sábado, 23 de septiembre de 2017

LA TRIBUNA DEL COLUMNISTA




Pablo IglesiasEFE
Hartazgo de Pablo Iglesias y desmontada su falsa equidistancia con el referéndum ilegal del 1-O en Cataluña. Este 23 de septiembre de 2017 le recuerdan en las tribunas y editoriales de la prensa de papel la verdad de las cosas, entre ellas, lo que sí es un preso político, por ejemplo Leopoldo López, y los que son unos meros delincuentes como el número dos de Oriol Junqueras, José María Jové, que estaba detrás de todo el tinglado de la consulta ilegal.
El editorial de ABC denuncia la irresponsabilidad que ha supuesto haber dejado la competencia de educación en manos de los nacionalistas en Cataluña:
El coste en Cataluña de entregar la educación al nacionalismo ha sido demasiado alto. Mal pronóstico el de esta generación de jóvenes catalanes educados en la exasperación y la ilegalidad.
Álvaro Martínez le recuerda algo esencial a los independentistas catalanes que tanto odio le tienen a la Guardia Civil:
Profesionalidad y más aguante que el santo Job están teniendo los agentes ante el mafioso acoso de los pandilleros del movimiento ‘indepe', que vierten de insultos y provocaciones a los guardias, esos mismos que detenían a los comandos de ETA que asesinaban a catalanes.
Ramón Pérez Maura refleja en lo que se ha convertido el nacionalismo independentista, uno manda, Junqueras, y los otros, a pagar el pato, es decir las sanciones:
Cabe imaginar que los consortes de esos síndicos tendrán idéntico entusiasmo por la causa para arrostrar las incomodidades que implica gastar esa cantidad de dinero sin recibir a cambio más que los ánimos de su jefe Junqueras al que todavía no le ha tocado poner un céntimo de su bolsillo. Para eso está la clase de tropa.
Ignacio Camacho le escupe al líder de Podemos la verdad a la cara:
Pues claro que hay un estado de excepción en Cataluña. Sólo que, al contrario de lo que sostiene Pablo Iglesias con manifiesta deslealtad constitucional y notable descaro, son los soberanistas quienes han creado la anomalía al implantar por las bravas un régimen de corte bolivariano.
Luis Ventoso certifica que Oriol Junqueras es un mentiroso compulsivo de tomo y lomo:
Me temo, y siento decirlo, que el profesor Oriol Junqueras, adulto de 48 años, doctor en Historia, vicepresidente económico de la Generalitat y cerebro gris del golpe independentista, padece un similar desarreglo: les larga a los catalanes unas bolas colosales, ridículas.
El editorial de El País le recuerda a Pablo Iglesias que en Cataluña no hay presos políticos y le refresca la memoria sobre qué régimen los tiene a mansalva.
Las declaraciones de Pablo Iglesias sobre la existencia de "presos políticos en España" y su movilización contra la acción judicial le coloca fuera del consenso constitucional. Que el partido que ha sido tan incapaz de reconocer la existencia de presos políticos en Venezuela como de condenar la brutal represión que allí sufre la oposición pretenda ahora dar lecciones de democracia y derechos humanos a los españoles es un escándalo de tal magnitud que debería merecer la reprobación más severa por parte de la ciudadanía y, esperemos, de sus votantes y simpatizantes.
El editorial de La Razón es claro y preciso a la hora de alabar los tiempos que ha ido teniendo el Gobierno de cara al reto separatista en Cataluña:
Si el Ejecutivo ha mantenido, incluso en contra de una amplia mayoría de la opinión pública española, una estrategia de moderación y de respeto escrupuloso a la acción juridisccional de los jueces y fiscales, no era por falta de decisión, sino para tratar de mantener abiertas el mayor tiempo posible las vías de diálogo y de la persuasión. Pero, torpemente rechazadas por los separatistas, la inevitable actuación de la Justicia irá poniendo coto a todas y cada una de las transgresiones a las leyes que puedan producirse.
El editorial de El Mundo le dice a Puigdemont que él y sólo él es responsable de este disparate que se está viviendo en Cataluña:
La Generalitat se encuentra cercada por su incompetencia y deslealtad. No es el Gobierno ni la Justicia ni la Policía los que ponen en riesgo el autogobierno catalán. Es Puigdemont quien abusa de Cataluña para imponer su quimera separatista. Quien cierra la puerta al diálogo es el que persiste en un referéndum suspendido por el TC.
Teodoro León Gross afirma que es imposible el diálogo en Cataluña cuando una de las partes, resueltamente, se niega a tenerlo o llama diálogo a imponer su tesis:
No se ve demasiado margen para el diálogo. «Cataluña te va grande», «se os acaba el chollo», «vuelve a tu España profunda», etc. El nacionalismo supremacista, que algunos aún confunden con progresista, descalifica de fachas a académicos de la talla de Fusi, Savater u Ovejero, y a Serrat y Marsé, y a los alcaldes botiflers. Ahí no hay esperanza de diálogo, porque además, como dice Innerarity, «no hay verdadero diálogo si el resultado final no está abierto sino predeterminado».

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