martes, 2 de mayo de 2017

LOS LIBERADOS SE MANIFIESTAN EN MADRID


Martes 02 de mayo de 2017, 12:46h

Luis María ANSON
Los liberados son los enchufados sindicales que generalmente no dan un palo al agua. Para ocuparse de la actividad sindical, se evaden del trabajo y se dedican esencialmente a no hacer nada. Eso sí, deben acudir a las manifestaciones sindicales.

Pues ya, ni eso. Ayer, había en Madrid menos manifestantes que liberados en el tradicional acto del 1 de mayo. Un fracaso espectacular, acentuado por la falta de espontaneidad. Los liberados se manifestaban portando banderas, estandartes o pancartas, amén las bocinas y los altavoces. Todo ello para que ocho o nueve mil personas entorpecieran el tráfico en el centro de la capital de España.

Los sindicatos son piezas esenciales de una democracia pluralista plena. En la época del grande, del inolvidado Marcelino Camacho y del eficaz Nicolás Redondo, cumplieron sus objetivos en favor de la libertad y de la defensa de los intereses de los trabajadores. Ahora se han transformado en un negocio y en agencias de colocación de parientes, amiguetes y paniaguados, aparte de estar impregnados por prácticas de corrupción en lugares tan emblemáticos como Andalucía.

España necesita unas centrales sindicales que respondan a lo que establecieron Camacho y Redondo. Resulta imprescindible la regeneración y democratización de los sindicatos. Ni CCOO ni UGT pueden seguir viviendo directa o indirectamente del dinero público y de las cuotas que pagan las empresas estatales, autonómicas o municipales. La regeneración sindical pasa por una ley que establezca sin fisuras lo siguiente: “Ningún partido político, ninguna central sindical, podrá gastar un euro más de lo que ingrese a través de las cuotas de sus afiliados”.


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