Rajoy ante el golpe de estado

Martes 17 de octubre de 2017, 09:28h

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La falta de contestación de Puigdemont al requerimiento del Gobierno no ha sorprendido. Si lo ha hecho la respuesta del Presidente del Gobierno concediéndole un nuevo plazo hasta el próximo jueves.

Pero, eso no es activar el artículo 155 de la Constitución, en donde el único plazo que cabría sería el requerimiento para que el Govern regresara de manera inmediata a la legalidad. No cabe ya más respuesta. El señor Rajoy sabe, pero no parece querer enterarse que está lidiando -lo están todos los ciudadanos españoles- con golpistas. Una situación que está generando una justificada alarma social y una desafección creciente de la ciudadanía. Y es razonable. Ante gentes así, la dilación y la inacción supone correr un riesgo insoportable.

Hasta ahora, el Gobierno español, a diferencia de los golpistas, ha manejado de forma penosa la información internacional (el vergonzoso y mendaz número del Economistes un ejemplo de ello), pero parece tener controlado el frente diplomático. Los nacional-populistas no han conseguido un sólo apoyo. Sin embargo, si la situación continúa prolongándose y complicándose el tema puede deteriorarse para degenerar en un asunto internacional y Europeo.

Unas elecciones autonómicas dirigidas por quienes se han doctorado en técnicas de "pucherazo", y quienes las convocarán con un propósito plebiscitario ilegal, no va a resolver la situación. Por eso, cuanto antes se desaloje a los golpistas del Govern, el riesgo será menor.