Conocer la Historia no sirve para nada pero el que no conoce la Historia no sabe nada.
viernes, 23 de septiembre de 2016
sábado, 17 de septiembre de 2016
741 MILLONES DE EUROS SUSTRAÍDOS A LOS TRABAJADORES
16/09/2016@13:03:13
GMT+1
Luis María ANSON
“El fiscal cifra
en 741 millones el botín del PSOE por los Ere”, titulaba hoy el diario El Mundo
su información sobre el gran escándalo andaluz, que supone la cifra más alta,
clan Pujol aparte, de la corrupción política nacional. Y para más agravante esa
cantidad estaba destinada a los trabajadores con el fin de mejorar su
condición. No se pueden sumar más connotaciones negativas, al margen de quiénes
sean los que se enriquecieron, quiénes los que autorizaron, quiénes los que no
se enteraron de la tropelía.
La opinión pública
rechaza cualquier corrupción de nuestro políticos a costa del erario público,
es decir de los impuestos con los que se desangra a los ciudadanos. Sea cual
sea la cuantía de la corrupción. Pero naturalmente hay gradaciones. No es lo
mismo robar 1.000 euros que 1.000 millones de euros. No es lo mismo un enjuague
que perjudica a ciudadanos sin problemas económicos que aquel que lesiona a los
trabajadores.
El PSOE ha cargado
las tintas sobre la inaceptable corrupción de un sector del PP en Madrid o
Valencia. Ahora el bumerán se ha vuelto contra los que lo lanzaron. Se pueden
hacer declaraciones de solidaridad y de fe con la honradez de determinados
dirigentes. Pero los 741 millones estafados ahí están. Y precisan de
explicaciones serias y de responsabilidades políticas y penales.
Y en medio de
todo, una ciudadanía asqueada que asiste día tras día al tenebroso espectáculo
de corrupción de un sector de la clase política española. La opinión pública
enrojece de vergüenza ajena ante el cinismo de ciertos políticos instalados en
el abuso de poder y la permanente corruptela.
lunes, 12 de septiembre de 2016
Felipe González no quiere terceras elecciones
10/09/2016@17:56:06 GMT+1
Luis María ANSON
Felipe González no quiere terceras elecciones. Le parecen
una burla al pueblo español, el escarnio de los políticos incapaces. Cuando
Albert Rivera modificó su veto al PP de Mariano Rajoy y anunció su decisión de apoyarle,
el expresidente socialista declaró: “Es el primer acto de responsabilidad
política que ha habido desde las elecciones”.
Después presionó de forma reiterada a Pedro Sánchez para que
el PSOE se instalara en la abstención permitiendo así a Mariano Rajoy formar
gobierno, si bien afirmó sagazmente: “El partido más votado presenta un
candidato que es el más vetado”.
Ahora Felipe González ha perdido la esperanza. Se teme lo
peor. “Si nos llevan a unas terceras elecciones, les pediría a los cabezas de
lista que no se vuelvan a presentar”, ha declarado.
Se trata de una opinión autorizada, razonable y llena de
sentido común. Me temo que no le harán caso al que durante catorce años fue
presidente del Gobierno. Si el sectarismo de los partidos políticos somete al
pueblo español a unas terceras elecciones en un solo año, Mariano Rajoy no dará
un paso atrás ni a un lado. Se mofará de Felipe González y encabezará la opción
del Partido Popular.
Pero lo peor es que Pedro Sánchez también hará burla a
Felipe González. Salvo que el Comité Federal del partido decida apartarle, el
secretario general que no tiene otra preocupación que salvar la cara se volverá
a presentar como cabeza electoral después de haber cosechado las dos mayores
derrotas del PSOE en democracia.
Y así están las cosas cuando los electores vascos y gallegos
llaman a la puerta. Mariano Rajoy permanece acechante en la desesperada
esperanza de que una finta electoral en el País Vasco le desbroce el camino
hacia la Moncloa.