Sobre la supervivencia del más fuerte en política, al estilo
Darwin, dice:
Pedro, que es una rara especie de superviviente que, en
realidad, ya estuvo muerto, es un hombre que ha aprendido a adaptarse a sus
circunstancias cambiantes. Pedro mutante. Ha ido cambiando de socialista medio
liberal de la escuela Sebastián-Sevilla a látigo del neoliberalismo y crítico
de la socialdemocracia. Hace tres años gustaba de verse ubicado en el centro
izquierda y ahora sostiene que el centro nunca ha existido.
Pedro es pokémon y, como él mismo dice, evoluciona. En
casa Évole dijo aquello de que no habría manera de que el PSOE regresara al
gobierno sino era de la mano con Podemos y ahora levanta el pie y se declara
capaz de llevar al partido al gobierno sin casarse con nadie. Aún no llega a
llamar a Iglesias antisistema o populista extremo (eso era en 2014) pero sí a
tachar a Podemos de rupturista en contraste consigo mismo, que se considera
reformista. La música que viene sonando de Francia: reforma frente a ruptura,
Macron frente a Le Pen y Melenchon. Todos somos Macron es la nueva cantinela
europea.
Con respecto a la posición de Sanchez frente al reto de
Cataluña;
Él ya no insiste en lo de la nación de naciones. Ahora
dice que Cataluña es nación, pero cultural. Como el País Vasco. Con
Cataluña, como con Podemos, ha oficiado Pedro las bodas de Canaá pero al revés:
ha convertido el vino en agua.
Para concluir haciendo alusión a la hipocresía del candidato
socialista ante la prensa:
Hace dos años Pedro era demoledor con Rajoy porque no
daba ruedas de prensa -el plasma, cuánto daño le hizo a Rajoy aquello de andar
huyendo de la prensa- y ahora es Pedro quien pasa olímpicamente de responder a
las preguntas de los periodistas que cubren sus actos. Pedro pokemon ha
evolucionado a Pedro plasma.
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