Congreso Marcelino Camacho, que defendió en un discurso apasionado la amnistía como una bandera que había alzado en solitario el Partido Comunista desde el mes de junio de 1956, en el que el Comité Central aprobó la Política de Reconciliación Nacional propugnada por Carrillo.
Aquel año, los artistas plásticos del PCE recorrían España con una exposición colectiva sobre la amnistía. Recordarán el cuadro de Genovés de los abrazos.
El día 27 de aquel mes de octubre se firmaron los pactos de La Moncloa. En fin, hechos que los comunistas de hoy han olvidado, precisamente en nombre de la Memoria.Con el fin de recordarles los hechos, vuelvo a colgar la intervención parlamentaria de Marcelino Camacho, recogida del Diario de Sesiones del congreso de los Diputados:
Pleno del Congreso de los Diputados. 14 de octubre de 1977. Debate de la Ley de Amnistía. Intervención del diputado comunista Marcelino Camacho Abad*:
El señor CAMACHO ABAD: Señor Presidente, señoras y señores Diputados, me cabe el honor y el deber de explicar, en nombre de la Minoría Comunista del Partido Comunista de España y del Partido Socialista Unificado de Cataluña, en esta sesión, que debe ser histórica para nuestro país, en honor de explicar, repito, nuestro voto.
Quiero señalar que la primera propuesta presentadaenesta Cámara ha sido precisamente hecha por la Minoría Parlamentaria del Partido Comunista y del P. S.U. C. el 14 de julio y orientada precisamente a esta amnistía. Y no fue un fenómeno de la casualidad, señoras y señores Diputados, es el resultado de una política coherente yconsecuente que comienza con la política de reconciliación nacional de nuestro Partido, ya en 1956.
Nosotros considerábamos que la pieza capital de esta política de reconciliación nacional tenía que ser la amnistía. ¿Cómo podríamos reconciliarnos los que nos habíamos estado matando los 'unos a los otros, sinoborrábamos ese pasado de una vez para siempre?
Para nosotros, tanto como reparación de injusticias cometidas a lo largo de estos cuarenta años de dictadura, la amnistía es una política nacional y democrática, ala única consecuente que puede cerrar ese pasado de guerras civiles y de cruzadas. Queremos abrir la vía a la paz y a la libertad. Queremos cerrar una etapa; queremos abrir otra. Nosotros, precisamente, los comunistas, que tantas heridas tenemos, que tanto hemos sufrido, hemos enterrado nuestros muertos y nuestros rencores. Nosotros estamos resueltos a marchar hacia adelante en esa vía de la libertad, en esa vía de la paz y del progreso.
Hay que decir que durante largos años sólo los comunistas nos batíamos por la amnistía. Hay que decir, y yo lo recuerdo, que en las reuniones de la Junta Democrática y de la Plataforma de Convergencia, sobre todo en las primeras, se borraba la palabra "amnistía" ; se buscaba otra palabra porque aquella expresaba de alguna manera -se decía- algo que los comunistas habíamos hecho, algo que se identificaba en cierta medida con los comunistas.
Yo recuerdo que en las cárceles por las que he pasado, cuando discutíamos con algunos grupos que allí había de otros compañeros de otras tendencias -que después alguna vez la han reclamado a tiros- estaban también en contra de la palabra «amnistía».
Recuerdo también un compañero que ha pasado más de veinte años en la cárcel : Horacio Femández Inguanzo, a cuyo expediente se le llamó “e1 expediente de la reconciliación”, yque fue condenado a veinte años en 1956. Cuando monseñor Oliver, Obispo auxiliar de Madrid, nos visitaba en 1972 en Carabanchel, y le hablaba del año de reconciliación que abría la Iglesia, Horacio le decía: “Si quiere ser consecuente la Iglesia con la reconciliación, debe pedir también en este año la amnistía, ya que lo uno sin lo otro es imposible”. Y le explicaba que él había sido condenado a veinte añoscomodirigente del Partido Comunista de Asturias, precisamente por la amnistía, y que su expediente se llamó “el expediente de la reconciliación”.
