FELIPE VI, SIEMPRE EN SU SITIO
Martes 03 de octubre de 2017, 21:34h
El Rey ha cerrado su mensaje institucional abriendo de par en par las puertas de la esperanza y reafirmando el compromiso de la Corona con la Constitución y con la unidad de España.
Su padre, Juan Carlos I, el 23 de febrero de 1981, con los carros de combate patrullando las calles de Valencia y secuestrado por la fuerza el Congreso de los Diputados, se vistió su uniforme de capitán general de los Ejércitos y, conforme a la Constitución, ordenó a algunos militares sublevados que regresaran a sus cuarteles, yugulando el golpe de Estado y salvando para España la democracia y la libertad.
En medio de una inusitada expectación, Felipe VI, ante el intento de golpe de Estado de las autoridades de la Generalidad, se ha mostrado especialmente firme y enérgico. Ha acusado de inadmisible deslealtad, sin citarles, a Carlos Puigdemont, Oriol Junqueras, el pobre Arturo Mas, la taimada Carmen Forcadell y sus cómplices. Ha subrayado ante la opinión pública española su conducta irresponsable y ha asegurado ante todos el orden constitucional y la vigencia del Estado de Derecho. A los catalanes ajenos al despropósito de Puigdemont, les ha dicho con especial énfasis que no están solos y que les respalda y garantiza el Estado constitucional.
El discurso del Rey me ha parecido excelente de forma y de fondo. Felipe VI ha hablado con serenidad, con gran dominio de las cámaras, vocalizando a la perfección, sin una vacilación al expresarse y diciendo lo que debía decir, ni más ni menos, como corresponde a un Rey demócrata y constitucional. Felipe VI ha estado en su sitio. Como siempre. Para la tranquilidad y la esperanza de los españoles, la Corona, símbolo de la unidad de España, permanece donde debe estar.
Luis María ANSON
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