ABC_ES / MADRID
Día
18/12/2014 - 08.37h
El
líder del PSOE ha atacado duramente a Rajoy utilizando la famosa frase que todo
el mundo atribuye por error al franquismo
«La
calle es mía»: la leyenda urbana sobre Fraga que Sánchez se creyó
EFE
Manuel
Fraga en 2004
«Solo
le falta decir, como en época de Franco, aquello de “la calle es mía”», le ha
espetado Pedro Sánchez a Mariano Rajoy, muy seguro de sí mismo. Y, por si fuera
poco, su ataque ha continuado por los mismos derroteros, con aseveraciones como
que «es usted el presidente más retrógrado de la democracia» o «legisla para la
derecha más extrema». Lo que no sabe el líder del PSOE es que la famosa frase
utilizada contra el presidente del Gobierno no fue dicha precisamente durante
la época de Franco, ni tan siquiera por Manuel Fraga en aquella época.
La
frase de «la calle es mía» no es más que una leyenda urbana surgida alrededor
de la figura del presidente fundador del Partido Popular, al que todo el mundo
ha atribuido la autoría en las últimas décadas. Algo, sin duda, a lo que ayudó
su, en ocasiones, fuerte carácter. El bulo tiene su origen en la primavera de
1976, una vez muerto Franco e iniciado ya el periodo de la Transición. Desde
ciertos sectores de la clase dirigente menos aperturista se había iniciado una
operación con el objetivo de evitar la legalización del Partido Comunista de
España.
En
este contexto, Fraga, como vicepresidente del Gobierno de Carlos Arias Navarro
y ministro de la Gobernación, celebró varias reuniones con los socialistas en
las que expresó que la legalización del PSOE no era de momento la mejor opción.
Según dijo: «Si Dolores Ibárruri vuelve a España, no voy a tener policías
suficientes para protegerla y evitar que la maten». Y lo mismo pensaba de la
llegada de Carrillo.
Demonización
de Fraga
Aquella
era la época de la demonización del futuro fundador del PP. Fue el contexto en
el que se atribuyó la famosa frase a Fraga, que fue obra de los sectores comunistas
a través de un artículo escrito en uno de los semanarios de información
política más influyentes de entonces: «Triunfo». Esta publicación acostumbraba
a publicar reportajes con una gran carga literaria en los que solían narrarse
los enfrentamientos con Fraga, con la intención de deteriorar su imagen.
Algunas de sus firmas más conocidas eran Víctor Márquez Reviriego, Luis
Carandell o Manuel Vázquez Montalbán.
«Triunfo»
publicó uno de sus artículos contando una conversación telefónica entre el
vicepresidente Fraga y el profesor Ramón Tamames, que entonces era uno de los
líderes ideológicos del PCE. Entre ambos, a pesar de sus diferencias, existía
cierta amistad. Sin embargo, jamás se ha encontrado en las hemerotecas que
semejante afirmación se hubiera desarrollado en esos términos, ni ninguna
prueba de que esta ni tan siquiera se hubiera producido. Sin embargo, se
atrevieron a reproducirla literalmente:
«–
Dime, Manolo
–
Tamames, me informan que habéis convocado una manifestación para esta tarde.
–
Así es.
–
¡Pues desconvócala ahora mismo!
–
¡Hombre, Manolo! Eso no depende sólo de mí. Y aunque dependiese, no lo haría.
–
¡Pues te advierto, Ramón, que la calle es mía!
–
También es de los demás.
–
¿Y para qué es la manifestación, si se puede saber?
–
Para exigir derechos ciudadanos y libertades democráticas, Manolo.
–
Tamames, todo eso lo vamos a dar nosotros.
–
Pues a ver si os dais prisa, porque son cosas que llevamos años pidiéndolas.
–
Oye, que el “timing” político de este país lo marco yo».
Cuando
pocos meses, después Adolfo Suárez fue elegido presidente del Gobierno, la
frase de «la calle es mía» ya se le había atribuido a Fraga y se había
convertido en una de las leyendas urbanas más extendidas de la historia del
periodismo español. La frase se convirtió en un todo éxito de desprestigio para
el fundador del PP, ya que respondía al enérgico carácter de don Manuel.
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