Hoy podríamos citar más compañeros aquí: Simón Sánchez Montero y tantos otros, que hemos
pasado por trances parecidos, pero hoy no queremos recordar ese pasado ; hemos enterrado, como decía, nuestros muertos y nuestros rencores, y por eso, hoy, más que hablar de esepasado, queremos decir que la minoría comunista se congratula del consenso de los Grupos Mixto, Vasco-Catalán y Socialista, y hubiéramos deseado también que éste fuera un acto de unanimidad nacional.
Todavía yo pediría a los señores de Alianza Popular que reconsideren este problema. Nosotros afirmamos desde esta tribuna que ésta es la amnistía que el país reclama y que, a partir de ella, el crimen y el robo no pueden ser considerados, se hagan desde el ángulo que sea, como actos políticos. Por eso hacemos un llamamiento a nuestros colegas de Alianza Popular de que reconsideren su actitud en este acto que debe ser de unanimidad nacional. En esta hora de alegría, en cierta medida, para los que tantos años hemos pasado en los lugares que sabéis, sólo lamentamos que, en aras de ese consenso y de la realidad, amigos, patriotas, trabajadores de uniforme, no puedan disfrutar plenamente de esta alegría. Desde esta tribuna queremos decirlo, que no les olvidamos y que esperamos del Gobierno que en un futuro próximo puedan ser reparadas estas cuestiones y restituidos a sus puestos.
También a las mujeres de nuestro país queremos indicarles que si hoy no se discute este problema, que si en esta ley faltara la amnistía para los llamados “delitos de la mujer”:adulterio, etc., les queremos recordar que el Grupo Parlamentario Comunista presentó una proposición de ley el 14 de julio que creemos que es urgente discutir y que vamos naturalmente a discutir. Pero, es natural, señoras y señores Diputados, que tratándose de un militante obrero, en mi caso, si hablaba antes de que era un deber y un honor defender aquí, en nombre de esta minoría, esta amnistía política y general, para mí, explicar nuestro voto a favor de la amnistía, cuando en ella se comprende la amnistía laboral, es un triple honor.
Se trata de un miembro de un partido de trabajadores manuales e intelectuales, de un viejo militante del Movimiento Obrero Sindical, de un hombre encarcelado, perseguido y despedido muchas veces y durante largos años, y, además, hacerlo sin resentimiento.
Pedimos amnistía para todos, sin exclusión del lugar en que hubiera estado nadie. Yo creo queeste acto, esta intervención, esta propuesta nuestra será, sin duda, para mí el mejor recuerdo que guardaré toda mi vida de este Parlamento.
La amnistía laboral tiene una gran importancia. Hemos sido la (clase más reprimida ymásoprimida durante estos cuarenta años de historia que queremos cerrar. Por otra parte, lo que nos enseña la historia de nuestro país es que después de un período de represión, 'después de la huelga de 1917 y la represión que siguió; después de octubre del treinta y cuatro y la represión que siguió, cada vez que la libertad vuelve a reconquistar las posiciones que había perdido, siempre se ha dado una amnistía laboral. Yo he conocido -mi padre era ferroviario en una estación de ferrocarril- que en 1931 todavía ingresaban los últimos ferroviarios que habían sido despedidos en 1917.
La amnistía laboral, pues, está claro que es un acto extremadamente importante, conjuntamente con la otra. Si la democracia no debe detenerse a las puertas de la fábrica, la amnistía tampoco. Por eso el proyecto de ley que hoy vamos a votar aquí tiene, además de la vertiente humana y política, otra social y económica para nuestro país.
