viernes, 19 de julio de 2013

Curiosidades de interés para situarse en lo que pasa.



ALGO HUELE A PODRIDO EN BÁRCENAS
Que una parte sustancial de lo aportado por Bárcenas responde a la contabilidad real del PP resulta evidente. Que sobre determinados nombres y partidas existen sombras, también. La inquina tal vez le haya llevado a Bárcenas a incluir o ensuciar ciertos nombres.
Ahora resulta que es falsa la entrega de 200.000 euros a María Dolores de Cospedal, tal y como narró Bárcenas que odia a la presidenta de Castilla-La Mancha. El nombre de Rajoy que no existía en algunas listas anteriores ha sido ahora misteriosamente incluido. Y lo que es más revelador: en un tarjetón escrito a mano figuran pagos detallados a Rajoy, Rato, Cascos y Trillo realizados en euros en 2000 y 2001 cuando el euro no entró en circulación hasta 2002.
El juez Liaño debe exigir de su defendido que aclare estos despropósitos si no quiere que un sector de la opinión pública piense que Bárcenas está implicando deliberadamente, y para hacer daño a los políticos que distingue con su ojeriza, en las listas de sobrecogedores.
El asco que todo este asunto produce en la ciudadanía solo es comparable a la consternación por lo que han trincado algunos dirigentes socialistas y sindicalistas en el asunto de los eres andaluces a costa del dinero público destinado aliviar los problemas de los trabajadores en paro.
Luis María ANSON de la Real Academia Española

JOSÉ BLANCO, VÍCTIMA DEL AGRESIVO CLIMA DE LA CORRUPCIÓN
José Blanco es un político serio, capaz y constructivo. Se podrá coincidir con su ideología, se podrá discrepar de ella. Pero habrá que reconocer que sus movimientos en política son siempre respetables. La suerte no le ha acompañado en los últimos meses porque unas denuncias extemporáneas y algunas turbias maniobras le situaron en el ojo de ese huracán de corrupción que zarandea a España.
Ahora el Tribunal Supremo ha puesto las cosas en su sitio y ha certificado la honradez de José Blanco. Lo que no se ha resuelto es el desgaste que ha arañado al político durante un largo periodo de tiempo. Los partidos deberían concordar una fórmula para establecer en qué momento debe un político cesar en sus responsabilidades cuando se pone en marcha un proceso judicial. Ahora todo está en el aire ocasionando perjuicios a veces irreparables.
José Blanco puede exhibir certificado de honradez reconocida por el Tribunal Supremo. A mí me parece obligado dejar constancia en esta sección de El Imparcial de la sentencia judicial que le favorece. O mejor dicho, que le hace justicia. Es lo menos que puede exigirse del periodismo serio.
Luis María ANSON de la Real Academia Española

COSPEDAL, UN PASO ADELANTE
Obligado por una conferencia de Prensa ineludible, Mariano Rajoy dio una explicación vaga sobre el asunto Bárcenas. Fue insuficiente pero más vale poco que nada. A mí manera de ver no es ese el camino. El presidente tiene la obligación moral ante la opinión pública de comparecer en el Congreso de los Diputados y aclarar la tormenta desencadenada sobre su cabeza por el extesorero del PP.
Un diez, en todo caso, para María Dolores de Cospedal. La presidenta de Castilla-La Mancha hizo lo que debía hacer. Compareció a cuerpo limpio, aceptó todas las preguntas y contestó con rotundidad. Bárcenas está basureando desde la cárcel a una buena parte de los dirigentes del PP. Cospedal le acusó de forma rotunda de emplear la calumnia y la mentira.
Al juez, como es natural, le corresponde sentenciar lo que hay de verdad y lo que hay de falsedad en las declaraciones de Bárcenas y en los papeles aportados. María Dolores de Cospedal ha cogido el toro por los cuernos y ha negado todo lo que a ella, directa o indirectamente, le concierne. Ha sido un paso adelante para que la opinión pública tenga elementos de juicio distintos a los vomitados por el encarcelado Bárcenas.
Luis María ANSON de la Real Academia Española


ÁNGEL SANCHÍS, TELÓN DE FONDO DE BÁRCENAS
Hay quien maneja ya documentación precisa para demostrar que, al frente de la presunta financiación irregular del PP y de las mordidas de su tesorero, está Ángel Sanchís. El escándalo se puede agrandar. Sanchís fue puesto al frente de las finanzas populares por Manuel Fraga del que era amigo íntimo. Se ha forrado a ganar dinero y dispone hoy de una fortuna colosal. Para algunos en su finca en Argentina, proveedora de sustancias para un refresco de fama mundial, comparte propiedad o intereses con el propio Bárcenas.
El diario El Mundo publica hoy un gran editorial en el que subraya el fondo del problema. La democracia española padece un cáncer, que es la financiación de los partidos. El desmesurado gasto al que se han entregado las agrupaciones políticas les obliga a abusar de la subvención pública y a financiarse de forma irregular extorsionando a las empresas que pagan para conseguir contratos de las Administraciones del Estado. Además de las mordidas para el partido, algunos listos como Bárcenas han trincado presuntamente, y con carácter personal, suculentos dineros que les han enriquecido.
La opinión pública está escandalizada porque el partido de la derecha española está inmerso en una tormenta de corrupción y los partidos de la izquierda son responsables del turbio asunto de los eres. La regeneración democrática pasa porque el Congreso de los Diputados apruebe una ley que diga en síntesis: “Ningún partido político, ninguna central sindical podrá gastar un euro más de lo que ingrese a través de las cuotas de sus afiliados”. Lo he repetido muy reiteradas veces.
Luis María ANSON de la Real Academia Española

viernes, 12 de julio de 2013

Cuatro horas con Bárcenas



CARTA DEL DIRECTOR/ PEDRO J. RAMÍREZ: Cuatro horas con Bárcenas
PEDRO J. RAMÍREZ
07/07/2013 PORTADA El Mundo
 Cuatro horas con Bárcenas

El ex tesorero describe la financiación ilegal del PP y sus contactos con Rajoy
 Artur Mas dando tumbos como algunas gallinas que cuando les cortas el cuello continúan corriendo un ratoPocos días antes de ingresar en prisión, Luis Bárcenas me explicó en el transcurso de una larga conversación que durante al menos los últimos 20 años el PP ha estado financiándose de forma ilegal, recibiendo donaciones en metálico de constructores y otros empresarios que a su vez obtenían adjudicaciones o contratos de las administraciones gobernadas por el partido.
 El modus operandi comenzaba de forma muy similar a la descrita por Casimiro García-Abadillo el 4 de febrero en EL MUNDO, a partir del testimonio de uno de los donantes. El dinero se entregaba en bolsas, maletines o maletas en el despacho del tesorero Álvaro Lapuerta en la calle Génova y en presencia de Bárcenas, en calidad de gerente. Ambos contaban los billetes y los metían en la caja fuerte, bromeando a menudo sobre si se fiaban el uno del otro o no.
 Cuando el donante abandonaba el despacho, Lapuerta extraía de la cartera de mano una tarjeta de visita y en el reverso escribía con letra diminuta el nombre y la cuantía de la entrega. Bárcenas hacía otro tanto en un libro de caja con sus correspondientes renglones. Periódicamente Lapuerta cotejaba las ajadas tarjetas que siempre llevaba encima con las anotaciones de Bárcenas y, al hallarlas conformes, las certificaba con el correspondiente visé en el margen.
 Al día siguiente de la entrega o como mucho durante la semana posterior Lapuerta llamaba al ministro, secretario de Estado, presidente, consejero autonómico, alcalde o concejal competente en el asunto que afectaba al donante. Según Bárcenas, siempre recurría a la misma literalidad: «¿Qué tal? Soy Álvaro Lapuerta. Te va a llamar fulanito. Tengo interés en que lo recibas. No conozco el tema del que te va a hablar. Sólo te pido que seas amable y te tomes un café con él». Todos sabían que era el tesorero el que llamaba.
 De acuerdo con esta versión, parte del dinero entregado se ingresaba en las cuentas bancarias del partido, parte se destinaba a pagar en negro el sobrecoste de las campañas electorales para eludir la fiscalización del Tribunal de Cuentas y otra parte se quedaba en la caja fuerte y era utilizado para «otros fines». Los pagos subsiguientes se realizaban también en efectivo, apuntando Bárcenas cada salida de dinero en las mismas hojas cuadriculadas en las que figuraban las entradas. Eso es lo que reflejan los bautizados como papeles de Bárcenas, elaborados por el gerente de su puño y letra a lo largo de los años.

Según Bárcenas, el principal y más recurrente de esos «otros fines» era el pago trimestral de sobresueldos en metálico al presidente, secretario general y vicesecretarios generales del partido. Cuando el PP estaba en la oposición las entregas se hacían en los despachos de la propia sede. En el periodo en el que estaba en el Gobierno, Lapuerta acudía con los sobres a los ministerios u otras dependencias oficiales. Según Bárcenas, a Lapuerta le agradaba especialmente esta tarea y solía combinarla con algún detalle personal. En uno de los casos junto al sobre llevaba una caja de puros Montecristo al ministerio correspondiente.
 Bárcenas me explicó que el pasado mes de enero le dejó los papeles a su amigo el abogado Jorge Trías para que valorara su trascendencia y se los guardara ante un eventual registro domiciliario. Según él, Trías dijo que eran «una bomba», traicionó su confianza, hizo fotocopias y se las pasó al diario El País a los pocos días de que EL MUNDO desvelara el pago sistemático de sobresueldos en metálico.
 De acuerdo con el relato de Bárcenas, el viernes 1 de febrero, al día siguiente de la publicación, le llamó Marilar de Andrés, responsable de Comunicación del PP y estrecha colaboradora de Javier Arenas, para pedirle que negara la autoría y por lo tanto la veracidad de los papeles. Bárcenas le dijo que se lo pensaría, recibiendo poco después otra llamada en el mismo sentido del eurodiputado Gerardo Galeote, con quien le unía hasta entonces una estrecha amistad. Aconsejado por sus abogados, Bárcenas optó por difundir un tibio comunicado negando irregularidades en el PP pero sin desmentir la autoría de los documentos. Según él, al término de esa jornada el presidente Rajoy le envió un SMS diciéndole que «entendía» su decisión, que estuviera «tranquilo y sereno» y que al día siguiente le llamaría.

Puesto que al día siguiente no se produjo tal llamada, fue Bárcenas quien se puso en contacto con Rajoy por la misma vía, diciéndole que estaba «tranquilo y sereno» pero que seguía a la espera de la conversación prometida. Enseguida recibió una llamada de «una tercera persona» que le comunicó que los ex ministros Michavila y Acebes iban a ser sus interlocutores con el presidente. Así fue. Cinco días después de publicados los papeles, Bárcenas negó su autoría en 13 TV: «Ese cuaderno no existe, ni ha existido y en consecuencia esa no es mi letra».
 Bárcenas me dijo que ese falso desmentido había sido un «acto de lealtad» hacia Rajoy y el partido. También explicó cómo trató de falsear su letra durante la prueba caligráfica ante la fiscalía y el gran «cabreo» del PP cuando se negó a repetirla en el juzgado. Me contó que había visto varias veces el vídeo de su declaración ante el juez Ruz, refutando igualmente la autenticidad de esa «contabilidad B», y que se había sorprendido de la facilidad con que había negado la verdad, aun teniendo derecho a hacerlo como imputado.
 Según su relato, ese «acto de lealtad» se inscribe en el carácter pactado que hasta la aparición de su dinero en Suiza había tenido su desenganche progresivo del PP. Como hito de tal proceso describió con todo lujo de detalles una reunión en el despacho de Rajoy en la sede de Génova a la que asistieron también su esposa Rosalía Iglesias y Javier Arenas como amigo de ambos y vicesecretario del partido. El encuentro duró varias horas, a lo largo de las cuales Arenas fue retrasando sucesivamente su reserva en el AVE hacia Sevilla. Rosalía Iglesias y Rajoy estaban sentados, hombro con hombro, frente a una mesa baja con la espalda pegada a la pared, teniendo respectivamente enfrente a Arenas y Bárcenas.

