(Sustituye al comentario anterior del Artículo 6º de la "Ley Orgánica de Franco")
“El desarrollismo no fue solamente un fenómeno económico. Fue también la consecuencia de un cambio de actitudes y mentalidades.
Este cambio se hizo patente, por ejemplo, en la disposición a emigrar, a dejar el pueblo en el que habían vivido generaciones de una familia, para buscar trabajo y bienestar en un entorno diferente, bien nacional, bien internacional.
El hecho de no seguir aceptando pasivamente el statu quo que había caracterizado la vida de los antepasados ya es un claro signo de que gran parte de la población española –se trata de millones de personas‐ estaba sumergida en este cambio de mentalidad antes del auge económico o paralelamente a él.
Condición y, al mismo tiempo, consecuencia de los rápidos cambios de los años sesenta fue el vertiginoso aumento de la tasa de escolarización.
El analfabetismo descendió de un 19 por ciento en 1940 a un 9 por ciento en 1970.
Entre 1960 y 1975 el número de alumnos de enseñanza media creció en siete veces; este aumento espectacular iba paralelo al proceso de concentración urbana, reforzándolo al mismo tiempo.
El aumento también refleja la aspiración de muchas familias de clase baja de asegurarles a sus hijos mejores posibilidades de educación. […]
Lo mismo puede decirse de las universidades: en 1961, en las universidades estatales había menos de 65.000 estudiantes; en 1976, el número había ascendido a 400.000. […] El boom estudiantil en los años desarrollistas sobrepasaba, pues, en mucho la medida del crecimiento económico.
El trasfondo de este crecimiento inusitado radicaba en la expectativa de los padres de lograr para sus hijos un ascenso social por medio de la educación.
La disposición mental a cambiar la propia vida para mejorar las condiciones materiales forma parte, pues, del desarrollismo de los sesenta; éste fue, por lo tanto, un hecho económico y, al mismo tiempo, una actitud mental”.
BERNECKER, Walther L. “El cambio de mentalidad en el segundo franquismo”.
En TOWNSON, N. (coord.). España en cambio: el segundo franquismo, 1959‐1975. Madrid: Siglo XXI, 2009. p.49-70.
Términos claves:
*.- Segundo franquismo. (1959-1975). Comienza con el Plan de Estabilización Económica. Coinicide con el fin del aislamiento internacional de España).
*.- Desarrollismo: Ideología que propugna el desarrollo meramente económico como objetivo prioritario.
*.- Mentalidad: Cultura y modo de pensar.
*.- Actitud: Disposición de ánimo manifestada de algún modo.
*.- No aceptar pasivamente el statu quo: Estado de cosas en un determinado momento.
Argumento clave del texto:
La disposición mental a cambiar la propia vida para mejorar las condiciones materiales forma parte, pues, del desarrollismo de los sesenta; fue, por lo tanto, un hecho económico y, al mismo tiempo, una actitud mental”.
El cambio económico supuso un aumento de la población urbana y necesitó y produjo produce un cambio de mentalidades.
El desarrollismo no fue solamente un fenómeno económico, fué también la consecuencia de un cambio de actitudes y mentalidades. Su trasfondo: la expectativa de los padres de lograr para sus hijos un ascenso social por medio de la educación.Este cambio se hizo patente:
Argumentos:
*.- en la disposición a emigrar, para buscar trabajo y bienestar en un entorno diferente (incluso saliendo de España).
El hecho de no seguir aceptando pasivamente el statu quo que había caracterizado la vida de los antepasados ya es un claro signo de que gran parte de la población española –se trata de millones de personas‐ estaba sumergida en este cambio de mentalidad antes del auge económico o paralelamente a él.
Condición y, al mismo tiempo, consecuencia de los rápidos cambios de los años sesenta fue el vertiginoso aumento de la tasa de escolarización.
El analfabetismo descendió de un 19 por ciento en 1940 a un 9 por ciento en 1970 (a la mitad).
Entre 1960 y 1975 el número de alumnos de enseñanza media creció en siete veces; este aumento espectacular iba paralelo al proceso de concentración urbana, reforzándolo al mismo tiempo y este crecimiento también refleja la aspiración de muchas familias de clase baja de asegurarles a sus hijos mejores posibilidades de educación. […]
Lo mismo puede decirse de las universidades: en 1961, en las universidades estatales había menos de 65.000 estudiantes; en 1976, el número había ascendido a 400.000 (multiplicado por 6). […] El boom estudiantil en los años desarrollistas sobrepasaba, pues, en mucho la medida del crecimiento económico.
El trasfondo de este crecimiento inusitado radicaba en la expectativa de los padres de lograr para sus hijos un ascenso social por medio de la educación.
Conocer la Historia no sirve para nada pero el que no conoce la Historia no sabe nada.
miércoles, 4 de mayo de 2011
Selectividad
CRISTINA GARRIDO | MADRID
Actualizado Lunes , 07-06-10 a las 19 : 58
«El nuevo modelo de Selectividad es mucho más fácil. Ni punto de comparación con el año pasado que suspendí. Este año los exámenes me están saliendo bien y he estudiado menos».
Así de seguro se mostraba esta mañana José Luis, del colegio Everest, uno de los 26.000 alumnos que hoy comenzaban la temida Selectividad en la Comunidad de Madrid.
La prueba de Lengua y Literatura daba el pistoletazo de salida a la nueva Prueba de Acceso a la Universidad, que este año ofrece la posibilidad de subir nota realizando hasta cuatro exámenes voluntarios de las materias que el alumno elija.
Todos los chavales consultados por ABC.es han coincidido en que este nuevo sistema de examen facilitará el aprobado, aunque también subirá las notas de corte, lo que puede dificultar la entrada a determinadas carreras
El sentir general este mediodía en la Universidad Complutense, una vez terminadas las pruebas de Lengua y Literatura e Historia, era que el primero había sido más fácil de lo esperado y el segundo más complicado. «En cuanto he visto que el tema de Literatura de la opción B era La Generación del 27 no he tenido dudas en escogerla», afirma Alberto, del colegio Gerardo Diego de Pozuelo.
Esta opción contenía también un texto del catedrático de Psicología Social de la Universidad de Valencia, Juan Antonio Pérez, «Una reflexión psicosocial». Una prueba que los consultados han considerado más asequible que la opción A, donde se pedía comentar un texto de la obra «Juan de Mairena» de Antonio Machado y desarrollar el teatro español posterior a 1939.
Donde ha habido más sorpresas, para mal, ha sido en el examen de Historia. «Se rumoreaba que iba a caer Fernando VII o Cuba , y al final han caído las transformaciones económicas y la desamortización, y las preguntas cortas también eran más complicadas», se lamenta Alberto.
Los bulos sobre los temas que pueden caer cada año son un clásico de la Selectividad.
A veces se acierta y la mayoría no.
Se ha llegado a decir incluso que iban a poner los mismos exámenes que en septiembe del año pasado. «Pensábamos que podía caer algo de Delibes, porque se acababa de morir, o del centenario de Larra, pero finalmente no se ha cumplido ninguna de las previsiones», explica Paquita, profesora del colegio Senara, de Moratalaz, que hoy ha acompañado en Metro a sus «nerviosos» alumnos a realizar las pruebas que determinarán su futuro.
Nervios y último repaso.
En el transporte público, precisamente, es donde muchos han aprovechado para dar el último repaso, una táctica que la docente no recomienda en ningún caso. «Lo que se estudia los dos últimos días ya no vale para nada», afirma. María, del colegio Santo Domingo Savio, de García Noblejas, es una de las que ha desobedecido esta máxima.
Ha estado repasando hasta el último minuto y se mostraba poco optimista en cuanto a los resultados. «Me he puesto muy nerviosa y había estudiado poco. Quiero hacer Magisterio que piden un 5 y no sé si voy a llegar», explica mientras se come un bocadillo para recuperar energías y enfrentarse al examen de inglés de esta tarde.
Las estadísticas, sin embargo, están de su lado, porque en la pasada convocatoria más del 90 por ciento de alumnos superó la Selectividad.
Aprobar es el primer paso y después está la, para algunos, difícil tarea de escoger carrera.
Al igual que María, Cristina y Mariana, del Colegio Británico, en Somosaguas, ya tienen claro lo que van a estudiar y en qué universidades. La primera hará Bellas Artes en la Universidad Complutense, mientras que la segunda optará por una privada en la que puede cursar una carrera conjunta de Arquitectura y Bellas Artes.
Son de las pocas privilegiadas que lo tienen tan claro, porque según un estudio reciente, siete de cada diez alumnos de Segundo de Bachillerato no saben qué carrera cursar.
Lo que sí tiene muy claro la mayoría es cómo van a celebrarlo cuando terminen (unos lo harán el miércoles y los que quieran subir nota el jueves).
Fiesta, playa e Interrail, los clásicos para desahogarse después del año académico más duro de sus cortas vidas. «¿Te vas a meter esta noche un atracón?», preguntamos a uno de ellos en referencia a las últimas horas de estudio. «No hombre, el "atracón" me lo meteré el miércoles, que mañana todavía tengo exámenes...».