domingo, 26 de octubre de 2014

LAS ISLAS CANARIAS HASTA LA CRISIS DEL ANTIGUO REGIMEN.

LAS ISLAS CANARIAS HASTA LA CRISIS DEL ANTIGUO REGIMEN.

Destacar, de manera diferenciada, los siguientes subperiodos:

1.- El Archipiélago Canario hasta finales del siglo XV.

*.- Desfase cronológico de la historia insular respecto a los esquemas cronológicos comunes a la historia europea y que son los normalmente utilizados.
*.- Problema del origen de los habitantes de las islas, nombres con los que son designados y  crítica de los mismos.
*.- Cuestión  de  la unidad o diversidad étnica y cultural de las poblaciones prehispánicas y aspectos esenciales de su organización social, política, económica  y religiosa.

2.- La conquista europea de las Islas.

*.- Resúmen de las noticias que de las Islas se tuvo en Europa hasta el momento de su conquista.
*.- Situación del proceso de  conquista en su contexto cronológico, político, económico, y religioso.
*.- Diferenciación entre conquistas señorial y realenga en base a sus distintas fundamentaciones jurídicas, localizando sus áreas respectivas y analizando las diferentes realidades que generan.
*.- Crítica de los conceptos  de "conquista"  y "colonización"   aplicados al proceso de incorporación de las Islas Canarias a la Corona de Castilla.
*.- Alteraciones producidas en las islas con   su conquista y posterior colonización.

3.- Organización posterior de las Islas tras la conquista.

*.- Procedencia geográfica de los conquistadores y colonizadores.
*.- Sistemas diferenciados de repartimientos de tierras y consecuencias derivadas de los mismos.
*.- Organización de un sistema económico  colonial, dependiente, y extrovertido, centrado en la explotación de los recursos naturales y que sitúan a las islas en una estructura periférica respecto a Europa.
*.- Integración y articulación (no dualidad) de dos o tres tipos de agricultura (según autores) que pervivirán secularmente en las islas hasta el presente, con la variación lógica de cultivos, formas, y  técnicas de explotación y área cultivadas.
*.- Localización temporal y espacial del cultivo del azucar, determinando las causas de su implantación en las islas, las estructuras socioeconómicas que genera, las razones de su decadencia y las transformaciones que ocasiona.
*.- Implantación del viñedo: localización geográfica y temporal; sistemas de comercialización y mercados hacia los que  ésta se orienta; las causas de su decadencia y sus consecuencias diferenciadas para las islas.
*.- Sistema de intercambios  comerciales de las islas (tanto interior como exterior), las causas de su desigualdad que perjudica al archipiélago respecto al exterior y a unas islas respecto a otras; los productos intercambiados y las direcciones del comercio; el contexto en el que se produce y la organización internacional que lo sostiene y genera.
*.- Evolución demográfica en las islas: diferenciada, dependiente de la economía y de la organización jurídica, propia de un régimen demográfico antiguo y en la que tiene un fuerte peso el fenómeno migratorio.
*.- Estructura social de las islas generada por el sistema de la conquista y "colonización".
*.- Instituciones políticas y administrativas de las Islas durante el Antiguo Régimen.

PARA EL ESTUDIO DEL TEMA:

*.- Realizar un breve esquema cronológico de la conquista (aspecto que se recoge superficialmente en los folios).
*.- Confeccionar un mapa  (o varios  relacionados entre sí) en el que se reflejen las direcciones del intercambio comercial, los productos intercambiados y con referencia a su cronología y sucesividad.
*.- Lectura de algún texto o artículo referente a alguno de los aspectos estudiados y establecer, respecto a la información que  se ofrece, las coincidencias, las diferencias, los aspectos que añade...
*.- Preparación de una breve síntesis personal (valorativa y crítica) del proceso "colonizador" español durante el período estudiado.
*.- Recoger alguna tésis "nacionalista" sobre algún aspecto comprendido en el presente bloque temático, crítica con el proceso "conquistador" y valorarla en función de criterios estrictamente históricos.
*.- Identificar tres aspectos actuales de la vida canaria (tanto positivos como negativos) que considera tienen su explicación última en lo estudiado en el presente período de la historia insular.
*.- Tratar de comprender en su sentido preciso los siguientes conceptos:
- Aculturación.             - Dualidad.
- Transculturación.         - Extraversión.
- Dependencia.              - Especulación.
- Articulación.             - Capitalismo comercial.
- Estructuración.           - Mercantilismo.
- Antiguo Régimen.          - Monopolio.
- Contrabando.              - Repartimiento.
- Extracción de moneda.

CONTENIDO DE LA INFORMACION:

Introducción:
  
"Mientras en la península Ibérica se construían catedrales góticas, se luchaba contra los árabes, se utilizaba el papel y se disparaban armas de fuego, las islas Canarias permanecían en la prehistoria. Los europeos se encuentran en el archipiélago unas poblaciones que:
- Vivían en cuevas o construían unas casas pequeñas;
- Enterraban a sus muertos según ritos extraños;
- Desconocían la moneda y su economía se basaba en el pastoreo y en una agricultura poco desarrollada;
- Sus utensilios eran de barro cocido, piedra, hueso o madera, ya que no conocían el metal;
- Sus instituciones políticas, religiosas y sociales y sus costumbres eran muy diferentes a las europeas;
- Hablaban una lengua desconocida.
A estos habitantes de Canarias antes de la conquista se les suele llamar 'guanches'. Esto es un error. Guanches sólo son los habitantes prehispánicos de Tenerife. En otras islas se les llama de modo diferentes. Así los de Gran Canaria son 'canarios'; los de Hierro, 'bimbapos'; los de La Palma, 'benahoaritas'o 'palmeros'; los de Gomera, 'gomeros', y los de Fuerteventura y Lanzarote, 'majoreros', término que se mantiene en la actualidad para los habitantes de Fuerteventura, pues a los de Lanzarote se les llama ahora 'conejeros'. Por este motivo y para evitar confusiones, a todos los habitantes de Canarias antes de su conquista los llamaremos naturales, indígenas, aborígenes o habitantes prehispánicos" (HERNANDEZ PEREZ, Mauro S. "Las islas Canarias prehispánicas". Canarias (1980), 97).
  
Estas poblaciones prehispánicas tienen un origen desconocido y sobre éste se han formado muchas hipótesis. La más aceptada es la de su procedencia africana: "desde el norte de Africa y Sáhara arriban a Canarias una serie de grupos humanos en oleadas sucesivas, cuyo número es difícil precisar. Las primeras se sitúan durante el primer milenio a. de C. y las últimas dentro de nuestra era. (...) Cada grupo humano, al tiempo que se fusiona con el anterior, modifica su cultura para adaptarse al nuevo medio geográfico. (...) en el archipiélago canario no existe durante el período prehispánico una cultura común para todas las islas. (...) a pesar de esta diversidad, se observan ciertas similitudes culturales entre todas las islas, impuestas por el medio geográfico y por una cierta comunidad de origen". (HERNANDEZ PEREZ, Mauro S. Ob. cit., 98 y 99). En cada isla se habla de modo distinto (dialectos) con una base común (lengua), realidad que pervive en la actualidad a través de los topónimos.

POBLACIONES PREHISPANICAS:
- Gobierno monárquico en cada isla. Guanartemes en Gran Canaria, Mencey en Tenerife. Lanzarote y El Hierro un sólo jefe, Gran Canaria y Fuerteventura divididas en dos reinos, La Gomera en cuatro, Tenerife en nueve, La Palma en doce. Los límites territoriales en base a los barrancos (como en la actualidad los límites municipales).
- Actitud diferenciada frente a la conquista: unión con los conquistadores (a través de los bandos de paz) colaborando incluso con los conquistadores en sus acciones sobre otros territorios o sobre otras islas; o dominados por derrota militar (bandos de guerra); o insumisión frente a los conquistadores.
- Organización social: aunque es poco conocida, parece jerarquizada y con posibilidad de cierta capilaridad. El lugar ocupado en la jerarquía social determinaba la función social desempeñada y el trabajo a realizar.
- Economía esencialmente ganadera (llegándose a desconocer la agricultura en algunas islas como La Palma y Fuerteventura).Cría de cabras, ovejas, cerdos... con transhumancia anual de mar a cumbre. Cebada, trigo, habas (de las que se obtiene el gofio, alimentación básica del aborigen). Pesca y recogida de mariscos completaban la dieta alimentaria (careciendo de embarcaciones).
- Monoteismo de cada isla (politeismo en el Hierro), lugares de culto al aire libre. Enterramientos en cuevas y túmulos; existencia de la momificación).
- La cueva como vivienda común (en Gran Canaria se dan casas de piedra); el medio físico impone una cierta uniformidad en el hábitat.
- Los aborígenes no conocían el metal, muchos utensilios de piedra o de madera. La cerámica es un elemento cultural diferenciador de las islas.
- Existe un arte rupestre de pinturas y grabados de carácter alfabetiforme (no descifrado), figurado o geométrico.

LA CONQUISTA:
  
Contexto en el que se produce:
No se debe a un hecho fortuito ni a la actividad y aventura de un hombre de empresa. Esta debe encuadrarse en la progresiva expansión del capitalismo comercial europeo (Baja Edad Media) y en la consolidación de una nueva clase social (burguesía), con su interés por incrementar las transacciones comerciales y abrir nuevas rutas y mercados. El aumento del comercio abre nuevos circuitos  en la búsqueda de productos codiciados en los mercados europeos (oro, especias, azúcar...)
Se forman grandes compañías por la asociación de comerciantes y se incorporan nuevos conocimientos técnicos y científicos a la navegación (brújula, astrolabio, cartografía) permitiendo a ésta alejarse de las costas.
La aparición de las monarquías autoritarias (dotando a los Estados de una organización política, militar y económica) y en simbiosis con los intereses de los burgueses sistematizarán y darán continuidad a este proceso expansivo. Existen otros condicionamientos (término de la reconquista para el caso castellano, individualismo renacentista, espíritu misionero...) que motivarán corrientes migratorias complementarias de la expansión económica.
  
El proceso de la conquista se inicia en el siglo XV siguiendo dos modalidades diferenciadas: señorial (1418-1475) de las islas de Fuerteventura, Lanzarote, Gomera y el Hierro; realenga (1475-1496) de las islas de Gran Canaria, La Palma y Tenerife.
En la conquista realenga, la Corona, mediante Capitulaciones con un capitán de conquista, estipula que éste la llevará a cabo en un tiempo determinado y con los medios que se le asignan. Aquella aporta los recursos para realizarla y adquiere, en consecuencia, los derechos sobre los territorios y bienes incorporados. El capitán de conquista también llega a acuerdos con mercaderes genoveses, florentinos y levantinos para que éstos aporten dinero para la empresa y a cambio reciban privilegios en los repartimientos de tierras y ventajas en nuevo comercio surgido con la conquista.

Principales acontecimientos de la conquista:

Conquista señorial:

Juan de Bethencourt (noble normando) y Gadifer de la Salle, desde el puerto francés de la Rochela llegan a Lanzarote (que contaba con unos 200-300 habitantes), procediendo a su conquista y sin apenas encontrar resistencia. Bethencourt presta fidelidad y vasallaje a Enrique III de Castilla (1402).
Existiendo el interés por conocer la costa africana, conquista la isla de Fuerteventura (1405), para posteriormente, reconociendo las costas de Gran Canaria y La Palma, apoderarse de la Isla de Hierro.
Nombra Gobernador de las islas conquistadas a su sobrino Maciot y vuelve a sus posesiones francesas.

Estas conquistas señoriales se traspasan y venden.
En 1430, Guillen de las Casas (detentando su señorío) incorpora a su feudo la isla de La Gomera, a pesar de la enorme resistencia ofrecida por sus habitantes.
Los móviles de este tipo de conquistas son variados y complementarios: espíritu de lucro y aventura, suministro de esclavos para su posterior comercialización...

Conquista realenga:

En 1477, los RR.CC. compran a Inés de Peraza, en quien había recaído el señorío de las islas, el privilegio de conquistar el resto de del archipiélago. Su iniciativa pretendía disminuir el poderío de la nobleza, intentar abortar los intentos de su anexión por los portugueses y hacer factible la conversión de las islas en un centro del tráfico marítimo.

En 1478, Juan de Rejón comienza la empresa de conquistar Gran Canaria; los enfrentamientos entre conquistadores harán que la Corona envíe, cinco años después, a Pedro de Vera, que concluirá la sumisión de la Isla, a pesar de la enorme resistencia ofrecida.
Relativamente estaba muy poblada y presentaba una organización política y social muy adelantada.

Uno de los conquistadores de Gran Canaria consiguió autorización de los RR.CC. para la conquista de La Palma y Tenerife. La primera de estas islas se conquistó en 1492 y parte de sus habitantes fueron vendidos como esclavos para hacer frente a los gastos de la empresa.
Tenerife se encontraba dividida en varios bandos o reinos, al frente de cada uno de ellos se encontraba un Mencey; no todos ellos actuaron de la misma manera frente al invasor. Tras un primer intento fallido, la isla quedó incorporada a la Corona.

Tras la conquista se inicia la Repoblación y el reparto de los recursos naturales (tierras y aguas); en las islas de señorío las  tierras eran del señor que las entregaba en lotes a los nuevos pobladores y a los aborígenes libres a cambio del pago de determinados derechos; en las de realengo, la tierra, en principio, era del rey, y los conquistadores tenían autorización del monarca para efectuar el  repartimiento de tierras y agua en propiedad y gratuitamente entre los colonos y con el fin de consolidar la colonización los colonos estaban obligados a permanecer cinco años en las islas y avecindarse en ellas, a dedicar la tierra preferentemente al producto que se indicaba en la concesión  y a tener en un tiempo determinado roturado todo el lote de tierra que le había correspondido y así el sistema de reparto de las tierras de realengo se hacia por delegación de la Corona (como propietaria) en el conquistador que, como gobernador y administrador lo realizaba; este reparto se hacía en base a los méritos y categoría de las personas sobre los que recaía (las de menor calidad se entregaban a labradores o a personas de poca relevancia en el proceso de conquista, los nobles y mercaderes recibían las de mejor calidad y las destinaban preferentemente al cultivo de huerta o a la caña de azúcar para la exportación y se localizaban en las zonas costeras, siendo el origen -en muchos casos- de la gran propiedad actual). Los grupos más importantes que repueblan las islas de realengo son de origen portugués, castellano, flamenco o genovés, también judíos y moriscos y pobladores aborígenes integrados en el nuevo sistema.
Resulta un proceso violento y brusco: no se produce una fusión cultural sino de una aculturación que supone:
- El derrumbe poblacional aborigen como consecuencia de las acciones bélicas propias de la conquista, las deportaciones y la esclavitud, la enfermedades surgidas por contagio, el cambio surgido al considerar a las islas como abastecedoras de mano de obra, etc. Además la pobreza de la economía aborigen  había llegado a su máximo biológico, hecho que limitaba su expansión demográfica.
Se produce, por un lado, una dualidad en la población aborigen: existen aborígenes libres, aunque en número reducido y eran los miembros más importantes, y los esclavos, la más generalizada, ya que la nueva organización económica exigía mucha mano de obra y también los aborígenes se utilizaban como pastores; por otro lado surge otra dualidad entre un grupo humano colonizado (formado por los restos de la población aborigen) y los colonizadores (formado por los conquistadores más los llegados tras el proceso de conquista) que imponen su sociedad       más avanzada.
Los impulsores de la obra colonizadora, en su mayoría castellanos-andaluces (aunque, como ya se ha dicho, había algunos portugueses y en menor medida genoveses) no formaban un grupo homogéneo, no todos tenían la misma categoría ni desempeñaron el mismo papel en el proceso de conquista y colonización. Los grandes dirigentes y conquistadores  provenían de segundones de familias hidalgas que poseían pocos bienes, ya que las tierras de su familia eran de mayorazgo, y esperaban obtener algún lote de tierra o botín que les permitiera adquirir fama y nobleza. Los soldados, verdadera fuerza de la conquista, los más numerosos y los que llevan el peso de la colonización, tenían como afán el poseer un lote de tierra y mejorar su posición. La burguesía comercial, financiadora de los costos de la empresa, intentan resarcirse y obtener rentabilidad de su inversión.
- La ruptura del sistema de vida característico de las islas: la roturación de nuevas tierras conlleva una alteración del equilibrio ecológico y la transformación irreversible del medio natural.
- La incorporación de las islas al sistema económico mercantilista, ajeno a la organización socioeconómica anterior que sufre una profunda transformación.
- La instauración de un nuevo orden social y económico: se sustituye el sistema comunal de propiedad de la tierra y los conquistadores se reparten el suelo cultivable y el agua; se intenta la creación de un campesinado productor de bienes alimentarios que sirviera de sustento a la creación de una nueva producción agrícola orientada hacia el exterior, buscando  beneficios económicos rápidos y a corto plazo; la corona castellana pretendía la autosuficiencia de los colonos como campesinos y de los comerciantes genoveses y florentinos asentados en las islas.
- El progresivo hundimiento del sector artesanal consecuencia de la estructura socioeconómica de las islas (consistente en suministrar materias primas e importar productos manufacturados). Por otro lado en Canarias la organización gremial nunca llegó a ser importante y el mercado comprador de los productos artesanos canarios era muy limitado.
- El sistema de repartimientos dio origen a la formación de una oligarquía que concentrará en sus manos la propiedad de la principal fuente de riqueza de las islas y estableció un sistema que perdurará largamente en Canarias (a pesar de las protestas por las desigualdades surgidas entre los colonos que algunos consideraban injustas).
La propiedad de la tierra en las islas de realengo estaba en manos de la Corona (teniendo como base los montes y tierras incultas que podían ser aprovechadas libre y gratuitamente por los campesinos en pastos, madera y leña pero que no podían ser roturadas sin autorización del Rey); los ayuntamientos (sus terrenos se denominaban de propios y constituían su fuente de financiación), la Iglesia y Conventos (a través de compras, donaciones, concesiones del monarca... y que no podían ser vendidas -bienes de manos muertas-) y terratenientes que tras las repartimientos las incrementaron a base de compras, matrimonios, usurpación a través del desempeño de cargos municipales... y que se encontraban vinculadas a través de la institución del Mayorazgo. Los medianos y pequeños propietarios poseían un minifundio que les situaba en un nivel de subsistencia y que debía complementarse con el trabajo como medianeros, arrendatarios o jornaleros de los grandes propietarios.
- En las islas se formó una sociedad de Frontera caracterizada por un amplio mestizaje de su población, de origen heterogéneo y articulada en dos grupos diferenciados: uno minoritario y dominante que controla el poder económico y político y otro mayoritario sometido al anterior y diversificado en función de su situación económica que desempeñan un papel social secundario y sostienen con su trabajo todo el sistema.
  
