Extracto del documento firmado por Hugo Chávez en el que piden la creación de
Podemos.ABC
LA
TRIBUNA DEL COLUMNISTA
Alfonso
Rojo: "No hay juez sensato que haya dicho ni mus a propósito de las
turbias conexiones de Pablo Iglesias"
"Al
juez Moreno le ha faltado un minuto para ordenar el embargo de bienes de Imanol
Arias y Ana Duato"
Juan
Velarde, 15 de mayo de 2016 a las 08:25
Ración
de Podemos para rematar la semana por parte de los columnistas de opinión de la
prensa de papel. Este 15 de mayo de 2016 le sueltan hostias como panes al
partido de Pablo Iglesias desde todas las perspectivas.
Arrancamos
en La Razón y lo hacemos con Alfonso Rojo que se pregunta sobre esa curiosa
manera de aplicar Justicia en la que, por ejemplo, se castiga más un supuesto
fraude fiscal que a los responsables de una macrofiesta en Madrid que se saldó
con cinco niñas muertas:
España
es así, pero cuesta digerirlo. Aquí le piden 19 años de cárcel a Urdangarín por
forrarse aprovechando su planta y parentela o solicitan 11 de prisión para
Cotino por irregularidades en el viaje del Papa aValencia y el fiscal se
conforma con requerir 4 para Flores, el voraz empresario del «Madrid Arena»,
donde murieron cinco niñas, y rebaja a año y seis meses la pena para los
doctores que cobraban por estar de adorno en mitad de la tragedia.
Dice
que:
A todo
el mundo se le llena la boca con frases altisonantes sobre la Justicia y el
respeto que merecen las sentencias judiciales, pero algo no cuadra. ¿Cómo es
posible que Rafa Nadal se querelle por difamación contra la ex ministra
Bachelot por acusarle de doparse y el Tribunal de París entienda que 100.000 es
una cantidad razonable y que en España te demande un tal Gonzalo Boyé por
recordar en televisión que antes de hacerse abogado fue condenado a 14 años por
participar con ETA en el secuestro de Revilla y te hagan ir de penitente a los juzgados
de Móstoles para hacer frente a una reclamación de 300.000, porque el tipejo
entiende que evocar su siniestro pasado daña su honor?
Sale de
refilón el nombre de Bertín Osborne en los ‘Papeles de Panamá' y lo primero que
hace el Ministerio de Industria es cancelar el contrato para que protagonice la
campaña sobre eficiencia energética. Y al juez Moreno le ha faltado un minuto
para ordenar el embargo de bienes de Imanol Arias y Ana Duato, pero no hay un
magistrado, un fiscal o un político sensato que haya dicho ni mus a propósito
de las turbias conexiones de Pablo Iglesias y sus compinches con la Venezuela
chavista y el Irán de los ayatolás.
Y
asegura que:
Sorprende
el silencio timorato del PSOE sobre Podemos, pero mucho más la nula presión
judicial. Y no será porque falten indicios o escaseen los testimonios. No se
trata sólo de lo que reveló el ex ministro de Finanzas de Venezuela Rafael Isea
a la DEA y después a la UDEF. El presidente de la Asamblea asegura tener en su
poder el documento que demuestra que «Coleta Morada» recibió 250.000 dólares en
2014 y reitera que los podemitas han sido financiados con millones. ¿Alguien
sabe por qué no hay comisiones rogatorias a Caracas o expedientes abiertos en
un juzgado de Madrid? Lo único que se me ocurre es que en ese asunto hay que
remar contra la corriente y a sus ilustrísimas les entra flojera.
Alfonso
Ussía se parte la caja con los espías venezolanos que Maduro tenía en España y
que han sido mandados de vuelta a la dictadura caribeña:
El
Gobierno en funciones le ha devuelto a Maduro dieciséis espías militares
establecidos en Madrid. Actuaban a las órdenes del agregado adjunto de Defensa,
el compañero José Rafael Vásquez Mora, y su principal cometido era el de seguir
con sigilosa habilidad a los dirigentes venezolanos de la oposición durante sus
visitas a España. Espías muy torpes y con toda probabilidad mal pagados y sin
medios. Seguirán espiando en Caracas.