La conversación adquirió visos de fuerte tensión cuando Bárcenas atribuyó a la secretaria general María Dolores de Cospedal las noticias desfavorables para él que se venían publicando en EL MUNDO y otros medios de comunicación. El ex tesorero recuerda la literalidad de sus palabras. «¡Me están machacando! ¡O le paras los pies a esa tía o te quedas sin secretaria general!», le dijo a Rajoy. «La única irregularidad que yo he cometido en estos años, en esta casa, ha sido por esta señora».
 Ante el estupor de Arenas y Rajoy, Bárcenas describió entonces el cobro de una comisión de 200.000 euros por encargo del PP de Castilla-La Mancha a cambio de la adjudicación de una contrata municipal en Toledo a una empresa de construcción y servicios cuyo polémico presidente aparece en la lista de donantes del partido. Cuando Bárcenas les mostró documentos acreditativos de la operación, Rajoy se echó literalmente las manos a la cabeza y –siempre según los recuerdos del ex tesorero– exclamó: «¡Por Dios, Luis, cómo puedes tener estos papeles!».
 De acuerdo con Bárcenas, Rajoy cambiando el tono, apeló entonces a su sentido de la responsabilidad: «Templanza, Luis, templanza». También le dijo: «Eres víctima de una persecución política. Esto no va contra ti, va contra mí». Y dirigiéndose a su esposa añadió: «Rosa, no os vamos a abandonar». En ese momento Arenas, desde el otro lado de la mesa, cogió del brazo a Rosalía Iglesias en señal de solidaridad y apoyo.

Según Bárcenas en esa reunión se habría corroborado el acuerdo de que dejara formalmente el puesto de tesorero pero siguiera cobrando lo mismo y manteniendo el coche y las demás prebendas del partido. El ex tesorero asegura que lo único que pidió a Rajoy en relación al proceso penal es que hiciera lo posible para cambiar a las dos fiscales anticorrupción asignadas al caso, por su «animadversión» hacia él. Rajoy le prometió que todo sería «distinto» cuando el PP llegara al poder.

Arenas admite que esa reunión se celebró y que él estuvo presente; si bien le concede un carácter «amistoso» y le quita toda «trascendencia política». Reconoce que Rajoy le encargó de forma sucesiva que convenciera a Bárcenas de que dejara el cargo de tesorero y de que renunciara al acta de senador. Pero advierte que fue ajeno a los acuerdos económicos alcanzados y subraya que esa fue su «única intervención» en el caso Bárcenas. También asegura que normalmente se veía con él «una vez al año» durante las vacaciones de verano en Marbella.

Según Bárcenas, a finales del 2012 cuando supo que las autoridades suizas habían requerido información a su banco como consecuencia de la comisión rogatoria enviada desde España, se entrevistó con Arenas y le pidió que informara a Rajoy del dinero que tenía allí y de que había regularizado su situación con Hacienda, aprovechando la amnistía fiscal de Montoro. También le dijo que para proteger al PP del previsible escándalo lo mejor sería que dejara de cobrar del partido y pusiera fin a sus 30 años de relación laboral mediante el correspondiente finiquito. Arenas niega que esa conversación se produjera nunca.

Según Bárcenas, al cabo de unas semanas, ya en diciembre, Arenas le llamó desde Sevilla para decirle que había hecho la gestión. Quedaron inicialmente «a mitad de camino» en un restaurante cercano a Córdoba, pero Bárcenas le dijo luego que ya que iba a coger el AVE no le importaba hacer el trayecto completo. Entonces quedaron en el restaurante Oriza de Sevilla y en el transcurso de un almuerzo Arenas le contó que se había reunido con Rajoy en La Moncloa y le había transmitido su propuesta. De acuerdo con su versión, Arenas le dijo que el presidente pensaba que, puesto que ya había regularizado su situación fiscal, lo mejor era dejarlo todo como estaba. Arenas niega haber estado en el restaurante Oriza de Sevilla con Bárcenas en ningún momento del año pasado. Bárcenas me dijo que comprobaría el día exacto de la cita a través de su agencia de viajes pero su ingreso en prisión le ha impedido hacerlo.

Bárcenas también me dijo que Arenas le había contado –no me quedó claro si en esa o en otra reunión– que Rajoy estaba muy preocupado porque Lapuerta le había «chantajeado» para colocar en las listas electorales tanto de las municipales como de las generales a su protegida política Carmen Rodríguez Flores. Según Bárcenas, Lapuerta le había dicho a él mismo que Rajoy «le estaba dando largas» y que, como no podía consentirlo después de tantos años de «servicios al partido», estaba dispuesto a utilizar la «contabilidad B» para presionarle. Bárcenas asegura que él trató de convencerle de que no lo hiciera.

Bárcenas me contó que lo hasta ahora publicado no es sino una pequeña parte de la documentación que obra en su poder. Sostiene que, además de los originales de las fotocopias realizadas por Trías, conserva la «contabilidad B» de los años no publicados y que en ella hay pagos en negro a dirigentes del PP –incluido uno que, según él, pidió luego una compensación por pasar de un cargo público a otro menos remunerado–, a un ex dirigente del PSOE y a algún periodista. Mayor aún sería la trascendencia, de acuerdo con su versión, de otros documentos y discos duros que probarían la sistemática financiación ilegal de las campañas del partido.

Bárcenas no quiso concretar más pero en un momento de la conversación dijo que la divulgación de esos documentos haría «caer al Gobierno» y añadió que daba por hecho que yo compartía su criterio de que «en las actuales circunstancias lo último que le conviene a España es que caiga este Gobierno». Yo le contesté que en cualquier circunstancia lo último que le conviene a cualquier democracia es estar asentada sobre la mentira.

