domingo, 14 de enero de 2018

FAINÉ Y ESPAÑA

FAINÉ Y ESPAÑA

Este artículo de Luis María Anson, publicado en El Mundo, y que reproducimos a continuación, ha suscitado incontables comentarios en las redes sociales y en tertulias radiofónicas y audiovisuales.
Isidro Fainé se ha esforzado, desde hace años, en alentar una solución razonable, dialogada y constitucional al conflicto entre un sector de Cataluña y el Gobierno de España. Conocedores a fondo de la realidad catalana y del esperpento secesionista, Fainé y Jaume Giró impulsaron en diciembre de 2016 el informe de la Sociedad Económica Barcelonesa d’Amics del País, en el que se planteaba, desde el respeto a la Constitución, un programa de mínimos a negociar entre el Gobierno y la Generalidad. El desdén con que fue acogido este esfuerzo fue lamentable y nadie en Moncloa ha sido capaz de evitar que se encendiera el intento de golpe de Estado. Steiner, premio Príncipe de Asturias de Comunicación, escribió que “no todos los golpes de Estado suponen violencia armada”.
Fainé superó la llamada crisis “bancaria”, es decir, la crisis de las Cajas, integrando ocho de ellas y varias entidades bancarias a punto de quebrar en un Banco que está ahora a la cabeza de Europa, potenciado además por una Fundación, cabecera del Grupo “la Caixa”, que dedica 520 millones de euros al año a labores sociales, culturales y de investigación en toda España. El Financial Times calificó a “la Caixa” como “el silencioso motor de España”.
Parece lógico que los partidos constitucionalistas soliciten el consejo de líderes económicos y empresariales como Fainé para encauzar la situación de Cataluña, que bordea de nuevo el despeñadero secesionista. “El poder no existe para mí, solo el servicio”, ha dicho Fainé, al que Buck califica en el primer periódico británico financiero como “hijo de campesinos iletrados, que nació en una casa sin agua ni electricidad, trabajando a los 13 años en una tienda de reparación de bicicletas y convertido, a base de inteligencia, equilibrio y tenacidad, en el responsable de una de las entidades financieras más sólidas de Europa”. Fainé ha mantenido siempre “un inteligente equilibrio de concordia y conciliación ante los tirones independentistas de un sector de Cataluña”.
Tal vez Rajoy se decida a abandonar los despropósitos arriólicos y solicite el consejo y mediación de hombres como Fainé y Giró, que saben lo que es necesario hacer para que, en el marco de la legalidad, se restablezca en Cataluña la estabilidad. En un almuerzo en el Palacio Real, Saramago me expresó su satisfacción por el desembarco de Fainé en el Banco Portugués de Inversión. “Gana la Caixa, gana Cataluña, gana Portugal, gana España”, dijo el autor de La balsa de piedra, quien subrayó su admiración por la capacidad de Fainé para el entendimiento y la conciliación.

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