LA
DICTADURA FRANQUISTA ENTRE 1959-1975: ASPECTOS SOCIALES, POLÍTICOS Y ECONÓMICOS.
En
1957 dos ministros “tecnócratas” (Economía y Comercio) iniciaron medidas de
liberalización económica: congelación salarial, reducción de créditos
(especialmente los especulativos) y una Reforma fiscal que redujese el déficit
público. La supresión del sistema de cambios múltiples en el comercio exterior
facilitó el ingreso de España en el FMI. El proceso inflacionario, sin
embargo, planteó la necesidad de un PLAN
DE ESTABILIZACIÓN ECONÓMICA (1959).
Sus
fines: un desarrollo económico equilibrado en el interior y una mayor
integración de la economía española en la de los países desarrollados.
Para
conseguirlo: reducir la inflación, flexibilizar y liberalizar las relaciones
económicas con el exterior, frenar la demanda, estabilizar los precios y
reducir las importaciones..
Se
adoptaron medidas como: la devaluación de la peseta, la supresión de controles
de la economía por el Estado, limitación del gasto público y de los créditos al
sector privado, la no pignorabilidad de los Títulos de la Deuda Pública (causa
de inflación) y una mayor flexibilidad en los tipos de interés; la fijación de un nuevo tipo de cambio de la
peseta (60 pesetas/dólar) y la liberalización de las importaciones de capital
para favorecer la inversión extranjera.
Los
resultados inmediatos fueron traumáticos: disminución de los salarios reales,
quiebra de las empresas no rentables, aumento del paro, etc. Era el precio
inevitable para sacar a la economía española de la situación a la que le había conducido la autarquía
económica.
LOS
PLANES DE DESARROLLO.
Una
vez conseguidos estos objetivos de estabilización, la economía española estaba
todavía muy por debajo de la media de los países europeos. Los sucesivos PLANES
DE DESARROLLO pretendieron un desarrollo acelerado basado en la coincidencia de
objetivos entre el Estado y las empresas privadas: las empresas, si aceptaban
las condiciones establecidas por el Gobierno, tendrían ventajas fiscales,
financieras y laborales.
Los
POLOS DE DESARROLLO: para alcanzar un desarrollo equilibrado y distribuir las
fuentes de riqueza (industrias y servicios) por todo el país, se eligieron
ciertas zonas atrasadas, pero con grandes posibilidades económicas, y se
concedieron importantes ayudas y ventajas a las empresas que se establecieran
en ellas. Entre 1964 y 1972 se crearon doce polos de desarrollo: La Coruña,
Vigo, Villagarcía de Arosa, Oviedo, Logroño, Zaragoza, Burgos, Valladolid,
Huelva, Córdoba, Sevilla y Granadas.
Efectos:
la economía española experimentó entre 1960 y 1973 un crecimiento acelerado:
*.-
La renta per cápita se duplicó entre 1960 y 1970
*.-
Se modernizaron los sectores económicos, sobre todo por las nuevas tecnologías.
*.-
El sector mas desarrollado, el secundario (industria química, metal y
automóviles; dentro del sector terciario creció el turístico con en incremento
del turismo extranjero.
*.-
La agricultura mejoró sus rendimientos y su productividad por la introducción
de nuevas técnicas, maquinaria y fertilizantes.
Tres
aspectos negativos:
*.-
Aparecieron grandes desequilibrios regionales entre las viejas y nuevas zonas
industriales frente a territorios despoblados y atrasados económicamente.
*.-
El modelo de crecimiento económico acelerado, fundamentado en la mecanización,
condujo a una fuerte emigración exterior de la creciente población activa de
España.
*.-
La Balanza comercial fue deficitaria: más de la mitad de las importaciones eran
productos caros pero necesarios (petróleo, materias primas industriales y maquinaria).
El
déficit se compensó con tres fuentes de ingresos principales: la inversión de
capitales extranjeros en España, la recepción de divisas de los emigrantes
españoles y la entrada de divisas del turismo extranjero. Su inconveniente:
establecimiento de una dependencia económica del exterior.
