BIEITO RUBIDO / MONTSERRAT LLUIS
Día 29/06/2015 - 09.08h
El presidente de honor del PP reclama
una «rectificación enérgica, creíble y suficiente para recuperar al
electorado», que «hoy no sabe si el Partido Popular defiende la vida o el
aborto, la unidad de España o la presencia de Bildu en las instituciones, las
clases medias o la presión fiscal»
José María Aznar: «No hay votos
cautivos. Ni siquiera el mío»
MATÍAS NIETO
José María Aznar en una entrevista en
la Fundación FAES
Una de las pocas voces que no se ha
escuchado desde el 24 de mayo en la escena política española es la de José
María Aznar. Quien gobernó el país durante ocho años y lo dejó en sus más altos
niveles de prosperidad no ha dicho ni palabra en un mes, pese a la expectación
por conocer el análisis de una de las personalidades con mayor predicamento del
centro derecha. Ha permanecido en un prudente segundo plano, pero entiende que
ha llegado el momento de hablar. «Por responsabilidad y sin ambición personal».
Basta una primera pregunta para que el presidente de honor del Partido Popular
articule un meditado, denso y grave mensaje, para el que espera la respuesta de
aquellos que tomaron su relevo en Génova y, en 2011, en Moncloa. «Mi
preocupación es recuperar electores y que mi partido llegue en las mejores
condiciones a las generales», asegura en esta entrevista con ABC en la que
rompe su silencio consciente de que hará ruido.
-¿Cómo define la España resultante de
las elecciones del 24 de mayo?
-Preocupante. No me gusta ni lo que ha
sucedido ni el ambiente creado. Habría que concentrar mucha más atención en los
principales problemas del país, en cómo afrontarlos y darles solución. Y que
cada uno mida muy bien sus responsabilidades. Yo distingo dos tipos: las
responsabilidades sin ambición personal, como es la mía, y las que pueden tener
ambiciones personales, perfectamente respetables y hasta necesarias. Mi
responsabilidad es sin ambición personal, pero sí hacia el país.
España tiene tres problemas esenciales
en términos políticos. Uno es el populismo, un fenómeno que es también europeo
y que no representa una alternativa democrática. Lo que quiere es el cambio de
sistema, de régimen, con la utilización de las instituciones para conseguir su
vaciamiento. Tal amenaza populista es hoy una realidad en ciudades y
comunidades importantes de España; un riesgo muy serio en términos de
gobernabilidad y estabilidad.
«El PP ha perdido en gran medida su
ADN, aglutinar a toda la derecha»
El segundo problema es el secesionismo,
una realidad muy grave. Una de las lecciones aprendidas de estas elecciones y
de las pasadas es que la inhibición y la no política nunca generan rendimiento.
Cuando se está en política se debe hacer política. Asistimos a un
fraccionamiento cada vez mayor de la sociedad catalana y a una división cada
vez mayor en la política catalana. Se está demostrando que es verdad aquello de
que antes se rompería Cataluña que España. España no se va a romper pero
Cataluña se sigue desgarrando. Cada cierto tiempo, dirigentes nacionalistas
catalanes sienten la necesidad de llevar a Cataluña al abismo, algo sobre lo
que se debería reflexionar. Su horizonte no puede ser de mayor inestabilidad y
fraccionamiento desde el punto de vista político y social. Por eso la no
inhibición, la definición de políticas muy sólidas se vuelve todavía más
imprescindible.
-¿El PP no ha tenido políticas claras?
-No. Nosotros no podemos ser
espectadores del desgarramiento de la sociedad catalana. Debemos ser actores de
cómo recobra su pulso.
Y otro problema serio es la crisis del
sistema de partidos. Afectó primero a la izquierda, con un PSOE que dejó de ser
un partido nacional para convertirse en no se sabe qué. Ahora se entrega en
manos de los más radicales, olvidando la Historia: cada vez que lo socialistas
se han aliado con los más radicales, han acabado muy mal. Y probablemente esta
nueva experiencia termine muy mal.
«Si no se produce reconstitución
alguna, no hay garantía de que a la cuarta no te dirán no»
Pero esa crisis ya estaba ahí. La que
no estaba es la crisis en la derecha. El electorado le dijo al PP en las
europeas: «Yo no estoy contento y no quiero votar a este Partido Popular». En
las andaluzas, le ha dicho: «Yo no quiero votar a este Partido Popular». Y en
las municipales, por tercera vez, le ha dicho: «Yo no quiero votar a este
Partido Popular». No hay ninguna razón para que no se lo diga la cuarta vez, si
no se produce una rectificación suficiente, clara y contundente en el Partido
Popular.
