viernes, 22 de mayo de 2015

La clave será pactar

El Mundo | Carlos Malo de Molina
Lo cierto es que la estrategia de utilizar las elecciones andaluzas le ha salido, una vez más, excelentemente al Partido Socialista. Pero eso no quiere decir que haya cambiado la situación.
Sólo ha cambiado el escenario.
Eso sí, Susana Díaz se ha fortalecido. Prácticamente el PSOE está donde estaba, estas últimas elecciones les han dado una bocanada de aire fresco pero no ha cambiado la situación de fondo.
Ahora, en vez de pelear por el voto para ser la segunda fuerza con Podemos, está compitiendo por este necesario y ansiado segundo puesto también Ciudadanos.
La realidad ante las próximas elecciones autonómicas y municipales es que el Partido Popular sigue destacado y, en segundo lugar, existe una pugna muy fuerte a tres bandas entre PSOE, Podemos y Ciudadanos.
Los elementos que marcan la situación son, en primer lugar, como han demostrado las elecciones andaluzas, la fuerza del que ostenta el poder, que si en el caso de Andalucía era el PSOE como la opción más importante, en la mayoría de los casos del resto de autonomías y de grandes municipios de España es el PP.
El Partido Popular también cuenta ahora con una mayor evidencia de los signos claros de recuperación económica, recuperación que, si bien, ya no se niega, desde muchos ámbitos, tanto de la política como del poder mediático, se infravaloran. La realidad es que la recuperación viene fuerte, mucho más de lo que nadie hubiera pensado, pero es cierto que a la ciudadanía, vapuleada por años de penuria le está costando aceptar la bondad de los números.
Está de moda argüir que la macroeconomía va bien, pero que esta mejora no se nota en la microeconomía. 
De todas las tonterías que se han podido decir, esta es una de las mayores. La macroeconomía no es más que el resultado de la suma de la microeconomía, y nunca una macro puede ir bien si la micro va mal, y viceversa. Claro que se nota la mejora, pero parece que no esté de moda reconocerlo. Basta ver de nuevo los atascos de las grandes ciudades cuando antes se circulaba a gran velocidad, los restaurantes completos, la ocupación hotelera en época de vacaciones reservada por compatriotas… para observar que las cosas van en buena línea y a una velocidad superior a la esperada.
No nos debemos detener en los datos pero, aunque todos son muy elocuentes, el más difícil sigue siendo el paro, si bien los datos actuales son malos su evolución es muy buena. Desde muchos puntos de la opinión pública y de los partidos políticos esto tarda en valorarse, pero ya es bastante evidente que en materia económica vamos por buen camino.
¿Va a capitalizar esta situación el PP? La realidad es que todavía no lo está capitalizando de una forma potente, aunque no es nada despreciable el hecho de que un partido que ha gobernado con un poder de mayoría absoluta a nivel nacional, en casi todas las autonomías y en una gran mayoría de municipios, incluyendo casi todas las plazas importantes, mantenga su liderazgo electoral a nivel nacional.
En condiciones normales, la ciudadanía no admite que se le quite algo que considera suyo, que está ganado, como un derecho adquirido, y por lo tanto se enfada y reacciona con dureza, a veces mostrando indignación y enfado en todos los sentidos pero volcándose especialmente en aquellos que han acaparado el poder político o que tienen alguna responsabilidad en lo que está ocurriendo, por lo que es cierto, que tardarán en reconocer de manera positiva lo que está ocurriendo, y lo que es más importante en reconocer que ha sido adecuadamente gestionado. En este sentido, lo capitalice o no, independientemente de una necesidad obvia en beneficio de los ciudadanos, el PP, en su defensa electoral, no tiene más remedio que reivindicar de manera constante los cambios en la situación económica actual y la tendencia y el futuro que marcan.
Ya Churchill ganó la guerra y perdió las elecciones, pero ganó la guerra. En todo caso, al PP y a Rajoy siempre les quedará, aunque pierdan las elecciones, el haber ganado la batalla a la crisis. Dicho esto, y con los datos que conozco, sigo pensando que a día de hoy el PP ganaría las elecciones generales y en función de la evidencia de la evolución económica existen más posibilidades de que se produzca esta victoria electoral. En ningún caso la victoria será por mayoría absoluta, ni siquiera de forma apabullante. Será, como hemos dicho, en las autonómicas y municipales, a una prudente distancia de las tres alternativas PSOE, Podemos y Ciudadanos…, en durísima pugna entre ellos.
