miércoles, 5 de julio de 2017

SEDICIOSOS Y GOLPISTAS

SEDICIOSOS Y GOLPISTAS

Mariano Rajoy juró cumplir y hacer cumplir las leyes. ¿A qué espera? ¿Cree todavía que la sandez de Pedro Arriola es la solución para la situación cada día más candente en Cataluña? La máxima arriólica de “no hay que hacer nada porque el tiempo lo arregla todo y lo mejor es tener cerrado el pico”, ¿sirve de algo en la Comunidad Catalana?
La gran política consiste en prevenir, no en curar. La gravísima enfermedad que padece Cataluña se pudo evitar con una terapia adecuada de los Gobiernos nacionales. La responsabilidad de lo que está sucediendo concierne a todos sin excepción y, de manera destacada, a las legislaturas de José Luis Rodríguez Zapatero y de Mariano Rajoy. La improvisación, la ligereza, la falta de previsión, la lenidad y la cachaza han presidido la gestión primero de Zapatero, después de Rajoy. Se ha jugado desde Madrid a la defensiva sin tomar iniciativas que recondujeran el problema y, por torpeza y dejadez, se ha llegado a la situación límite en que ahora nos encontramos.
Carlos Puigdemont, Arturo Mas y sus cómplices se mueven ya abiertamente en la sedición y el golpismo. Ni el Gobierno de la nación ni la Justicia pueden cerrar los ojos y mirar hacia otra parte. Ante la comisión de delitos tan reiterados y desafiantes, la prudencia política exige actuar. El cáncer que se pudo curar cuando empezó a manifestarse ha hecho metástasis e inunda el entero cuerpo de Cataluña. No se puede esperar un día más. Hay que descargar todo el peso del Estado de Derecho, y sin salirse del Estado de Derecho, sobre los sediciosos y los golpistas.

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