-Se han perdido 2,5 millones de votos
en las elecciones municipales.
-Es un problema muy serio porque el PP
ha sido la expresión de la estabilidad y gobernabilidad de España. Una de las
consecuencias de estas elecciones es que se ha producido un distanciamiento del
electorado, porque se había producido previamente un alejamiento de los
partidos respecto del electorado. Dicho de otra manera: no hay electorados
cautivos, no hay votos cautivos, ni siquiera el mío. Mi voto no es cautivo. Los
electorados se respetan. Los compromisos se cumplen. Al ciudadano se le
escucha. No hay votos prisioneros. Y entender todos estos mensajes en las
nuevas formas de acción política es muy importante. Visto el tema populista, el
secesionismo catalán unido a la inmensa desgracia de que Navarra después de 40
años se ha perdido… está claro que si no hacemos un ejercicio de rectificación
muy grande, suficiente, no hay motivos para pensar que la situación variará en
las generales.
-¿Cree que la nueva España nacida de
las elecciones municipales y autonómicas es la que realmente querían los
ciudadanos cuando votaron?
-En España hay una crisis más política
que social. No creo que haya habido virajes dramáticos hacia la izquierda. Los
resultados del PP y de los socialistas han sido manifiestamente insuficientes,
pero también lo han sido los de los emergentes para las expectativas con que
concurrían. Lo que pasa es que el PP estaba representado por tres cuestiones
claras: un ADN muy identificable, que en gran medida se ha perdido. Mucha gente
se pregunta qué es el PP y no encuentra respuesta satisfactoria. Nuestra segunda
seña era la unidad de todo lo que estaba a la derecha de la izquierda, no había
competidores en ese espacio. También se ha perdido eso. Y en tercer lugar,
teníamos una unidad interna extraordinariamente sólida hecha sobre un proceso
de suma y de inclusión permanente en la historia del partido. Esos tres pilares
han sido puestos en cuestión.
-¿Por qué?
-El partido se ha alejado del
electorado, no el elector. En las municipales y autonómicas, una señora me
dijo: «Mi marido y yo vamos a votar al PP con profundo mal humor». Y yo le
respondí: «No se sienta usted sola. Porque no está sola en ese sentido». El
objetivo ahora debe ser en primer lugar cómo se pone en marcha una operación de
reconstitución del espacio de moderación y centralidad que necesitan la democracia
española y el futuro de España.
-¿Cómo?
-La única fuerza que puede hacer un
proceso de reconstitución del espacio electoral de moderación y centralidad es
el PP. Y para ello tiene que ser reconstituido, debe hacer una rectificación
enérgica, creíble, suficiente, con dos objetivos. Atraer el electorado perdido,
confundido, no el cautivo, que no existe. Escucharle, plantear un claro
proyecto político para los próximos tiempos y actuar en consecuencia desde el
punto de vista de procesos de suma y renovación interna dentro del PP. Es lo
que llamo una rectificación suficiente y contundente, la reconstitución de una
fuerza política. Los sondeos dan al PP unos porcentajes que nos llevan al techo
de Fraga, eso es de hace treinta años.
Cambios de Gobierno
-¿Se trata de hablar a tu electorado
más que a un electorado en general?
-Muchos electores se preguntan qué es
el PP. ¿Es un partido en favor de la vida que puede coexistir con ciertos
supuestos excepcionales del aborto o se ha convertido en un partido en favor
del aborto? Conviene aclararlo, pero de manera creíble. No vale decir que eres
un partido a favor de la vida, si luego no actúas en consecuencia. ¿Es el PP el
partido que ilegalizó a Batasuna o tolera que esté en las instituciones? ¿Es el
PP el que garantiza la unidad de España y no hay duda de ello o se inhibe en
cuestiones básicas que acreditan esa unidad histórica? ¿El PP tenía unas
visiones económicas muy claras en torno a clases medias, aparatos productivos,
fiscalidad o presume de haber subido mucho la presión fiscal y actuar en
detrimento de las clases medias? Eso crea mucha confusión y es básico
aclararlo, te lo pide el electorado. No escuchar, rechazar o despreciar es caer
más en lo mismo. Si por tres veces te han dicho ‘no’, no hay ninguna garantía
de que no te lo vuelvan a decir a la cuarta, insisto.