ORGANIZACION ECONOMICA TRAS LA CONQUISTA:
  
Se instaura un sistema de explotación colonial caracterizado por la exportación de materias primas (fundamentalmente de origen  agrario) e importación de productos manufacturados y de carácter básico, aunque la agricultura de autoconsumo también tuvo su importancia y ocupó buena parte de la    población de las islas.
Durante los siglos XVI y XVII, los tres archipiélagos (Canario, Balear y Madeira) constituyeron un poderoso punto de apoyo de las flotas y un centro de producción de materias demandadas en Europa: tras una fase de aclimatación del producto y consolidación del mismo, seguía el apogeo de su explotación (llegándose a superar incluso las expectativas previas respecto al mismo); posteriormente entraba en decadencia al ser desplazado del mercado internacional por las remesas más baratas procedentes de otras áreas concurrentes) y concluía con una fase de depresión en el que era sustituido por otro alternativo.
Surge así un sistema económico dependiente de los mercados exteriores y con un claro predominio de las actividades agrarias y en las que la mayoría se realizan (a excepción de las orientadas hacia la exportación) en tierras arrendadas.
Este sistema de explotación indirecto de la tierra adquirió múltiples variedades: contratos con jornaleros sin tierras que trabajan a sueldo y se les abona éste en especie, con duración limitada; contratos de arrendamiento de tierras dedicadas a cereales y en las que el arrendador contrata todo (trabajo, herramientas, animales) y paga tanto en especie como en moneda; contrato de aparcería en el que el dueño da a su cultivador la parte pactada de la cosecha; censos que suponen el alquiler de una porción determinada de tierra por un tiempo  estipulado y que es abonado en metálico (generalizado en propiedades eclesiásticas o concejiles) y que a veces duraba mientras viviera el arrendador e incluso podía hacerse hereditario (denominados enfitéuticos).
Se produce la integración de dos (o tres, según autores) tipos de agricultura: AUTOCONSUMO (orientada hacia la producción de cereales en las medianías y de huerta en las zonas de regadío) y que también se la designa como agricultura de subsistencia, fundamentalmente basada en un equilibrio precario entre producción y autoconsumo, de carácter familiar, sin posibilidad de creación de excedentes y de comercialización y cuyo objetivo es el mantenimiento del equilibrio de los precios y evitar cambios sociales bruscos, resultando ser el factor de reproducción de los otros dos sectores de la agricultura ya que posibilita la existencia del sector de exportación a través de dos funciones complementarias: liberar mano de obra y cubrir los niveles de subsistencia de la población; AGRICULTURA CAPITALISTA DE EXPORTACION (origen de desequilibrios estructurales; aprovechando el clima se cultivan productos deseados en el exterior; hablar de ella es hablar de extraversión, dependencia de los mercados externos, depresión exterior conlleva al hundimiento interno, resulta así una actividad cuyo mercado escapa al control interno del archipiélago y que es ejercido por el centro europeo y los puertos continentales); y otra de AUTOABASTECIMIENTO de los mercados internos mediante la creación de excedentes que se orientan a la comercialización en la propia islas o en las demás y que satisfacen la demanda creciente de alimentos originada por un sostenido crecimiento demográfico y que junto a una abundante mano de obra permiten mantener, hasta cierto punto, la competitividad del producto de exportación.
Estos dos (o tres) tipos de agricultura se han dado en las islas desde su colonización hasta nuestros días. Sólo han variado los cultivos, las técnicas y formas de explotación de la tierra y las áreas cultivadas. La existencia de la agricultura capitalista de exportación exige que se cubra el mercado interior y también el mercado de autoconsumo debe estar en disposición de afrontar las crisis del cultivo central de exportación. Los dos sectores restantes se revalorizan con la crisis del cultivo de exportación, la mano de obra jornalera es sustituida por medianeros reduciendo así al mínimo las inversiones de los terratenientes. El abaratamiento de la mano de obra y el aumento de la presión demográfica y social se solventa mediante la expulsión de mano de obra hacia el exterior.
También se explotaron otros recursos naturales, algunos ya tradicionales en las islas con anterioridad a la conquista):
- Cochinilla (liquen que crecía en los barrancos de las islas y que se utilizaba para la fabricación de tintes) y cuya explotación se orientaba hacia la exportación a las industrias textiles de Flandes, Italia y el Levante penínsular). En teoría su recogida, almacenaje y comercialización estaba controlada por los Cabildos en las islas de realengo y por los señores en las de señorío, aunque su exportación se arrendaba a comerciantes europeos, llegando en ocasiones a controlar éstos incluso su misma recolección.
- La explotación de los bosques fue masiva durante los siglos XVI y XVII, la madera era necesaria para la construcción de casas, barcos, embalajes del azúcar, combustible...; como consecuencia de ella se produjo la destrucción del medio natural.
- También la pesca de litoral y en el banco canario-sahariano tuvo su importancia durante el siglo XVI; junto con las salinas dieron origen a la actividad básica para la alimentación de salazón de pescados. El desarrollo demográfico del siglo XVIII estimuló al sector pesquero (siendo importante relativamente esta actividad en Gran Canaria, y en menor grado en Tenerife y La Palma). Los propietarios de los barcos y los marineros que se dedicaban a la pesca eran en su mayoría originarios de las islas de realengo.
- También tuvo importancia la recolección sistemática y organizada de la orchilla y la barrilla, destacando la primera que, desde el siglo XVI se convierte e una regalía (la recogida y su exportación estaba monopolizada en las islas de realengo por los Cabildos y en las de señorío por los señores). Los compradores de orchilla eran genoveses (primera mitad del siglo) y holandeses (segunda). Las islas en las que se obtenía en mayor cantidad fueron La Gomera, Hierro, y  Fuerteventura).
- En relación con la ganadería, herencia del mundo  prehispánico, tenía un carácter complementario y estaba en manos de aborígenes esclavos o libres. 
- La Pez negra utilizada para calafatear los barcos se obtenía en los bosques de Tenerife y La Palma y secundariamente en los de Gran Canaria. La producción de esta substancia y la obtención de madera va a plantear serios problemas de deforestación a pesar de las continuas prohibiciones realizadas sucesivamente.


