jueves, 24 de enero de 2013

La Dictadura Franquista (1959-1975). Aspectos políticos, sociales y económicos.

LA DICTADURA FRANQUISTA ENTRE 1959-1975: ASPECTOS SOCIALES, POLÍTICOS Y  ECONÓMICOS.
En 1957 dos ministros “tecnócratas” (Economía y Comercio) iniciaron medidas de liberalización económica: congelación salarial, reducción de créditos (especialmente los especulativos) y una Reforma fiscal que redujese el déficit público. La supresión del sistema de cambios múltiples en el comercio exterior facilitó el ingreso de España en el FMI. El proceso inflacionario, sin embargo,  planteó la necesidad de un PLAN DE ESTABILIZACIÓN ECONÓMICA (1959).
Sus fines: un desarrollo económico equilibrado en el interior y una mayor integración de la economía española en la de los países desarrollados.
Para conseguirlo: reducir la inflación, flexibilizar y liberalizar las relaciones económicas con el exterior, frenar la demanda, estabilizar los precios y reducir las importaciones..
Se adoptaron medidas como: la devaluación de la peseta, la supresión de controles de la economía por el Estado, limitación del gasto público y de los créditos al sector privado, la no pignorabilidad de los Títulos de la Deuda Pública (causa de inflación) y una mayor flexibilidad en los tipos de interés; la  fijación de un nuevo tipo de cambio de la peseta (60 pesetas/dólar) y la liberalización de las importaciones de capital para favorecer la inversión extranjera.
Los resultados inmediatos fueron traumáticos: disminución de los salarios reales, quiebra de las empresas no rentables, aumento del paro, etc. Era el precio inevitable para sacar a la economía española de la situación  a la que le había conducido la autarquía económica.

LOS PLANES DE DESARROLLO.
Una vez conseguidos estos objetivos de estabilización, la economía española estaba todavía muy por debajo de la media de los países europeos. Los sucesivos PLANES DE DESARROLLO pretendieron un desarrollo acelerado basado en la coincidencia de objetivos entre el Estado y las empresas privadas: las empresas, si aceptaban las condiciones establecidas por el Gobierno, tendrían ventajas fiscales, financieras y laborales.
Los POLOS DE DESARROLLO: para alcanzar un desarrollo equilibrado y distribuir las fuentes de riqueza (industrias y servicios) por todo el país, se eligieron ciertas zonas atrasadas, pero con grandes posibilidades económicas, y se concedieron importantes ayudas y ventajas a las empresas que se establecieran en ellas. Entre 1964 y 1972 se crearon doce polos de desarrollo: La Coruña, Vigo, Villagarcía de Arosa, Oviedo, Logroño, Zaragoza, Burgos, Valladolid, Huelva, Córdoba, Sevilla y Granadas.

Efectos: la economía española experimentó entre 1960 y 1973 un crecimiento acelerado:
*.- La renta per cápita se duplicó entre 1960 y 1970
*.- Se modernizaron los sectores económicos, sobre todo por las nuevas tecnologías.
*.- El sector mas desarrollado, el secundario (industria química, metal y automóviles; dentro del sector terciario creció el turístico con en incremento del turismo extranjero.
*.- La agricultura mejoró sus rendimientos y su productividad por la introducción de nuevas técnicas, maquinaria y fertilizantes.
Tres aspectos negativos:
*.- Aparecieron grandes desequilibrios regionales entre las viejas y nuevas zonas industriales frente a territorios despoblados y atrasados económicamente.
*.- El modelo de crecimiento económico acelerado, fundamentado en la mecanización, condujo a una fuerte emigración exterior de la creciente población activa de España.
*.- La Balanza comercial fue deficitaria: más de la mitad de las importaciones eran productos caros pero necesarios (petróleo, materias primas industriales y maquinaria).
El déficit se compensó con tres fuentes de ingresos principales: la inversión de capitales extranjeros en España, la recepción de divisas de los emigrantes españoles y la entrada de divisas del turismo extranjero. Su inconveniente: establecimiento de una dependencia económica del exterior.