En plena
guerra fría, el «Foreign Office» expulsó del Reino Unido a más de doscientos
espías soviéticos. Una semana más tarde, las oficinas en Londres de «Aeroflot»
incrementó el número de sus trabajadores en trescientas personas, que también
fueron expulsadas. Yo tuve la fortuna de conocer a distintos espías soviéticos
en Madrid. El Gobierno de Adolfo Suárez estableció relaciones diplomáticas al
más alto nivel con la URSS. El primer embajador soviético, Sergio Bogomolov,
era un espía tan torpe que se vestía de espía, con una gabardina como las que
años más tarde popularizaron los Albertos siguiendo los consejos de imagen de
Rafael Ansón. Bogomolov era el embajador, pero no mandaba. Se dedicaba a espiar
mal, posiblemente influido por las historietas de Mortadelo y Filemón. Quien de
verdad mandaba en la embajada de la URSS era Igor Ivanov, un ruso listísimo,
primer secretario de la Embajada, y que al cabo de los años sería embajador en
España y viceministro de Exteriores de Rusia. Ivanov fue el gran espía, el
único que se permitía el lujo para informarse, de criticar sin medida la
política soviética. Otros espías fueron Victor Afanasiev y Valery Nadolnik, un
gran seductor con un parecido físico asombroso a Paul Newman.
Recalca
que:
Cuando
se supo que era espía ya era demasiado tarde, y volvió a Moscú con el deber
cumplido, información fresca y numerosos y tibios recuerdos de sábanas,
almohadas y amaneceres primaverales. Pero aún por encima de Igor Ivanov, el
mandamás de la embajada soviética en Madrid era López, el chófer del embajador.
López fue llevado de niño a Rusia en los últimos estertores de la Guerra Civil,
se educó en la URSS, se integró en la URSS y volvió a España destinado por la
KGB. La distribución de responsabilidades en la embajada soviética era digna de
estudio. El embajador asistía a las fiestas y cócteles diplomáticos y se comía
los canapés y las croquetas. Su mujer, mezcla de eslava y armenia, era de una
belleza inconmensurable, y tenía muy encelado y confuso a su marido. En la
Fiesta Nacional Soviética, Bogomolov recibía en la embajada vestido con el
uniforme de embajador, muy similar al de los revisores de RENFE de aquella
época. Pero su cometido era la croqueta. Afanasiev y Nadolnik tenían más rango
extraoficial que el embajador, Ivanov sobrevolaba a Afanasiev y Nadolnik, y
todos ellos trabajaban a las órdenes de López, el chófer de la KGB. Se trataba
de un sistema de mando original y complicado. Cuando Bogomolov fue sustituido
por Dubinin, la embajada de la URSS perdió interés. Dubinin fue un embajador
activo, inteligente y pragmático, aunque también obligado a informar a López de
todas sus averiguaciones.
Lo de
los venezolanos es de risa. Me refiero a los espías venezolanos del Gorila, que
no han podido cumplir con su deber porque no les mandaban dinero ni para los
taxis. Demasiados millones de dólares han invertido en Podemos, CEPS y demás
ramificaciones del populismo estalinista, como para sostener dignamente una
plataforma activa de espías en España. Y nuestro Gobierno en funciones, que no
destaca precisamente por su inflexibilidad, se ha visto obligado a devolver al
Orangután a sus dieciséis espías, que a pesar de las penurias, estaban felices
en una España que todavía ofrece sus supermercados repletos de productos. Si en
lugar de tener como jefe del espionaje bolivariano al compañero José Rafael
Vásquez Mora, hubiera contado Maduro con López, los bolivarianos sabrían hasta
la marca de calzoncillos y tangas de los disidentes venezolanos.
Afortunadamente no ha sido así.
Juan
Garrigues Walker, mi inolvidado amigo, invitó a Bogomolov, Ivanov, Afanasiev y
Nadolnik al «Corral de la Morería». Aceptaron encantados. Pero pocas horas más
tarde, cancelaron la diversión. Lo supe años más tarde cuando el embajador de
Rusia en España era Igor Ivanov: -Nos lo prohibió López-.
Divertido
artículo de Antonio Burgos en ABC sobre el nombre de marras que se han marcado
Pablo Iglesias y Alberto Garzón con lo de Unidos Podemos:
Al
hermano de Manuel Machado, tan campoamoriano en sus aforismos rimados, le
parecía que muy bien los nombres ponía quien bautizó como Sierra Morena aquella
serranía. Aunque no tengo hermano, del mismo modo a mí me parece que pone los
nombres muy malamente aquel a quien tras el Pacto del Botellín (para la gentuza
del botellón) se le ha ocurrido ponerle Unidos Podemos a la coalición comunista
y antisistema que, como peguen el zarpazo y hagan el «sorpasso» a la gente de
orden que al fin y al cabo es la del PSOE, puede verse la copla.