La
política económica de finales del franquismo (1973-1975):
No
se tomaron las medidas necesarias ante la creencia de que la crisis económica
mundial (1973) era transitoria (crisis energética, guerra del petróleo), se
confiaba en las abundantes reservas de divisas y se consideró que la adopción
de medidas incrementarían el paro en momentos críticos ara la continuidad del
Régimen político. La dependencia energética y tecnológica exterior, el elevado
endeudamiento exterior de la empresa española, el encarecimiento del dinero, la
ineficacia de la empresa pública (INI) y la rigidez institucional agravaron la
situación económica.
Un
Régimen débil y acorralado por la oposición fue incapaz de adoptar las medidas
necesarias, ahondando los efectos de la
crisis hasta las medidas acordadas en los PACTOS DE LA MONCLOA (1977) ya en la
Transición.
LA
TRANSICIÓN SOCIOLÓGICA Y LOS CAMBIOS POLÍTICOS:
A
partir de los 60 se produjo un profundo cambio social. De una sociedad
predominantemente rural y agrícola se pasó a una sociedad industrial y urbana
en la que predominaron las clases medias (constituidas fundamentalmente por
empleados del sector servicios y del funcionariado) de las que surgió la
oposición radical al Régimen, en sus hijos emergieron las nuevas actitudes
contestatarias de una sociedad “conservadora”.
El
difícil acceso de la mujer al trabajo en los años 60 y 70 fue un elemento
ralentizó este cambio..
Después
de la postración económica de los primeros años del franquismo (desempleo,
racionamiento, hambre) y los reajustes provocados por el Plan de Estabilización
de 1959 (paro y emigración al extranjero), la población obrera experimento
también mejoras salariales y de sus niveles de vida.
Hubo,
sin embargo, marcadas diferencias entre las zonas modernizadas e industriales
respecto a otras agrícolas, atrasadas y deprimidas económicamente por el éxodo
rural masivo que padecieron desde los años 50.
Un
avance social importante fue la sustitución del viejo sistema de Asistencia
Social por el del Seguridad Social Global y Universal.
El
incremento de la Renta per cápita y de los salarios (aunque relativamente
bajos) dio origen a una incipiente sociedad de consumo. El cambio de
mentalidades, derivadas del desarrollo económico y de las transformaciones
sociales, hizo emerger una sociedad muy diferente a la de los años 50 y
principios de los 60.
Ante
estos cambios se tomaron algunas tímidas medidas de liberalización política:
Ley
de Prensa e imprenta, 1969, que eliminó la censura previa aunque no garantizaba
la libertad de expresión; Ley de libertad religiosa, 1967, que reconoció la
igualdad de todas confesiones religiosas.
La
definitiva institucionalización del Régimen, iniciada en 1938, se produjo con
la promulgación de la Ley Orgánica del Estado (1987). Procuraba una apariencia
de Estado de Derecho sin modificar la esencia autoritaria del Régimen.
En
1969 Franco nombró a don Juan Carlos como su sucesor, a título de Rey. En la
mente de franco no se restauraba la monarquía tradicional sino una monarquía
continuadora de su propio Régimen (por lo que Juan Carlos tuvo que jurar
fidelidad a las Leyes Fundamentales del mismo).
La
oposición al Régimen:
A
partir de 1956, el PCE en el exilio planteó la necesidad de una política de
reconciliación nacional. En 1959, de un grupo disidente del PNV, surgió ETA,
autodefinido en 1968 como Movimiento Revolucionario Vasco de Liberación
Nacional. Su primer atentado mortal, el 2 de agosto de 1968. En el País Vasco,
339 sacerdotes firmaron el 30 de mayo de 1960 un documento en el que reclamaban
libertades y protestaban contra la represión.
También
se produjo una reorganización progresiva del nacionalismo catalán.
Al
Contubernio de Munich, 1962, (así llamado por la prensa oficial), convocado por
Salvador de Madariaga (Presidente de la Internacional liberal y exiliado)
asistieron 80 figuras significativas de la oposición interior al Régimen y 38
del exilio (demócrata-cristianos, socialdemócratas, socialistas y nacionalistas
vascos y catalanes, quedando excluidos los comunistas). Reivindicaron el
ingreso de España en los organismos europeos
y una legitimidad democrática.
