viernes, 16 de marzo de 2018

El «lobby» americano del separatismo catalán

El «lobby» americano del separatismo catalán

Los gastos de este grupo de presión entre los años 2014 y 2017 alcanzan una cifra superior a los dos millones de dólares procedentes, según los apuntes del FARA, del «Government of Catalonia»


JAVIER RUPÉREZ
MadridActualizado:

El «lobbysta» en el sistema legal americano es el representante de intereses públicos extranjeros encargado por estos, y a sueldo de los mismos, para influenciar decisiones de las instituciones de los Estados Unidos a favor del ente representado. Es una actividad legítima, cuidadosamente regulada a través del conocido como FARA, «Foreign Agents Registration Act», que desde 1938 establece las normas al respecto. Uno de los principales aspectos de esa regulación consiste precisamente en la publicidad que la misma recibe: cualquier ciudadano puede acceder a la página electrónica del Departamento de Justicia y bajo las siglas en cuestión examinar los detalles del «lobby» por el que haya mostrado interés.
La llamada «Catalonia Delegation USA, Inc.» se inscribió en el sistema FARA en 2014, figurando su domicilio en Nueva York, aunque el que aparecía como jefe de la delegación tuviera su residencia en Washington D.C. Su nombre era, y no se sabe si sigue siendo, Andrew Davis, en un principio acompañado por una secretaria, Mireia Rozas-Simón, que también solía figurar como adjunta al jefe de la delegación. Aquel, Davis, percibió en 2014 un salario anual de 131.214 dólares norteamericanos. Rozas-Simón fue retribuida con 55.000 dólares. En 2015 aparece también como adjunto al jefe de la delegación Xavier Vila, al que se le asigna un salario de 70.000 dólares anuales. Rozas-Simón deja la delegación separatista catalana en 2017, en el momento en que brevemente la delegación contrata los servicios del C. G. Emanuel Group, de Carolina del Norte, y a Chris Emanuel, en una relación mantenida solo durante un mes y por el que reciben 5.504 dólares.
Según las informaciones contenidas en los archivos del FARA, y que recogen los datos que han sido sometidos por los responsables del grupo separatista catalán, los gastos totales incurridos por sus actividades entre 2014 y 2017, y que incluyen salarios y «office expenses», son los siguientes: 585.600,05 dólares en 2014; 551.530.00 en 2015; 790.239,06 en 2016; y 104.646,70 hasta el 3 de marzo de 2017. Lo que arroja una suma total de 2.032.015,81 de dólares norteamericanos hasta esa última fecha. Hay que recordar que la susodicha delegación nunca ha contado con más de tres personas, siendo solo dos las que actualmente figuran como trabajando para la misma. En los formularios del FARA, la delegación separatista catalana reconoce que tales cantidades provenían del «Government of Catalonia».

En los apartados correspondientes del formulario, los enviados del gobierno regional de Cataluña reconocen haber realizado actividades y prestado servicio a la institución extranjera denominada «the Government of Catalonia», y en los anexos correspondientes detallan esos movimientos. Así, en el segundo semestre de 2016, Davis o sus acólitos mantuvieron al menos veinte entrevistas con diversos sectores y personas de la vida pública americana. Entre los contactados, en un contexto que se describe como el de «US-Catalonia Relations», o «Massachusetts-Catalonia Relations», o «California-Catalonia Relations», según el lugar de empleo de la persona visitada, figuran tres congresistas federales -Marino, Rohrabacher, Weber- varios ayudantes de congresistas y senadores federales y estatales y altos funcionarios en las oficinas del gobernador de California y del alcalde de Nueva York. Cabe incluso reseñar la visita que realizó Davis a Spencer. P. Boyer, que aparece descrito como «National Intelligence Officer for Europe» en el «National Intelligence Council». En el primer semestre de ese mismo año, Davis se había entrevistado varias veces con Charles Bouldin, analista de política exterior para España en el Departamento de Estado, con ayudantes legislativos de los senadores y representantes Ron Johnson, Robert Menéndez, Tom Marino, Dave Trott, Curt Clawson y Stephen F. Lynch, con otros letrados del Congreso americano en los comités de asuntos exteriores y, de nuevo, con funcionarios próximos al gobernador de California y al alcalde de Nueva York.
Para la segunda mitad de 2015, Davis había dado noticia al FARA de una actividad que incluía más de cincuenta contactos y entrevistas entre los que llaman la atención las mantenidas con Mary Elizabeth Madden y, en más de una ocasión, con Miriam L. Awad, ambas sucesivamente responsables de la oficina de España en el Departamento de Estado. Ya habían aparecido las entrevistas con el congresista republicano Dana Rohrabacher junto a las mantenidas con el también congresista Reid Ribble y un número importante de las realizadas con los colaboradores de congresistas y senadores federales: Coons, Sires, Lowenthal, Issa, Castro, Weber, Salmon, Zeldin, Cook, Markey, Frankel, Curbelo, Marino, Trott, Weber, Brooks y Johnson. Durante el primer semestre de ese mismo año de 2015, Davis y sus ayudantes habían mantenido contactos, y son más de treinta los que relatan, con la ya citada Mary Elizabeth Madden, del Departamento de Estado, a la que visitan en más de una ocasión, con los directores del «staff» de los congresistas Mario Díaz Balart e Ileana Ros Lehtinen, de nuevo con varios altos funcionarios de la oficina del Gobernador Brown de California e incluso con él mismo. También con ayudantes del senador Corker, con Marcos Mandojana, cónsul general de los USA en Barcelona; con el jefe de gabinete del senador Tim Kaine, con los congresistas Grayson y Meadows y con varios responsables de las comisiones de asuntos exteriores en la Cámara de Representantes y en el Senado y con varios encargados de temas económicos en los Estados de Massachusetts y California.
Lo que FARA revela sobre las actividades del «lobby» separatista catalán muestra la incesante actividad que su pequeño cuerpo funcionarial ha venido desarrollando en los últimos cuatro años. Davis supo acceder a niveles significativos de la vida política americana, en un esfuerzo por hacer llegar su mercancía secesionista. No lo consiguió del todo y ahí queda el relativo fracaso de la visita al expresidente Jimmy Carter, desprovisto de proyección pública tras las gestiones españolas oficiales y oficiosas. Pero fueron también patentes las vacilaciones iniciales del Departamento de Estado e incluso de la Casa Blanca en los primeros momentos de la última etapa del golpe separatista. Son todos ellos datos a tener en cuenta. Y lecciones a interiorizar. Basta con hojear el FARA para aprenderlas.

*Javier Rupérez es Académico correspondiente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.

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