Como complemento a esta situación es necesario describir que Izquierda Unida está siendo fagocitada por Podemos y que UPyD, por la intolerancia e intransigencia de su líder Rosa Díez, se está suicidando políticamente. A IU, de momento, le irán quedando algunos resquicios, pero previsiblemente UPyD quedará marginada de todas las instituciones.
Creo que los españoles ya están descubriendo la cara real de Podemos, hasta ahora están jugando a una falsa transversalidad política, sin ideología, pudiendo ser votados desde la extrema izquierda o la extrema derecha, desde cualquier colectivo, representando por igual los intereses de unos y otros. Cuando realmente es un partido liderado por dirigentes de extrema izquierda profundamente anticapitalistas, lo que significa que son contrarios a la economía de mercado y con un pensamiento totalmente antisistema. La realidad es que los ciudadanos, enfadados ante su sufrimiento por una situación que no entendían, y que no se merecían, han buscado alternativas diferentes a las conocidas, sobre todo PSOE y PP y estaban dispuestos, con tal de tocar las narices a estos últimos, a votar a cualquier alternativa emergente, apareció Podemos llevándose de regalo una parte importante del apoyo popular que ahora está siendo compartido por Ciudadanos, otra alternativa que, como ellos dicen, son la «alternativa sensata» siendo previsible que poco a poco Podemos se vaya desgastando y Ciudadanos se mantenga en un nivel de competencia electoral fuerte.
En este escenario, el que cada vez va más a la deriva es el PSOE, independientemente del espejismo ocurrido en Andalucía. Si hace un mes pugnaba por ser el segundo partido, ahora lucha, a nivel del Estado español por ser el segundo, tercero o cuarto partido. Cobra cierta virtualidad el hecho de que Pedro Sánchez tal vez tuviera que presentar su dimisión como secretario general la misma noche del 24 de mayo, fecha de las elecciones autonómicas y municipales.
Debemos hacer mención para que el PP no falle en su capacidad de vender la situación económica, en este terreno está haciendo más o menos lo que puede. Pero le han hecho mucho daño sus casos de corrupción y su falta de reacción ante los mismos. Todavía tiene tiempo, pero es éste uno de los terrenos donde más esfuerzos puede y debe hacer. También peca de inmovilismo, en tiempos de tanta turbulencia no está de más hacer cambios de personas, de formas, renovaciones de estructuras e incluso de ideas. Debe revolucionar y poner patas arriba el partido sin perder parte de sus grandes valores, pero apostando por una importante y demandada modernidad.
En este maremágnum de datos e ideas, y con esta dispersión de votos donde no es esperable casi ninguna mayoría absoluta ni en autonomías, ni municipios ni a nivel nacional. La clave de las elecciones autonómicas y municipales serán los pactos y la capacidad de llegar a acuerdos con distintas fuerzas. Hasta ahora, el rey de los pactos, igual que el del marketing, ha sido el PSOE, de tal manera que en España ganaba el PP y gobernaba el PSOE, aunque para ello tuviera que pactar con varios partidos. Estos pactos siempre acababan en beneficio del PSOE y en detrimento de sus socios, y elección tras elección volvía a hacer la misma jugada y el PSOE volvía a triunfar. Claro que para hacer eso el PSOE tenía que ser el segundo y ahora no tiene este puesto asegurado, y los minoritarios han aprendido que no les convienen pactos que puedan acabar con sus posibilidades de futuro.
En la otra cara de la moneda está la torpeza histórica que ha demostrado el PP ante esta misma situación, porque mientras el primero ganaba éste siempre perdía y sólo podía gobernar con mayoría absoluta. Aunque ahora parece que todos han aprendido esta lección. Estaremos a la espera de ver lo que pasa.
La realidad es que queda tiempo, a la velocidad que van las cosas hoy en día, más que suficiente para que todo lo que estamos diciendo evolucione. Seguimos ante un panorama abierto para el cuarto, y definitivo, round, el que se celebrará en noviembre. Sigo pensando que el PP ganará y que tienen bastantes posibilidades de gobernar… pero ya veremos.

Carlos Malo de Molina es presidente de Consultores Internacionales de Marketing Político y de Sigma Dos Internacional.

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