Bárcenas me contó algunas anécdotas relacionadas con la compra de trajes para Rajoy con cargo a la caja B del partido, implicando en la selección a su propio sastre y al ex dirigente Juan Costa, con fama de elegante. Respecto al origen de su fortuna en Suiza, Bárcenas sostiene que es «completamente lícito» y «no tiene nada que ver» con el PP, sino que procede de transacciones en Bolsa y otros negocios. Ante mi reiterado escepticismo, aseguró que podrá demostrarlo cuando llegue el momento del juicio oral. Añadió que la testigo que había declarado al juez haber cobrado por fingir compraventas de cuadros, había tratado en realidad de extorsionarle a él.

No había visto nunca antes a Luis Bárcenas pero reconocí en él al personaje rocoso, concienzudo y rotundo, magistralmente descrito por Raúl del Pozo a través del prisma de su Tercer Hombre. Fueron cuatro horas mirándonos a los ojos sin parpadear. Al término de la conversación le dije que si estaba en condiciones de probar documentalmente, y en sede judicial, la mitad de lo que me había contado, provocaría una gran catarsis en el sistema político español y prestaría un importante servicio a la sociedad. Pero que mientras no lo hiciera, su situación se parecería cada día más a la de Amedo cuando, por hechos de naturaleza muy distinta, fue condenado a 108 años de cárcel para hacerle pagar tanto por sus propias culpas como por las ajenas. Y en ese punto estamos.

Más de lo mismo



RAJOY, ARRIOLA, BÁRCENAS Y TERTSCH
Luis María ANSON
Hermann Tertsch, a cuestas con su inescribible apellido, es uno de los columnistas más lúcidos del periodismo español. Su sagacidad mantiene en vilo a los lectores. Al advertir el riesgo de que Bárcenas derribe el templo popular, con sus principales dirigentes dentro, escribe: “En la situación de emergencia de España, cuando a duras penas comienza a estabilizarse un poco algo, pero todo puede hundirse aun definitivamente, hace falta ser irresponsables necio, golpista, amoral o todo a la vez, para querer dinamitar lo único que nos mantiene y nos da esperanza de salir a flote, la estabilidad política. Rajoy, bunquerizado y bien servido de soberbia, comete errores indescriptibles. Pero el mayor, pese a lo que digan su nefasto Arriola y demás, es esconderse, en vez de salir, ponerse una vez colorado y correr a gorrazos de verdades a todos los enanos que lo acosan cubiertos de sus propias podredumbres y de su radical impotencia política”.
Tiene razón Hermann Tertsch. Las últimas encuestas son incuestionables. Si la catástrofe anunciada por Bárcenas se produce, en unas elecciones generales, hoy, ganaría el Partido Popular pero no gobernaría. Reducido el PSOE a 110 o 112 escaños, se formaría un Gobierno de Frente Popular con los socialistas, los comunistas de Izquierda Unida y la extrema izquierda radical de ERC y BNG. No hace falta decir lo que supondría para la estabilidad española un Gobierno de estas características, sometido además a los tirones de los partidos nacionalistas vasco y catalán, PNV y CiU.

VALDERAS TRATA DE EXPLICAR LO INEXPLICABLE
Luis María ANSON
Diego Valderas, cabecilla comunista de Izquierda Unida en Andalucía, se ha distinguido por el apoyo a Ada Colau -actriz fracasada en Antena 3, antaño; activista política, hoy- en su movimiento antidesahucio. Un vecino le ofreció venderle su piso en 48.000 euros. Valderas, que es un listo, esperó a que desahuciaran al vendedor y se quedó el piso en la subasta por una cantidad que apenas llegó a los 30.000 euros. Menuda maniobra la del comunista antidesahucio a costa del pobre desahuciado.
Esperaba yo que Diego Valderas hiciera una declaración y demostrara que él no es autor de semejante tropelía. Ha hecho, en efecto, la declaración pero da grima leer lo que ha dicho. Está claro que el dirigente comunista se ha beneficiado con un negociete, apropiándose a bajo precio del piso de un vecino que fue desahuciado. Ada Colau permanece callada como una muerta. Lo menos que debería hacer es reconvenir formalmente, no de boquilla, al compañero Valderas por su miserable acción. Todo es puro artificio en ciertas asociaciones. Valdría la pena desenmascararlas. El movimiento contra el desahucio es, en gran parte, una fórmula más para recibir subvenciones públicas, hacer como que se hace y enriquecerse con el dinero de los contribuyentes.


RAJOY, OBLIGADO A COMPARECER ANTE EL CONGRESO
Luis María ANSON
Estamos ante el fin de la estrategia de Arriola, la de los tres monos de Nikko: no ver nada, no oír nada, no decir nada. A Mariano Rajoy no le va a quedar otro remedio que aclarar ante el Congreso el caso Bárcenas y someterse al acoso de los diputados de la oposición. El envite se acerca al órdago. No se trata solo de los partidos opositores. Hay un clamor en la opinión pública para que el presidente del Gobierno se pronuncie sobre las manifestaciones de Luis Bárcenas, según el cual el PP se ha financiado irregularmente durante 20 años. Posiblemente eso mismo lo han hecho otros partidos. El gasto desaforado en las campañas electorales, el derroche en edificios, instalaciones, asesores, colaboradores, viajes gratis total, ayudantes, escoltas, enchufados, parientes y demás parafernalia no se paga solo con las cuotas de los afiliados que, por cierto, no cubren ni el 10%. Tampoco con las subvenciones de dinero público que los partidos se otorgan a sí mismos. Maragall cantó la palinodia en el Parlamento catalán y desveló que CiU trincaba el 3%, que luego fue el 4, de cada obra pública contratada por la Generalidad. En Madrid parece que la fórmula ha sido distinta: obra pública concedida a una empresa significaba que el empresario favorecido hacía una donación al partido. Si Bárcenas choriceó una parte de esas donaciones se autoinculparía al reconocerlas para hacer daño a Rajoy. En todo caso, y aunque otro partidos hayan hecho lo mismo para financiarse, al que le ha tocado la china es al PP por las declaraciones contundentes de su extesorero.
Y en eso estamos. Al presidente del Gobierno no le queda otro remedio que dar la cara. Veremos lo que dice. En su entorno aseguran que lo puede aclarar todo y que su conducta ha sido siempre irreprochable.

