lunes, 23 de octubre de 2017

El durísimo editorial de «Le Monde» contra los independentistas «Los separatistas viven en una burbuja, venden ilusión, capitalizan la complejidad de la situación catalana», indica

Paco RodríguezMadrid.
Tiempo de lectura 2 min.
Hace 2 horas
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Si durante los últimos días "The Guardian" ha dedicado varios artículos para criticar el proceder de los independentistas en Cataluña, hoy ha sido «Le Monde», cun un durísimo editorial que acusa a Puigdemont de declararse fuera de la ley, de vivir en una burbuja, vender ilusión y de no atreverse a convocar un referéndum bajo el control de la Comisión Electoral Española precedido de una campaña en la que se expliquen las verdaderas consecuencias de la independencia.
El diario galo recuerda que el presidente de la Generalitat se ha negado a cumplir con las leyes españolas y que su intención es radicalizar a la opinión pública, de apostar por la descomposición. "A la cabeza de una raquítica mayoría separatista, Puigdemont espera una radicalización de una parte de la opinión pública. Él sabe que la administración directa de Cataluña desde Madrid va a evitar la independencia. Apuesta por la descomposición. Los separatistas venden ilusión".
Después de recordar que el referéndum ilegal sólo registró un 40 por ciento de los votantes y que el resultado del 90 por ciento a favor de la independencia es bastante cuestionable, indica que Puigdemont sigue la estrategia de la tensión al convocar el pleno del Parlament el mismo día que el del Senado: Podemos tener simpatía por las aspiraciones de los catalanes por una mayor autonomía. Podemos denunciar la actitud de esperar y que la relación con Madrid esté atascada desde 2010. Pero no podemos dejar de decir que Puigdemont tiene muy poco respeto por la democracia".
Así, añade, "desde hace semanas, el Parlamento catalán no se ha reunido, por la única razón de que la mayoría se niega a responder a las preguntas de la oposición. Hace meses que la televisión pública catalana, TV3, hace propaganda simplista y engañosa a favor de la independencia. Y durante meses ha utilizado una retórica de victimización que quiere hacer parecer de forma grotesca que Cataluña es una víctima del retorno de la dictadura de Franco. Este no es el caso".
Finalmente, indica que los separatistas viven en una burbuja, venden ilusión, capitalizan la complejidad de la situación catalana. Pero no se atreven a organizar un referéndum bajo el control de la comisión electoral española; una consulta precedida por una campaña libre sobre los problemas reales de la «independencia»; una votación legal que muestre la división de la población de Cataluña. Ellos prefieren la política de lo peor".

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