martes, 26 de diciembre de 2017

SERENA MODERACIÓN DEL REY EN SU DISCURSO DE NAVIDAD

SERENA MODERACIÓN DEL REY EN SU DISCURSO DE NAVIDAD

En un salón del Palacio de la Zarzuela, con un pequeño Nacimiento, una foto familiar, la escultura de Miró del Premio Príncipe de Asturias y las banderas de España y de Europa, Felipe VI ha hablado en el tradicional discurso de Navidad, desde la serena moderación frente a las estridencias que han presidido la vida política española en los últimos meses. Dominó las cámaras, la expresión corporal y la modulación de la voz. Se ha referido de forma inequívoca a la unidad de España, de la que la Corona es garante, conforme a la Constitución. Tras cinco siglos de Historia en común, el Rey estará siempre, desde el respeto a la libertad de cada ciudadano, en contra de la minoría que ha intentado el despedazamiento de España. Felipe VI solicitó en su discurso que, después de las elecciones autonómicas catalanas, se abra “un camino de convivencia” y “se recupere la serenidad” para que “renazca el prestigio de Cataluña”.
El estímulo de la concordia y la conciliación entre españoles forma parte de las funciones de arbitraje y moderación que la Constitución exige a la Jefatura del Estado. El Rey ha abogado por superar las tensiones a través del diálogo y la negociación, siempre dentro de la ley y del respeto a nuestro Estado constitucional de Derecho.
Se refirió el Monarca, con palabras muy firmes, a la lucha contra el terrorismo yihadista, resaltando también el deber de combatir la violencia de género, las diferencias sociales y la corrupción. Tras estas cuestiones sustanciales, preocupa a Don Felipe la necesidad de atender a los desfavorecidos y el cuidado de la prosperidad general. Resulta absurdo perderse en utopías bizantinas cuando hay tantos problemas cotidianos que resolver y que afectan a la vida de todos los ciudadanos, desde la educación y la sanidad hasta el desempleo y los salarios.
El equilibrio de este hombre joven, excepcionalmente bien preparado y con los pies en la realidad, ha presidido su discurso navideño, esperado en toda España con gran expectación. La Monarquía parlamentaria significa, como en muchas de las mejores naciones del mundo -Suecia, Noruega, Dinamarca, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Inglaterra, Japón, Canadá o Australia- la garantía de libertad, prosperidad y justicia social. Destacó el Rey la “España abierta y solidaria” y la “irrenunciable voluntad de concordia”, así como “el respeto y el diálogo como fundamento de la convivencia”. Fue el suyo un mensaje de esperanza para el futuro de la nación española.

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