Un
mensaje a los indecisos
Salvador
Sánchez-Terán, 22 de junio de 2016 a las 08:50
La
Elecciones generales del 26J constituyen un momento histórico y decisivo. La
Sociedad Civil debe movilizarse al máximo para lograr una participación masiva
de los ciudadanos. Para ello, invitamos a reflexionar y difundir las diez
razones fundamentales para estar presentes en las urnas.
Primera:
Hay que afrontar con fortaleza la complejidad del momento actual. Si la
necesidad de votar es consustancial a la democracia, es en los momentos claves
cuando el pueblo debe demostrar su categoría y su capacidad para adoptar las
grandes decisiones.
Segunda:
Es crucial estimular el crecimiento de la economía y lograr reducir el paro.
España lidera el crecimiento del PIB por habitantes en la Unión Europea y este
mes de mayo hemos logrado -al fin- bajar de los 4 millones de parados. Los
inversores y los mercados apoyarán más decididamente al positivo impulso de
nuestra economía con una participación electoral masiva.
Tercera:
Expertos y ciudadanos coinciden en la urgencia de una regeneración democrática,
que incida decisivamente en la lucha permanente contra la corrupción, en las
reformas de la estructura territorial del Estado, al funcionamiento de los
partidos políticos y el control de los cargos y de los organismos públicos.
Votar es formar parte de esa regeneración democrática, exigirla y determinarla.
Cuarta:
Tenemos que elegir a los mejores dirigentes -mujeres y hombres- con
preparación, integridad y espíritu de servicio. El ciudadano de una democracia
no es un autómata que vota por carteles, eslóganes o gestos. Debe conocer las
propuestas económicas, sociales y políticas de sus programas.
Quinta:
Es la hora de favorecer el diálogo y el compromiso. Una votación masiva hará
que la inmensa mayoría de los ciudadanos se sientan representados en la
compleja tarea del Gobierno. Una campaña electoral tensa y agria será
precensora del desencuentro,
Sexta:
El futuro de España está íntima y necesariamente ligado al de Europa. La unión
Europea comprende nuestra pluralidad histórica, lingüística y valora los
esfuerzos que colectivamente estamos realizando para superar la crisis. El
compromiso de los ciudadanos con la democracia reforzará la imagen y la
posición de España dentro de Europa.
Séptima:
La Participación de todos los pueblos, Comunidades Autónomas en la elección de
un nuevo Gobierno de la Nación es la expresión rotunda y constitucional de la
unidad de las tierras de España.
Octava:
Asumir la personalidad diferenciada de todos los que participan en unas
elecciones y garantizan su manifestación democrática, es ahondar en las
actividades de tolerancia y respeto.
Novena:
La votación masiva de los ciudadanos justificará, aún más, las exigencias que
estos deben presentar al nuevo Gobierno, para una rápida puesta en marcha de
las reformas y de los pactos que exige nuestro país.
Décima:
Mirar al futuro con esperanza y con convicción de nuestros valores históricos,
cimentará la acción del Estado y de sus Instituciones.
Recordemos
que en nuestra historia reciente, la ley de la Reforma Política-diciembre de
1976- tuvo en su referéndum una participación del 77,4% y que las primeras
elecciones democráticas -15 de junio de 1977- contaron con el voto del 79,24%.
Abstenerse
es ausentarse de la convivencia social y de sus exigencias. Y para votar es
necesario reflexionar sobre los objetivos que deseamos para la acción del Gobierno,
no dejarse arrastrar por las fáciles utopías de los programas y valorar la
consolidación de la democracia en las Instituciones y el progreso en la
economía, en los logros sociales del Estado de Bienestar y de forma prioritaria
en la atención a los millones de ciudadanos con riesgo de pobreza.
Salvador
Sánchez-Terán
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