PABLO
SEBASTIÁN 16/04/2015
El
tobogán infernal de la corrupción del bipartidismo PSOE-PP no cesa y se amplía
de manera espectacular a 40 días de las elecciones municipales y autonómicas
del 24 de mayo. Y así, cuando estábamos pendientes de la investigación del
Tribunal Supremo sobre responsabilidades de Chaves y Griñán en el ‘gran fraude’
los ERE de Andalucía, al PP le acaba de estallar en las manos el caso de la
detención de Rodrigo Rato por presuntos delitos de fraude fiscal, blanqueo de
capitales y alzamiento de bienes, detectados en la investigación que la Agencia
Tributaria ha hecho a Rato tras acogerse a la amnistía fiscal decretada por el
gobierno de Rajoy en 2012.
Estamos
asistiendo a un lamentable espectáculo de ignominia nacional en el que están
implicados ex altos responsables de los primeros partidos de España, PP y PSOE.
Y donde los actuales dirigentes no acaban de poner coto a la corrupción, sino
que siguen amparando imputados por doquier y eludiendo las responsabilidades
políticas, con la excusa de que están a la espera de confirmación de
imputaciones penales, a pesar de que los casos son flagrantes y están en los
medios y distintos procesos judiciales.
Ha
sido la filtración de la noticia a la prensa de que Rato se había acogido en
2012 a la amnistía fiscal y estaba siendo investigado por blanqueo de capitales
lo que ha provocado la actuación del Gobierno -no podían aplazar decisiones sin
verse implicados- y la detención de Rato, a petición de la Fiscalía y del
Juzgado 35 de primera instancia de Madrid.
Y
todo ello en medio de un gran espectáculo televisivo y en direct durante el
registro de la casa y despacho de Rato por agentes de la Agencia Tributaria.
Tras lo que la fiscalía ordenó – por sugerencia ‘caritativa’ del Gobierno,
imaginamos- su puesta en libertad. Aunque solo de momento y a la espera de que
comparezca ante el juez que tomará declaración a Rato y decidirá su situación
procesal en la que no se descarta el ingreso en prisión.
Lo
que, como es lógico, ha provocado una oleada de indignación social contra el PP
al conocerse los presuntos delitos de Rato y todo un terremoto político en la
Moncloa, donde creyeron que los problemas judiciales de Rato, por el caso
Bankia donde está imputado por varios presuntos delitos, se camuflarían en la
lentitud de la Justicia y, una vez pasado el primer mal trago, se prolongarían
más allá del año electoral en curso. No ha sido así, Rato le acaba de estallar
en las manos a Rajoy en plena campaña electoral.
Y
esta situación afecta directamente a la imagen de España en el exterior -dada
su condición de ex director del FMI-, al Gobierno de Rajoy como ex
vicepresidente del Gobierno del PP y al PP, partido en el que sus máximos
valedores han sido José María Aznar, Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre. Estos
dos últimos como autores de su nombramiento en la presidencia de Bankia.
Naturalmente,
algunos presentirán ahora por qué Aznar no nombró a Rato como su sucesor y
candidato a la presidencia del Gobierno en 2003, puesto que finalmente ocupó
Rajoy. Porque puede que Aznar conociera la fortuna que su ex vicepresidente
tenía en el extranjero -regularizada en la amnistía de 2012- o porque descubrió
durante las elecciones del año 2000, donde el PP logró la mayoría, los oscuros
negocios de los hermanos Rato, el enorme endeudamiento con los bancos de su vicepresidente
del Gobierno, Rodrigo Rato, y los presuntos favores y quitas que de su deuda le
hicieron algunas entidades financieras.
Asuntos
todos ellos por los que Aznar no le nombró sucesor, aunque tampoco le impidió
-sabiendo que Rato no era ‘trigo limpio’- proponerlo para dirigir el FMI,
institución que abandonó Rato a mediados de su mandato de manera sorprendente y
no explicada por él. Lo que todavía sigue siendo una incógnita que tarde o
temprano se desvelará. ¿Acaso descubrieron en Washington sus negocios y cuentas
opacas?
El
escándalo y detención de Rodrigo Rato nos recuerda ahora aquel otro de Mariano
Rubio, ex gobernador del Banco de España, que acabó en prisión por fraude
fiscal y cuentas opacas durante el gobierno de Felipe González. Y se suma, en
breve espacio de tiempo a otros grandes casos de corrupción del PP que llevaron
a la cárcel a Bárcenas, Matas, Fabra y Granados en los últimos meses, y los que
llevarán también a prisión a otros muchos de sus dirigentes y gobernantes, hoy
encausados en decenas de casos.
Y
¿con qué cara se va a presentar el PP en la campaña electoral de mayo que está
a punto de comenzar? Sobre todo cuando se sospecha que tanto la Agencia
Tributaria, que depende del ministro de Hacienda, Montoro, como la Fiscalía no
actuaron contra Rato hasta que se filtró a la prensa que Rato se había acogido
a la amnistía de 2012 y estaba siendo investigado por blanqueo de capitales. Un
retraso mal calculado con el que al parecer el Gobierno de Rajoy esperaba
eludir el escándalo en la campaña electoral del 24 de mayo que ahora está a
punto de comenzar. Ahora el discurso del PP será decir que el Gobierno lica la
Justicia a todos por igual. No es cierto, Barcenas y Granados entraron de cBeza
en prisión y Rato, de momento, está en libertad y ya veremos cuando le toca
declarar y que dice el fiscal, que ayer lo puso en libertad.
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