LAS ISLAS
CANARIAS HASTA LA CRISIS DEL ANTIGUO REGIMEN.
Destacar, de manera diferenciada, los siguientes
subperiodos:
1.- El Archipiélago Canario hasta finales del siglo
XV.
*.- Desfase cronológico de la historia insular
respecto a los esquemas cronológicos comunes a la historia europea y que son
los normalmente utilizados.
*.- Problema del origen de los habitantes de las
islas, nombres con los que son designados y
crítica de los mismos.
*.- Cuestión
de la unidad o diversidad étnica
y cultural de las poblaciones prehispánicas y aspectos esenciales de su
organización social, política, económica
y religiosa.
2.- La conquista europea de las Islas.
*.- Resúmen de las noticias que de las Islas se tuvo
en Europa hasta el momento de su conquista.
*.- Situación del proceso de conquista en su contexto cronológico,
político, económico, y religioso.
*.- Diferenciación entre conquistas señorial y
realenga en base a sus distintas fundamentaciones jurídicas, localizando sus
áreas respectivas y analizando las diferentes realidades que generan.
*.- Crítica de los conceptos de "conquista" y "colonización" aplicados al proceso de incorporación de las
Islas Canarias a la Corona de Castilla.
*.- Alteraciones producidas en las islas con su conquista y posterior colonización.
3.- Organización posterior de las Islas tras la
conquista.
*.- Procedencia geográfica de los conquistadores y
colonizadores.
*.- Sistemas diferenciados de repartimientos de
tierras y consecuencias derivadas de los mismos.
*.- Organización de un sistema económico colonial, dependiente, y extrovertido,
centrado en la explotación de los recursos naturales y que sitúan a las islas
en una estructura periférica respecto a Europa.
*.- Integración y articulación (no dualidad) de dos
o tres tipos de agricultura (según autores) que pervivirán secularmente en las
islas hasta el presente, con la variación lógica de cultivos, formas, y técnicas de explotación y área cultivadas.
*.- Localización temporal y espacial del cultivo del
azucar, determinando las causas de su implantación en las islas, las
estructuras socioeconómicas que genera, las razones de su decadencia y las
transformaciones que ocasiona.
*.- Implantación del viñedo: localización geográfica
y temporal; sistemas de comercialización y mercados hacia los que ésta se orienta; las causas de su decadencia
y sus consecuencias diferenciadas para las islas.
*.- Sistema de intercambios comerciales de las islas (tanto interior como
exterior), las causas de su desigualdad que perjudica al archipiélago respecto
al exterior y a unas islas respecto a otras; los productos intercambiados y las
direcciones del comercio; el contexto en el que se produce y la organización
internacional que lo sostiene y genera.
*.- Evolución demográfica en las islas:
diferenciada, dependiente de la economía y de la organización jurídica, propia
de un régimen demográfico antiguo y en la que tiene un fuerte peso el fenómeno
migratorio.
*.- Estructura social de las islas generada por el
sistema de la conquista y "colonización".
*.- Instituciones políticas y administrativas de las
Islas durante el Antiguo Régimen.
PARA EL ESTUDIO DEL TEMA:
*.- Realizar un breve esquema cronológico de la
conquista (aspecto que se recoge superficialmente en los folios).
*.- Confeccionar un mapa (o varios
relacionados entre sí) en el que se reflejen las direcciones del
intercambio comercial, los productos intercambiados y con referencia a su cronología
y sucesividad.
*.- Lectura de algún texto o artículo referente a
alguno de los aspectos estudiados y establecer, respecto a la información
que se ofrece, las coincidencias, las
diferencias, los aspectos que añade...
*.- Preparación de una breve síntesis personal
(valorativa y crítica) del proceso "colonizador" español durante el
período estudiado.
*.- Recoger alguna tésis "nacionalista"
sobre algún aspecto comprendido en el presente bloque temático, crítica con el
proceso "conquistador" y valorarla en función de criterios estrictamente
históricos.
*.- Identificar tres aspectos actuales de la vida
canaria (tanto positivos como negativos) que considera tienen su explicación
última en lo estudiado en el presente período de la historia insular.
*.- Tratar de comprender en su sentido preciso los
siguientes conceptos:
- Aculturación. - Dualidad.
- Transculturación. - Extraversión.
- Dependencia. - Especulación.
- Articulación. - Capitalismo comercial.
- Estructuración. - Mercantilismo.
- Antiguo Régimen. - Monopolio.
- Contrabando. - Repartimiento.
- Extracción de moneda.
CONTENIDO DE LA INFORMACION:
Introducción:
"Mientras en la península Ibérica se construían
catedrales góticas, se luchaba contra los árabes, se utilizaba el papel y se
disparaban armas de fuego, las islas Canarias permanecían en la prehistoria.
Los europeos se encuentran en el archipiélago unas poblaciones que:
- Vivían en cuevas o construían unas casas pequeñas;
- Enterraban a sus muertos según ritos extraños;
- Desconocían la moneda y su economía se basaba en
el pastoreo y en una agricultura poco desarrollada;
- Sus utensilios eran de barro cocido, piedra, hueso
o madera, ya que no conocían el metal;
- Sus instituciones políticas, religiosas y sociales
y sus costumbres eran muy diferentes a las europeas;
- Hablaban una lengua desconocida.
A estos habitantes de Canarias antes de la conquista
se les suele llamar 'guanches'. Esto es un error. Guanches sólo son los
habitantes prehispánicos de Tenerife. En otras islas se les llama de modo
diferentes. Así los de Gran Canaria son 'canarios'; los de Hierro, 'bimbapos';
los de La Palma, 'benahoaritas'o 'palmeros'; los de Gomera, 'gomeros', y los de
Fuerteventura y Lanzarote, 'majoreros', término que se mantiene en la
actualidad para los habitantes de Fuerteventura, pues a los de Lanzarote se les
llama ahora 'conejeros'. Por este motivo y para evitar confusiones, a todos los
habitantes de Canarias antes de su conquista los llamaremos naturales,
indígenas, aborígenes o habitantes prehispánicos" (HERNANDEZ PEREZ, Mauro
S. "Las islas Canarias prehispánicas". Canarias (1980), 97).
Estas poblaciones prehispánicas tienen un origen
desconocido y sobre éste se han formado muchas hipótesis. La más aceptada es la
de su procedencia africana: "desde el norte de Africa y Sáhara arriban a
Canarias una serie de grupos humanos en oleadas sucesivas, cuyo número es
difícil precisar. Las primeras se sitúan durante el primer milenio a. de C. y
las últimas dentro de nuestra era. (...) Cada grupo humano, al tiempo que se
fusiona con el anterior, modifica su cultura para adaptarse al nuevo medio
geográfico. (...) en el archipiélago canario no existe durante el período
prehispánico una cultura común para todas las islas. (...) a pesar de esta
diversidad, se observan ciertas similitudes culturales entre todas las islas,
impuestas por el medio geográfico y por una cierta comunidad de origen".
