J. TAHIRI / MADRID
Día 08/06/2015 - 09.52h La propuesta de Podemos de aprobar un ingreso a
todos los ciudadanos ha tenido respuesta en otros partidos. El PSOE pide elevar
las rentas mínimas en algunas regiones y el partido de Albert Rivera, un
complemento salarial
La embestida de la crisis ha puesto a prueba la resistencia del colchón
social. Las redes de seguridad del Estado del Bienestar han quedado dañadas. La
destrucción de empleo, la caída de los salarios y el recorte de ayudas ha
perjudicado con mayor peso a las rentas con menores ingresos. Ahora, en pleno
año electoral y ante la mejora económica, la lucha contra la desigualdad se ha
introducido en el debate político con diferentes propuestas. Una de ellas, el
establecimiento de una Renta Básica Universal por el Estado, propuesta por
Podemos hace un año, ha encontrado su réplica en otras fuerzas políticas.
¿Qué es una Renta Básica Universal? Se trata de un ingreso abonado por
la Administración a cada ciudadano por el mero hecho de serlo. Frente a los
requisitos que contemplan normalmente las ayudas públicas, la renta básica es
incondicional: a todo miembro de la sociedad se le asigna, tenga ingresos bajos
o altos.
Desde que Podemos e Izquierda Unida la pidieran para las elecciones
europeas, otras propuestas similares se han introducido en otros programas
electorales. Ciudadanos propone un complemento salarial a cargo del Estado para
los sueldos más bajos. Por su parte, el PSOE planteó en los últimos comicios
autonómicos en varias comunidades subir la Renta Mínima de Inserción. A
diferencia de la renta básica, esta es una ayuda pública para personas que no
tienen recursos suficientes para atender sus necesidades más básicas y que por
lo tanto, se encuentran en situación de riesgo.
Todas las comunidades autónomas tienen una renta mínima. Cada perceptor
de estas ayudas cobró de media en España 418,6 euros al mes en 2013, de acuerdo
al último informe de la Secretaría de Estado de Asuntos Sociales. El umbral de
la pobreza está por debajo de 676 euros al mes. Sin embargo hay grandes
diferencias entre comunidades autónomas: la prestación media va desde los 663
euros que destina al mes País Vasco a los 300 euros que concede Murcia.
«Es imprescindible una reforma del sistema de rentas mínimas autonómicas
que asegure unos niveles básicos de protección en todas las regiones. La
gestión y financiación completamente descentralizadas de estos instrumentos se
ha mantenido en el tiempo, lo que propicia no sólo que la protección sea muy
diferente en cada comunidad sino también que en algunas regiones la protección
no llegue a unos mínimos básicos», alerta Luis Ayala, catedrático de Economía
de la Universidad Rey Juan Carlos.
La introducción de la desigualdad en el debate político se explica por
la gravedad de la recesión. Entre 2008 y 2012, España fue el segundo país de la
UE donde más aumentó la inequidad. El índice de Gini, referencia para medir la
diferencia de ingresos en el que 0 es una sociedad igualitaria y 100 que la
riqueza se concentra en una sola persona, subió en este periodo del 31,5 al
35,2. Gran parte de este aumento se explica porque, junto a Grecia, fue el país
de la UE que destruyó más empleo. La media europea de 2012 del índice de Gini
era del 30,4.
«En primer lugar, es necesario una mejora de las actuaciones dirigidas a
promover la inserción sociolaboral de los beneficiarios», sugiere Ayala.
Francisco J. Goerlich, profesor de la Universidad de Valencia, explica que «el
80% de las rentas de los hogares son rentas del trabajo, de forma que lo que
pase en el mercado laboral acaba siendo determinante para la distribución de la
renta disponible de los hogares».
7.500 euros
Dentro de Podemos, la propuesta de Renta Básica desapareció del programa
económico que elaboraron los economistas Vicenç Navarro y Juan Torres, meses
después de las europeas. En los últimos comicios autonómicos, la formación
liderada por Pablo Iglesias, propuso aumentar las Rentas Mínimas de Inserción
progresivamente hasta acercarlas al nivel que marca el Salario Mínimo
Interprofesional, unos 648 euros al mes. Al mismo tiempo planeaban subir el
IRPF a las rentas superiores a 50.000 euros.
El Círculo de Renta Básica de Podemos anunciará mañana su propuesta al
propio partido. En el acto de presentación estarán Juan Carlos Monedero y el
economista Daniel Raventós, quien junto a otros expertos como Jordi Arcarons,
Antoni Domènech y Lluis Torrens elaboraron una propuesta de Renta Básica para
toda España -al margen de Navarra y País Vasco, comunidades con un régimen
fiscal propio- que establece la cuantía a pagar en 7.500 euros, es decir, el
umbral de la pobreza al margen de estas dos regiones y un 20% para los menores
de edad. La forma de financiar la medida se articularía mediante un tipo único
en el Impuesto sobre la Renta de algo más del 49%. Las rentas más altas
pagarían más, pero todos los ciudadanos recibirían una renta básica del Estado,
según este modelo.
Estos economistas cifran el coste de la medida en un 3,5% del PIB, unos
35.000 millones, ya que al mismo tiempo eliminarían ayudas y subvenciones por
debajo de este umbral -prestaciones por desempleo, becas, ayudas familiares, de
vivienda, pensiones, etc,-.
«La reforma propuesta significa una gran redistribución de la renta de
los sectores más ricos al resto de la población», reseña Daniel Raventós,
profesor de la Universidad de Barcelona, presidente de la Red Renta Básica, y
coautor del informe.
Aumento del déficit
«En España, una renta básica de 7.500 euros por adulto y 1.500 euros por
menor de edad acarrearía un coste bruto de 300.000 millones: más de dos veces
el sistema de pensiones actual», calcula, por otro lado, Juan Ramón Rallo,
director del Instituto Juan de Mariana y autor del libro «Contra la renta
básica». El gasto de la medida es uno de los puntos más polémicos, en plena
senda de reducción del déficit público. Como fuere, aumentaría el déficit
público que en la actualidad es del 5,72% del PIB, de los más altos del euro.
Las rentas de inserción que aplican las regiones supusieron un coste de 1.040
millones en 2013.
«En ningún caso este trasvase de la renta por IRPF, que beneficia
prácticamente al 70% de la población, es excesivo o confiscatorio, sino que nos
acercará a la media europea en presión fiscal y nos situará en un índice de
desigualdad parecido al de los países escandinavos», señala Héctor Zapata,
portavoz del Círculo Podemos Renta Básica. La presión fiscal en España-
cociente entre lo recaudado por impuestos y la riqueza del país-, es del 32,6%.
En la Eurozona supera el 40%.
«La renta básica como tal no existe en ningún país del mundo. Lo único
que se parece es el dividendo social que aplica Alaska que se financia con los
ingresos petroleros del Estado», recuerda Juan Ramón Rallo. El llamado Alaska
Permanent Fund, se financia con el 25% de la explotación de minerales y crudo
del estado y beneficia a toda persona que resida en él seis meses. El año
pasado ascendió a 1.884 dólares por persona al año.
Antes de una renta básica universal, Luis Ayala propone mejorar las
prestaciones asistenciales que ya hay en España. «De los 28 países de la UE
sólo siete no cuentan con prestaciones universales por hijo a cargo y seis de
ellos son los que tienen mayores tasas de pobreza infantil. España es uno de
ellos», señala Ayala.
Un estudio de la OCDE destacaba que el 20% de la población con mayores
ingresos recibe el 25% de las ayudas sociales de España en 2011, lo que pone en
entredicho la eficacia del actual sistema de prestaciones. Luis Ayala propone
tres medidas para mejorar la red de protección social: «Por un lado, el
refuerzo urgente de las prestaciones por hijo a cargo, la unificación de las
prestaciones asistenciales de desempleo y la participación del Gobierno Central
en la financiación de las rentas mínimas autonómicas. El coste de estas medidas
no es desdeñable, pero asumir el aumento del gasto parece imprescindible para
ir equiparando el cuadro de prestaciones al vigente en la mayoría de los países
europeos y para evitar que el riesgo de pobreza de un amplio número de hogares,
muy alto en comparación con otros países, sea una realidad tan enquistada en
nuestra estructura social». Hay espacio para mejorar.
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