Nombre
electoral, además, machista, que incumple la ley dictatorial que la progresía
misma ha impuesto como civil dogma de fe, y que ya llega hasta al Papa del
Roma, que el otro día se dirigió «a los religiosos y religiosas», en vez de «a
los frailes y las monjas», como toda la vida de Dios se dijo. ¿No hemos quedado
en que lo progresista e igualitario es decir «ciudadanos y ciudadanas»,
«vecinos y vecinas» o «imbéciles e imbécilas»? O, en todo caso, «ciudadanía» y
«vecindario». ¿A qué viene entonces lo de «Unidos»? ¿Dónde se han dejado
ustedes a las «Unidas», miarma? Ah, ya: que sonaba a Izquierda Unida. ¡Qué
pestazo a Julio Anguita daba! ¿Y por qué no entonces llamarlo «Con Unión
Podemos»? Lo de «Unión» es muy democrático y populista. Y muy de nombre de club
de fútbol de la Regional.
Comenta
con sorna que:
Así que
Unidos Podemos... ¡Ya lo creo! ¡Hombre, por Dios! Faltaría más. Lo que yo te
diga. Verán ustedes por qué han puesto ese nombre y han dejado fuera lo de
«izquierda». Van más allá de la izquierda clásica: van a directamente la
reconstrucción del Muro de Berlín, no con fondos de la Unión Europea, sino de
Venezuela. Así que tomen nota:
Unidos
Podemos llegar a estar como en Venezuela y en Cuba antes que se persigna un
cura loco.
Unidos
Podemos comprobar que quieren hacernos una España Bolivariana. Si es por Don
Simón Bolívar, mi Don Simón que sea con Casera blanca.
Unidos
Podemos pensar a qué está esperando el PP para repetir 7.000 millones de veces
que fue el partido más votado, el que ganó, el que tuvo siete millones de
votos.
Unidos
Podemos pensar que el Gobierno en funciones cree que la forma más efectiva de
ejercer la mayoría que les dieron los esperanzados siete millones que los
votaron el 20-D es ponerse de perfil, mimetizarse con el paisaje y no pisar
callo alguno, en la falsa creencia de que así van a volver los que se fueron a
C's. ¡Antier!
Unidos
Podemos constatar que el programa electoral de Podemos cabe en un librito de
papel de fumar. De fumar porros, naturalmente. Dice: «Hay que echar al PP y
sanseacabó».
Unidos
Podemos advertir que van a cargarse la Unidad de España, la Monarquía, la
propiedad privada, la Religión y todo lo que suene a España, hasta que seamos
Corea del Norte con paella y sangría.
Unidos
Podemos comprobar que Izquierda Unida firmó su propia partida de defunción en
el Pacto del Botellín. ¿Cuándo es el funeral, que yo soy más cumplido que un
luto en Guareña?
Y
remacha:
Unidos
Podemos certificar que llegaron diciendo que iban a acabar con La Casta, y ya
todos son Casta: se han hartado de colocar esposas, hijos, padres, sobrinos,
cuñados y demás parientes y afectos.
Unidos
Podemos recordar que si existen desastres llamados Kichi, Carmena o Colau es
porque están donde están gracias a los votos del PSOE.
Unidos
Podemos barruntar que como el PP siga cometiendo el error, inmenso error, de
continuar publicando encuestas triunfalistas en las que se da por ganador, como
el 26-J haga buen tiempo, las playas van a estar empetadas de suicida
abstencionismo popular. Y entonces es cuando nos vamos a enterar de lo que,
unidos, pueden hacer con España estos marxistas-leninistas diseñados por La
Sexta. Como que votar al PSOE me parece ya algo propio de personas de orden,
¿verdad, Antonio Ramírez de Arellano?
Ángel
Expósito relaciona la crisis de Venezuela con los millones regados por el
chavismo a Podemos y a su fundación, CEPS:
Venezuela
se derrumba entre el caos, la violencia, la miseria y el esperpento de Maduro,
la memoria de Chávez y el papelón de los asesores. Por un lado, la falta de
libertades empuja a la oposición a la cárcel o a la irrelevancia política, pese
a ganar las elecciones. Y por otra parte, la pobreza aboca a los venezolanos a
casi matarse por los restos de un supermercado o por robarte el «celular».
Pero es
que el esperpento empeora todo, más aún. Nicolás Maduro es una caricatura de sí
mismo y sus bravuconadas y sandeces hacen reír o llorar a la vez. Este sujeto
da tanta pena como risa.