(HERNANDEZ PEREZ, Mauro S. Ob. cit., 98 y 99). En cada isla se habla de modo
distinto (dialectos) con una base común (lengua), realidad que pervive en la actualidad
a través de los topónimos.
POBLACIONES PREHISPANICAS:
- Gobierno monárquico en cada isla. Guanartemes en
Gran Canaria, Mencey en Tenerife. Lanzarote y El Hierro un sólo jefe, Gran
Canaria y Fuerteventura divididas en dos reinos, La Gomera en cuatro, Tenerife
en nueve, La Palma en doce. Los límites territoriales en base a los barrancos
(como en la actualidad los límites municipales).
- Actitud diferenciada frente a la conquista: unión
con los conquistadores (a través de los bandos de paz) colaborando incluso con
los conquistadores en sus acciones sobre otros territorios o sobre otras islas;
o dominados por derrota militar (bandos de guerra); o insumisión frente a los
conquistadores.
- Organización social: aunque es poco conocida,
parece jerarquizada y con posibilidad de cierta capilaridad. El lugar ocupado
en la jerarquía social determinaba la función social desempeñada y el trabajo a
realizar.
- Economía esencialmente ganadera (llegándose a
desconocer la agricultura en algunas islas como La Palma y Fuerteventura).Cría
de cabras, ovejas, cerdos... con transhumancia anual de mar a cumbre. Cebada,
trigo, habas (de las que se obtiene el gofio, alimentación básica del aborigen).
Pesca y recogida de mariscos completaban la dieta alimentaria (careciendo de embarcaciones).
- Monoteismo de cada isla (politeismo en el Hierro),
lugares de culto al aire libre. Enterramientos en cuevas y túmulos; existencia
de la momificación).
- La cueva como vivienda común (en Gran Canaria se
dan casas de piedra); el medio físico impone una cierta uniformidad en el
hábitat.
- Los aborígenes no conocían el metal, muchos
utensilios de piedra o de madera. La cerámica es un elemento cultural
diferenciador de las islas.
- Existe un arte rupestre de pinturas y grabados de
carácter alfabetiforme (no descifrado), figurado o geométrico.
LA CONQUISTA:
Contexto en el que se produce:
No se debe a un hecho fortuito ni a la actividad y
aventura de un hombre de empresa. Esta debe encuadrarse en la progresiva
expansión del capitalismo comercial europeo (Baja Edad Media) y en la
consolidación de una nueva clase social (burguesía), con su interés por incrementar
las transacciones comerciales y abrir nuevas rutas y mercados. El aumento del
comercio abre nuevos circuitos en la
búsqueda de productos codiciados en los mercados europeos (oro, especias,
azúcar...)
Se forman grandes compañías por la asociación de
comerciantes y se incorporan nuevos conocimientos técnicos y científicos a la
navegación (brújula, astrolabio, cartografía) permitiendo a ésta alejarse de
las costas.
La aparición de las monarquías autoritarias (dotando
a los Estados de una organización política, militar y económica) y en simbiosis
con los intereses de los burgueses sistematizarán y darán continuidad a este
proceso expansivo. Existen otros condicionamientos (término de la reconquista
para el caso castellano, individualismo renacentista, espíritu misionero...)
que motivarán corrientes migratorias complementarias de la expansión económica.
El proceso de la conquista se inicia en el siglo XV
siguiendo dos modalidades diferenciadas: señorial (1418-1475) de las islas de
Fuerteventura, Lanzarote, Gomera y el Hierro; realenga (1475-1496) de las islas
de Gran Canaria, La Palma y Tenerife.
En la conquista realenga, la Corona, mediante
Capitulaciones con un capitán de conquista, estipula que éste la llevará a cabo
en un tiempo determinado y con los medios que se le asignan. Aquella aporta los
recursos para realizarla y adquiere, en consecuencia, los derechos sobre los
territorios y bienes incorporados. El capitán de conquista también llega a
acuerdos con mercaderes genoveses, florentinos y levantinos para que éstos
aporten dinero para la empresa y a cambio reciban privilegios en los
repartimientos de tierras y ventajas en nuevo comercio surgido con la
conquista.
Principales acontecimientos de la conquista:
Conquista señorial:
Juan de Bethencourt (noble normando) y Gadifer de la
Salle, desde el puerto francés de la Rochela llegan a Lanzarote (que contaba
con unos 200-300 habitantes), procediendo a su conquista y sin apenas encontrar
resistencia. Bethencourt presta fidelidad y vasallaje a Enrique III de Castilla
(1402).
Existiendo el interés por conocer la costa africana,
conquista la isla de Fuerteventura (1405), para posteriormente, reconociendo
las costas de Gran Canaria y La Palma, apoderarse de la Isla de Hierro.
Nombra Gobernador de las islas conquistadas a su
sobrino Maciot y vuelve a sus posesiones francesas.
Estas conquistas señoriales se traspasan y venden.
En 1430, Guillen de las Casas (detentando su
señorío) incorpora a su feudo la isla de La Gomera, a pesar de la enorme
resistencia ofrecida por sus habitantes.
Los móviles de este tipo de conquistas son variados
y complementarios: espíritu de lucro y aventura, suministro de esclavos para su
posterior comercialización...
Conquista realenga:
En 1477, los RR.CC. compran a Inés de Peraza, en
quien había recaído el señorío de las islas, el privilegio de conquistar el
resto de del archipiélago. Su iniciativa pretendía disminuir el poderío de la
nobleza, intentar abortar los intentos de su anexión por los portugueses y
hacer factible la conversión de las islas en un centro del tráfico marítimo.
En 1478, Juan de Rejón comienza la empresa de
conquistar Gran Canaria; los enfrentamientos entre conquistadores harán que la
Corona envíe, cinco años después, a Pedro de Vera, que concluirá la sumisión de
la Isla, a pesar de la enorme resistencia ofrecida.
Relativamente estaba muy poblada y presentaba una
organización política y social muy adelantada.
Uno de los conquistadores de Gran Canaria consiguió
autorización de los RR.CC. para la conquista de La Palma y Tenerife. La primera
de estas islas se conquistó en 1492 y parte de sus habitantes fueron vendidos
como esclavos para hacer frente a los gastos de la empresa.
