miércoles, 22 de mayo de 2013

HACE 100 Años. Benito Pérez-Galdós



“Los dos partidos que se han concordado para turnarse pacíficamente en el Poder son dos manadas de hombres que no aspiran más que a pastar en el presupuesto.
Carecen de ideales, ningún fin elevado los mueve; no mejorarán en lo más mínimo las condiciones de vida de esta infeliz raza, pobrísima y analfabeta.
Pasarán unos tras otros dejando todo como hoy se halla, y llevarán a España a un estado de consunción que, de fijo, ha de acabar en muerte.
No acometerán ni el problema religioso, ni el económico, ni el educativo; no harán más que burocracia pura, caciquismo, estéril trabajo de recomendaciones, favores a los amigotes, legislar sin ninguna eficacia práctica, y adelante con los farolitos... Si nada se puede esperar de las turbas monárquicas, tampoco debemos tener fe en la grey revolucionaria (...)
No creo ni en los revolucionarios de nuevo cuño ni en los antediluvianos (...)
La España que aspira a un cambio radical y violento de la política se está quedando, a mi entender, tan anémica como la otra.
Han de pasar años, tal vez lustros, antes de que este Régimen, atacado de tuberculosis ética, sea sustituido por otro que traiga nueva sangre y nuevos focos de lumbre mental”
Tendremos que esperar como mínimo 100 años mas para que en este tiempo “si hay mucha suerte” nazcan personas mas sabias y menos chorizos de los que tenemos actualmente… ¡pobres españoles! lo que nos costara recuperar lo perdido.
Fragmento de "La fe nacional y otros escritos sobre España", Benito Pérez-Galdós (1912).

A finales del XIX, cuando España perdió sus últimas colonias, se aceleró la decadencia del país y cobró fuerza el nacionalismo.
En medio de ese ambiente convulso, Benito Pérez Galdós hizo un llamamiento a formar entre todos "la fe nacional" en un texto apenas conocido que se publica ahora.
Ese texto, que sí fue editado en Canarias en varias ocasiones, pero no fuera del archipiélago, llega ahora a las librerías españolas en la colección de breviarios de Rey Lear, y muestra su esperanza en que sea "la unión lo que garantice la superación de aquella crisis", como señalan en el prólogo el editor Jesús Egido y José Esteban, experto en el novelista canario.
En el mismo libro se han recuperado también otros artículos y textos de Galdós sobre España, algunos de los cuales podrían haber sido escritos ahora, como el de "Dinero, dinero, dinero", de enero de 1865: "El vil metal es causa de todos los conflictos: todas las crisis políticas son juegos de chicos, comparadas con una crisis financiera", decía este escritor que fue uno de los grandes narradores de su época.
"No es la Discordia, es la crisis. La crisis financiera, que es la más terrible de las crisis. La pobreza, mas no de uno, sino de todos los españoles, la bancarrota de una nación, la sublimidad del desfalco, el trueno reducido a su más augusta expresión", afirmaba el autor de "Misericordia" en "Dinero, dinero, dinero".

La reflexión "más triste" que produce la lectura del libro es que "seguimos igual que hace cien años. Los grandes problemas del país siguen siendo los mismos y nadie parece que tenga capacidad para solucionarlos", señala Egido en declaraciones a Efe.
En 1898, tras la pérdida de las últimas colonias, España "se avergonzaba de su derrota y la alta burguesía conservadora y católica de regiones periféricas, alentadas por las potencias extranjeras, encuentra en el nacionalismo una coartada para proteger su riqueza sin necesidad de compartirla con el resto del país", afirman Egido y Esteban.
Como le dice a Efe este último, autor de varios libros sobre Galdós, "La fe nacional" es la respuesta "maravillosa, rotunda e increíble" a los vientos separatistas que soplaban en Canarias y también en Cataluña y País Vasco.
"Galdós creía en España como unidad nacional de destino y tenía una viva conciencia de España", añade Esteban.
El 9 de diciembre de 1900, cincuenta canarios homenajean en Madrid a Galdós (1843-1920) para celebrar la publicación del último tomo de la tercera serie de los "Episodios Nacionales".
En el discurso que pronunció ante sus paisanos, Galdós aseguró que en todos ellos vivía "y vivirá siempre el alma española" (...). "Tengamos fe en nuestros destinos, y digamos y declaremos que no se nos arrancará por la fuerza, como rama frágil y quebradiza, del tronco robusto a que pertenecemos".
"Ahora que la fe nacional parece enfriada y oscurecida, ahora que en nosotros ven algunos la rama del árbol patrio más expuesta a ser arrancada, demos el ejemplo de confianza en el porvenir. (...) De este modo contribuiremos a formar lo que hace tanta falta: la fe nacional. Cada cual en su esfera, grande o chica, debe ayudar a formarla y robustecerla, pues sin esa gran virtud no hay salvación posible para las naciones", decía el autor de "Misericordia".

Pero hay más artículos en este interesante libro, y siempre queda claro en ellos "el espíritu abierto y liberal de Galdós". Como en "Soñemos, alma, soñemos", en el que formula la necesidad de un esfuerzo educativo y cultural para que el país pueda mejorar: "Como el agua a los campos, es necesaria la educación a nuestros secos y endurecidos entendimientos", aseguraba el gran escritor.
Y si en "¿Más paciencia?..." propone la acción para acabar con las diferencias entre la población urbana y la rural -"contra paciencia, acción; contra miseria, bienestar", escribe-, en el ya citado "Dinero, dinero, dinero" apunta con humor una posible solución para la crisis: que los ricos cedan sus joyas a Hacienda y que la Iglesia haga lo mismo con "la quincalla de plata y oro que constituye la superflua opulencia de los templos".

Pero Galdós sabía que "la Hacienda no saldrá de apuros por ese camino".
El libro contiene además una breve antología de textos sobre España, entresacados de los "Episodios Nacionales" y plenamente vigentes algunos.
En el de "Cánovas" deja clara su opinión sobre los políticos: "Los dos partidos que se han concordado para turnar pacíficamente en el Poder, son dos manadas de hombres que no aspiran más que a pastar en el presupuesto".
Y tampoco era buena su opinión sobre los Borbones: "El Borbonismo no tiene dos fases, como creen los historiadores superficiales... Aquí y allá, en la guerra y en la paz, es siempre el mismo, un poder arbitrario que acopla el Trono y el Altar, para oprimir a ese pueblo infeliz y mantenerlo en la pobreza y la ignorancia", decía Galdós en "España sin Rey".
Ana Mendoza.

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