MUCHOS EMPLEOS DEL “PLAN E” DURARON UN
DÍA
Luis María ANSON
José Luis Rodríguez Zapatero se inventó
el plan E para crear con urgencia empleo y presentarse a las elecciones
europeas del 2010 exhibiendo cifras confortables.
Lo consiguió y perdió por un solo escaño
frente a Rajoy.
La maniobra, eso sí, nos costó un ojo de
la cara.
En lugar de dedicar el plan E a la
pequeña y mediana empresa lo entregó a los Ayuntamientos para que contrataran
de forma fulminante y aliviaran el paro que galopaba.
Una parte considerable de los municipios
dedicaron el maná del plan E a las más absurdas y pintorescas obras públicas.
Hubo algún alcalde que recreó la fontana
de Trevi.
Otros derrocharon el dinero público en
farolas innecesarias, en vías ciclistas que nunca se utilizaron, en pabellones
deportivos y culturales que se quedan vacíos.
Un auténtico escándalo.
Zapatero consiguió su propósito de
aliviar por unos meses las cifras del paro.
Pequeñas y medianas empresas hubieran
creado con ese dinero puestos estables.
Los Ayuntamientos se dedicaron, salvo
excepciones, al despilfarro y a cubrir las apariencias.
Tres años después, el Tribunal de
Cuentas ha llegado a la conclusión terrible que el lector de El Imparcial pudo
leer anticipadamente en esta columna escrita al aire libre: “El 70% de las
obras desarrolladas no eran necesarias”.
Y lo que resulta más revelador: “Muchos
de los empleos del plan E duraron un solo día”.
No solo el plan E nos costó un ojo de la
cara.
Es que además no sirvió para casi nada.
Fue una tórpida maniobra política del
zapaterismo rampante que ahora se ha puesto oficialmente al descubierto y que
desvela un despropósito más de los que contribuyeron a acentuar la crisis
económica del Estado.
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