Tenerife se encontraba dividida en varios bandos o
reinos, al frente de cada uno de ellos se encontraba un Mencey; no todos ellos
actuaron de la misma manera frente al invasor. Tras un primer intento fallido,
la isla quedó incorporada a la Corona.
Tras la conquista se inicia la Repoblación y el
reparto de los recursos naturales (tierras y aguas); en las islas de señorío
las tierras eran del señor que las
entregaba en lotes a los nuevos pobladores y a los aborígenes libres a cambio del
pago de determinados derechos; en las de realengo, la tierra, en principio, era
del rey, y los conquistadores tenían autorización del monarca para efectuar
el repartimiento de tierras y agua en
propiedad y gratuitamente entre los colonos y con el fin de consolidar la
colonización los colonos estaban obligados a permanecer cinco años en las islas
y avecindarse en ellas, a dedicar la tierra preferentemente al producto que se
indicaba en la concesión y a tener en un
tiempo determinado roturado todo el lote de tierra que le había correspondido y
así el sistema de reparto de las tierras de realengo se hacia por delegación de
la Corona (como propietaria) en el conquistador que, como gobernador y
administrador lo realizaba; este reparto se hacía en base a los méritos y
categoría de las personas sobre los que recaía (las de menor calidad se
entregaban a labradores o a personas de poca relevancia en el proceso de
conquista, los nobles y mercaderes recibían las de mejor calidad y las
destinaban preferentemente al cultivo de huerta o a la caña de azúcar para la
exportación y se localizaban en las zonas costeras, siendo el origen -en muchos
casos- de la gran propiedad actual). Los grupos más importantes que repueblan
las islas de realengo son de origen portugués, castellano, flamenco o genovés,
también judíos y moriscos y pobladores aborígenes integrados en el nuevo
sistema.
Resulta un proceso violento y brusco: no se produce
una fusión cultural sino de una aculturación que supone:
- El derrumbe poblacional aborigen como consecuencia
de las acciones bélicas propias de la conquista, las deportaciones y la
esclavitud, la enfermedades surgidas por contagio, el cambio surgido al
considerar a las islas como abastecedoras de mano de obra, etc. Además la
pobreza de la economía aborigen había
llegado a su máximo biológico, hecho que limitaba su expansión demográfica.
Se produce, por un lado, una dualidad en la
población aborigen: existen aborígenes libres, aunque en número reducido y eran
los miembros más importantes, y los esclavos, la más generalizada, ya que la
nueva organización económica exigía mucha mano de obra y también los aborígenes
se utilizaban como pastores; por otro lado surge otra dualidad entre un grupo
humano colonizado (formado por los restos de la población aborigen) y los
colonizadores (formado por los conquistadores más los llegados tras el proceso
de conquista) que imponen su sociedad
más avanzada.
Los impulsores de la obra colonizadora, en su
mayoría castellanos-andaluces (aunque, como ya se ha dicho, había algunos
portugueses y en menor medida genoveses) no formaban un grupo homogéneo, no
todos tenían la misma categoría ni desempeñaron el mismo papel en el proceso de
conquista y colonización. Los grandes dirigentes y conquistadores provenían de segundones de familias hidalgas
que poseían pocos bienes, ya que las tierras de su familia eran de mayorazgo, y
esperaban obtener algún lote de tierra o botín que les permitiera adquirir fama
y nobleza. Los soldados, verdadera fuerza de la conquista, los más numerosos y
los que llevan el peso de la colonización, tenían como afán el poseer un lote
de tierra y mejorar su posición. La burguesía comercial, financiadora de los
costos de la empresa, intentan resarcirse y obtener rentabilidad de su
inversión.
- La ruptura del sistema de vida característico de
las islas: la roturación de nuevas tierras conlleva una alteración del
equilibrio ecológico y la transformación irreversible del medio natural.
- La incorporación de las islas al sistema económico
mercantilista, ajeno a la organización socioeconómica anterior que sufre una
profunda transformación.
- La instauración de un nuevo orden social y
económico: se sustituye el sistema comunal de propiedad de la tierra y los
conquistadores se reparten el suelo cultivable y el agua; se intenta la
creación de un campesinado productor de bienes alimentarios que sirviera de
sustento a la creación de una nueva producción agrícola orientada hacia el
exterior, buscando beneficios económicos
rápidos y a corto plazo; la corona castellana pretendía la autosuficiencia de
los colonos como campesinos y de los comerciantes genoveses y florentinos
asentados en las islas.
- El progresivo hundimiento del sector artesanal
consecuencia de la estructura socioeconómica de las islas (consistente en
suministrar materias primas e importar productos manufacturados). Por otro lado
en Canarias la organización gremial nunca llegó a ser importante y el mercado
comprador de los productos artesanos canarios era muy limitado.
- El sistema de repartimientos dio origen a la
formación de una oligarquía que concentrará en sus manos la propiedad de la
principal fuente de riqueza de las islas y estableció un sistema que perdurará
largamente en Canarias (a pesar de las protestas por las desigualdades surgidas
entre los colonos que algunos consideraban injustas).
La propiedad de la tierra en las islas de realengo
estaba en manos de la Corona (teniendo como base los montes y tierras incultas
que podían ser aprovechadas libre y gratuitamente por los campesinos en pastos,
madera y leña pero que no podían ser roturadas sin autorización del Rey); los
ayuntamientos (sus terrenos se denominaban de propios y constituían su fuente
de financiación), la Iglesia y Conventos (a través de compras, donaciones,
concesiones del monarca... y que no podían ser vendidas -bienes de manos
muertas-) y terratenientes que tras las repartimientos las incrementaron a base
de compras, matrimonios, usurpación a través del desempeño de cargos
municipales... y que se encontraban vinculadas a través de la institución del
Mayorazgo. Los medianos y pequeños propietarios poseían un minifundio que les
situaba en un nivel de subsistencia y que debía complementarse con el trabajo
como medianeros, arrendatarios o jornaleros de los grandes propietarios.
- En las islas se formó una sociedad de Frontera
caracterizada por un amplio mestizaje de su población, de origen heterogéneo y
articulada en dos grupos diferenciados: uno minoritario y dominante que
controla el poder económico y político y otro mayoritario sometido al anterior
y diversificado en función de su situación económica que desempeñan un papel
social secundario y sostienen con su trabajo todo el sistema.
