Mariano
Rajoy ha publicado en el diario El Mundo un artículo síntesis de su gestión de
Gobierno. Se instaló en Moncloa en 2011 con la afirmación de Elena Salgado y
Rodríguez Zapatero de que el déficit era del 6%. La realidad es que se había
encaramado al 9,9% y eso descompuso el programa electoral del PP. Rajoy se
entregó a resolver la crisis económica, con España al borde del rescate. La
objetividad exige reconocer que acertó.
La
prima de riesgo alcanzó en el verano de 2012 los 638 puntos; hoy está en el
entorno de los 120. El paro aumentaba a un ritmo del 7,5% anual y hoy baja al
5,9%. La Seguridad Social caía al 2% anual y hoy se incrementa al 2%. Del
furgón de cola de la recesión se ha pasado a la vanguardia del crecimiento en
la Europa del euro. La pesadilla del rescate se quedó en el sueño de una noche
de verano y los horizontes están despejados.
Nadie
puede negar, desde la objetividad, que las arriesgadas medidas de Rajoy y la
reforma laboral han cambiado el panorama atroz de la España zapatética del
2011. Junto a los datos incontrovertibles esgrimidos por el presidente del
Gobierno en su artículo de El Mundo está la gestión política mucho menos
afortunada y que ha vaciado de votos la cesta del PP. Mariano Rajoy ha
marginado sus compromisos con las víctimas del terrorismo que tanto le ayudaron
en su escalada a la Moncloa. Se ha ceñido a la ruta de Zapatero, tal vez porque
no quería abrir flancos delicados en plena crisis económica, pero la realidad es
que ha aceptado la negociación política de tú a tú que el Gobierno zapateresco
hizo con Eta y que constituye una auténtica indignidad nacional. El resultado
es que los proetarras gobiernan ya en Guipúzcoa, en el ayuntamiento de San
Sebastián y en varias docenas de municipios.
Para
complacer al matrimonio Arriola-Villalobos, Mariano Rajoy ha sacrificado a
Alberto Ruiz-Gallardón y ha congelado la reforma de la ley del aborto por lo
que clamaban las bases del PP que defienden los principios de derecho público
cristiano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario