Hace
2 horas
A.
Bartolomé. Madrid.
El
presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page (d), y el secretario
regional de Podemos, José García Molina (i)
Efe
Tras
las elecciones autonómicas del pasado mayo, el PSOE de Castilla-La Mancha logró
lo que a nivel nacional es en este momento el objetivo del partido con sede en
Ferraz: un acuerdo que le permita desbancar del poder al PP –la lista más
votada en el caso de María Dolores de Cospedal y también en el de Mariano
Rajoy–.
Si
en las Cortes regionales con sede en Toledo Emiliano García-Page se ungió como
presidente de los castellano-manchegos gracias al apoyo de Podemos, Pedro
Sánchez estaría en disposición de hacer lo propio y llegar a La Moncloa también
de la mano de las huestes de Pablo Iglesias.
Pero,
¿qué cabe esperar de una alianza semejante?
Como
ejemplo, es elocuente el acuerdo que ayer mismo suscribieron socialistas y
podemitas en Castilla-La Mancha como paso previo a la tramitación de los
presupuestos regionales para este año, que llevan dos meses de retraso.
Ambos
partidos acordaron, entre otras cosas, instar al Gobierno de España a «suprimir
el Concordato con el Vaticano que obliga a financiar con dinero público los
servicios religiosos católicos en la sanidad pública».
En
el texto suscrito, «dado que en el marco jurídico actual no parece posible
retirarlos, se adquiere el compromiso de presentar una proposición no de ley
con una resolución» donde figure la petición al Ejecutivo.
Asimismo,
también aprobaron «reducir progresivamente la financiación pública de la
educación concertada y garantizar la disponibilidad de plazas en la educación
pública», de tal forma que las partidas para conciertos «estarán congeladas»
este año respecto al pasado, según puso de manifiesto en una rueda de prensa en
el Palacio de Fuensalida el vicepresidente del Ejecutivo regional, José Luis
Martínez Guijarro. En el mismo acto, el presidente de Castilla-La Mancha,
Emiliano García-Page se pronunció sobre el acuerdo suscrito en Castilla-La
Mancha con Podemos, del que dijo que puede ser alguna «aportación» para la
política nacional, la más importante de ellas «que no hay que ver nada con
especial drama» y que en España «se puede llegar a acuerdos».
García-Page
admitió que «éste no es el presupuesto que haría el PSOE en solitario» y
ensalzó que la formación morada ha actuado «de acelerador», informa Efe.
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