ORGANIZACION ECONOMICA TRAS LA CONQUISTA:
Se instaura un sistema de explotación colonial
caracterizado por la exportación de materias primas (fundamentalmente de
origen agrario) e importación de
productos manufacturados y de carácter básico, aunque la agricultura de
autoconsumo también tuvo su importancia y ocupó buena parte de la población de las islas.
Durante los siglos XVI y XVII, los tres
archipiélagos (Canario, Balear y Madeira) constituyeron un poderoso punto de
apoyo de las flotas y un centro de producción de materias demandadas en Europa:
tras una fase de aclimatación del producto y consolidación del mismo, seguía el
apogeo de su explotación (llegándose a superar incluso las expectativas previas
respecto al mismo); posteriormente entraba en decadencia al ser desplazado del
mercado internacional por las remesas más baratas procedentes de otras áreas
concurrentes) y concluía con una fase de depresión en el que era sustituido por
otro alternativo.
Surge así un sistema económico dependiente de los
mercados exteriores y con un claro predominio de las actividades agrarias y en
las que la mayoría se realizan (a excepción de las orientadas hacia la
exportación) en tierras arrendadas.
Este sistema de explotación indirecto de la tierra
adquirió múltiples variedades: contratos con jornaleros sin tierras que
trabajan a sueldo y se les abona éste en especie, con duración limitada;
contratos de arrendamiento de tierras dedicadas a cereales y en las que el
arrendador contrata todo (trabajo, herramientas, animales) y paga tanto en
especie como en moneda; contrato de aparcería en el que el dueño da a su
cultivador la parte pactada de la cosecha; censos que suponen el alquiler de
una porción determinada de tierra por un tiempo
estipulado y que es abonado en metálico (generalizado en propiedades
eclesiásticas o concejiles) y que a veces duraba mientras viviera el arrendador
e incluso podía hacerse hereditario (denominados enfitéuticos).
Se produce la integración de dos (o tres, según
autores) tipos de agricultura: AUTOCONSUMO (orientada hacia la producción de
cereales en las medianías y de huerta en las zonas de regadío) y que también se
la designa como agricultura de subsistencia, fundamentalmente basada en un
equilibrio precario entre producción y autoconsumo, de carácter familiar, sin
posibilidad de creación de excedentes y de comercialización y cuyo objetivo es
el mantenimiento del equilibrio de los precios y evitar cambios sociales
bruscos, resultando ser el factor de reproducción de los otros dos sectores de
la agricultura ya que posibilita la existencia del sector de exportación a
través de dos funciones complementarias: liberar mano de obra y cubrir los
niveles de subsistencia de la población; AGRICULTURA CAPITALISTA DE EXPORTACION
(origen de desequilibrios estructurales; aprovechando el clima se cultivan
productos deseados en el exterior; hablar de ella es hablar de extraversión,
dependencia de los mercados externos, depresión exterior conlleva al
hundimiento interno, resulta así una actividad cuyo mercado escapa al control
interno del archipiélago y que es ejercido por el centro europeo y los puertos
continentales); y otra de AUTOABASTECIMIENTO de los mercados internos mediante
la creación de excedentes que se orientan a la comercialización en la propia
islas o en las demás y que satisfacen la demanda creciente de alimentos
originada por un sostenido crecimiento demográfico y que junto a una abundante
mano de obra permiten mantener, hasta cierto punto, la competitividad del
producto de exportación.
Estos dos (o tres) tipos de agricultura se han dado
en las islas desde su colonización hasta nuestros días. Sólo han variado los
cultivos, las técnicas y formas de explotación de la tierra y las áreas
cultivadas. La existencia de la agricultura capitalista de exportación exige
que se cubra el mercado interior y también el mercado de autoconsumo debe estar
en disposición de afrontar las crisis del cultivo central de exportación. Los
dos sectores restantes se revalorizan con la crisis del cultivo de exportación,
la mano de obra jornalera es sustituida por medianeros reduciendo así al mínimo
las inversiones de los terratenientes. El abaratamiento de la mano de obra y el
aumento de la presión demográfica y social se solventa mediante la expulsión de
mano de obra hacia el exterior.
También se explotaron otros recursos naturales,
algunos ya tradicionales en las islas con anterioridad a la conquista):
- Cochinilla (liquen que crecía en los barrancos de
las islas y que se utilizaba para la fabricación de tintes) y cuya explotación
se orientaba hacia la exportación a las industrias textiles de Flandes, Italia
y el Levante penínsular). En teoría su recogida, almacenaje y comercialización
estaba controlada por los Cabildos en las islas de realengo y por los señores
en las de señorío, aunque su exportación se arrendaba a comerciantes europeos,
llegando en ocasiones a controlar éstos incluso su misma recolección.
- La explotación de los bosques fue masiva durante
los siglos XVI y XVII, la madera era necesaria para la construcción de casas,
barcos, embalajes del azúcar, combustible...; como consecuencia de ella se
produjo la destrucción del medio natural.
- También la pesca de litoral y en el banco
canario-sahariano tuvo su importancia durante el siglo XVI; junto con las
salinas dieron origen a la actividad básica para la alimentación de salazón de
pescados. El desarrollo demográfico del siglo XVIII estimuló al sector pesquero
(siendo importante relativamente esta actividad en Gran Canaria, y en menor
grado en Tenerife y La Palma). Los propietarios de los barcos y los marineros
que se dedicaban a la pesca eran en su mayoría originarios de las islas de
realengo.
- También tuvo importancia la recolección
sistemática y organizada de la orchilla y la barrilla, destacando la primera
que, desde el siglo XVI se convierte e una regalía (la recogida y su exportación
estaba monopolizada en las islas de realengo por los Cabildos y en las de señorío
por los señores). Los compradores de orchilla eran genoveses (primera mitad del
siglo) y holandeses (segunda). Las islas en las que se obtenía en mayor
cantidad fueron La Gomera, Hierro, y Fuerteventura).
- En relación con la ganadería, herencia del
mundo prehispánico, tenía un carácter complementario
y estaba en manos de aborígenes esclavos o libres.
- La Pez negra utilizada para calafatear los barcos
se obtenía en los bosques de Tenerife y La Palma y secundariamente en los de
Gran Canaria. La producción de esta substancia y la obtención de madera va a
plantear serios problemas de deforestación a pesar de las continuas prohibiciones
realizadas sucesivamente.
EL AZUCAR COMO PRIMER CULTIVO DE EXPORTACION:
En la Baja Edad Media el azúcar se cultivaba en
Palestina, Chipre, Creta, Sicilia y el sur penínsular, luego los portugueses lo
introdujeron en Madeira, posteriormente se introdujo en las islas de realengo
canarias pues las de señorío resultaban demasiado áridas.
Su introducción responde a la necesidad de los
conquistadores y de los grandes terratenientes
de rentabilizar los gastos que la conquista les había supuesto. La caña de
azúcar fue traída por Pedro de Vera desde
las islas de Madeira, convirtiéndose el azúcar en el primer producto de
exportación de la primera mitad del siglo XVI dando lugar a la comercialización
de un producto de lujo que permitía la importación de las manufacturas y
productos básicos que las islas necesitaban. Su cultivo y comercialización
atrajo inversiones de capital extranjero (fundamentalmente flamenco e italiano) ya que la preparación
exigida de la tierra para su cultivo y
la construcción de los Ingenios necesitaba fuerte capitalización; también
estimuló las relaciones mercantiles entre Canarias y Europa y exigió la
creación de una mínima infraestructura en las islas (puertos y varaderos,
caminos, etc).
A pesar de los enormes costos, éstos solían
amortizarse en un período corto que no solía sobrepasar los dos años por la
rentabilidad del azúcar.
No todos los cosecheros de la caña tenían su propio
Ingenio y entregaban su producción a quienes sí los tenían que se cobraban por
la elaboración la mitad del azúcar producido.
La preparación de la tierra, la recolección de la
caña, su transporte hasta los Ingenios y los trabajos que en ellos se
realizaban, necesitaban de abundante mano de obra realizaba, habitualmente, en
régimen de esclavitud.
El apogeo de este tipo de explotación se produjo a
mediados del siglo XVI y entró en decadencia hacia 1560 cuando el cultivo de la
caña de azúcar se trasladó a América y los europeos perdieron interés por el
realizado en las islas. Fue necesario en ese momento plantearse su sustitución
por otro.
La introducción del cultivo de la caña de azúcar
supuso la introducción de un subsector agrario orientado a satisfacer la
demanda exterior de los mercados europeos especialmente y, por otro lado, uno
orientado al autoabastecimiento interno con una demanda creciente ante el aumento
demográfico sostenido que presentaban las islas en el momento en el que se
cultivaba (necesitaba abundante mano de obra cualificada, principalmente de
origen portugués, que trabajaba en los Ingenios; también necesitaba de
asalariados no cualificados y de abundantes esclavos -primero aborígenes y
luego, ante su escasez, de negros y berberiscos importados de la costa africana-).
EL VIÑEDO COMO SEGUNDO PRODUCTO DE EXPORTACION:
Durante los siglos XVII y XVIII se extendió el
viñedo, en los repartimientos se entregaron lotes de tierras a condición de que
fueran obligatoriamente plantados de viñas ( principalmente las zonas bajas
donde se producían cereales desde la conquista) y decreció la superficie de
tierra cultivada que se orientaba hacia el autoabastecimiento.
La expansión de este cultivo de gran rentabilidad se
produjo como consecuencia de la crisis de la producción azucarera, su auge se
sitúa en el siglo XVII y su decadencia en el XVIII; redujo considerablemente
las tierras dedicadas a la producción de
autoconsumo, al aumentar la población y reducirse la agricultura de
abastecimiento tuvo lugar un déficit de alimentos, la ruptura del equilibrio interior entre población y
recursos y un lógico encarecimiento de los productos de primera necesidad y la
dependencia del exterior se incrementó (fenómeno especialmente intenso en
Tenerife).
La malvasía se orientaba hacia un triple mercado:
- América hispana: este tipo de comercio estuvo
fuertemente condicionado por el monopolio de Sevilla; por su situación y
peculiaridades, a las Islas se le concedieron una serie de privilegios. El
contrabando que se ejercía desde
Canarias aprovechando sus especiales circunstancias provocó que el Consejo de Indias y la Casa de Contratación de
Sevilla establecieran una serie de limitaciones a estos intercambios
(1620-1630), las restricciones y el cerco de la Casa de la Contratación
ocasionaron una sobreproducción, la caída de los precios y se vió como
necesaria la búsqueda de otros mercados.
- Imperio colonial lusitano (Angola, Cabo Verde,
Guinea, Brasil): como consecuencia de la unión de Coronas realizada a partir de
1580, pero a partir de la independencia portuguesa (mitad del siglo XVII) el
comercio del vino se orientó fundamentalmente hacia Inglaterra y sus colonias,
también se dirigió hacia Francia, Escocia y el Imperio Alemán.
- Inglaterra y sus colonias: los vinos canarios eran
apreciados por los ingleses, pero las islas caían dentro de sus objetivos para
la consecución del dominio sobre las principales rutas marítimas e interesaba
también su valor estratégico; los comerciantes ingleses van a dirigir sus exportaciones
hacia Canarias porque a través de su comercio se beneficiaban de la plata acuñada
en Indias y de los productos de retorno del comercio canario-americano y les
posibilitaba el establecimiento de rutas de penetración del contrabando en
América ya que los privilegios canarios permitían la reexportación de tejidos,
granos, carne salada de origen inglés e importación del vino isleño y en menor
escala de la orchilla.
Progresívamente la balanza de pagos de Inglaterra en
relación a Canarias se fue haciendo
desfavorable; esta situación hizo aconsejable que un pequeño número de
comerciantes ingleses crearan una Compañía Privilegiada de mercaderes en
Londres para monopolizar el comercio con el archipiélago (se creó el 17 de
marzo de 1665).
Por otro lado los gastos que le ocasionaron a Gran
Bretaña las guerras del momento obligaron a elevar los aranceles de entrada de
la malvasía lo que perjudicó a sus comerciantes al reducirles los márgenes de
beneficio y, por ello, a partir del último tercio del siglo XVIII el vino canario
fue desplazado del comercio inglés por el Oporto y el Jerez, al no ser
rentable ni a los ingleses por el
déficit comercial, ni a los comerciantes isleños ante el férreo monopolio
establecido por las Compañías inglesas. La exportación clandestina con las
colonias inglesas en América continuó e incluso se incrementó (haciéndose
especialmente intenso en el período 1750-1760) y se produjo una cierta
recuperación del vino canario en el mercado inglés como consecuencia del
enfrentamiento inglés con Napoleón (1796-1814)
De la crisis del vino surgió en las islas el
establecimiento generalizado del trueque y los intentos desamortizadores de los
pudientes hacia los bienes de propios de los cabildos y los baldíos de la
Corona. Si su desarrollo en Tenerife había arrastrado el de Gran Canaria y las
otras islas (al ser proveedoras de productos alimenticios de la isla productora
del vino), su hundimiento se dejó notar considerablemente; menos en Gran
Canaria por no depender tanto del viñedo y poseer una economía autoconcentrada
con amplio desarrollo del sector autoconsumo.
