Dos
millones de euros ha costado curar a Teresa Romero. Bien empleados están. La
auxiliar se contagió de ébola cuando trabajaba generosamente y todos los
servicios de Sanidad se han volcado para evitar su muerte. Desde el primer
momento se vio que el marido de la auxiliar quería sacar tajada económica de la
situación arremetiendo contra los responsables de Sanidad, que estaban
realizando una admirable labor.
Un
médico, conocedor a fondo de la situación, ha dirigido una carta demoledora a
Teresa Romero en la que dice: “Tú, y muchos otros sanitarios atendisteis al
primer español llegado el 6 de agosto de África con ébola, el religioso Miguel
Pajares, y nadie se contagió. El descuido por el que te contagiaste ocurrió
presuntamente tras fallecer el segundo misionero, el 26 de septiembre. Y si los
trajes no fueran seguros o no fuera correcto el protocolo para quitárselos, tú
o alguno de tus compañeros os habríais contaminado desde el primer día.
“Fue
un error tuyo, y como lo sabías, sospechaste que estabas infectada y procuraste
evitar el contagio de tu marido. Pero callaste ante la médico de cabecera y las
peluqueras que te depilaron, y por tu silencio no pusieron cuidado alguno en
evitar contacto con tus fluidos y pudieron haberse contagiado, y por
ignorancia, haber esparcido el ébola y provocar una pandemia.
“Da
las gracias, y no pleiteéis, ni tú ni tu marido, porque la médico y las
peluqueras pueden hacer lo mismo contigo, porque sabías que habías roto el
protocolo del ébola, excesivamente fácil de cumplir según reconoció la OMS, y a
nadie dijiste nada, te callaste. Cállate ahora también y limítate a dar las
gracias”.
Teresa
Romero provocó una ancha solidaridad en España a la que me sumé desde el primer
momento. Tal vez lo mejor para ella y para todos es la discreción y el silencio
que le ha recomendado un compañero médico bien enterado de todo lo ocurrido.
Luis
María ANSON de la Real Academia Española
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