sábado, 6 de julio de 2013

Voto mas de MAS


El Papa de la pobreza evangélica





Felicité Robert de Lamennais (1782-1854), religioso francés y polémico escritor, fue condenado por la Iglesia católica.
Era un terrible ultramontano que, sin embargo, dejó escritas valiosas observaciones.
Por ejemplo, ésta: «Si Jesucristo hubiese vivido en nuestros días, la policía lo habría vigilado y un juez le habría hecho encarcelar por vagabundo. 
Porque el Hijo del hombre no tenía ni una piedra en que reclinar su cabeza».
Es probable que el Papa Francisco no haya olvidado esta advertencia de Lamennais al decidir poner fin a los escándalos financieros que venían rodeando al Banco Vaticano.
Este buen Papa, que la providencia nos ha dado, sabe que no es la riqueza, sino la pobreza evangélica, lo que acerca a los hombres e impone la fe en Dios con más fuerza que cosa alguna.
He aquí la reorientación de la Iglesia católica, en el camino propio. / SECONDAT (El Mundo)

La dirigente vasca no quiere que la mezclen con la bazofia. “Tanto esfuerzo -ha dicho- para que al final la pringosa huella de unos pocos tapone la vocación de servicio a los ciudadanos de la gran mayoría



LECCIÓN DE ARANTZA QUIROGA A MARIANO RAJOY
Por su interés reproducimos al artículo de Luis María Anson publicado en el diario El Mundo la semana pasada.

“Hermosa eres, oh amiga mía, dulce y encantadora como Jerusalén, terrible como un Ejército en orden de batalla”. Salomón escribió este verso acariciado por Fray Luis de León en honor de Arantza Quiroga. La dirigente vascongada sin que le temblara la voz, el gesto firme y el ademán medido, llegó acezando y le cantó las cuarenta a un Mariano Rajoy que no sabía adónde mirar. Todo lo que el presidente del partido debió decir cuando explosionó el escándalo Bárcenas, lo afirmó esta semana, sin un aspaviento, la mujer más votable de la vida política española.

“Resulta vomitivo que mientras nos íbamos a los velatorios de los asesinados por Eta, otros se llevaban la pasta”, declaró Arantza Quiroga, la mujer a la que le temblaban las piernas cuando acudía a los plenos del Parlamento vasco, sin saber todavía que los envile-cidos Bárcenas de turno se forraban el hígado con los caudales del partido, es decir, con el 90% de dinero público porque lo que el PP recauda a través de las cuotas de los afiliados solo alcanza para cubrir el 10% del gasto. Arantza Quiroga superó la tembladera virginal para expresar el asco que sienten los militantes del PP por lo ocurrido, por el saqueo de las arcas de Génova a cargo de unos cuantos listos que se han enriquecido.

A diferencia de Cospedal y de Quiroga, Mariano Rajoy lleva meses sin citar el nom-bre prohibido de la persona que, presunción de inocencia aparte, se perfila como el autor del robo a guante blanco que escandaliza a la opinión pública. Conviene apartar la hojarasca de las acusaciones partidistas de la izquierda así como la intoxicación de algunos medios de comunicación, pero, manipulaciones aparte, ahí está la evidencia de cómo enriquecerse con el dinero del partido, encendiendo además el ventilador del vertedero para ensuciar de inmundicia a todos o a casi todos. Bárcenas, erecto ante la avidez penal perfilada en el horizonte judicial, ha basureado a una parte considerable de la cúpula directiva del PP. Ante ciertas reacciones indiferentes al proceso judicial contra él desencadenado, el exteso-rero ha filtrado directa o indirectamente datos suficientes para que aquellos que escondían la cabeza bajo el ala del avestruz no hayan tenido otro remedio que dar la cara y beberse a sorbos la zupia del vino turbio. La podredumbre, en fin, se extiende entre el sector más putrefacto de la clase política española.

Como el fruto sano se zocatea enseguida cuando permanece pegado al que está cedizo, Arantza Quiroga, embravecida, ha hecho muy bien al golpear con la aldaba los portones de Moncloa y la puerta blindada de Génova para que Mariano Rajoy se dé cuenta de la gravedad de la situación. Berlusconi ha aprendido ya que no todo el monte de Venus es orégano. El juez puede mostrar ahora a Mariano Rajoy caminos insospechados en el escándalo Bárcenas. El presidente camina sobre el filo de la navaja de un pendrive en el que se agavillan los recibís no declarados a Hacienda. Arantza Quiroga, con la cara llena de ojos claros, se ha apartado del albañal sobre el que vierten las aguas turbias del partido. La corruptio optimi pessima descarga ya sobre las espaldas estevada del poder. Las zahúrdas de Génova rebosan inmundicia y cochambre. La dirigente vasca no quiere que la mezclen con la bazofia. “Tanto esfuerzo -ha dicho- para que al final la pringosa huella de unos pocos tapone la vocación de servicio a los ciudadanos de la gran mayoría

