susana alcelay, maría jesús pérez /
madrid
Día 17/02/2014 - 09.17h
La comunidad catalana se juega hasta
45.000 millones en intercambios comerciales con su apuesta secesionista
Una Cataluña independiente... «cerrada»
por cese de actividad
ERNESTO AGUDO
Juan Rosell e Isidro Fainé se han
pronunciado contra la independencia
Juan Rosell, presidente de la CEOE, José
Oliu, de Banco Sabadell, y un grupo de 60 directivos europeos con intereses en
Cataluña alzaron esta semana la voz contra la deriva soberanista, por las
«nefastas consecuencias» que tendría la escisión y los «destrozos» económicos
que provocaría.
Un aviso a navegantes que se une al
realizado por otros que lo hicieron antes como José Luis Bonet, presidente de
Freixenet, Isidro Faine, de La Caixa, o José Manuel Lara, de Grupo Planeta,
temerosos de una Cataluña aislada y del impacto que tendría para esta región
cerrar el grifo del resto de España.
Pero... ¿qué ocurriría en este último
supuesto?.
Si Cataluña se separa de España y no
realizara intercambio comercial perdería prácticamente la tercera parte de sus
ingresos y ampliaría su déficit comercial con el resto del mundo.
Y si además tenemos en cuenta su posible
salida de la Unión Europea, sus productos se encarecerían por la existencia de
aranceles en sus envíos a países europeos, con la consiguiente reducción de
ventas. «El déficit, por tanto sería mayor», asegura José Ramón Pin Arboledas,
profesor del IESE.
Cataluña vende al resto de España por
valor de cerca de 45.000 millones de euros al año e importa unos 25.000
millones, es decir tiene un superávit de 20.000 millones anuales con el resto
del país.
Por otro lado, exporta al mundo 59.000
millones e importa del resto del mundo unos 70.000 millones.
Es decir, tiene un déficit superior a
10.000 millones al año con el resto del mundo, según refleja «C-intereg», el
informe trimestral sobre el comercio interregional en España elaborado por
Ceprede al que ha tenido acceso ABC.
De estos datos se desprende que el
negocio que permite tener superávit a Cataluña en su comercio de bienes es la
venta de productos al resto de España con un superávit de 20.000 millones de
euros al año.
Como el total de lo que vende (ventas
internas, al resto de España y exportación al mundo) está cercano a 140.000
millones de euros, si no hubiera intercambio comercial con España la región
catalana perdería prácticamente la tercera parte de esa cantidad y su déficit
con el resto del mundo sería mayor.
El comercio interior y exterior de
Cataluña no se ha escapado de las garras de la crisis, aunque no es descartable
que la deriva soberanista haya tenido su impacto en las cifras, dado que los
mayores descensos de sus ventas a España se producen, precisamente,
coincidiendo con la petición de Artur Mas en 2012 de un Estado propio para
Cataluña.
Del informe de Ceprede además se desprende
que en 2011 las ventas de productos catalanes en Cataluña crecieron un 4,5%,
una evolución que se tornó a la inversa en 2012 y 2013. El descenso más acusado
en estos dos ejercicios fue en el segundo trimestre de 2012, cuando estas
ventas cayeron un 13,5%.
¿Cómo se comportaron las ventas de
productos catalanes al resto de España en los últimos años? La venta al resto
de España comenzó a caer a partir de 2010, año en el que crecieron un 8% anual.
En 2011 las ventas se estancaron (0%) y comenzaron a disminuir en 2012 (-2,6%)
y 2013. En los tres primeros trimestres del año pasado las ventas al resto de
España cayeron en un 3,8%, 3,3% y 0,7%, respectivamente.
¿Deriva soberanista? ¿Crisis? ¿Cuál de
las dos ha hecho caer el consumo de productos catalanes en el resto de España?
¿Ambas? La caída de las ventas de productos catalanes en el resto de España
coincide con dos fenómenos paralelos, el proceso de la consulta soberanista y
la recesión económica. «Separar el efecto de uno y otro es imposible», dice Pin
Arboledas. Explica que, con más o menos retraso, la evolución porcentual de las
ventas al interior de Cataluña siguen un ritmo similar a las del resto de
España, «lo que abonaría la tesis de que el factor importante es la crisis
económica y no el otro», dice. Relata que ocurre todo lo contrario con las
exportaciones al resto del mundo que han tenido crecimientos positivos, como
ocurre con el resto de la economía nacional. «Lo que es evidente es que la
economía catalana está fuertemente imbricada en la economía del resto de España
y que cualquier incertidumbre en la una repercutirá en la otra de manera
negativa», puntualiza el profesor del IESE.
En una hipotética separación de España
la mayor caída de las exportaciones de Cataluña y la fuente principal de caída
de su PIB residiría en el descenso de sus exportaciones a lo que hoy es el
resto de España. Esta caída obedecería no solo al boicot que el resto de España
haría a las compras de bienes y servicios procedentes de Cataluña sino a lo que
los economistas denominan «efectos frontera» inherente a la creación de un
nuevo estado, explica el presidente del Instituto de Estudios Económico (IEE),
José Luis Feito, en su informe «Razones y sinrazones económicas del
independentismo catalán».
Explica Feito que por «frontera» no debe
entenderse el establecimiento de barreras físicas o aduaneras al movimiento de
bienes, personas o capitales sino el mero establecimiento de fronteras
políticas, el hecho de que se trata de dos países diferentes. Teniendo en
cuenta que el comercio entre países es muy inferior al comercio entre regiones
de un país, los «efectos frontera» recogen lo que sucede al comercio de una
región cuando ésta se convierte en un nuevo país.
Por ejemplo, dentro del mercado único de
la Unión Europea (UE), en el cual no hay aduanas ni otras barreras al
intercambio de bienes y servicios entre países procedentes de la UE, las
regiones francesas comercian entre sí ocho veces más que con el resto de la UE
y las regiones alemanas, a pesar de ser la principal potencia exportadora del
mundo, tres veces más. El mismo fenómeno se produce también en nuestro país. El
comercio interregional es mucho más intenso que el comercio entre España y
Portugal o que entre España y Francia o que entre España y el conjunto de la
UE.
Explica Feito que Cataluña tiene una
economía muy abierta. Sus exportaciones totales representan alrededor del 66%
de su PIB. De estas exportaciones, aproximadamente la mitad se dirigen al resto
de España, su principal cliente comercial. Así, por ejemplo, Cataluña exporta a
Francia, un país con la misma moneda, aranceles y proximidad geográfica a esta
región, entre un quinto y un sexto de lo que exporta al resto de España.
Además, Cataluña vende al resto de España mucho más de lo que le compra, por lo
que obtiene un excedente en su balanza comercial de bienes y servicios que
tradicionalmente superaba el déficit que registraba en su comercio con el resto
del mundo.
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