-¿Dentro de esa reconstitución son
suficientes los cambios acometidos por Rajoy la semana pasada y este jueves con
la salida de Wert?
-No son incompatibles.
-¿Pero son suficientes?
-Yo pido una rectificación suficiente…
-No son suficientes, entonces…
-No son incompatibles, digamos.
-¿Es partidario de hacer cambios en el
Gobierno a estas alturas?
-Yo no debo decir a nadie lo que tiene
que hacer… En una situación de normalidad, a cinco meses de unas elecciones,
plantearse cambios en el gobierno no parece muy… Pero si uno piensa que la
situación es apremiante, entonces es una posibilidad que podría entrar dentro
del ejercicio de rectificación suficiente, contundente y decisivo. Pero eso
pertenece a la responsabilidad personal, que no es la mía.
-¿Le ha dado consejo a Rajoy tras el
resultado de las elecciones?
-No. Yo a Rajoy le digo lo que pienso
si me lo pide.
-¿No se lo pide habitualmente?
-Digamos que nos hemos encontrado
ocasionalmente hasta ahora. Ayer (por el miércoles) nos vimos un momento en el
Palacio Real.
-En el aniversario de la entrada de
España en la Comunidad Europea.
-Fue un día especial. Conmemorar
treinta años de la entrada de España en las comunidades europeas es muy
importante. No entiendo por qué no se han hecho institucionalmente más cosas.
Ese aniversario es una expresión de la vigencia de valores importantes, de cómo
lo común debe prevalecer sobre lo que separa, de cómo el consenso es útil, de
cómo se puede hacer para que el país progrese, de cómo tener posición interna
fuerte ayuda a situarte en el exterior. Cabe un análisis interesante, con un
balance favorable para la mayoría de los españoles. Esos valores no se han
perdido; los partidos mayoritarios, clásicos, se han alejado de ellos.
José María Aznar: «No hay votos
cautivos. Ni siquiera el mío»
MATÍAS NIETO
-¿Ve injusto que el PP haya registrado
su peor resultado cuando España es el país que más crece de Europa?
-El mono discurso, olvidando la
política y las explicaciones, no funciona. Muchas de las reformas que se han
hecho son muy apreciables. La economía española crece en torno al 4%. Yo soy
uno de los convencidos de que, si España mantiene unos parámetros de
estabilidad y de gobernabilidad firmes y continúa en un proceso de reformas
acelerado, tiene por delante una década verdaderamente espectacular en términos
de prosperidad y crecimiento. Pero son imprescindibles las cinco tareas:
garantizar claramente la continuidad histórica de España, defender claramente
unas políticas de reforma en favor de jóvenes, parados, familias; fortalecer de
manera clara a las clases medias, defender los valores constitucionales, fortalecer
internamente al país, preocupémonos seriamente de hablar con la gente y
recuperar al electorado. Son tareas vitales; también aclarar las dudas. Estas
elecciones han demostrado que no es verdad aquello de que la Constitución es un
candado. Te permite fundar un partido y, en seis meses, pasar de la sala de
estar de tu casa a las instituciones. La Constitución no prejuzga la España de
2050, pero sí significa que no se puede volver a la España del 76 y mucho menos
a la del 36, que es lo que quieren algunos.
-¿Cómo valora la irrupción de
Ciudadanos en la escena política española?
-Lo que en realidad significa
Ciudadanos es que el espacio de centro derecha deja de estar representado
exclusivamente por el PP. Eso para el partido es un retroceso de treinta años.
La refundación del PP en 1990 consiguió la unidad de toda esa España, un
partido nacional que defiende la política nacional. Ciudadanos supone que ese
espacio ya no es único. Por otra parte, es una fórmula política por definir, un
partido gaseoso, difícil de identificar. La mayor parte de su electorado viene
del PP, o son votos del centro derecha, centristas. De ahí la necesidad de
articular el espacio de la moderación y centralidad.
-¿Quiere decir que Ciudadanos es fruto
de los errores políticos cometidos por el PP?
-No tengo la menor duda. Si me dice
cuál ha sido la política del PP en Cataluña, puedo estar de acuerdo o en
desacuerdo, pero si no ha habido política del PP en Cataluña, la gente ha ido a
votar a Ciudadanos. Esa es la cuestión. Las acciones territoriales del partido
tienen que tener una compañía muy solida del gobierno de la nación. Si carecen
de ella, no tienen fuerza suficiente. La inhibición del Partido Popular en
Cataluña, que lo ha relegado en la práctica a una posición de irrelevancia, ha
supuesto el auge de Ciudadanos, que se ha contagiado al resto de España, en
parte.