CANARIAS COMO PLAZA COMERCIAL:
Las islas, desde finales del siglo XV quedaron
incluidas dentro de los circuitos económicos europeos y la comercialización de
los productos canarios orientados a la exportación quedaron en manos de
compañías comerciales extranjeras y que poseían redes de distribución; establecidas
en Canarias intentaron controlar la exportación del azúcar y de la cochinilla,
la importación de los productos manufacturados y de capitales exteriores para
afrontar los gastos de las nuevas actividades económicas.
De esta manera el comercio insular se orienta hacia
Europa a través de un pacto colonial (exportador-importador) y tiene como
puntos de destino a los puertos mediterráneos y Flandes primero y a Inglaterra
después. Los territorios españoles fueron dirección continuada de los productos
canarios.
Respecto a las rutas hacia América, las islas
ocupaban un lugar estratégico, pero su situación privilegiada venía
contrarrestada por el monopolio que sobre este comercio ejercía la Casa de
Contratación de Sevilla (que intentó controlar el comercio canario-americano),
luego de Cádiz, a través de las reglamentaciones tendentes a centralizar todos
los intercambios europeos con América. Las Canarias podían exportar, sin límite
de cantidad, hacia América sus productos de la tierra; con la Renta de
excepción los canarios, con una residencia en las islas superior a los 10 años
y los casados con naturales de las islas, podían escapar del monopolio
sevillano.
El comercio canario-americano fue atravesando una serie de etapas
dependiendo de las leyes que sucesivamente se fueron dictando para regularlo.
En 1526 se realizó la primera concesión
a Tenerife para poder comerciar con América durante un período de tiempo
señalado, en 1534 este privilegio se extendió al resto de las islas y así todos
podían exportar productos de la tierra hacia América previo depósito de una
fianza en Sevilla. En 1548 se establecieron los puertos canarios desde los que
se podían realizar actividades comerciales con América, aunque se establecía
que las naves de regreso debían dirigirse hacia Sevilla y que las naves que desde
Canarias se dirigieran hacia América debían realizar su viaje con la flota que
se dirigía desde la península hacia las colonias americanas (intentando evitar
de este modo el fraude y el contrabando). A pesar de todas estas medidas,
durante el siglo XVI fueron frecuentes los viajes de canarios y extranjeros
desde las islas y hacia América pero sin licencia, siendo el tráfico más
generalizado el de manufacturas y esclavos.
Desde el siglo XVI Canarias enviaba vinos y
aguardiente, junto con manufacturas extranjeras de contrabando y algunos
tejidos hechos en las islas, hacia América; de ella recibía productos
tropicales (cacao, tabaco y, sobre todo, moneda que interesaba a los
comerciantes extranjeros). Debido al contrabando y a la posibilidad de hacer
escapar al monopolio de Sevilla (luego de Cádiz) se limitaban e intentaban
controlar estos intercambios y los canarios tenían que contar con la
autorización de la Corona para realizarlos (aunque a veces se conseguían
fácilmente a través de donativos tan necesarios por sus enormes gastos).
Cuando se habla de América conviene recordar que en
ella no sólo habían colonias españolas, también francesas, inglesas,
portuguesas...
También estuvo sometido este comercio a las
consecuencias derivadas de los problemas internacionales de la Corona española.
Tanto el tráfico insular como internacional se vió
amenazado e involucrado en las luchas europeas por controlar el Atlántico.
Un efecto del comercio indiano, generalizable a los
restantes, lo constituyó la llegada de piratas y corsarios a las aguas de
Canarias. El paso obligado de la flota hacia América y su recalada en refugios
y puertos de las islas es una presa codiciada que involucra al archipiélago en
las luchas europeas por el dominio del Atlántico y en su secuela, la piratería.
Por este hecho, y desde 1515, su tráfico, tanto internacional como
interinsular, se vió constantemente amenazado.
Ya desde 1521 aparecieron en aguas canarias los
primeros corsarios franceses y el peligro llegó a ser tan efectivo que en las
Cortes de Valladolid (1523) el monarca español pidió subsidios para combatirlo.
En los siguientes 20 años, el perjuicio sufrido por
las Canarias fue muy grande. A título orientativo, y en el año 1543, un
documento real evaluó las pérdidas en 60.000 ducados.
Esta piratería francesa se desarrolló en las islas
en el contexto de la rivalidad hispano-francesa que encarnaron Carlos I y
Francisco I; pero, muerto éste último, no cesaron los peligros para las islas;
Enrique II, su sucesor, heredero de tal hostilidad y las depredaciones continuaron.
Los ataques franceses culminaron con el efectuado contra Santa Cruz de la
Palma: su destrucción conmocionó a las islas e hizo patente su indefensión.
La piratería francesa cedió su lugar a ingleses y
holandeses en las últimas décadas del siglo XVI (como consecuencia de las
rivalidades que enfrentaron a Felipe II e Inglaterra y su aliada Holanda). La
comercialización de la malvasía propició este tipo de piratería y un fuerte contrabando:
familias canarias de importancia realizaron pingües negocios de tráfico de
esclavos con el inglés Jhon Hawkins. Este y Drake atacaron reiteradamente las
islas durante la guerra anglo-española.
Por su parte, Holanda protagonizó en 1599 el ataque
de Las Palmas y San Sebastián de la Gomera (Pieter van der Goes).
A las acciones de los corsarios europeos se unieron
las de los berberíscos que atacaban a las islas en respuesta a las razzias que
organizaban sus señores de las orientales: la más importante fue la invasión de
Lanzarote, fueron importantes los ataques a Fuerteventura. Ambas islas quedaron
despobladas por una emigración que, en buena medida, tenía su origen en el
miedo a ser atacados de nuevo y esclavizados sus habitantes.
Respecto a Africa: dos ejes principales; uno hacia
Guinea y Cabo Verde exportador de vinos,
pieles, etc, e importador de oro, mano de obra esclava; hacia Marruecos y el
Sáhara (Berbería) el otro, exportador de cereales y armas e importador de oro,
ganado y esclavos.
El comercio exterior resultó siempre desfavorable
para Canarias por realizarse intercambios desiguales en cuanto que los
productos manufacturados exigían un desarrollo económico y una elaboración que
añadían valor a éstos, mientras que los productos agrícolas se ofrecían como
materias primas y, por tanto, estaban carentes de tal valor añadido; era
necesario mayor cantidad de productos agrarios en el intercambio que los
productos manufacturados que se obtenían en él. Además los comerciantes subían
considerablemente los precios de los productos manufacturados que
intercambiaban por azúcar o vino, comprando, por tanto, baratos éstos y vendían
caros los productos que se demandaban en las islas (aumentando considerablemente
sus ganancias).
