viernes, 2 de marzo de 2018

LOS VENEZOLANOS PONEN SUS ESPERANZAS EN LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES DEL 22 DE ABRIL DE 2018

Zapatero con su amigo Maduro y al fondo un venezolano silenciado.PD
Amnistía Internacional dedica en último informe anual publicado en este mes de febrero de 2018 un extenso capítulo a Venezuela en el que señala al régimen de Maduro por utilizar la fuerza de forma ilegal con detenciones arbitrarias y torturas a sus retenidos en las protestas callejeras.
Además, la ONG asegura que la situación de crisis alimentaria y médica sigue empeorando a cada paso, y el deterioro es notable en cada uno de los diferentes sectores. El portal Infobae recoge algunos datos interesantes del informe de AI:
AI echa mano de los datos de la ONG local Foro Penal Venezolano que, en el contexto de las protestas, informó que se detuvo a 5.341 personas, de las cuales se juzgó a 822 y a 726 de ellas -que eran civiles- se las sometió a jurisdicción militar y se les acusó de delitos militares por manifestarse contra el Gobierno.
"Al terminar el año permanecían recluidas en espera de juicio 216 personas", se indica en el informe.
 
Pero por su lado, el expresidente español Zapatero sigue empeñado en 'mediar' en el conflicto pero haciéndolo absolutamente detrás del dictador Nicolás Maduro. Tanto, que el chavista ha pedido que ZP sea el jefe de los observadores internacionales de cara a las elecciones presidenciales del 22 de abril de 2018. Nada hay como poner a un amíguete parcial en esta función.
El pueblo venezolano espera la fecha de los comicios con ilusión por el cambio, aunque saben que todo tiene pinta de montaje por todo lo alto: las elecciones serán fraudulentas para pasar de la dictadura actual a una de partido único al estilo cubano. Así lo explica en el diario El País la vicepresidenta de la subcomisión de Derechos Humanos en el Parlamento Europeo, Beatriz Becerra:
En lugar de dar un paso atrás, el régimen organiza unas elecciones fraudulentas para pasar de la dictadura actual a una de partido único, estilo cubano. Y usted, señor expresidente, le da cobertura, le da una plataforma aparentemente digna, se presta a lavarle la cara. Usted no es un mediador: trabaja para una de las partes, para un Gobierno que, le recuerdo, acaba de retirar a su embajador de España creando una crisis diplomática con nuestro país, con el suyo, señor Zapatero, del que usted fue presidente. ¿Cómo llamar a esto, al hecho de ignorar el conflicto de un régimen dictatorial con su propio país?
 

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