LOS ESTADOS UNIDOS DE EUROPA Y LA AMENAZA DE LOS NACIONALISMOS DECIMONÓNICOS
Viernes 19 de enero de 2018, 13:43h
Los principales países europeos contemplan con preocupación creciente lo que está ocurriendo en Cataluña. En Francia, en Gran Bretaña, en Bélgica, en Italia, en Alemania, en Suecia, en Noruega y en otras naciones, existen problemas nacionalistas tan exacerbados en algunos casos como el secesionismo catalán. Córcega, Cerdeña, el Tirol, Bretaña, Flandes, Laponia Escocia, Gales, Sicilia, Véneto, Moravia y varias regiones europeas más se ven agitadas por minorías independentistas de distinto pelaje.
Caminamos abiertamente hacia los Estados Unidos de Europa, única fórmula para que el Viejo Continente pueda competir internacionalmente con Estados Unidos y Japón, con el espectacular progreso de China y la India, con la Australia emergente. La construcción europea que se avecina puede fragilizarse de forma alarmante si triunfan los nacionalismos secesionistas que amenazan a los principales países europeos. De ahí que los observadores internacionales hayan fijado sus ojos, con expectación, en Cataluña. Celebraron la aplicación del artículo 155 pero la precipitación de Rajoy al convocar elecciones autonómicas ha dejado las cosas en lugar muy parecido al que estaban. Europa, inquieta, aguarda la solución final de la crisis y se da cuenta que no tiene las garantías que se esperaban.
Los separatismos europeos son tan anticuados que nos devuelven al siglo XIX. En muchos casos no están superados y amenazan fracturar los futuros Estados Unidos de Europa. Los medios de comunicación europeos subrayan en sus editoriales, en líneas generales, el desastre que supondría para todos que el secesionismo catalán triunfara contagiando a una docena de regiones europeas.
Caminamos abiertamente hacia los Estados Unidos de Europa, única fórmula para que el Viejo Continente pueda competir internacionalmente con Estados Unidos y Japón, con el espectacular progreso de China y la India, con la Australia emergente. La construcción europea que se avecina puede fragilizarse de forma alarmante si triunfan los nacionalismos secesionistas que amenazan a los principales países europeos. De ahí que los observadores internacionales hayan fijado sus ojos, con expectación, en Cataluña. Celebraron la aplicación del artículo 155 pero la precipitación de Rajoy al convocar elecciones autonómicas ha dejado las cosas en lugar muy parecido al que estaban. Europa, inquieta, aguarda la solución final de la crisis y se da cuenta que no tiene las garantías que se esperaban.
Los separatismos europeos son tan anticuados que nos devuelven al siglo XIX. En muchos casos no están superados y amenazan fracturar los futuros Estados Unidos de Europa. Los medios de comunicación europeos subrayan en sus editoriales, en líneas generales, el desastre que supondría para todos que el secesionismo catalán triunfara contagiando a una docena de regiones europeas.
Luis María ANSON
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