Recapitulando: En el siglo XVI la burguesía
comercial extranjera afincada en las islas (genovesa y flamenca) llevaban el
azúcar a Barcelona, Marsella, Génova y Amberes (puertos distribuidores) e
introducían en las islas tejidos y productos metalúrgicos, además de objetos
suntuarios. Cuando este intercambio no les interesaba extraían del archipiélago
moneda que a pesar de estar prohibida su extracción y ser obligatorio el
trueque de productos, les resultaba de alto interés.
Cuando decae el azúcar porque se cultiva en la costa
de Africa y en las Antillas y puede competir con el canario por venderse a más
bajo precio, la burguesía comercial inglesa establecida en las islas
(especialmente en Tenerife) exporta vino e importa productos manufacturados y
en años de malas cosechas también alimentos. Estos también extrajeron gran
cantidad de moneda del archipiélago.
La creación de la Compañía de Canarias con carácter
de monopolio para controlar los precios y los mercados compradores de la
malvasía canaria y convertirse, también, en sus únicos vendedores (haciendo que
los cosecheros no pudieran dar salida a sus vinos, a no ser que aceptaran los
precios estipulados por aquella y que los comerciantes que no estuvieran integrados
en tal monopolio no pudieran vender el vino en Inglaterra) hizo que este
sistema desapareciera.
COMERCIO INTERINSULAR:
Estaba conectado a situaciones deficitarias tanto de
cereales como de productos de consumo básico que se daban en unas islas;
también al carácter hegemónico que en otras va a tener el cultivo central sobre
los demás.
Los intercambios surgidos se polarizaban en torno a
los puertos de las islas centrales porque es a través de éstos donde se podían
obtener productos de importación, lo que suponía un estancamiento económico de
las mal llamadas islas menores y que los núcleos de poder radiquen en las dos
islas centrales (que se verán afectadas en menor medida por las depresiones del
sector exportación ante la posibilidad de especular en torno al comercio
interinsular) y que este tipo de comercio se realice en pequeñas embarcaciones
controladas por la burguesía comercial canaria.
Los únicos núcleos de cierta actividad económica
eran los cercanos a las costas, las zonas interiores quedaban marginadas del
comercio insular e interinsular.
El papel de La Gomera y El Hierro fue reducido
dentro de la economía del Antiguo Régimen practicando una cierta economía
autárquica (salvo en el caso de la orchilla).
EVOLUCION DEMOGRAFICA:
La demografía canaria de los siglos XVI al XVIII se
encuentra en estrecha relación de dependencia con la evolución económica de las
islas y el diferente comportamiento demográfico de cada una de ellas
condicionado por su diferente especialización. En términos generales se puede
afirmar que el crecimiento económico conlleva al crecimiento demográfico y
viceversa. La población en su mayoría pertenecía al sector primario y estaba
condicionada por una producción agrícola articulada en los sectores ya citados
de exportación, autoconsumo y subsistencia.
No obstante la población presenta las
características básicas del régimen demográfico antiguo: altas tasas de
natalidad y mortalidad, disparándose estas últimas en épocas de crisis por la
incidencia de las malas cosechas (por su dependencia casi exclusiva de la
agricultura), las epidemias (peste en el XVII, fiebre amarilla del XVIII,
sarampión, paludismo, disentería, etc) que suelen acompañar a las crisis de
subsistencias y que se acentúan con el crecimiento del tráfico marítimo, la
falta de higiene, la ausencia de medidas sanitarias adecuadas y que afectan
especialmente a las clases más populares. Para superar las consecuencias
derivadas de las crisis agrarias producidas por la sequía, langosta... era
necesario mejorar los transportes y, sobre todo, producir mayor cantidad de
alimentos; ésto último se logró introduciendo nuevos cultivos para conseguir
una mejor y más sana alimentación (papas y millo se trajeron de América, el
segundo se empieza a cultivar en las islas a principios del siglo XVII y las
papas a final de este siglo).
Las altas tasas de natalidad derivan de las altas
tasas de fecundidad. La mortalidad infantil llega a situarse en los valores 250-300 por mil. El crecimiento
vegetativo alto en épocas normales se amortigua con fuertes corrientes
migratorias, especialmente intensas en épocas de crisis (la emigración hacia
América fue limitada por la Corona, desde 1511 se necesitaba de autorización
real para realizarla, ante la amenaza de despoblación de las islas se prohibió
esta desde 1579, aunque la ilegal continuó
realizándose; a partir de 1750 se dispuso que por cada 100 toneladas de productos
canarios exportadas a Indias deberían ser acompañadas de cinco familias).
La evolución demográfica además no fue siempre
homogénea en todas las islas. Durante el siglo XVI las islas de realengo, más
ricas en tierras y agua, recibieron mayor cantidad de pobladores, el azucar
estimulaba, por su rentabilidad, el crecimiento de la población. En el siglo
XVII Tenerife tuvo un crecimiento grande, menor en Gran Canaria y La Palma.
Lanzarote, Fuerteventura, Gomera y El Hierro tuvieron una población prácticamente
constante, con escaso crecimiento por la pobreza de su economía (lo que
provocaba fuerte emigración en los malos años) y por la dureza del régimen
señorial (que originaba un flujo de población hacia las otras islas en las que
podían evadirse de él, o hacia el exterior).
INSTITUCIONES POLITICAS DURANTE EL ANTIGUO REGIMEN:
Se introducen en las islas normas e instituciones de
origen castellano que regulan la vida
política, económica y jurídica del archipiélago; existe una notable
indefinición de funciones siendo frecuentes los enfrentamientos
juridiscionales.
Los Consejos municipales o Cabildos: que para
algunos historiadores constituyen la unidad primaria de la Administración;
constituyen el máximo órgano de gobierno de cada isla y que se regulan por el
Fuero de Toledo (tanto en las islas de realengo como en las de señorío).
Constituían asambleas de notables, aunque en
determinadas circunstancias especiales también se escuchaban las opiniones de
los vecinos, que tomaban sus acuerdos por mayoría de votos de sus miembros en
las denominadas Sesiones Capitulares. Esto Concejos insulares estaban controlados
por las élites sociales que practicaban una fuerte endogamia política. Con la
implantación de los Diputados y Personeros del Común, bajo el reinado de Carlos
III, la burguesía (tanto agraria como comercial, se incorpora masivamente a la
vida política local y rivalizando abiertamente con la nobleza.
