En
la pasada legislatura, Díez fue descrito como un "fontanero" de la
Moncloa, es decir, uno de los asesores de referencia de Zapatero.
LIBRE
MERCADO 2013-05-18
Sin
duda, muchos lectores conocerán a Díez de las tertulias televisivas o
radiofónicas a las que acude para ofrecer su visión de la crisis.
Durante la
anterior legislatura, Díez fue descrito en la prensa como un
"fontanero" de la Moncloa, es decir, como un consejero del Ejecutivo
socialista: "Cuando el Presidente quiere un consejo externo y Javier de
Paz comunica, Zapatero marca el número de José Carlos Díez".
En
la actualidad, además de ejercer su actividad docente, Díez es economista jefe
de Intermoney, la sociedad de valores que más expertos económicos aportó al
Gobierno del PSOE.
Dicha
firma copó numerosos altos cargos en la era Zapatero y, como explicó Emilio J.
González en 2007, "se ha movido para tratar de colocar a su gente en
puestos clave de la supervisión del sistema financiero".
Como
describió este periódico hace más de cinco años, Intermoney también ha estado
cerca de algunas de las operaciones más discutidas de la era Zapatero. Entre
ellas, el asalto a BBVA o el asalto a Endesa.
Sus
observaciones más polémicas
En
2009, Díez aseguró que el mercado inmobiliario ya se había reordenado y había
superado el pinchazo de 2007 y 2008. Según
el economista, "los mercados ajustan por precios o cantidades, y el de
vivienda ya lo ha hecho.
En
2010 veremos a la demanda embalsada volver al mercado.
Los precios se
estabilizarán y subirán lentamente hasta que se absorba el exceso de oferta.
Luego volveremos a ver un "boom" y volveremos a hablar de
burbujas".
Ese
mismo año, el economista observador insistía en que "nuestra burbuja ya ha
pinchado" y señalaba que "la demanda de viviendas ya está
repuntando", debido a que "los precios están próximos al suelo y
nuestro sistema bancario resiste y ha sido el único de los principales países
que no ha necesitado recapitalizaciones con dinero de los contribuyentes".
Díez
hablaba entonces del sistema financiero señalando que "sigue con ratios de
solvencia elevados".
El
economista decía "basta ya" a quienes "demonizan" a las
cajas de ahorro, afirmando que algunas de estas entidades "tienen una
gestión envidiable", gracias a directivos que "podrían dar clases
magistrales" en las escuelas de negocios de Londres.
Refiriéndose
al periodo 2008-2009, Díez insistió en que "el gobierno y el Banco de
España no estuvieron tocando la guitarra desde el comienzo de la crisis"
sino que, "como la cigarra de la fábula de Samaniego", los equipos de
Zapatero y Fernández Ordoñez "han sido las hormiguitas que han estado
trabajando todo el verano para abastecerse el duro invierno".
Díez
entendía entonces que España tenía "el sistema bancario más capitalizado
del planeta", y destacaba que "no sería posible contar la historia de
nuestro Pura Sangre español sin contar con un sistema bancario tan
eficiente".
Díez
también se refirió a la economía española como un Pura Sangre en 2007, año que
sirvió de preludio para la crisis que seguimos sufriendo en 2013.
Entonces, el
"economista observador" aseguró que la "burbuja
inmobiliaria", "baja productividad" e "insostenibilidad del
déficit por cuenta corriente" no eran problemas reales sino mitos que
convenía aclarar.
"Atendiendo
a la evidencia empírica, hay que ser prudentemente optimista y apostar a
ganador por nuestro Pura Sangre", explicaba Díez meses antes del desplome
de la economía española. El "economista observador" entendía entonces
que los tipos y las primas de riesgo mundiales seguían favoreciendo "un
modelo de crecimiento tan apalancado como el nuestro".
Díez
también afirmó lo siguiente: "Los economistas hemos contribuido al mito de
la burbuja inmobiliaria. Existen fundamentos de oferta y demanda que permiten
descartar la existencia de una gran burbuja. El desajuste de oferta se tendrá
que corregir (…) pero eso no significa que (…) el pinchazo vaya a tener efectos
devastadores sobre la economía real y el resto de los sectores".
El
Pura Sangre español se caracterizaba, según Díez, por tener "lo mejor de
los países desarrollados y lo mejor de los emergentes". El economista
entendía que España "no tiene un problema de escasez de ahorro" y
que, el crecimiento económico para 2008, 2009 y 2010 se mantendría "por
encima del 3,5% hasta 2010". Además, negaba que el déficit por cuenta
corriente reflejase la "pérdida de competitividad" de nuestra
economía.
Un
Roosevelt europeo
En
el capítulo 9 de su nuevo libro, Díez afirma que "el euro es ante todo un
proyecto político", y explica que la integración europea "sacó a
España del ostracismo, modernizó nuestra economía y nos hizo más fuertes y
competitivos". El economista sale en defensa del euro pues cree que su
ruptura "sería un desastre para nuestro futuro"… Pero advierte que
"si el euro no consigue generar crecimiento y eliminar el desempleo que ha
generado la depresión, será la propia sociedad la que presione a sus dirigentes
para salirse de la moneda única".
Díez
pide a Europa que imite las medidas del presidente estadounidense Franklin D.
Roosevelt, a quien aplaude por haber abandonado el patrón oro y devaluado el
dólar. El autor de Hay vida después de la crisis señala que "en todas las
crisis de deuda se repite la misma dinámica: primero se asusta al país
diciéndole que la devaluación es el apocalipsis, pero la devaluación y la quita
estabilizan la deuda y permiten finalizar el ajuste fiscal. Tras la devaluación
basta con que el país congele los salarios, el gasto público y la inflación se
encargan del resto. La devaluación posibilita un empobrecimiento ordenado e
inconsciente de la sociedad, que vuelve a consumir".
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