Francia e Italia, al salir de la II Guerra Mundial, para abordar la reconstrucción nacional y la crisis, necesitaron el apoyo y el concurso de la clase obrera. Días pasados los representantes del arco parlamentario dieron los primeros pasos en esa vía ; la amnistía laboral será el primer hecho concreto en esa dirección que marcan los acuerdos de la Moncloa. No hay que olvidar que salimos de una dictadura en medio de una grave crisis económica, y que todos estamos de acuerdo en que hay que ir al saneamiento de la economía y a la reconversión nacional también, que esto no es posible sin el concurso de los trabajadores, que hay que llevar por ello este espíritu de la Moncloa al hecho práctico concreto de esa realidad.
Señoras y señores Diputados, señores del Gobierno, lo que hace un año parecía imposible, casi un milagro, salir de la dictadura sin traumas graves, se está realizando ante nuestros ojos;estamos seguros de que saldremos también de la crisis económica, que aseguraremos el pan y la libertad si se establecen nuevas relaciones obrero-empresariales y si un código de derecho de los trabajadores las garantiza ; si conseguimos de una vez que los trabajadores dejemos de ser extranjeros en nuestra propia patria. Sí, amnistía para gobernar, amnistía para reforzar la autoridad y el orden basado en el justo respeto de todos a todos y, naturalmente, en primer lugar, de los trabajadores con respecto a los demás.
Con la amnistía saldremos al encuentro del pueblo vasco, que tanto sufre bajo diferentes formas, de todos los pueblos y de todos los trabajadores de España. Con la amnistía la democracia se acercará a los pueblos y a los centros de trabajo. La amnistía política y laboral es una necesidad nacional de estos momentos que nos toca vivir, de este Parlamento que tiene que votar. Nuestro deber y nuestro honor, señoras y señores Diputados, exige un voto unánime de toda la Cámara. Muchas gracias.
* El Diario de Sesiones del Congreso tiene un error en este punto. Donde debería decir Camacho Abad dice Camacho Zancada, que era el nombre del diputado de UCD por Ciudad Real Blas Camacho Zancada. desde aquí se pide modestamente a José Bono, presidente del Congreso que proceda a subsanar el error.

domingo, 11 de abril de 2010

Transición política, Constitución de 1978 y el Estado de las Autonomías.


http://www.educared.net/universidad/asp_problemas/problemasvisualizar.asp?idAsignatura=8&idProblema=643&titulo=La transición política. La Constitución de 1978 y el Estado de las Autonomías.
Antecedentes:
a) Señale brevemente los aspectos principales del sistema político del franquismo.
El franquismo fue el régimen político y social surgido durante la Guerra Civil (1936-39). Fue una dictadura autoritaria del general Francisco Franco, que concentraba en su persona todos los poderes: el legislativo, el ejecutivo como "Jefe del Gobierno del Estado", el judicial, el mando supremo del ejército como "Generalísimo de los Ejércitos españoles" y era jefe del partido único, Falange Española Tradicionalista y de las JONS (FET y de las JONS).
Las instituciones y grupos políticos de derecha que lo apoyaban (Ejército, Iglesia, Falange, tradicionalistas y monárquicos) formaban las llamadas "familias" del régimen. Franco ejerció su poder de una manera directa y personal, sin atarse a ningún grupo o "familia" política y sin rendir cuentas a nadie, sólo "ante Dios y ante la historia".
El régimen franquista no tuvo como fundamento ninguna doctrina ni ideología. Evolucionó con los años para adaptarse a los cambios socioeconómicos internos, a la coyuntura política internacional, y a la presión popular; pero se mantuvo fiel a unos principios ideológicos, inspirados por los tres pilares del régimen (la Falange, la Iglesia y el Ejército):
1. Las ideas falangistas dominaron en los primeros años (1939-43). Los falangistas, a través de su partido, llamado Movimiento Nacional controlaban la propaganda y el sindicato vertical. Querían un régimen totalitario llamado Nacionalsindicalismo, inspirado en el fascismo, y odiaban la democracia, el liberalismo y el marxismo. Los símbolos falangistas fueron adoptados por el régimen.