Decisiones equivocadas
-¿Cómo imagina Cataluña después del 27
de septiembre?
-Espero y deseo que lo que antes he
propuesto acerca de una acción política muy solida y una presencia muy
comprometida sea una realidad. Si no, el panorama será de una división y
confusión que puede llevar a una aceleración en la toma equivocada de decisiones.
Creo que será un panorama más fragmentado, dividido, confrontado en favor de
los populismos. Y ojalá la existencia de una gran fuerza política nacional como
es el PP y su presencia ahí lo eviten. No hay que dejar pasar cosas que van más
allá de la anécdota. En Cataluña hay un consejero de Interior independentista,
que dice que los Mossos d’Esquadra es una estructura de estado al servicio de
la independencia. Un cuerpo armado que se va a poner al servicio de algo no
solo ilegítimo, sino ilegal. Habla de un cuerpo armado. Cuanto más claros sean
el Partido Popular y el Gobierno, mejor.
-A las víctimas del terrorismo, ¿se las
trata como merecen?
-Yo no veo a las víctimas satisfechas.
Las veo doloridas y defraudadas, y eso me preocupa mucho. Probablemente no
entienden algunas actuaciones. No son las víctimas las que se han alejado. Hay
personas y decisiones que se han alejado de las víctimas. En segundo lugar, el
relato que está surgiendo sobre lo ocurrido en el País Vasco es totalmente
inaceptable. En tercer lugar, la consolidación de formaciones como Bildu en las
instituciones, sin condenar la violencia ni el terror, con miembros activamente
partícipes de ese terrorismo, es absolutamente cuestionable. Entre otras cosas,
porque una democracia tiene derecho a defenderse de los que quieren acabar con
ella.
-Afirma que hay personas que se han
alejado de las víctimas.
-Cuando yo hablo con las víctimas, me
transmiten la sensación de que esperaban haber recibido una atención o trato
distintos por parte de los que tienen la responsabilidad de hacerlo. Yo soy
víctima del terrorismo, pero no digo que siempre tienen razón. Puede que no.
Digo que es nuestra obligación prestarles continua y profunda atención.
«La gente me quiere algo»
-¿Qué opina de que, cada vez que el PP
está en crisis, se tire de usted?
-Será que la gente me quiere algo…
Todavía después de los años, me dicen muchas cosas y me llaman para muchas
otras. Y algunos querrían llamarme para más, pero ya he dicho que no voy a
coger la responsabilidad sin ambición personal. Mucha gente se identifica con
lo que considera buenos momentos de España.
-¿Siempre le llaman o solo cuando hay
problemas?
-Que llamen cuando quieran… no es mi
responsabilidad… Mucha gente lo ha pasado mal. No voy a decir que haya faltado
cercanía, no es un problema de cercanía ni de comunicación; es de respeto, de
cuidado, de atención al votante, de hablar con el electorado en general y con
los ciudadanos, escucharlos y entenderlos. Es muy importante.
-¿Participará en la próxima campaña
para las elecciones generales?
-No tengo ni idea. Mi preocupación es
recuperar electores y que mi partido llege en las mejores condiciones a las
elecciones.
-¿Aún hay tiempo?
-Sí, cinco meses en política es lo más
parecido a la eternidad. Y teniendo la mayoría absoluta, puede ser una
eternidad consistente.
-Empezó la entrevista afirmando que ni
su voto será cautivo.
-Porque no acepto ni los discursos del
miedo ni sobre el voto cautivo. El mensaje de ‘nos vais a votar porque no
tenéis más remedio que venir a votarnos’ es inaceptable. Yo entiendo a aquellos
que pueden votar con mal humor, pero sé que hay muchos otros que no están
dispuestos a que su voto se considere cautivo. En ningún sitio está escrito que
el voto de nadie sea de nadie más que del ciudadano que lo tiene que depositar.
De nadie más. Hay que ganarlo.
-¿Ve a Rajoy investido de nuevo
presidente del Gobierno?
-Pues… yo le deseo los mayores éxitos
al PP, pero hay que ganárselo. Yo acabo de cumplir con mi responsabilidad, a
partir de ahora, esto ya no me corresponde. Pero…
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