EL AZUCAR COMO PRIMER CULTIVO DE EXPORTACION:
   
En la Baja Edad Media el azúcar se cultivaba en Palestina, Chipre, Creta, Sicilia y el sur penínsular, luego los portugueses lo introdujeron en Madeira, posteriormente se introdujo en las islas de realengo canarias pues las de señorío resultaban demasiado áridas.
Su introducción responde a la necesidad de los conquistadores y de  los grandes terratenientes de rentabilizar los gastos que la conquista les había supuesto. La caña de azúcar fue traída por Pedro de Vera desde  las islas de Madeira, convirtiéndose el azúcar en el primer producto de exportación de la primera mitad del siglo XVI dando lugar a la comercialización de un producto de lujo que permitía la importación de las manufacturas y productos básicos que las islas necesitaban. Su cultivo y comercialización atrajo inversiones de capital extranjero (fundamentalmente  flamenco e italiano) ya que la preparación exigida de la tierra   para su cultivo y la construcción de los Ingenios necesitaba fuerte capitalización; también estimuló las relaciones mercantiles entre Canarias y Europa y exigió la creación de una mínima infraestructura en las islas (puertos y varaderos, caminos, etc).
A pesar de los enormes costos, éstos solían amortizarse en un período corto que no solía sobrepasar los dos años por la rentabilidad del azúcar.
No todos los cosecheros de la caña tenían su propio Ingenio y entregaban su producción a quienes sí los tenían que se cobraban por la elaboración la mitad del azúcar producido.
La preparación de la tierra, la recolección de la caña, su transporte hasta los Ingenios y los trabajos que en ellos se realizaban, necesitaban de abundante mano de obra realizaba, habitualmente, en régimen de esclavitud.
El apogeo de este tipo de explotación se produjo a mediados del siglo XVI y entró en decadencia hacia 1560 cuando el cultivo de la caña de azúcar se trasladó a América y los europeos perdieron interés por el realizado en las islas. Fue necesario en ese momento plantearse su sustitución por otro.
La introducción del cultivo de la caña de azúcar supuso la introducción de un subsector agrario orientado a satisfacer la demanda exterior de los mercados europeos especialmente y, por otro lado, uno orientado al autoabastecimiento interno con una demanda creciente ante el aumento demográfico sostenido que presentaban las islas en el momento en el que se cultivaba (necesitaba abundante mano de obra cualificada, principalmente de origen portugués, que trabajaba en los Ingenios; también necesitaba de asalariados no cualificados y de abundantes esclavos -primero aborígenes y luego, ante su escasez, de negros y berberiscos importados de la costa africana-).

EL VIÑEDO COMO SEGUNDO PRODUCTO DE EXPORTACION:       
  
Durante los siglos XVII y XVIII se extendió el viñedo, en los repartimientos se entregaron lotes de tierras a condición de que fueran obligatoriamente plantados de viñas ( principalmente las zonas bajas donde se producían cereales desde la conquista) y decreció la superficie de tierra cultivada que se orientaba hacia el autoabastecimiento.
La expansión de este cultivo de gran rentabilidad se produjo como consecuencia de la crisis de la producción azucarera, su auge se sitúa en el siglo XVII y su decadencia en el XVIII; redujo considerablemente las tierras dedicadas a la producción de  autoconsumo, al aumentar la población y reducirse la agricultura de abastecimiento tuvo lugar un déficit de alimentos, la ruptura  del equilibrio interior entre población y recursos y un lógico encarecimiento de los productos de primera necesidad y la dependencia del exterior se incrementó (fenómeno especialmente intenso en Tenerife).
La malvasía se orientaba hacia un triple mercado:
- América hispana: este tipo de comercio estuvo fuertemente condicionado por el monopolio de Sevilla; por su situación y peculiaridades, a las Islas se le concedieron una serie de privilegios. El contrabando  que se ejercía desde Canarias aprovechando sus especiales circunstancias provocó que el Consejo     de Indias y la Casa de Contratación de Sevilla establecieran una serie de limitaciones a estos intercambios (1620-1630), las restricciones y el cerco de la Casa de la Contratación ocasionaron una sobreproducción, la caída de los precios y se vió como necesaria la búsqueda de otros mercados.

- Imperio colonial lusitano (Angola, Cabo Verde, Guinea, Brasil): como consecuencia de la unión de Coronas realizada a partir de 1580, pero a partir de la independencia portuguesa (mitad del siglo XVII) el comercio del vino se orientó fundamentalmente hacia Inglaterra y sus colonias, también se dirigió hacia Francia, Escocia y el Imperio Alemán.

- Inglaterra y sus colonias: los vinos canarios eran apreciados por los ingleses, pero las islas caían dentro de sus objetivos para la consecución del dominio sobre las principales rutas marítimas e interesaba también su valor estratégico; los comerciantes ingleses van a dirigir sus exportaciones hacia Canarias porque a través de su comercio se beneficiaban de la plata acuñada en Indias y de los productos de retorno del comercio canario-americano y les posibilitaba el establecimiento de rutas de penetración del contrabando en América ya que los privilegios canarios permitían la reexportación de tejidos, granos, carne salada de origen inglés e importación del vino isleño y en menor escala de la  orchilla.
Progresívamente la balanza de pagos de Inglaterra en relación  a Canarias se fue haciendo desfavorable; esta situación hizo aconsejable que un pequeño número de comerciantes ingleses crearan una Compañía Privilegiada de mercaderes en Londres para monopolizar el comercio con el archipiélago (se creó el 17 de marzo de 1665).
Por otro lado los gastos que le ocasionaron a Gran Bretaña las guerras del momento obligaron a elevar los aranceles de entrada de la malvasía lo que perjudicó a sus comerciantes al reducirles los márgenes de beneficio y, por ello, a partir del último tercio del siglo XVIII el vino canario fue desplazado del comercio inglés por el Oporto y el Jerez, al no ser rentable  ni a los ingleses por el déficit comercial, ni a los comerciantes isleños ante el férreo monopolio establecido por las Compañías inglesas. La exportación clandestina con las colonias inglesas en América continuó e incluso se incrementó (haciéndose especialmente intenso en el período 1750-1760) y se produjo una cierta recuperación del vino canario en el mercado inglés como consecuencia del enfrentamiento inglés con Napoleón (1796-1814)
De la crisis del vino surgió en las islas el establecimiento generalizado del trueque y los intentos desamortizadores de los pudientes hacia los bienes de propios de los cabildos y los baldíos de la Corona. Si su desarrollo en Tenerife había arrastrado el de Gran Canaria y las otras islas (al ser proveedoras de productos alimenticios de la isla productora del vino), su hundimiento se dejó notar considerablemente; menos en Gran Canaria por no depender tanto del viñedo y poseer una economía autoconcentrada con amplio desarrollo del sector autoconsumo.


CANARIAS COMO PLAZA COMERCIAL:

Las islas, desde finales del siglo XV quedaron incluidas dentro de los circuitos económicos europeos y la comercialización de los productos canarios orientados a la exportación quedaron en manos de compañías comerciales extranjeras y que poseían redes de distribución; establecidas en Canarias intentaron controlar la exportación del azúcar y de la cochinilla, la importación de los productos manufacturados y de capitales exteriores para afrontar los gastos de las nuevas actividades económicas.

De esta manera el comercio insular se orienta hacia Europa a través de un pacto colonial (exportador-importador) y tiene como puntos de destino a los puertos mediterráneos y Flandes primero y a Inglaterra después. Los territorios españoles fueron dirección continuada de los productos canarios.
Respecto a las rutas hacia América, las islas ocupaban un lugar estratégico, pero su situación privilegiada venía contrarrestada por el monopolio que sobre este comercio ejercía la Casa de Contratación de Sevilla (que intentó controlar el comercio canario-americano), luego de Cádiz, a través de las reglamentaciones tendentes a centralizar todos los intercambios europeos con América. Las Canarias podían exportar, sin límite de cantidad, hacia América sus productos de la tierra; con la Renta de excepción los canarios, con una residencia en las islas superior a los 10 años y los casados con naturales de las islas, podían escapar del monopolio sevillano.
El comercio canario-americano  fue atravesando una serie de etapas dependiendo de las leyes que sucesivamente se fueron dictando para regularlo. En 1526 se realizó la primera concesión  a Tenerife para poder comerciar con América durante un período de tiempo señalado, en 1534 este privilegio se extendió al resto de las islas y así todos podían exportar productos de la tierra hacia América previo depósito de una fianza en Sevilla. En 1548 se establecieron los puertos canarios desde los que se podían realizar actividades comerciales con América, aunque se establecía que las naves de regreso debían dirigirse hacia Sevilla y que las naves que desde Canarias se dirigieran hacia América debían realizar su viaje con la flota que se dirigía desde la península hacia las colonias americanas (intentando evitar de este modo el fraude y el contrabando). A pesar de todas estas medidas, durante el siglo XVI fueron frecuentes los viajes de canarios y extranjeros desde las islas y hacia América pero sin licencia, siendo el tráfico más generalizado el de manufacturas y esclavos.
Desde el siglo XVI Canarias enviaba vinos y aguardiente, junto con manufacturas extranjeras de contrabando y algunos tejidos hechos en las islas, hacia América; de ella recibía productos tropicales (cacao, tabaco y, sobre todo, moneda que interesaba a los comerciantes extranjeros). Debido al contrabando y a la posibilidad de hacer escapar al monopolio de Sevilla (luego de Cádiz) se limitaban e intentaban controlar estos intercambios y los canarios tenían que contar con la autorización de la Corona para realizarlos (aunque a veces se conseguían fácilmente a través de donativos tan necesarios por sus enormes gastos).
Cuando se habla de América conviene recordar que en ella no sólo habían colonias españolas, también francesas, inglesas, portuguesas...
También estuvo sometido este comercio a las consecuencias derivadas de los problemas internacionales de la Corona española.
Tanto el tráfico insular como internacional se vió amenazado e involucrado en las luchas europeas por controlar el Atlántico.
Un efecto del comercio indiano, generalizable a los restantes, lo constituyó la llegada de piratas y corsarios a las aguas de Canarias. El paso obligado de la flota hacia América y su recalada en refugios y puertos de las islas es una presa codiciada que involucra al archipiélago en las luchas europeas por el dominio del Atlántico y en su secuela, la piratería. Por este hecho, y desde 1515, su tráfico, tanto internacional como interinsular, se vió constantemente amenazado.
Ya desde 1521 aparecieron en aguas canarias los primeros corsarios franceses y el peligro llegó a ser tan efectivo que en las Cortes de Valladolid (1523) el monarca español pidió subsidios para combatirlo.
En los siguientes 20 años, el perjuicio sufrido por las Canarias fue muy grande. A título orientativo, y en el año 1543, un documento real evaluó las pérdidas en 60.000 ducados.
Esta piratería francesa se desarrolló en las islas en el contexto de la rivalidad hispano-francesa que encarnaron Carlos I y Francisco I; pero, muerto éste último, no cesaron los peligros para las islas; Enrique II, su sucesor, heredero de tal hostilidad y las depredaciones continuaron. Los ataques franceses culminaron con el efectuado contra Santa Cruz de la Palma: su destrucción conmocionó a las islas e hizo patente su indefensión.
La piratería francesa cedió su lugar a ingleses y holandeses en las últimas décadas del siglo XVI (como consecuencia de las rivalidades que enfrentaron a Felipe II e Inglaterra y su aliada Holanda). La comercialización de la malvasía propició este tipo de piratería y un fuerte contrabando: familias canarias de importancia realizaron pingües negocios de tráfico de esclavos con el inglés Jhon Hawkins. Este y Drake atacaron reiteradamente las islas durante la guerra anglo-española.
Por su parte, Holanda protagonizó en 1599 el ataque de Las Palmas y San Sebastián de la Gomera (Pieter van der Goes).
A las acciones de los corsarios europeos se unieron las de los berberíscos que atacaban a las islas en respuesta a las razzias que organizaban sus señores de las orientales: la más importante fue la invasión de Lanzarote, fueron importantes los ataques a Fuerteventura. Ambas islas quedaron despobladas por una emigración que, en buena medida, tenía su origen en el miedo a ser atacados de nuevo y esclavizados sus habitantes.

Respecto a Africa: dos ejes principales; uno hacia Guinea y    Cabo Verde exportador de vinos, pieles, etc, e importador de oro, mano de obra esclava; hacia Marruecos y el Sáhara (Berbería) el otro, exportador de cereales y armas e importador de oro, ganado y esclavos.

El comercio exterior resultó siempre desfavorable para Canarias por realizarse intercambios desiguales en cuanto que los productos manufacturados exigían un desarrollo económico y una elaboración que añadían valor a éstos, mientras que los productos agrícolas se ofrecían como materias primas y, por tanto, estaban carentes de tal valor añadido; era necesario mayor cantidad de productos agrarios en el intercambio que los productos manufacturados que se obtenían en él. Además los comerciantes subían considerablemente los precios de los productos manufacturados que intercambiaban por azúcar o vino, comprando, por tanto, baratos éstos y vendían caros los productos que se demandaban en las islas (aumentando considerablemente sus ganancias).
  
Recapitulando: En el siglo XVI la burguesía comercial extranjera afincada en las islas (genovesa y flamenca) llevaban el azúcar a Barcelona, Marsella, Génova y Amberes (puertos distribuidores) e introducían en las islas tejidos y productos metalúrgicos, además de objetos suntuarios. Cuando este intercambio no les interesaba extraían del archipiélago moneda que a pesar de estar prohibida su extracción y ser obligatorio el trueque de productos, les resultaba de alto interés.
Cuando decae el azúcar porque se cultiva en la costa de Africa y en las Antillas y puede competir con el canario por venderse a más bajo precio, la burguesía comercial inglesa establecida en las islas (especialmente en Tenerife) exporta vino e importa productos manufacturados y en años de malas cosechas también alimentos. Estos también extrajeron gran cantidad de moneda del archipiélago.
La creación de la Compañía de Canarias con carácter de monopolio para controlar los precios y los mercados compradores de la malvasía canaria y convertirse, también, en sus únicos vendedores (haciendo que los cosecheros no pudieran dar salida a sus vinos, a no ser que aceptaran los precios estipulados por aquella y que los comerciantes que no estuvieran integrados en tal monopolio no pudieran vender el vino en Inglaterra) hizo que este sistema desapareciera.

COMERCIO INTERINSULAR:
  
Estaba conectado a situaciones deficitarias tanto de cereales como de productos de consumo básico que se daban en unas islas; también al carácter hegemónico que en otras va a tener el cultivo central sobre los demás.
Los intercambios surgidos se polarizaban en torno a los puertos de las islas centrales porque es a través de éstos donde se podían obtener productos de importación, lo que suponía un estancamiento económico de las mal llamadas islas menores y que los núcleos de poder radiquen en las dos islas centrales (que se verán afectadas en menor medida por las depresiones del sector exportación ante la posibilidad de especular en torno al comercio interinsular) y que este tipo de comercio se realice en pequeñas embarcaciones controladas por la burguesía comercial canaria.
Los únicos núcleos de cierta actividad económica eran los cercanos a las costas, las zonas interiores quedaban marginadas del comercio insular e interinsular.
El papel de La Gomera y El Hierro fue reducido dentro de la economía del Antiguo Régimen practicando una cierta economía autárquica (salvo en el caso de la orchilla).


EVOLUCION DEMOGRAFICA:

La demografía canaria de los siglos XVI al XVIII se encuentra en estrecha relación de dependencia con la evolución económica de las islas y el diferente comportamiento demográfico de cada una de ellas condicionado por su diferente especialización. En términos generales se puede afirmar que el crecimiento económico conlleva al crecimiento demográfico y viceversa. La población en su mayoría pertenecía al sector primario y estaba condicionada por una producción agrícola articulada en los sectores ya citados de exportación, autoconsumo y subsistencia.
No obstante la población presenta las características básicas del régimen demográfico antiguo: altas tasas de natalidad y mortalidad, disparándose estas últimas en épocas de crisis por la incidencia de las malas cosechas (por su dependencia casi exclusiva de la agricultura), las epidemias (peste en el XVII, fiebre amarilla del XVIII, sarampión, paludismo, disentería, etc) que suelen acompañar a las crisis de subsistencias y que se acentúan con el crecimiento del tráfico marítimo, la falta de higiene, la ausencia de medidas sanitarias adecuadas y que afectan especialmente a las clases más populares. Para superar las consecuencias derivadas de las crisis agrarias producidas por la sequía, langosta... era necesario mejorar los transportes y, sobre todo, producir mayor cantidad de alimentos; ésto último se logró introduciendo nuevos cultivos para conseguir una mejor y más sana alimentación (papas y millo se trajeron de América, el segundo se empieza a cultivar en las islas a principios del siglo XVII y las papas a final de este siglo).
Las altas tasas de natalidad derivan de las altas tasas de fecundidad. La mortalidad infantil llega a situarse en los  valores 250-300 por mil. El crecimiento vegetativo alto en épocas normales se amortigua con fuertes corrientes migratorias, especialmente intensas en épocas de crisis (la emigración hacia América fue limitada por la Corona, desde 1511 se necesitaba de autorización real para realizarla, ante la amenaza de despoblación de las islas se prohibió esta  desde 1579, aunque la ilegal continuó realizándose; a partir de 1750 se dispuso que por cada 100 toneladas de productos canarios exportadas a Indias deberían ser acompañadas de cinco familias).
La evolución demográfica además no fue siempre homogénea en todas las islas. Durante el siglo XVI las islas de realengo, más ricas en tierras y agua, recibieron mayor cantidad de pobladores, el azucar estimulaba, por su rentabilidad, el crecimiento de la población. En el siglo XVII Tenerife tuvo un crecimiento grande, menor en Gran Canaria y La Palma. Lanzarote, Fuerteventura, Gomera y El Hierro tuvieron una población prácticamente constante, con escaso crecimiento por la pobreza de su economía (lo que provocaba fuerte emigración en los malos años) y por la dureza del régimen señorial (que originaba un flujo de población hacia las otras islas en las que podían evadirse de él, o hacia el exterior).

INSTITUCIONES POLITICAS DURANTE EL ANTIGUO REGIMEN:
  