2. La Iglesia impuso una visión integrista del catolicismo, el Nacionalcatolicismo.
Tuvo el control de la enseñanza y desde 1945 incrementó su influencia política. Los católicos crearon dos grandes organizaciones: la Asociación Católica Nacional de Propagandistas (ACNP) y el Opus Dei, muy importante desde fines de los años 50 con los tecnócratas.
3. El Ejército impuso el Nacionalpatriotismo, una visión unitaria y centralista de España opuesta a cualquier ?separatismo? Los militares tuvieron en sus manos la responsabilidad del orden público. Un enorme aparato policial reprimía cualquier disensión con el uso de la fuerza.
Esta ideología quedó plasmada en el Fuero del Trabajo (1938) y en las Leyes Fundamentales del régimen:
*.- Ley Constitutiva de las Cortes (1942), una asamblea consultiva formada por procuradores (delegados de familias, sindicatos y municipios) sistema conocido como "democracia orgánica".
*.- Fuero de los Españoles (1945), que recogía algunos derechos y deberes fundamentales muy limitados.
*.- Ley del Referéndum Nacional (1945), que preveía la consulta popular mediante plebiscito o referéndum.
*.- Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado (1947), en la que se afirmaba que España era un Reino y Franco podía nombrar a su sucesor quién debería acatar las Leyes Fundamentales del Movimiento.
*.- La Ley de Principios Fundamentales del Movimiento (1958) definía a España como "Monarquía tradicional, católica, social y representativa".

En los años sesenta existió cierta liberalización sin que desapareciera la represión a través del Tribunal de Orden Público (1963).
Se promulgaron nuevas leyes:
*.- La Ley de Prensa (1966), de Fraga Iribarne, ministro de Información y Turismo, supuso la desaparición de la censura previa.
*.- La ley de Libertad Religiosa (1967) por la que se reconocía la igualdad de todas las confesiones.
*.- La Ley Orgánica del Estado (1967), séptima de las Leyes Fundamentales, sometida a referéndum, que intentó dar una apariencia de liberalización al régimen franquista, sin modificar su esencia autoritaria. Era la llamada democracia orgánica.
En 1969 Franco nombró al príncipe Juan Carlos, hijo de Juan de Borbón, su sucesor a título de rey, tras jurar fidelidad a Franco y a las Leyes Fundamentales.

En los años setenta, el régimen se debilitó por la aparición de dos tendencias en su seno: los inmovilistas querían mantener sin cambios las esencias del Movimiento; detuvieron la tímida liberalización y endurecieron la represión. Su representante era el almirante Carrero Blanco, presidente de gobierno en 1973, asesinado por ETA.
Los aperturistas " jóvenes falangistas y demócrata cristianos" querían la evolución gradual del franquismo creando asociaciones políticas dentro del Movimiento.

b) Explique con brevedad la oposición a la dictadura de Franco
En los años cuarenta hubo una brutal represión (juicios, encarcelamientos y ejecuciones), respaldada por normas como:
*.- La Ley de Responsabilidades Políticas (1939) que afectaba a todos los que hubiesen desempeñado algún cargo en la II República;
*.- La Ley para la Rpresión de la Masonería y el Comunismo (1940).
*.- La Ley para la Seguridad del Estado (1941).
*.- La y la Ley de Represión del Bandidaje y el Terrorismo (1947).
El miedo paralizaba a la población. La oposición politica estaba muy desunida y era débil en el exterior. En el interior se crearon guerrillas armadas, maquis, que actuaban en las zonas montañosas del país, lideradas por comunistas y, en menor medida, por anarquistas y socialistas.
En los años cincuenta aumentó la oposición, cuyo centro principal se estableció en el interior del país.
En la universidad se iniciaron revueltas estudiantiles. En febrero de 1956 se produjo en Madrid el incidente más grave con enfrentamientos y manifestaciones callejeras.
La oposición obrera convocó huelgas, como las de 1951 en Barcelona contra la subida de las tarifas de los tranvías, secundada en el País Vasco y Madrid. Durante el bienio 1956-58 se reprodujeron las huelgas en el País Vasco, Asturias, Madrid y Barcelona, como protesta contra la inflación. En ellas empezaron a surgir Comisiones Obreras, al margen de los sindicatos oficiales, para negociar cuestiones concretas.