Estaban formados por doce Regidores, habitualmente
designados por la Corona. Bajo la presidencia del Gobernador, ejercían el
control político, económico y administrativo del Cabildo. También tenían otros
funcionarios con encargos específicos: mayordomos (administradores de los
bienes de propios de la propia institución -fundamentalmente tierras y aguas-),
escribanos, etc.
Los recursos económicos del Cabildo eran de dos
tipos:
Ordinarios: procedentes de los tributos ordinarios
como la mancebía, el haber del peso (gravámen sobre la compraventa de
determinados productos), arrendamientos de aguas, obtención de maderas por
particulares, etc.
Extraordinarios: a través de Repartimientos
(impuestos proporcionales sobre la riqueza de los particulares para hacer
frente a determinados gastos) y las Sisas (gravámen sobre algún producto que en
condiciones normales no tenía ningún impuesto).
A través de estos recursos los Cabildos financiaban
sus gastos e inversiones, en casos extraordinarios podían acudir a préstamos de
particulares, recaudaciones extraordinarias o solicitar una ayuda especial de
la Corona.
El Gobernador: nombrado por la Corona y bajo su
control directo. Se controlaba su eficacia mediante inspecciones realizadas por
un Juez comisionado al efecto a través de los Juicios de Residencia.
Entre sus funciones estaban la presidencia de las
reuniones de los Cabildos, la vigilancia del cumplimiento de las Ordenanzas y
la administración de justicia en la isla respectiva.
El antiguo Gobernador del siglo XVI fue sustituido
después por el Comandante General Militar (jefe militar, presidente nato de la
Audiencia y con extensos poderes civiles, judiciales y administrativos,
convirtiéndose en el representante del rey en las islas). La reforma borbónica
limitó sus funciones con la creación del Regente de la Audiencia y del
Intendente (esta última abolida en 1723 y asumiendo sus funciones de nuevo el
Comandante General).
Audiencia de Canarias: en las islas de señorío
administraban justicia el señor a través de los Alcaldes ordinarios que el
mismo nombraba; en las de realengo era el propio Gobernador.
En un principio las islas dependían de la Audiencia
de Granada como Tribunal Superior de Justicia, en diciembre de 1526 se creo en
Las Palmas la Audiencia de Canarias y cuya jurisdicción se extendió a todas las
islas.
En el siglo XVI se produce en las islas la
consolidación de las instituciones eclesiásticas. La Inquisición se establece
en Canarias, con sede en Las Palmas, en 1504; su actuación se orientó hacia el
control de judios conversos instalados en Canarias. Aunque era una institución
civil, puede ser relacionada con las religiosas atendiendo a la composición de
sus miembros y los fines que perseguía. A partir del siglo XVIII se
convirtió en una institución autosuficiente,
pasando a ser, en algunos aspectos, más un organismo preocupado por sus finanzas
que un aparato de control ideológico o social.
Sólo existía un obispado para las Islas y su poder
no sólo era moral sino que también tenía fuertes atribuciones en el terreno
judicial: causas criminales, decimales, beneficios parroquiales y
matrimoniales, etc.
ESTRUCTURACION SOCIAL:
La sociedad resultante de la conquista y
colonización del archipiélago manifestó una fuerte bipolarización: una clase
dominante terrateniente que controlaba los precios, los salarios y la producción
y que tenía en sus manos el poder político y económico de la sociedad y que estaban
en alianza con una burguesía comercial; frente a una clase media rural con
escaso poder económico y una mayoría de población que sólo alcanzaba a vivir al
límite de su propia subsistencia.
A lo largo del siglo XVII la sociedad canaria
comienza a adquirir sus perfiles definitivos y característicos, no sólo del
Antiguo Régimen, sino también de gran parte de la etapa contemporánea, y ello
sobre todo en lo que se refiere a las élites sociales.
El grupo nobiliario fundamentaba su preeminencia
socioeconómica y política en la propiedad de la tierra como fuente principal en
una sociedad agrícola y rural; en ella se reinvierten las ganancias y
beneficios de la comercialización de sus productos; aseguran su continuidad a
través de los mayorazgos; controlan el estamento militar y eclesiástico,
procuran diferenciarse del resto de los grupos sociales y practican una fuerte
endogamia.
No obstante cabe destacar que las élites sociales
canarias, a pesar de poseer un carácter eminentemente cerrado, están abiertas a
actividades no estrictamente nobiliarias, como el comercio, interesándose por
los mecanismos económicos y emprendiendo empresas financieras que salen del
campo propiamente rentista (conjugando, así, su carácter cerrado, su preeminencia
social y su vinculación al comercio).
La burguesía comercial, en gran medida es de origen
extranjero (especialmente de origen anglosajón); el comerciante isleño también
existe aunque su importancia cuantitativa es pequeña.
Cabe hacer la
diferenciación entre el comerciante hacendado (que simultanéa la actividad
comercial con la agrícola) y el comerciante que centra su actividad
exclusívamente en el comercio y en su actividad como banquero y prestamista.
Ambos practican la endogamia profesional que garantiza su continuidad. Sus
enfrentamientos con la nobleza insular fueron frecuentes por entrar, con
facilidad, en conflicto sus intereses.
Controlaban no sólo el comercio exterior de las
islas, sino también, a través de éste, gran parte de su economía. Su condición
social fue incrementándose por las sólidas ganancias de sus actividades.
Junto a su carácter foráneo hay otro factor de
diferenciación, suelen tener otra religión diferente a la católica, lo cual
dificulta su plena integración (aunque hace que se suscite hacia él una actitud
tolerante por este motivo por parte de los demás sectores insulares). Practican
un auxilio mútuo incluso a escala internacional.
La burguesía agraria fundamenta su poder en la
formación de las castas profesionales liberales (son las que pueden costear
unos estudios) y especialmente las de Leyes.
Invierten la mayor parte de los beneficios obtenidos
en ejercicio de sus profesiones en la compra de tierras, mostrando gran interés
por la acumulación de propiedades rústicas. En ella destaca un fuerte fervor
religioso y utilizan como fuente de ascenso social la carrera eclesiástica y el
matrimonio.
La actividad artesanal estaba reducida a trabajos de
carácter doméstico y de ámbito reducido, como actividad complementaria (de la
agricultura especialmente) y poco organizada (en las islas tuvieron poca
importancia los gremios).
Existían grupos marginales aunque socialmente se les
trataba de forma muy diversa, especialmente penosa cuando se generalizó la
terminología de vagos y maleantes).
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