Jueves 13 de abril de 2017, 11:43h
Luis María ANSON
En la frontera del PIB, la deuda pública española obliga a
los ciudadanos a pagar cada año, solo por intereses, lo que el Estado gasta en
el conjunto de los ministerios. Cristóbal Montoro resuelve los problemas de los
jubilados y del derroche de las cuatro Administraciones y de los partidos
políticos y los sindicatos con el expediente fácil de incrementar la deuda
pública.
La política económica de Mariano Rajoy, que ha sido certera
y ha permitido salir a España de la crisis, sin necesidad de troikas o intervenciones,
tiene un talón de Aquiles cada vez más alarmante: la deuda pública ha escalado
ya cotas que preocupan a los economistas serios. Es esta una cuestión que no
puede pasarse por alto.
Europa ha fijado la deuda pública española para el año 2020
en el 60% del PIB. Cristóbal Montoro ha declarado que en el mejor de los casos
ese objetivo se alcanzará en el año 2037. Hasta entonces, y también después,
los intereses de esa deuda gigantesca, aparte del principal, engullirán una
partida suculenta de los Presupuestos Generales del Estado. Varias generaciones
de españoles deberán sufragar con su esfuerzo contribuyente las ligerezas del
señor Montoro.
Había procedimientos para evitar que la deuda pública se
haya convertido en un monstruo: ingresar más y gastar menos. Ingresar más sin
aumentar los impuestos, que son casi confiscatorios. Y gastar menos en las
cuatro Administraciones y las empresas públicas, así como en el despilfarro de
los partidos políticos y los sindicatos. Claro que eso significa imponer la austeridad
administrativa y renunciar a enchufar a los parientes, amiguetes y paniaguados
en las Administraciones y en las empresas públicas.
En todo caso, ahí está el monstruo de la deuda que amenaza
el bienestar de varias generaciones de españoles. 362 días debería trabajar
cada español para pagar la deuda pública.
Luis María ANSON
de la Real Academia Española |
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