lunes, 26 de marzo de 2018

Crónica religiosa

Crónica religiosa. Arrivederci Viganò

Crónica religiosa. Arrivederci Viganò
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(Foto: EFE/ Claudio Peri)
Domingo 25 de marzo de 201808:21h
Decimos “arrivederci” (hasta pronto), porque la renuncia de Monseñor Viganò como Prefecto de la Secretaría para la Comunicación de la Santa Sede y aceptada por el Papa Francisco , ha sido un “hasta pronto” y no un “addio”. Una dimisión de Viganò que ha llegado después de los problemas suscitados tras la publicación de una carta de Benedicto XVI acerca de unos volúmenes de teología del Papa Francisco.
Lo que aparentaba ser una defensa cerrada de la teología del Papa FRANCISCO ante los prejuicios de algunos, se transformó en una cadena de posibles malas actuaciones, que llevaron a eliminar varios párrafos de la misiva, en los que el Papa emérito se negaba a prologar los volúmenes al no haberlos podido leer por completo.
Al final dimisión de Viganò que escribió una carta al Papa Francisco en la que admite que “ha habido muchas controversias sobre mi trabajo que, más allá de las intenciones, desestabiliza el complejo y gran trabajo de reforma de los medios vaticanos” Por ello, pide al Papa le permita “dar un paso atrás, pues su presencia podría retrasar, dañar o incluso detener las reformas en la comunicación vaticana”. “Por amor a la Iglesia y a su Santo Padre, le pido que acepte mi deseo de tomar distancia".
FRANCISCO sigue considerando que Viganò tiene algo que aportar y en la carta de aceptación de su renuncia, agradece su solicitud de dar un paso atrás en la responsabilidad directa del Dicasterio para las Comunicaciones”, y “respeta su decisión y acoge, no sin cierto esfuerzo su renuncia”. Pero, y por eso insisto en el “arrivederci”. le pide que “continúe quedándose en el Dicasterio” y designándolo Consejero para el Dicasterio de la comunicación para “poder aportar su contribución humana y profesional al nuevo Prefecto al proyecto de reforma deseado por el Consejo de Cardenales, aprobado por mí y regularmente compartido”.
Otra noticia importante de esta semana ha sido la presentación por parte del Vicesecretario para Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal Española de los resultados de la Renta 2016, donde se constatado una subida de ingresos, pero una bajada de contribuyentes.
Así la Iglesia española recibirá este año 256,21 millones de euros, siete millones más que el ejercicio anterior, pero el número de declaraciones que llevaron la «X» en la casilla de la Iglesia disminuyó en un 1,39 por ciento y por primera vez en nueve años se situó por debajo el 34%.
Unas cifras que han despertado todas las alarmas en la calle madrileña de Añastro sede de la Conferencia Episcopal Española porque en total, la Iglesia perdió en solo un año 234.768 declaraciones. Preocupación evidente mostrada por Fernando Giménez Barriocanal, Vicesecretario General para Asuntos Económicos de la CEE: “No estamos contentos, ni satisfechos con estos datos. Tenemos que conocer qué estamos haciendo mal para hacerlo bien”.
Las causas pueden ser varias. Desde la meramente técnicas como la nueva modalidad telemática, hasta las políticas, ya que puede ser que a muchos no les hayan gustado algunas posturas de la Iglesia sobre temas problemáticos, como el de Cataluña, donde solo el 19,2 de la población ha colocado la “X” en la casilla.
Algunos apuntan a la recuperación económica como razón para miles de contribuyentes hayan podido pensar que la acción social de la Iglesia ya “no es tan necesaria”. Una razón que para mí, personalmente no es válida pues si hay más dinero en el bolsillo de los contribuyentes, más pueden destinar estos a ayudas, porque sim algo hay claro es que sigue habiendo un número muy elevado de personas en situación de exclusión y como declaró Giménez Barriocanal “siguen necesitando apoyo y la Iglesia sigue a su lado”.

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