10/09/2016@17:56:06 GMT+1
Luis María ANSON
Felipe González no quiere terceras elecciones. Le parecen
una burla al pueblo español, el escarnio de los políticos incapaces. Cuando
Albert Rivera modificó su veto al PP de Mariano Rajoy y anunció su decisión de apoyarle,
el expresidente socialista declaró: “Es el primer acto de responsabilidad
política que ha habido desde las elecciones”.
Después presionó de forma reiterada a Pedro Sánchez para que
el PSOE se instalara en la abstención permitiendo así a Mariano Rajoy formar
gobierno, si bien afirmó sagazmente: “El partido más votado presenta un
candidato que es el más vetado”.
Ahora Felipe González ha perdido la esperanza. Se teme lo
peor. “Si nos llevan a unas terceras elecciones, les pediría a los cabezas de
lista que no se vuelvan a presentar”, ha declarado.
Se trata de una opinión autorizada, razonable y llena de
sentido común. Me temo que no le harán caso al que durante catorce años fue
presidente del Gobierno. Si el sectarismo de los partidos políticos somete al
pueblo español a unas terceras elecciones en un solo año, Mariano Rajoy no dará
un paso atrás ni a un lado. Se mofará de Felipe González y encabezará la opción
del Partido Popular.
Pero lo peor es que Pedro Sánchez también hará burla a
Felipe González. Salvo que el Comité Federal del partido decida apartarle, el
secretario general que no tiene otra preocupación que salvar la cara se volverá
a presentar como cabeza electoral después de haber cosechado las dos mayores
derrotas del PSOE en democracia.
Y así están las cosas cuando los electores vascos y gallegos
llaman a la puerta. Mariano Rajoy permanece acechante en la desesperada
esperanza de que una finta electoral en el País Vasco le desbroce el camino
hacia la Moncloa.
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