viernes, 5 de julio de 2013

Valderas: No me digas lo que eres y déjame ver lo que haces



Valderas, el comunista subastero
UNA cosa es que un comprador se aproveche de la libre concurrencia de la oferta y la demanda en un mercado libre y acabe comprando una vivienda a un buen precio; y cosa distinta es que se comporte como un subastero oportunista para sacar partido de la desgracia ajena. Y peor aún es compaginar la caza de gangas inmobiliarias con la condición de diputado comunista que se dedica a aprobar normas de expropiación de viviendas subastadas. Así que Diego Valderas, vicepresidente de la Junta y líder regional de Izquierda Unida, agudo ojeador de viviendas embargadas, debe aceptar que ha sido sorprendido en una de esas hipocresías que tumban el crédito de un político. Además, Valderas ha debido de hacer escuela –de negocio–, porque otro dirigente de IU de Andalucía también compró una vivienda embargada, aunque en este caso el propietario era una sociedad inmobiliaria. Comunistas en inmersión capitalista.
Si para un político es difícil justificar una vida privada poco coherente con sus postulados ideológicos, menos lo es para quienes se presentan como látigos moralistas de los demás, tendencia habitual en los extremistas de izquierda. La historia del comunismo es pródiga en ejemplos de cómo sus castas dirigentes –estalinistas o maoístas– predicaban para los demás un régimen de vida que no se aplicaban a sí mismos. Valderas ya tiene su dacha. Estos episodios de depredación inmobiliaria se suman a otros de igual hipocresía en otros ámbitos, y todos desmantelan la supuesta superioridad moral de la izquierda frente a la derecha. La crisis está demostrando que las conductas personales de los políticos son esenciales para generar confianza y consolidar liderazgos realmente constructivos. ¿Acaso Valderas piensa que cuando hable de la protección social de los desahuciados nadie recordará su lucrativo negocio a costa de uno de ellos?
 
Vuelo 444
IGNACIO CAMACHO
Del tiempo de los vuelos de Lady Aviaco o del piso de Valderas no ha cambiado la ley sino el paradigma moral. La mirada
HACE unos quince años, Magdalena Álvarez salió indemne y sin dar una sola explicación de un escándalo que hoy le habría costado la reputación política y el puesto público. Los célebres 444 vuelos gratis en Aviaco, cuando era consejera gubernamental de la aerolínea, quedaron enterrados en la impunidad de un tiempo en que el abuso de los privilegios de poder no sufría el escrutinio riguroso de una opinión pública sacudida por el hartazgo. Era la época de los pelotazos, la ostentación de los coches oficiales, la acumulación de cargos en instituciones y cajas, el cobro de dietas y sobresueldos, el disfrute de un estatus franquiciado en el que se movía con la mayor naturalidad la nomenclatura dirigente. El ciclo triunfal de los Bárcenas, los Correas, los Guerreros, los Rocas; un período que se prolongó hasta bien entrado el siglo XXI, cuando la persistencia catastrófica de la crisis aguzó la sensibilidad social hasta provocar un cambio de paradigma.
Fue en esa misma época cuando Diego Valderas compró sin remordimientos el piso del que acababan de desahuciar a su vecino. Y no mucho después cuando alguien decidió en algún despacho de la Junta de Andalucía crear un mecanismo opaco de subvenciones para los expedientes de regulación de empleo. Cuando Bárcenas repartía complementos salariales entre los altos cargos de su partido. Nadie le daba entonces importancia porque el dinero fluía como ríos bíblicos de leche y miel por las cañerías del Estado. Todavía durante su etapa de ministra, Álvarez utilizaba a discreción helicópteros militares y civiles para desplazarse a actos de partido o privados. Era normal; la normalidad de la casta, de la élite extractiva que mientras la prosperidad se derramaba por todas partes se beneficiaba de una anuencia indulgente. Había para todos y nadie se ponía quisquilloso.
Pero eso cambió de repente, cuando la bonanza se disipó de golpe entre estertores de sufrimiento de unas clases medias que fijaron su atención dolorida en un monumental agravio comparativo. Todos los escándalos que ahora vemos en los tribunales pertenecen a aquel tiempo alegre y dispendioso en el que cualquier exceso parecía posible, permitido y sobre todo eterno.
Y hoy Magdalena, la todopoderosa Mandatela, la arrogante Lady Aviaco, está imputada por una decisión de Gobierno que entonces formaba parte de la más espontánea rutina del poder. Y Valderas se refleja en el incómodo espejo de su doble rasero. Y a la cúpula del PP le persigue la sombra de unos sobres fantasma, y los malayos de Marbella están en la cárcel y el dicharachero Guerrero de los EREs pena cada gin-tonic que se bebió repartiendo dádivas. El simbólico vuelo 444 ha aterrizado en una pista inundada de susceptibilidades. No han cambiado las leyes, ni la justicia, ni el procedimiento. Lo que ha cambiado es la percepción moral, el estado de ánimo. Ha cambiado la mirada.

 Diego Valderas compró la casa de un desahuciado al precio por el que se subastó
alberto garcía reyes / sevilla
Día 05/07/2013 - 00.14h
El vicepresidente de la Junta adquirió a El Monte la vivienda de su propio vecino, que se había quedado en paro y no pudo hacer frente a una deuda familiar
El vicepresidente del gobierno andaluz, Diego Valderas
El actual vicepresidente de la Junta de Andalucía y líder de IU en el gobierno, Diego Valderas, impulsor de la polémica Ley Antidesahucios contra los bancos que ha aprobado el Parlamento Andaluz y uno de los grandes defensores de los movimientos en favor del derecho a la vivienda, adquirió su segunda residencia a precio de saldo precisamente gracias al desahucio de su vecino. Según la documentación notarial y del Registro de la Propiedad que obra en poder de este periódico, Valderas compró en 1995 el piso de enfrente del que ya tenía en su pueblo, Bollullos del Condado (Huelva), directamente a la Caja de Ahorros El Monte justo después de que esta entidad desahuciara a su propietario, M.J.A., que tras quedar en el paro no pudo seguir pagando un préstamo que debía a la citada caja.
El propio afectado ha confirmado a ABC que antes de que el procedimiento judicial de desahucio llegara a su fin ofreció el piso a Valderas por la cantidad que a él le quedaba por pagar, ocho millones de pesetas, con el fin de no tener que seguir pagando nada tras entregar el piso a la caja, ya que éste se había tasado para una primera subasta en tres millones y medio.
Sin embargo, el vicepresidente de la Junta, que entonces era presidente del Parlamento tras 15 años como alcalde de Bollullos, no adquirió directamente la vivienda a su propietario, sino que lo hizo tras la correspondiente subasta judicial en un procedimiento seguido en el juzgado de primera instancia número uno de Huelva. Diego Valderas y su esposa se hicieron con aquel inmueble anexo al que ya poseían desde 1991 el 25 de mayo de 1995. Y en la transacción pagaron 31.102,38 euros, cinco millones de pesetas, lo mismo que había abonado la caja en la citada subasta. Tres millones menos de los que le pedía su propio vecino, que tuvo que irse con su mujer y sus hijos a vivir a casa de sus suegros, donde sigue residiendo actualmente, y continuar pagando la deuda.
Tras dos explicaciones escuetas, el gabinete de Valderas ofreció ayer una tercera versión a ABC en la que explicaron que la casa de marras «llevaba cinco años cerrada» porque el propietario «había tenido un problema con su cuñado, que era constructor» y exactamente la persona que tenía la deuda con El Monte. Según este último relato, Diego Valderas «a los cinco años fue a preguntar de quién era la casa y le dijeron que era de la caja de ahorros». «No fue un desahucio», insisten, «sino que esa familia se fue a vivir a otra casa, que además es bastante grande».