En los años sesenta la oposición al franquismo se fortaleció y se hizo más plural, coincidiendo con los "años dorados" del franquismo.
El llamado Contubernio de Munich, en 1962, coincidió con el momento álgido del movimiento obrero y el movimiento estudiantil, que exigía libertades democráticas. La protesta más importante tuvo lugar en 1965; en Madrid fueron expulsados de sus cátedras los profesores Aranguren, Tierno Galván y García Calvo que los habían apoyado. La agitación continuó en años posteriores (1967). El Gobierno tuvo que declarar el estado de excepción en 1969.
En los sesenta surgieron los movimientos vecinales y ciudadanos asociaciones de vecinos clandestinas, que pedían infraestructuras básicas para sus barrios pero derivaron a la protesta política pidiendo democracia. Muchos eran promovidos por el PCE. También un sector de la Iglesia, tras el Concilio Vaticano II, se fue distanciando del régimen con los nuevos aires de libertad. Muchos sacerdotes (clero vasco, curas obreros) y asociaciones católicas (como la HOAC) militaron en la oposición, especialmente en el Partido Comunista de España (PCE), dirigido por Santiago Carrillo, partidario del eurocomunismo que defendía la necesidad de la reconciliación nacional y la democracia.
En los años setenta se generalizaron las protestas y huelgas por todo el país. De los partidos políticos ilegales el PCE era el de mayor implantación social. En Cataluña la oposición comunista la encabezaba el PSUC.
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), muy minoritario, renovó su dirección en el Congreso de Suresnes (Francia) en 1974, con líderes del interior del país como Felipe González, secretario general.
Había partidos socialistas al margen del PSOE como el PSP de Tierno Galván. En la extrema izquierda surgieron partidos prochinos, como el PTE, la ORT, o terroristas como el FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota ) y el GRAPO (Grupos Revolucionarios Antifascistas Primero de Octubre) , ambos de 1975.
Los partidos nacionalistas históricos, como Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) y el Partido Nacionalista Vasco (PNV) se revitalizaron y aparecieron dos nuevos: Euskadi ta Askatasuna ( Euskadi y Libertad, ETA, que surgió de una escisión del PNV en 1959 que actuó como banda armada desde 1967; derivó hacia el independentismo y el leninismo radicales, su atentado más famoso fue el asesinato de Carrero Blanco, presidente del Gobierno, el 20 diciembre de 1973. Y Convergencia Democrática de Cataluña (CDC) nacida en 1974, de centro, dirigida por Jordi Pujol. El carlismo evolucionó hacia el socialismo autogestionario. La Democracia Cristiana reunía a diversos partidos de centro, con líderes como Ruiz Jiménez
En los años finales del franquismo, surgieron alianzas políticas entre los partidos de la oposición. En 1974 por iniciativa del Partido Comunista se constituyó en París la Junta Democrática de España, que integraba a numerosos partidos de izquierda e incluso personalidades de la derecha democrática, con un programa común de ruptura democrática para salir de la dictadura. El PSOE por su parte creó en 1975 la Plataforma de Convergencia Democrática, junto con la Democracia Cristiana, con un programa muy parecido. Al final, ambos organismos se fundirían en Coordinación Democrática en 1976, ya muerto el dictador (20 de noviembre de 1975).
El régimen sólo reaccionó con la represión indiscriminada. Los consejos de guerra y las ejecuciones causaron escándalos en el ámbito internacional. Entre ellos destacan el fusilamiento del dirigente del PCE, Julián Grimau (1963); el proceso de Burgos (1970) contra ETA; y el proceso 1001, contra dirigentes de CCOO (1973). En 1974 se ejecutó al anarquista Puig Antich y en septiembre de 1975 tuvieron lugar las últimas ejecuciones llevadas a cabo durante el franquismo.