La política económica de finales del franquismo (1973-1975):
No se tomaron las medidas necesarias ante la creencia de que la crisis económica mundial (1973) era transitoria (crisis energética, guerra del petróleo), se confiaba en las abundantes reservas de divisas y se consideró que la adopción de medidas incrementarían el paro en momentos críticos ara la continuidad del Régimen político. La dependencia energética y tecnológica exterior, el elevado endeudamiento exterior de la empresa española, el encarecimiento del dinero, la ineficacia de la empresa pública (INI) y la rigidez institucional agravaron la situación económica.
Un Régimen débil y acorralado por la oposición fue incapaz de adoptar las medidas necesarias,  ahondando los efectos de la crisis hasta las medidas acordadas en los PACTOS DE LA MONCLOA (1977) ya en la Transición.

LA TRANSICIÓN SOCIOLÓGICA Y LOS CAMBIOS POLÍTICOS:
A partir de los 60 se produjo un profundo cambio social. De una sociedad predominantemente rural y agrícola se pasó a una sociedad industrial y urbana en la que predominaron las clases medias (constituidas fundamentalmente por empleados del sector servicios y del funcionariado) de las que surgió la oposición radical al Régimen, en sus hijos emergieron las nuevas actitudes contestatarias de una sociedad “conservadora”.
El difícil acceso de la mujer al trabajo en los años 60 y 70 fue un elemento ralentizó este cambio..
Después de la postración económica de los primeros años del franquismo (desempleo, racionamiento, hambre) y los reajustes provocados por el Plan de Estabilización de 1959 (paro y emigración al extranjero), la población obrera experimento también mejoras salariales y de sus niveles de vida.
Hubo, sin embargo, marcadas diferencias entre las zonas modernizadas e industriales respecto a otras agrícolas, atrasadas y deprimidas económicamente por el éxodo rural masivo que padecieron desde los años 50.
Un avance social importante fue la sustitución del viejo sistema de Asistencia Social por el del Seguridad Social Global y Universal.
El incremento de la Renta per cápita y de los salarios (aunque relativamente bajos) dio origen a una incipiente sociedad de consumo. El cambio de mentalidades, derivadas del desarrollo económico y de las transformaciones sociales, hizo emerger una sociedad muy diferente a la de los años 50 y principios de los 60.

Ante estos cambios se tomaron algunas tímidas medidas de liberalización política:
Ley de Prensa e imprenta, 1969, que eliminó la censura previa aunque no garantizaba la libertad de expresión; Ley de libertad religiosa, 1967, que reconoció la igualdad de todas confesiones religiosas.
La definitiva institucionalización del Régimen, iniciada en 1938, se produjo con la promulgación de la Ley Orgánica del Estado (1987). Procuraba una apariencia de Estado de Derecho sin modificar la esencia autoritaria del Régimen.
En 1969 Franco nombró a don Juan Carlos como su sucesor, a título de Rey. En la mente de franco no se restauraba la monarquía tradicional sino una monarquía continuadora de su propio Régimen (por lo que Juan Carlos tuvo que jurar fidelidad a las Leyes Fundamentales del mismo).