Se introducen en las islas normas e instituciones de origen  castellano que regulan la vida política, económica y jurídica del archipiélago; existe una notable indefinición de funciones siendo frecuentes los enfrentamientos juridiscionales.
Los Consejos municipales o Cabildos: que para algunos historiadores constituyen la unidad primaria de la Administración; constituyen el máximo órgano de gobierno de cada isla y que se regulan por el Fuero de Toledo (tanto en las islas de realengo como en las de señorío).
Constituían asambleas de notables, aunque en determinadas circunstancias especiales también se escuchaban las opiniones de los vecinos, que tomaban sus acuerdos por mayoría de votos de sus miembros en las denominadas Sesiones Capitulares. Esto Concejos insulares estaban controlados por las élites sociales que practicaban una fuerte endogamia política. Con la implantación de los Diputados y Personeros del Común, bajo el reinado de Carlos III, la burguesía (tanto agraria como comercial, se incorpora masivamente a la vida política local y rivalizando abiertamente con la nobleza.
Estaban formados por doce Regidores, habitualmente designados por la Corona. Bajo la presidencia del Gobernador, ejercían el control político, económico y administrativo del Cabildo. También tenían otros funcionarios con encargos específicos: mayordomos (administradores de los bienes de propios de la propia institución -fundamentalmente tierras y aguas-), escribanos, etc.
Los recursos económicos del Cabildo eran de dos tipos:
Ordinarios: procedentes de los tributos ordinarios como la mancebía, el haber del peso (gravámen sobre la compraventa de determinados productos), arrendamientos de aguas, obtención de maderas por particulares, etc.
Extraordinarios: a través de Repartimientos (impuestos proporcionales sobre la riqueza de los particulares para hacer frente a determinados gastos) y las Sisas (gravámen sobre algún producto que en condiciones normales no tenía ningún impuesto).
A través de estos recursos los Cabildos financiaban sus gastos e inversiones, en casos extraordinarios podían acudir a préstamos de particulares, recaudaciones extraordinarias o solicitar una ayuda especial de la Corona.
   
El Gobernador: nombrado por la Corona y bajo su control directo. Se controlaba su eficacia mediante inspecciones realizadas por un Juez comisionado al efecto a través de los Juicios de Residencia.
Entre sus funciones estaban la presidencia de las reuniones de los Cabildos, la vigilancia del cumplimiento de las Ordenanzas y la administración de justicia en la isla respectiva.
El antiguo Gobernador del siglo XVI fue sustituido después por el Comandante General Militar (jefe militar, presidente nato de la Audiencia y con extensos poderes civiles, judiciales y administrativos, convirtiéndose en el representante del rey en las islas). La reforma borbónica limitó sus funciones con la creación del Regente de la Audiencia y del Intendente (esta última abolida en 1723 y asumiendo sus funciones de nuevo el Comandante General).
Audiencia de Canarias: en las islas de señorío administraban justicia el señor a través de los Alcaldes ordinarios que el mismo nombraba; en las de realengo era el propio Gobernador.
En un principio las islas dependían de la Audiencia de Granada como Tribunal Superior de Justicia, en diciembre de 1526 se creo en Las Palmas la Audiencia de Canarias y cuya jurisdicción se extendió a todas las islas.


En el siglo XVI se produce en las islas la consolidación de las instituciones eclesiásticas. La Inquisición se establece en Canarias, con sede en Las Palmas, en 1504; su actuación se orientó hacia el control de judios conversos instalados en Canarias. Aunque era una institución civil, puede ser relacionada con las religiosas atendiendo a la composición de sus miembros y los fines que perseguía. A partir del siglo XVIII se convirtió    en una institución autosuficiente, pasando a ser, en algunos aspectos, más un organismo preocupado por sus finanzas que un aparato de control ideológico o social.
Sólo existía un obispado para las Islas y su poder no sólo era moral sino que también tenía fuertes atribuciones en el terreno judicial: causas criminales, decimales, beneficios parroquiales y matrimoniales, etc.

ESTRUCTURACION SOCIAL:
  
La sociedad resultante de la conquista y colonización del archipiélago manifestó una fuerte bipolarización: una clase dominante terrateniente que controlaba los precios, los salarios y la producción y que tenía en sus manos el poder político y económico de la sociedad y que estaban en alianza con una burguesía comercial; frente a una clase media rural con escaso poder económico y una mayoría de población que sólo alcanzaba a vivir al límite de su propia subsistencia.
A lo largo del siglo XVII la sociedad canaria comienza a adquirir sus perfiles definitivos y característicos, no sólo del Antiguo Régimen, sino también de gran parte de la etapa contemporánea, y ello sobre todo en lo que se refiere a las élites sociales.
El grupo nobiliario fundamentaba su preeminencia socioeconómica y política en la propiedad de la tierra como fuente principal en una sociedad agrícola y rural; en ella se reinvierten las ganancias y beneficios de la comercialización de sus productos; aseguran su continuidad a través de los mayorazgos; controlan el estamento militar y eclesiástico, procuran diferenciarse del resto de los grupos sociales y practican una fuerte endogamia.
No obstante cabe destacar que las élites sociales canarias, a pesar de poseer un carácter eminentemente cerrado, están abiertas a actividades no estrictamente nobiliarias, como el comercio, interesándose por los mecanismos económicos y emprendiendo empresas financieras que salen del campo propiamente rentista (conjugando, así, su carácter cerrado, su preeminencia social y su vinculación al comercio).
  
La burguesía comercial, en gran medida es de origen extranjero (especialmente de origen anglosajón); el comerciante isleño también existe aunque su importancia cuantitativa es pequeña.
Cabe  hacer la diferenciación entre el comerciante hacendado (que simultanéa la actividad comercial con la agrícola) y el comerciante que centra su actividad exclusívamente en el comercio y en su actividad como banquero y prestamista. Ambos practican la endogamia profesional que garantiza su continuidad. Sus enfrentamientos con la nobleza insular fueron frecuentes por entrar, con facilidad, en conflicto sus intereses.
Controlaban no sólo el comercio exterior de las islas, sino también, a través de éste, gran parte de su economía. Su condición social fue incrementándose por las sólidas ganancias de sus actividades.
Junto a su carácter foráneo hay otro factor de diferenciación, suelen tener otra religión diferente a la católica, lo cual dificulta su plena integración (aunque hace que se suscite hacia él una actitud tolerante por este motivo por parte de los demás sectores insulares). Practican un auxilio mútuo incluso a escala internacional.

La burguesía agraria fundamenta su poder en la formación de las castas profesionales liberales (son las que pueden costear unos estudios) y especialmente las de Leyes.
Invierten la mayor parte de los beneficios obtenidos en ejercicio de sus profesiones en la compra de tierras, mostrando gran interés por la acumulación de propiedades rústicas. En ella destaca un fuerte fervor religioso y utilizan como fuente de ascenso social la carrera eclesiástica y el matrimonio.
La actividad artesanal estaba reducida a trabajos de carácter doméstico y de ámbito reducido, como actividad complementaria (de la agricultura especialmente) y poco organizada (en las islas tuvieron poca importancia los gremios).


Existían grupos marginales aunque socialmente se les trataba de forma muy diversa, especialmente penosa cuando se generalizó la terminología de vagos y maleantes). 

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