En
el desarrollo sindical tuvieron un importante papel las organizaciones obreras
cristianas (JOC y HOAC) base de la futura Unión Sindical Obrera (USO). En este
mismo ambiente nacieron también las CC.OO. (que pronto fueron infiltradas por
el PCE) y que el 27 de enero de 1967 organizaron la mayor manifestación de trabajadores
desde 1939.
A
las huelgas obreras se sumaron el movimiento universitario y los movimientos de
renovación eclesial. En 1963 el Abad de Montserrat condenó abiertamente el
Régimen de Franco en Le Monde y tuvo que marchar a Milán. El 9 de marzo de 1966
se reunió en el convento de capuchinos de Barcelona la Asamblea Constituyente
del Sindicato Democrático de Estudiantes, en oposición al SEU de inspiración
falangista.
La
represión del Régimen se intensificó, fueron detenidos varios dirigentes
anarquistas y comunistas (Julián Grimau ejecutado el 20 de abril de 1963).
En
1965 Aranguren, Tierno Galván y García Calvo fueron separados de sus cátedras
de la Universidad de Madrid por su oposición al Régimen. El mayo de 1968
francés tuvo una enorme repercusión en el movimiento estudiantil español que se
mantuvo activo hasta el la muerte de Franco en 1975.
DECLIVE
FINAL DEL RÉGIMEN. 1969-1975.
Carrero
Blanco se hizo cargo de la Presidencia del Gobierno en octubre de 1969. Un
nuevo Gobierno firmó un acuerdo comercial con la CEE, estableció relaciones
diplomáticas con China y la RDA y puso en marcha la Ley Villar Palasí de
Educación.
Fue
creciendo el malestar laboral entre 1970 y 1974. Los numerosos atentados y
secuestros de ETA, especialmente en los años 1972 y 1973, trajo como
consecuencia el endurecimiento en la aplicación de la Ley de Orden Público
(1971).
El
intento aperturista del Régimen en 1973 (separación de la Jefatura del Estado y
del Gobierno) provocó la reacción ultraconservadora, un cambio de Gobierno y el
asesinato de Carrero Blanco en un atentado de ETA.
Se
inició la agonía definitiva del franquismo de la mano del Presidente de
Gobierno Carlos Arias Navarro (franquista puro).
En
julio de 1974 (enfermo Franco) se constituyó en París LA JUNTA DEMOCRÁTICA, integrada
por el PCE, políticos vinculados a don Juan (Calvo Serer y García Trevijano) e
independientes a los que luego se sumaron los socialistas de Tierno Galván, los
carlistas de Carlos Hugo, Comisiones Obreras, el Partido del Trabajo. Su
manifiesto reclamó la RUPTURA DEMOCRÁTICA y un proceso constituyente.
Socialistas,
cristianodemócratas, liberales y socialdemócratas formaron en julio de 1975
otro organismo unitario al margen de la Junta, LA PLATAFORMA DE CONVERGENCIA
DEMOCRÁTICA. Ésta consideró como única salida LA MONARQUÍA DESLIGADA DEL
MOVIMIENTO.
Ni
una ni otra aceptaron la colaboración en la política de Arias Navarro.
Por
otra parte, personas vinculadas al Régimen (Fraga, Fernández Ordoñez, Pío
Cabanillas) o que lo habían estado (Areilza) reclamaron UNA REFORMA
CONSTITUCIONAL Y LA CREACIÓN DE UN CONGRESO ELEGIDO POR SUFRAGIO UNIVERSAL.
El
ESTATUTO DE ASOCIACIONES de diciembre de 1974 fue valorado por la oposición
como ejemplo de la imposibilidad de una reforma desde dentro del Régimen.
La
situación laboral se deterioraba, el malestar laboral se hacía mayor, el
terrorismo intensificó sus acciones, el 27 de septiembre de 1975 se ejecutaron
a 3 miembros del FRAP y 2 de ETA, una oleada de protestas internacionales y el
asalto a la embajada en Lisboa junto a la retirada de embajadores por parte de
13 países, Hasan II aprovechó la coyuntura para iniciar la Marcha Verde.
El
20 de noviembre de 1975 moría Franco y se demostró que “con la muerte de Franco
había muerto el franquismo”.
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