lunes, 12 de febrero de 2018

El número de pensionistas, la prestación media y el gasto total del sistema han crecido a una tasa muy inferior a la habitual en años precedentes.

Las reformas comienzan a surtir efecto: se ralentiza la subida de pensiones, pensionistas y gasto

El número de pensionistas, la prestación media y el gasto total del sistema han crecido a una tasa muy inferior a la habitual en años precedentes.

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Desde 2013, se ha moderado de forma notable el incremento del gasto en pensiones. | Pixabay/CC/StockSnap
El objetivo principal de las reformas de 2011 y 2013 era hacer el sistema de pensiones "más sostenible". Los responsables de PSOE y PP, artífices de aquellos dos cambios normativos, defendieron que los cambios que se aprobaban servirían para contener el incremento del gasto y garantizar un futuro sosegado a los pensionistas. Y, al menos en lo que tiene que ver con el gasto, parece que tenían razón.
En los últimos tres años, aquellos en los que ha comenzado a surtir efecto la reforma de 2011, se ha moderado el gasto medio en pensiones, el incremento del número de pensiones y el incremento de la pensión media. En los tres casos, sólo podemos hablar de moderación: es decir, no es que estas ratios caigan en términos absolutos, algo casi imposible por una pura cuestión demográfica. Pero el incremento respecto a un año antes sí es sensiblemente inferior al que experimentaba el sistema en 2008 o 2009. Puede haber varios factores que influyan en esta tendencia: desde la crisis a la demografía (se están incorporando a la jubilación los españoles nacidos en la década de los cincuenta, un momento en el que el baby-boom todavía no había explotado y la inmigración hacia los países más ricos de Europa era muy importante). Pero incluso así, se intuye un claro cambio de dirección. La reforma de 2011 ya surte efectos. Y sí, el gasto se contiene. A costa de los nuevos pensionistas, por supuesto.
Este viernes, en Libre Mercado explicábamos que en 2017 se ha dado un hecho inédito en los últimos años en España (quizás nunca se haya producido, pero los datos del Ministerio de Empleo sólo llegan hasta 2005): las pensiones de las nuevas altas en el sistema de la Seguridad Social han caído respecto a las prestaciones que cobraban los nuevos pensionistas en 2016. De hecho, para los nuevos jubilados ya es el segundo año de descenso, con un recorte acumulado de 25 euros en dos ejercicios. Los dos factores que aparecen tras este fenómeno son la crisis (que ha dañado las carreras laborales de muchos españoles en los últimos años de actividad) y la reforma de 2011, que endurecía los requisitos de acceso al sistema (número de años para calcular la base reguladora, exigencia para cobrar el 100% de la pensión, edad de jubilación…).
En esta ocasión, vamos a analizar los datos totales sobre pensiones de diciembre de 2017. Coinciden con lo apuntado respecto de las nuevas altas. Tanto el número de pensionistas, como la prestación media, como el gasto total del sistema han crecido a una tasa muy inferior a la habitual en años precedentes.
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- Número de pensiones: la primera tabla muestra el número de pensiones en vigor a día 1 de cada mes. Como puede verse, en diciembre del pasado año teníamos 9.581.770 pensiones (el número de pensionistas es algo inferior porque hay personas que acumulan varias prestaciones).Esa cifra es un 1,14% superior a la del mismo mes de 2016. Como puede verse en los datos del Ministerio de Empleo, en los últimos tres años se ha producido una reducción significativa del ritmo de crecimiento: de estar por encima (o muy cerca) del 1,5% de incremento al año, hemos pasado a rondar el 1%. El retraso en la edad de jubilación podría estar detrás de parte de esta reducción en el ritmo de incremento de las nuevas pensiones.
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- Pensión media: lo mismo ocurre si miramos a la segunda tabla, que recoge la pensión media desde 2007 a 2017. De nuevo, vemos cómo sigue subiendo (hasta los 926,87 euros al mes en diciembre) pero ese incremento se ha moderado de forma muy sensible en los últimos tres años. Así, mientras que de 2010 a 2013 el ritmo de subida de la pensión media superaba el 3%, desde 2014 lo hace por debajo del 2%. Hay un apunte que hacer aquí: hablamos en términos nominales, por lo que la baja inflación de los últimos años también tiene que ver en esta moderación. Pero no es sólo eso: el nuevo índice de Revalorización de las Pensiones que sustituyó al IPC también está teniendo su peso en esta cuestión. Al fin y al cabo, las prestaciones llevan varios años subiendo un 0,25%: es cierto, como decía la ministra el otro día en el Congreso, que en el conjunto de los años de crisis los pensionistas han mantenido poder adquisitivo; pero no lo es menos que con las reglas antiguas de revalorización ahora las pensiones serían un poco más elevadas (quizás se habrían quedado en el 0% en los años de inflación negativa, pero habrían subido por encima del 1% en los dos últimos ejercicios). De nuevo, la combinación de reformas más crisis modera el gasto en pensiones.
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- Gasto total: también en lo que hace referencia al gasto total en pensiones se ve una notable moderación en el ritmo de incremento. También aquí tienen influencia los factores antes citados (por ejemplo, la baja inflación de algunos años), pero no sólo. De esta manera, hemos pasado de ritmos de subida del 4,5-5% a estar alrededor del 3%. Esto tiene una consecuencia muy positiva: la propia Fátima Báñez anunciaba en el Congreso hace unas semanas que por primera vez desde que comenzó la crisis, el déficit de la Seguridad Social medido en relación al PIB (que no en términos absolutos) ha bajado y la subida de los ingresos por cotizaciones sociales es superior a la subida del gasto en pensiones contributivas.