La oposición al Régimen:
A partir de 1956, el PCE en el exilio planteó la necesidad de una política de reconciliación nacional. En 1959, de un grupo disidente del PNV, surgió ETA, autodefinido en 1968 como Movimiento Revolucionario Vasco de Liberación Nacional. Su primer atentado mortal, el 2 de agosto de 1968. En el País Vasco, 339 sacerdotes firmaron el 30 de mayo de 1960 un documento en el que reclamaban libertades y protestaban contra la represión.
También se produjo una reorganización progresiva del nacionalismo catalán.
Al Contubernio de Munich, 1962, (así llamado por la prensa oficial), convocado por Salvador de Madariaga (Presidente de la Internacional liberal y exiliado) asistieron 80 figuras significativas de la oposición interior al Régimen y 38 del exilio (demócrata-cristianos, socialdemócratas, socialistas y nacionalistas vascos y catalanes, quedando excluidos los comunistas). Reivindicaron el ingreso de España en los organismos europeos  y una legitimidad democrática.
En el desarrollo sindical tuvieron un importante papel las organizaciones obreras cristianas (JOC y HOAC) base de la futura Unión Sindical Obrera (USO). En este mismo ambiente nacieron también las CC.OO. (que pronto fueron infiltradas por el PCE) y que el 27 de enero de 1967 organizaron la mayor manifestación de trabajadores desde 1939.
A las huelgas obreras se sumaron el movimiento universitario y los movimientos de renovación eclesial. En 1963 el Abad de Montserrat condenó abiertamente el Régimen de Franco en Le Monde y tuvo que marchar a Milán. El 9 de marzo de 1966 se reunió en el convento de capuchinos de Barcelona la Asamblea Constituyente del Sindicato Democrático de Estudiantes, en oposición al SEU de inspiración falangista.
La represión del Régimen se intensificó, fueron detenidos varios dirigentes anarquistas y comunistas (Julián Grimau ejecutado el 20 de abril de 1963).
En 1965 Aranguren, Tierno Galván y García Calvo fueron separados de sus cátedras de la Universidad de Madrid por su oposición al Régimen. El mayo de 1968 francés tuvo una enorme repercusión en el movimiento estudiantil español que se mantuvo activo hasta el la muerte de Franco en 1975.

DECLIVE FINAL DEL RÉGIMEN. 1969-1975.
Carrero Blanco se hizo cargo de la Presidencia del Gobierno en octubre de 1969. Un nuevo Gobierno firmó un acuerdo comercial con la CEE, estableció relaciones diplomáticas con China y la RDA y puso en marcha la Ley Villar Palasí de Educación.
Fue creciendo el malestar laboral entre 1970 y 1974. Los numerosos atentados y secuestros de ETA, especialmente en los años 1972 y 1973, trajo como consecuencia el endurecimiento en la aplicación de la Ley de Orden Público (1971).
El intento aperturista del Régimen en 1973 (separación de la Jefatura del Estado y del Gobierno) provocó la reacción ultraconservadora, un cambio de Gobierno y el asesinato de Carrero Blanco en un atentado de ETA.
Se inició la agonía definitiva del franquismo de la mano del Presidente de Gobierno Carlos Arias Navarro (franquista puro).
En julio de 1974 (enfermo Franco) se constituyó en París LA JUNTA DEMOCRÁTICA, integrada por el PCE, políticos vinculados a don Juan (Calvo Serer y García Trevijano) e independientes a los que luego se sumaron los socialistas de Tierno Galván, los carlistas de Carlos Hugo, Comisiones Obreras, el Partido del Trabajo. Su manifiesto reclamó la RUPTURA DEMOCRÁTICA y un proceso constituyente.
Socialistas, cristianodemócratas, liberales y socialdemócratas formaron en julio de 1975 otro organismo unitario al margen de la Junta, LA PLATAFORMA DE CONVERGENCIA DEMOCRÁTICA. Ésta consideró como única salida LA MONARQUÍA DESLIGADA DEL MOVIMIENTO.
Ni una ni otra aceptaron la colaboración en la política de Arias Navarro.

Por otra parte, personas vinculadas al Régimen (Fraga, Fernández Ordoñez, Pío Cabanillas) o que lo habían estado (Areilza) reclamaron UNA REFORMA CONSTITUCIONAL Y LA CREACIÓN DE UN CONGRESO ELEGIDO POR SUFRAGIO UNIVERSAL.
El ESTATUTO DE ASOCIACIONES de diciembre de 1974 fue valorado por la oposición como ejemplo de la imposibilidad de una reforma desde dentro del Régimen.

La situación laboral se deterioraba, el malestar laboral se hacía mayor, el terrorismo intensificó sus acciones, el 27 de septiembre de 1975 se ejecutaron a 3 miembros del FRAP y 2 de ETA, una oleada de protestas internacionales y el asalto a la embajada en Lisboa junto a la retirada de embajadores por parte de 13 países, Hasan II aprovechó la coyuntura para iniciar la Marcha Verde.
El 20 de noviembre de 1975 moría Franco y se demostró que “con la muerte de Franco había muerto el franquismo”.

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