Palabras de Maspons i Labrós a Alfons
XII en la presentación del " Memorial de Greuges" o la "Memoria
en defensa de los intereses morales y materiales de Cataluña"(1885)
"Señor: Jamás Comisión alguna ha
debido presentarse ante V. M. más conmovida que la que en este momento, y bien
inmerecidamente por cierto, tengo la honra de presidir. A excepción mía,
compónenla, Señor, los hijos más preclaros de Cataluña, aquellos que, así en
literatura como en ciencias políticas y morales, así en industria como en el
mero trabajo obrero, ocupan el primer lugar en Cataluña, y se acercan a las gradas
del trono en súplica de que V. M. se digne fijar su atención en las desgracias
que sobre nuestro país viene acumulando la política centralista y unificadora
de los partidos.
"Al efecto, tengo la honra de
suplicar que acepte esta exposición y esta Memoria, reflejo fiel, en nuestro
sentir, de los dolores y aspiraciones de Cataluña.
"Conocemos perfectamente, Señor,
las obligaciones que a la regia prerrogativa impone el sistema constitucional y
por que lo conocemos, no formulamos en la exposición y Memoria petición alguna
que pueda contrariar los preceptos constitucionales. Pero, por lo mismo,
conocemos lo que a la iniciativa de V. M. deja la Constitución, nos permitimos
rogarle que fije la atención en estos documentos.
"No tenemos, Señor, la pretensión de
debilitar, ni mucho menos atacar la gloriosa unidad de la patria española ;
antes por el contrario, deseamos fortificarla y consolidarla : pero entendemos
que para lograrlo no es buen camino ahogar y destruir la vida regional para
substituirla por la del centro, sino que creemos que lo conveniente al par que
justo, es dar expansión, desarrollo y vida espontánea y libre a las diversas
provincias de España para que de todas partes de la península salga la gloria y
la grandeza de la nación española.
"Lo que nosotros deseamos, Señor,
es que en España se implante un sistema regional adecuado a las condiciones
actuales de ella y parecido a alguno de los que se siguen en los gloriosísimos
Imperios de Austria-Hungría y Alemania, y en el Reino Unido de la Gran Bretaña,
sistema ya seguido en España en los días de nuestra grandeza.
"Lo deseamos no sólo para Cataluña,
sino para todas las provincias de España; y si en nombre de Cataluña hablamos,
es porque somos catalanes y porque en estos momentos sentimos como nunca los
males que el centralismo nos causa.
"Señor, se nos arrebató nuestro
sistema administrativo, que hoy encuentran bueno e imitan naciones cultas de
Europa, para ser substituido, primero por el sistema castellano, y hoy por una
copia imperfecta y viciosa del sistema francés.
"No podemos usar nuestra lengua más
que en nuestros hogares y en conversaciones familia-res: desterrada de las
escuelas, lo ha sido mas tarde de la contratación pública y también de los
tribunales, en los cuales muchas veces, y por muy ilustrados que sean, ni los
jueces entienden a los testigos y procesados, ni éstos entienden a los jueces.
" Y como si todo esto no fuera
bastante, hace tiempo que viene amenazándose, y hoy se intenta con empeño
destruir, o cuando menos adulterar, nuestro derecho civil, base indeleble de la
robusta y moral organización de la familia catalana y de nuestra propiedad, que
va aumentando y creciendo a medida que unas generaciones suceden a otras
generaciones.
A fuerza de trabajo y privaciones sin
cuento, nuestros industriales han creado una industria española que en cuarenta
años ha progresado y alcanzado altísimo nivel. Esta industria viene siendo
atacada de raíz de algunos años a esta parte, y últimamente lo ha sido y lo es
por medio del tratado con Francia y del proyecto de modus vivendi con
Inglaterra.
"Señor: sólo la poderosa iniciativa
de V. M., su alta sabiduría y el amor que profesa a nuestro país, puede poner
remedio a nuestros males. Rogamos, pues, a V. M. que lo haga, seguro de que no
han de faltarle las bendiciones del cielo, y la inmensa, la inmensísima
gratitud de los hijos de Cataluña."
RESPUESTA DE ALFONSO XII A LA COMISIÓN
QUE LE PRESENTÓ EL "MEMORIAL DE GREUGES". (1885)
"Que recibía satisfecho a los
representantes de Cataluña y una comisión tan notable en ciencias, literatura,
artes e industrias. Que comprende perfectamente estas reclamaciones, porque
Cataluña cumplía mejor, con su laboriosidad, la ley del trabajo impuesta por
Dios a todos, mientras dura nuestro breve tránsito por la tierra.
Que gracias a
lo expresado, España no era una nación exclusivamente agrícola, y por lo tanto,
pobre, de modo que si España tiene industria lo debe a Cataluña.
Que España sin
industria, y sólo con sus recursos naturales, no podía alimentar a sus
habitantes, y si, desgraciadamente, se llegase a perder lo que tiene, abriga el
triste presentimiento de que si Dios le concedía largos años de vida, al final
de su reinado España tendría menos habitantes que ahora.
Que por su carácter de
rey constitucional, tenía que atemperarse a las Cortes y a los ministerios, y
que en el caso particular del actual tratado, cuando se hizo el de Francia, fue
de prever que fatalmente venía el de Inglaterra.
Dijo que de todos modos
Cataluña podría llevarse la seguridad de que sería su abogado convencido, en
las cuestiones de su industria y de sus leyes, porque en cuanto a la primera
era proteccionista, y tan individualista como la Comisión por lo que respecta a
las segundas.
Dijo, finalmente, que recibía con mucho gusto la Memoria y tendría
interés en estudiarla".
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