Las
encuestas que sí explican el 'Iglexit'
2016-06-29
Pablo Iglesias, el pasado
domingo | Flickr/Podemos/Dani Gago
El
discurso de Podemos gira en torno a una serie de conceptos socioeconómicosque aparecen recurrentemente en debates
políticos enmarcados en la extrema izquierda. Sin embargo, basta con repasar la Encuesta Mundial de Valores (World Values Survey) para comprobar
que la realidad española es distinta a la que pretenden dibujar los ideólogos
del partido morado.
Un
ejemplo lo tenemos con el discurso
sobre la "pobreza" que suele enarbolar Podemos. El
retrato robot que hacen Pablo Iglesias y los suyos habla de una España plagada por la miseria. Sin
embargo, solamente un 3,8% de los
ciudadanos declara que su nivel de ingresos es bajo. Por contraste, una
inmensa mayoría se considera dentro de la clase media trabajadora. En una
escala de ingresos de 1 a 10, la mayoría de los españoles se coloca entre el 4
y el 6, lejos del escenario apocalíptico que traslada Podemos.
También
hay una honda desconexión en lo tocante a la Unión Europea. Más del 80% de los españoles declara está "de
acuerdo" o "muy de acuerdo" con la afirmación de que no
solamente somos ciudadanos de nuestro país, sino también ciudadanos de la UE.
Esta visión tan optimista del
proyecto comunitario choca con los discursos anti-UE y
anti-Eurozona que han enarbolado los líderes de Podemos a lo largo de los años.
Otro
punto de fricción es el rechazo de Podemos a cualquier forma de patriotismoespañol. Pablo Iglesias
llegó a declararse incapaz de pronunciar la palabra "España", algo
que quizá no resulta muy atractivo en un país en el que el 55% dice estar "muy orgulloso"
de su nacionalidad y otro 31% afirma estar "orgulloso" de ser
español.
Tampoco
está de más recordar que, de acuerdo con la Encuesta Mundial de Valores, menos
del 5% de los españoles ve justificable el cobro de ayudas públicasa las que no se tiene derecho. Esto
choca con los expedientes abiertos a Juan Carlos Monedero e Íñigo Errejón por
sus dudosas prácticas en la Universidad Complutense y la Universidad de Málaga.
También
desliza Podemos de manera recurrente la idea de que las instituciones españolas
no son del todo democráticas. Sin embargo, en escala de 1 a 10, solamente un
15% asume este discurso (puntuación de 1 a 4), mientras que el resto da un
aprobado a nuestro sistema de gobierno, con un respaldo superior al 50% para
las puntuaciones más altas (7 a 10).
El
CIS también explica la derrota de Podemos
El
mal resultado de Podemos también
se puede entender a partir de las encuestas del CIS. Pablo Iglesias
plantea, por ejemplo, una visión romántica del Estado en la que todos los
servicios públicos son de calidad. Sin embargo, un 54,9% de los españoles se declara poco o nada satisfecho con la enseñanza
estatal, mientras que un 50,2% tiene una mala opinión de la asistencia sanitaria. También
suspenden las pensiones (54,5%), la administración de justicia (71,8%), los
servicios sociales (53,2%) y la ayuda a los dependientes (67,5%). De hecho, apenas aprueban seguridad ciudadana,
transporte e infraestructuras.
Además,
aunque Podemos propone más gasto, ha calado la idea de que sus propuestas
acarrean más desembolsos. Sin embargo, un 61,7% de los españoles ve ineficiencia en las estructuras del Estado,
ya que considera que "recibe menos de lo que aporta en impuestos y
cotizaciones". Tampoco ayuda a la formación morada su discurso a favor de
subir impuestos. Un 63,9% de los españoles dice que pagamos "muchos"
impuestos y apenas un 2,7% cree que pagamos "poco" a Hacienda.
Una
visión elitista y alejada de la calle
Al
final, el discurso de Podemos se entiende solamente desde un prisma elitista.
Los profesores universitarios que copan la cúpula del partido morado tienen muy
claro su discurso. Sin embargo, la realidad de la sociedad española es distinta
a la que intentan proyectar con sus proclamas anticapitalistas.
Cierto
es que las encuestas han reflejado una y otra vez que nuestro país no es muy partidario del sistema
de mercado. No obstante, sería un error pensar que esa tendencia
hacia un mayor intervencionismo se traduce en una justificación inmediata de
una agenda maximalista que, por la vía del populismo, supone adoptar postulados
dignos de la izquierda más radical.
No hay comentarios:
Publicar un comentario