Estación Conde Duque, destino
Paracuellos
Lo sucedido en el cuartel madrileño y su
desenlace en las célebres fosas demuestra que el bando frentepopulista ejecutó
una operación política de eliminación de desafectos decidida con independencia
del Alzamiento y preparada durante semanas.
En la madrugada del 7 de noviembre de
1936, al pie del Cerro de San Miguel, frente a la que sería la Fosa nº1, fue
fusilado en Paracuellos del Jarama el teniente de Ingenieros Carlos Samper
Roure.
Había ingresado en el Ejército como
soldado raso, tenía 42 años y cuatro hijas de corta edad y llevaba detenido
desde el 20 de julio.
Escribió en cautividad veinte emotivas
cartas a su mujer y a sus pequeñas (tierno con éstas, amoroso y práctico con
aquélla) que han servido a su nieto Jesús Romero Samper como hilo conductor de
una de las más completas investigaciones sobre las sacas de aquel tétrico
invierno, publicada bajo el título Cartas a Paracuellos (De Buena Tinta).
Las muertes del Cuartel de la Montaña
han eclipsado lo que sucedió en el cercano Cuartel de Conde Duque, que alojaba
un centro de Transmisiones donde estaba destinado el teniente Samper.
Las unidades quedaron acuarteladas al
estallar el Alzamiento. No estaban comprometidas con él y quedaron a la espera
de órdenes.
Aisladas de la cadena de mando,
enseguida fueron cercadas y hostigadas por grupos de milicianos, a quienes
contuvieron con el mínimo de fuego.
Finalmente se entregaron a la Guardia
Civil, pero el destino de cuarenta y tres militares estaba sellado.
No como represalia por un movimiento en
el que no habían participado, sino como fase del estudiado plan frentepopulista
de exterminio de desafectos.
Nunca hasta ahora se habían conocido al
detalle esas cuarenta y ocho horas.
Como el papel jugado por un soplón, el
soldado comunista Cristóbal Parra Berruezo, que dirigía una célula
revolucionaria. Proporcionó información a los asaltantes y luego acusó a mandos
y compañeros, contribuyendo al asesinato de 43 inocentes y a la desaparición de
otros 11.
Incluso una sentencia judicial de 1937
admite que mintió.
Arena blanda y fosas
Las cartas de Samper permiten conocer
cómo era la vida en la Modelo: relativamente aceptable, aunque en progresivo
deterioro, en cuanto a visitas, comida y hábitat.
Sólo al final los presos intuyeron su
destino: “Estad siempre alegres y contentas”, escribe a sus pequeñas, con la
pesadumbre de quien sabe el mazazo que les aguarda y signará sus vidas.
En realidad no tuvieron certeza de lo
sucedido hasta terminada la guerra, cuando supieron que era uno de los caídos
en algún lugar de Paracuellos.
¿Por qué allí?
Romero Samper documenta las razones por
las que se eligió ese paraje para las matanzas.
La orografía, como una pendiente del 82%
en algunos parajes que dejaba en un alto casi invisible el enclave donde
tableteaban las ametralladoras.
El terreno, arena blanda y húmeda óptima
para excavar las amplias fosas que debían ocultar miles de cuerpos. Y, sobre
todo: asegurar una depuración criminal larga y sistemática ajena a los vaivenes
del frente. Nada se dejó al azar, y se trabajó durante semanas en seleccionar
el sitio.
La munición encontrada corresponde a once
tipos de armas. El análisis de sus zonas de concentración permite trazar un
mapa casi perfecto de cada saca de fusilamientos, y demuestra el aporte de
fusiles y revólveres de procedencia soviética: miles de Mauser 98,
ametralladoras Maxim o fusiles ametralladores Degtyarev habían sido entregados
en aquellas fechas.
En pocas
horas ese armamento ya se estaba dedicando a la masacre. Lo que da idea de la
partida que se jugó en España.
“…nos hemos
preocupado un poco por limpiar la retaguardia. Es difícil asegurar que en
Madrid está liquidada la Quinta Columna, pero lo que si es cierto es que allí
se han dado los golpes más fuertes…y esto se debe a la preocupación del Partido
y al trabajo abnegado, constante, de dos camaradas nuevos,… el camarada
Carrillo, cuando fue Consejero de Orden Público, y el camarada Cazorla,…”
Declaraciones
publicadas de Francisco Antón en “Discursos pronunciados en el Pleno Ampliado
del Comité Central del Partido Comunista de España, celebrado en Valencia los
días 7 y 8 de Marzo de 1.937.” (Biblioteca Central Militar. Armario Especial.
Signatura 1.048).
“Habrá diez
mil quinientos (refiriéndose a la población “penal” en Madrid en) pero dentro
de muy pocos días solamente tienen que quedar quinientos…”
Réplica del Ministro de Justicia (Juan García Oliver) al Secretario Técnico de Prisiones (Antonio Fernández Martínez), según declaraciones de Manuel Guerrero Blanco (funcionario del Ministerio de Justicia) en AHN-CG 1526 (2), Ramo Nº 3, Folio 34.
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