Y el
colmo... el papelón de los asesores. Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero,
Jorge Verstrynge -te lo juro-, entre otros, que se llevaron crudo siete
millonazos de dólares, más lo que queda por saber, por asesorar sobre cómo
llevar a Venezuela a la ruina en un pis-pas. Si yo fuera Maduro, además de
hacer el memo, reclamaría el dinero a Podemos. Por la catástrofe de su
asesoría, por renegar de lo hecho y por mentir sobre el pastizal cobrado.
Y
concluye:
PD: Los
siete millones abonados a CEPS son más de mil millones de pesetas. Así se
entiende mejor. Yo mismo se lo pregunté a Pablo Iglesias en «Herrera en Cope»:
«¿Es cierto que cobraste? Hemos visto el recibo». Y respondió: «No lo creo...
es falso». Chicote firmaba la noticia con el certificado del ministro de
Finanzas de Chávez. Ahora vas y lo cascas.
Luis
Ventoso se ceba de lo lindo y con razón con Pablo Iglesias a cuenta de sus
mentiras:
Vaya,
vaya. Se confirma: ¡eran humanos! Al final, después de epatar a los votantes de
PSOE y PP con su desprecio y su sacarinoso buenísimo, resulta que respiraban,
miccionaban... y faltaban a la verdad con desparpajo. Eran clavados a la
denostada casta. Pero con el agravante de que su capacidad de gestión corre
pareja a la de Meat Loaf para danzar cual bailarina del Lago de los Cisnes
(véase la parálisis en esos ayuntamientos que les regaló el inteligente
Sánchez). Si yo fuese uno de aquellos chavales que de buena fe se fueron a
arreglar el mundo en las tiendas de Sol, me sentiría estafado. Exigiría al
profesor Iglesias que se corte la coleta, salga de la arena pública y
televisiva y se largue a casa (a su legendario piso del Puente de Vallecas, del
que este vástago de buena familia alardea como ejemplo de modestia proletaria
sin acabar de contar toda su historia). En una democracia de más solera,
Iglesias se habría visto forzado a dimitir. ¿Por qué? Pues por algo sencillo:
por haber mentido a los ciudadanos españoles sobre los pagos de Chávez.
Detalla
que:
Un
partido de implantación nacional no se crea de la nada. Hace falta dinero, y
mucho (por cierto, se sigue esperando un gesto de transparencia contable de
nuestro otro gran regenerador, «Lecciones Rivera»: ¿de dónde salió el parné
para armar Ciudadanos?). Desde la aparición de Podemos, algunos periódicos, y
de manera destacada este, informaron de que una fundación vinculada a los
líderes podemitas había recibido importantes pagos de Chávez. Pero este año,
ABC desveló algo más. Publicó los documentos que probaban que la financiación
venezolana había posibilitado la creación de Podemos (para que los del siglo
pasado nos ubiquemos: hablamos de más de mil millones de las viejas pesetas). Y
aquí llega la inmoralidad de Iglesias. Preguntado, siempre lanzó balones fuera
y desmintió los cobros. Hace solo unos días, en una entrevista con Carlos
Herrera, lo negó claramente mediante evasivas.
La
mentira es siempre una moto con poca gasolina. Interrogado por la policía
española, el que fuera ministro de Finanzas de Chávez ha ratificado los pagos
del régimen a la fundación CEPS, germen de lo que hoy es Podemos, y ha
detallado con nombres y apellidos el apoyo del líder bolivariano a los líderes
de Podemos, Iglesias incluido. La exclusiva ocupó el viernes las portadas de ABC
y su web. La prueba del documento físico y el testimonio del ministro acreditan
que Iglesias Turrión se ha choteado del pueblo español («la gente», en su jerga
pandi-chupi).
Finaliza
recordando que:
Propugnar
a estas alturas el regreso del comunismo es un disparate (es lo mismo
exactamente que defender el fascismo, otra ideología criminal). Hacer
proyecciones económicas donde de una tarde a otra les bailan 30.000 millones
refleja su amateurismo e incompetencia. Haber comenzado a señalar a la prensa
libre indica la matriz totalitaria del invento. Pero mentir al público con toda
la jeta es una infamia que debe obligarte a irte. Como Nixon, o como Soria. No
hacen falta tribunales. Hay justicia y también hay ética. Iglesias ni se
planteará un gesto como el que honró a Soria, porque hoy ya los conocemos:
peores que la casta.
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