Aviso a navegantes

Como hemos apuntado en varias ocasiones, no hay un único factor que explique este cambio de tendencia. La crisis ha influido (sobre todo en las pensiones de los recién llegados al sistema), también la inflación (que ha permitido subir las prestaciones al 0,25% sin que sufran una importante merma de poder adquisitivo). También es cierto que en dirección contraria deberían empujar las tendencias demográficas (según avanzaba el siglo XX y hasta la mitad de los años 80 cada vez nacían más niños) y las mejores carreras laborales de los nuevos jubilados. Todavía no hay ningún estudio que separe unas causas y otras. Pero viendo las cifras (y por la lógica del sistema y de lo que se aprobó en 2011 y 2013) parece evidente las reformas de los últimos años también parece que tienen algo que ver en la moderación del gasto.
De hecho, confirma lo que ya se preveía. Los dos siguientes gráficos están sacados de la presentación que José Luis Escrivá, presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) llevó a la Comisión del Pacto de Toledo hace ahora un año. Como puede verse, según sus previsiones, el efecto de las reformas será muy importante.
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Como puede verse en el gráfico de arriba, según estas previsiones, en 2030, la primera pensión que cobren los nuevos jubilados españoles será más de un 15% inferior a la que habría tenido sin las nuevas reglas de acceso al sistema aprobadas en 2011 y 2013.
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El objetivo de las dos reformas era contener el gasto en pensiones y mantenerlo alrededor del 11% del PIB de aquí a 2050. Parece que es un propósito que puede conseguirse. Eso sí, nada es gratis y tampoco este cambio de tendencia lo será. Como hemos explicado en otras ocasiones, si se incrementa el porcentaje de pensionistas sobre el total de la población y se mantiene el gasto en pensiones en el 11% del PIB, a cada pensionista la tocará un poco menos de PIB. Esto es una identidad matemática que quiere decir que, en relación a la riqueza del país, los pensionistas perderán posiciones. También si medimos la pensión en relación al salario medio o al último salario percibido, es previsible esperar un importante recorte, que puede ser de hasta 30 puntos de aquí a mitad de siglo. Las reformas hacen el sistema más sostenible. Quizás, incluso, era inevitable aprobarlas. Pero cuidado, los pensionistas del futuro tienen que estar atentos porque su prestación no cubrirá lo mismo que la de sus padres. Lo ocurrido en estos últimos años es un clarísimo aviso a navegantes. Los cambios de 2011 y 2013 ya están empezando a surtir efecto. Y esto no ha hecho más que empezar.

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