M. RUIZ CASTROMIRIAMRUIZ_ / MADRID
Día 27/05/2015 - 03.32h
Las candidaturas
de unidad popular que apoyaban le dieron más réditos que sus candidatos
autonómicos, a los que el reto de ser segunda fuerza les vino grande. Las bases
piden «tomar nota»
RUTERS
Pablo Iglesias aplaude a Manuela
Carmena en Madrid
«Gracias,
Manuela, por hacernos sentir orgullosos de ser madrileños». Son las palabras
que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, dedicó aManuela Carmena, candidata de unidad
popular a la Alcaldía de Madrid, después de que ésta lograse rozar
el «asalto» al consistorio de la capital. Con 20 ediles (y un 31,85 por ciento
de los votos) frente a los 21 (34,55 por ciento de los votos) que obtuvo
Esperanza Aguirre (PP), la candidatura deconvergencia que apoyaba Podemos se
convirtió en el motivo para celebrar del partido. Ese, y la victoria de la
activista antidesahucios Ada Colau y su Barcelona en Comú que desbancó a CiU de
la alcaldía de la Ciudad Condal.
Con permiso de acuerdos y pactos,
todo apunta a que en las dos ciudades se producirá el «cambio» al que apela
Podemos; o al menos, un cambio en el color de los gobiernos municipales. Pero
lo cierto es quelos dos mayores éxitos del partido liderado por Pablo Iglesias
no fueron para su marca.
«Es muy difícil
valorar los resultados municipales», aseguran algunos miembros de Podemos. La
formación no se presentaba con sus siglas a los comicios locales, y es en ellos
donde las candidaturas de unidad popular de las que formaba parte o que ha
secundado tuvieron los mejores resultados.
En el caso de la
capital de España, por ejemplo, el Ahora Madrid de Manuela Carmena obtuvo
519.210 votos en las municipales, mientras queel candidato de Podemos para la
región, José Manuel López, logró 286.973, poco más de la mitad. El partido
esperaba que el éxito que auguraba para Carmena en la alcaldía, arrastrara a
López e incitara a los votantes a meter las dos papeletas hermanadas en los
respectivos sobres. Pero no fue así. Muchos madrileños confiaron en Ahora
Madrid, pero no en la marca Podemos cuando concurría sola.
Otro proyecto de
convergencia que salió airoso de la contienda electoral fue la Marea Atlántica,
donde la candidatura secundada por Podemos arrebató la mayoría absoluta al PP
con un empate en ediles (10) y un puñado de votos más que los populares. Y en
Cádiz, tierra natal de la secretaria general andaluza, Teresa Rodríguez, se
repitió el mismo esquema que en Madrid. «Cádiz Sí Se Puede» (8 concejales) no
logró imponerse al PP de Teófila Martínez (10 concejales), alcaldesa desde
1995, aunque sí alejarla de revalidar por sexta vez consecutiva una mayoría
absoluta. Zaragoza en Común quedó segunda fuerza en el ayuntamiento con solo un
edil menos que los populares y el candidato Pedro Santiesteve se perfila como
nuevo alcalde.
Tercera fuerza en
las autonómicas
A Podemos, el
reto de erigirse como segunda fuerza autonómica le vino grande, y el
bipartidismo resistió, aunque sufriendo, en los dos primeros puestos del apoyo
ciudadano. Sí venció a su otro gran rival
político, el emergente Ciudadanos de Albert Rivera, a quien el último
CIS lo aproximaba en apoyos y amenazaba su hegemonía del «cambio». Pero es un
éxito que sabe amargo, sobre todo cuando el partido aspiraba a desbancar
al PSOE para ganar fuerzas como única alternativa al PP, con quien espera verse
las caras en las generales de otoño. Podemos será decisivo en regiones como
Castilla-La Macha, Aragón, Baleares, Asturias o Comunidad Valenciana, pero
siempre siendo el que suma y no el que recibe. Y el panorama se complicahabiendo asegurado Iglesias que no
entrarán en gobiernos con el PSOE si no son la fuerza mayoritaria.
Las bases piden
tomar nota
Fuentes del
partido defendían el martes que los resultados autonómicas habían sido
«suficientemente buenos para articular el cambio» y que la marca salía
«reforzada» de los comicios, pero el debate saltó rápidamente a las bases, que
inundaron los foros de opinión del partido.Pedían «tomar nota» de lo que dicen
los resultados de estas pasadas elecciones locales y autonómicas. Incluso
defendían un «frente popular» para las generales, una candidatura de
convergencia al estilo de las apoyadas en las municipales. «La confluencia es
el alma de Podemos», advertían.
La estrategia
electoral validada por los simpatizantes del partido en la asamblea
constituyente de Vistalegre el pasado octubre acordó que Podemos no lucharía
por entrar en ayuntamientos con su marca, porque ésta «tiene un prestigio que
no puede arriesgarse en contiendas y contextos difícilmente evaluables caso por
caso» y que había que salvaguardar. «Hay que preservar la marca Podemos de
las municipales pero poner nuestra capacidad política en juego, apoyando e
implicándonos en las iniciativas municipalistas», señala la hoja de ruta. La
implicación con Ahora Madrid es clara y el apoyo explícito de Podemos a la
misma ha generado una simbiósis en la que Carmena se ha beneficiado de tener
detrás el sello Podemos y éste se ha arrogado a su vez de un
éxito que no pertenece a su marca.
Ya antes de las
elecciones, el sector crítico de Podemos tenía presente las duras críticas que
Juan Carlos Monedero, el ex número tres de la formación, profirió contra la
«pérdida de frescura» del partido, que empezaba a «parecerse» a la casta que
combatía.
Una frescura que
parece haber sido reconocida por los votantes en estas candidaturas populares.
En la hoja de ruta de Iglesias para las autonómicas, el objetivo era concurir
con la marca, «la mejor manera de que Podemos muestre su fuerza en las
elecciones, con la vista puesta en las generales». Una fuerza que ha
tenido que conformarse con el bronce y mostrar como suyos los éxitos de
quienes, como Carmena, han llevado por bandera que no le deben afiliación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario