Luis María ANSON
*.- Esperanza Aguirre ha sido ministra.
*.- Ha sido presidenta de
la Comunidad de Madrid.
*.- Ha presidido el Senado.
*.- Habla idiomas.
*.- Tiene una
preparación excepcional.
*.- Cien empresas se la disputaron cuando dimitió de la
presidencia comunitaria.
*.- La retribución que la compañía que la contrató ha
venido pagándola está por debajo de los honorarios de mercado para una persona
con las características de Esperanza Aguirre.
El golpe bajo que, dos días antes de las elecciones, se le
ha propinado con difusión en periódicos impresos, hablados, audiovisuales y
digitales, ha sido miserable, de una ruindad con escasos precedentes.
*.- A los que
han disparado el tiro les puede salir por la culata porque la reacción de un
sector muy amplio del electorado madrileño ha sido favorable a la candidata.
Posiblemente muchos indecisos saldrán de su indecisión para depositar el
domingo en la urna la papeleta que favorece a Esperanza Aguirre.
*.- En una democracia pluralista plena, la acción política debe
tener sus límites. En España ya vemos que no. En vísperas electorales se comete
el delito de levantar el secreto de la Agencia Tributaria con el propósito de
instalar en la picota a un candidato y aquí no pasa nada. O pasa muy poco.
Lo
ocurrido, en fin, es una indecencia, una tropelía, una muestra de la bajeza de
algunos políticos dispuestos a todo con tal de escalar el poder.
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