 El comunista pillado
Publicado por Edurne Uriarte el jul 4, 2013
Y aun no ha hablado Ada Colau, la líder social de los acosos a los políticos del PP, sobre uno de los líderes políticos de ese movimiento, Diego Valderas, y su compra del piso de un vecino desahuciado. A la Caja que se quedó con la vivienda y a un precio bastante menor al pedido por ese vecino cuando no pudo seguir pagando su hipoteca.
Los hechos han sido desvelados por Alberto García Reyes hoy en ABC y constituyen uno de los ejemplos de hipocresía política más espectaculares de los últimos tiempos: Diego Valderas, vicepresidente de IU de la Junta, uno de los líderes políticos del movimiento anti-desahucios y artífice de la ley andaluza para la expropiación de bancos, compró a una Caja el piso de su vecino desahuciado. Ese vecino, que tuvo que irse a vivir a casa de sus suegros, había intentado venderle el piso cuando ya no pudo pagar la hipoteca. Diego Valderas rechazó la oferta pero compró el piso a la Caja a un precio mucho menor y unió su piso con el nuevo hasta lograr la vivienda de 194 metros cuadrados en la que ahora vive. Y la Caja, por cierto, le dio el préstamo para comprar la vivienda de su vecino desahuciado.
La historia da para récord de incoherencia política. Un comunista antidesahucios aliado con una Caja para quedarse con la casa de un desahuciado.
Este comunista es autor, entre otras muchas sentencias, de la siguiente:
“Debemos garantizar los derechos de los hipotecados ante los grandes poderes financieros”. Bien es verdad que nada dijo de proteger a los hipotecados de los vecinos más aprovechados.
Y aún no ha hablado Ada Colau. Sí lo ha hecho el portavoz de Valderas, Juan Félix Camacho, para insultar al periodista de ABC: “Sicario”, ha tuiteado. Lo que demuestra que la información es rigurosamente cierta, y que, dada la imposibilidad de negar los hechos, Valderas ha optado por intentar destruir la credibilidad del periodista.

IU justifica a Valderas en la compra del piso embargado porque lo hacen «miles de ciudadanos»
s.e. / madrid
Día 04/07/2013 - 15.08h
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«Estamos hablando de algo que ha formado parte de la cotidianeidad», afirma. El PP exige explicaciones al vicepresidente de la Junta de Andalucía
IU justifica a Valderas en la compra del piso embargado porque lo hacen «miles de ciudadanos»
efe
Diego Valderas, vicepresidente de la Junta e impulsor de la ley antidesahucios
Izquierda Unida (IU) ve normal que el comunista Diego Valderas, vicepresidente de la Junta de Andalucía, haya comprado la vivienda de un desahuciado. Y es que lo hacen «miles y miles de ciudadanos», que han adquirido sus viviendas «en las mismas condiciones» que Valderas.
Esta ha sido la reacción del portavoz parlamentario de IU ante la información publicada hoy jueves en ABC. El excoordinador regional de IU, impulsor de la ley antidesahucios, compró en 1995 en su pueblo, Bollullos Par del Condado (Huelva), una vivienda de un vecino que había sido desahuciado a la entidad financiera que la subastó.
«Estamos hablando de algo que ha formado parte de la cotidianeidad, durante mucho tiempo, en este país, donde se han embargado viviendas que han pasado al 'stock' de entidades financieras y que, a su vez, se han puesto a la venta», ha dicho el portavoz José Antonio Castro.
El portavoz de IU ha remarcado que dicha vivienda había sido embargada más de tres años antes, y son «muchas las familias que han comprado sus pisos después de que los mismos fueran embargados, bien a personas físicas o jurídicas» porque se ponían a la venta. Ha explicado que él mismo compró su piso a un banco que, a su vez, se lo había embargado a una sociedad inmobiliaria y no por eso es «Robin Hood».
El PP andaluz, por su parte, ha exigido a Valderas que dé explicaciones. La vicesecretaria de Políticas Sociales del PP-A, Dolores López, quiere saber si al vicepresidente de la Junta le benefició «su relación» con la caja de ahorros que había adquirido el inmueble. La compra se produjo cuando Valderas era alcalde de Bollullos Par del Condado (Huelva) y miembro de la asamblea de esa caja de ahorros.
En ese sentido, se ha preguntado cómo adquirió por cinco millones de pesetas un piso que había sido embargado por ocho millones de pesetas y ha pedido a Valderas que dé explicaciones porque «hay muchas dudas», ya que el vecino que era propietario del piso dice que se lo ofreció antes de ser desahuciado.
Y ha agregado: «No se puede estar por un lado dándose golpes de pecho para defender a los desahuciados y por otro jugando en contra de ellos».
 
Valderas, el repartidor del butano en IU
a. g. r. / sevilla
Día 04/07/2013 - 15.07h
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El vicepresidente de la Junta de Andalucía fue albañil, camarero, administrativo, repartidor de butano... Y en todos sus trabajos destacó como activo sindicalista de CC.OO.
Valderas, el repartidor del butano en IU
iván mata
Se quedó huérfano con 16 años y tuvo que salir de su pueblo, Bollullos del Condado, un paraíso del vino de Huelva, para ganarse la vida en Barcelona haciendo casi de todo. Fue albañil, camarero, administrativo, repartidor de butano... Y en todos sus trabajos destacó como activo sindicalista de CC.OO. hasta que en 1979, con las primeras elecciones democráticas, regresó a su tierra y se presentó a los comicios encabezando la lista del Partido Comunista.
Desde entonces, 34 años han pasado ya, Valderas no ha vuelto a trabajar más que en los despachos que le ha ido proporcionando la política, un oficio en el que se ha aburguesado acumulando cargos de todo tipo. En Bollullos fue alcalde durante 15 años siempre con mayoría absoluta. Pero su salto a la presidencia del Parlamento lo terminaría retratando. En su pueblo sus propios camaradas se escindieron del partido montando unas siglas independientes e IU no ha vuelto a levantar cabeza desde entonces. En la actualidad sólo tiene un concejal, que además es su jefe de prensa en la Junta de Andalucía. Y en el Parlamento alcanzó la presidencia en 1994 gracias a un pacto entre IU y PP contra el PSOE de un Manuel Chaves, que entonces gobernaba en minoría.
Aquella operación fue conocida como «la pinza», un acuerdo entre Luis Carlos Rejón y Javier Arenas del que Valderas salió beneficiado y proyectado como nuevo rostro de IU en Andalucía. Pero la «traición» a los principios de su partido nunca se la terminaron de perdonar en los ambientes comunistas más puristas, que jamás entendieron que el joven trabajador de orígenes humildes pusiera rostro al primer acuerdo sonoro con la derecha.
No obstante, su trabajo en las bases le ha permitido dirigir el partido en Andalucía hasta hace un mes, durante 13 años, y alcanzar el gobierno de Andalucía gracias a un pacto con Griñán que ha permitido a IU liderar políticas populistas como el decreto para repartir tres comidas al día entre los niños andaluces o la ley Antidesahucios, una lucha que ahora inflama su credibilidad después de tantos años tratando de dar la imagen de currante que le reportaba haber sido el repartidor del butano que llegó a la cima de la política.

martes, 2 de julio de 2013

ESPAÑA, UNA OLIGARQUÍA MANDADA POR LOS GABINETES DE LOS PARTIDOS:



Artículo de Luis María Anson publicado en El Mundo
 “A lo largo de mi dilatada vida profesional he conocido a muy pocos políticos tan capaces como Alfonso Osorio, tan serios, tan responsables, tan honrados, tan equilibrados, de tan rigurosa formación jurídica. Fue un impecable vicepresidente del Gobierno y los aciertos de la Transición, en parte sustancial, a él se deben.

Entrevistado por la periodista Victoria Prego, ha hurgado en las llagas que supuran en el cuerpo político español.
“Entre los hombres que estaban en el segundo Gobierno, salvo Marcelino Oreja, -afirma Alfonso Osorio- creo que ninguno de ellos entendía para nada cuál era el problema catalán y el problema vasco, que eran los que realmente existían.
Y, como querían diluir las ambiciones nacionalistas de catalanes y vascos y no sabían cómo hacerlo, al señor Clavero Arévalo, que Dios perdone, se le ocurrió lo del “café para todos” y el Gobierno lo aceptó.
Y fue un solemne disparate”.

Calla piadosamente Alfonso Osorio que él se opuso a la creación de esos 17 Estados de pitiminí que despilfarran el dinero público y fragilizan la unidad de la nación española, pero Adolfo Suárez y Fernando Abril pensaron que se trataba de una idea sagaz y apoyaron la fórmula de Clavero Arévalo.

“Al diputado español -asegura Osorio- el electorado le importa un bledo, el que le importa es el mandamás de su partido”.

La política no gira en torno al interés general sino en torno a los intereses de los partidos.
Por ejemplo, no se han suprimido los “miles de empresas públicas y oficinas que no sirven para nada, porque los que están instalados en esas empresas son los militantes de los partidos, y es mejor mantener en el puesto al militante del PSOE o del PP, que al obrero que trabaja en la fábrica, que ése se va al paro.
Se dijo que se iban a cortar los excesos, que se iban a suprimir esas empresas.
No se ha suprimido ni una.
Ni creo que, mientras sigan las cosas así, se vayan a suprimir… porque, al paro, a nuestros militantes no se les echa”.
El análisis de estas realidades le permite a Alfonso Osorio denunciar al presidente del Gobierno: “Rajoy llegó al poder prometiendo una regeneración democrática y no se ve ni por el forro que vaya a hacerse”.
Coincide así Alfonso Osorio con Pedro J. Ramírez que escribió en su artículo dominical: “Rajoy lleva camino de convertirse no en un gobernante al servicio de los ciudadanos, sino en la personificación de una clase política insaciable y de un Estado sobredimensionado cuyo peso impide el despegue del caldero”.
Propugna el que fue vicepresidente de la Transición una profunda regeneración democrática que nos equipare a países como Estados Unidos porque lo nuestro, según Osorio “no es una democracia, es una oligarquía mandada por los gabinetes de los partidos”.
Abre, en fin, el gran político un horizonte de esperanza: “El Rey tiene, en la Constitución y en su propia historia, fuerza más que suficiente para marcar el camino”. No estaría de más que Mariano Rajoy, aparte de recrearse aromado por el incienso que todos los días queman en su loor Soraya y María Dolores agitando el botafumeiro de Moncloa, se molestase en conversar un par de horas con Alfonso Osorio para aprender un poco de la moderación y la prudencia, de la dilatada experiencia de este político excepcional”.
Luis María ANSON de la Real Academia Española