martes, 3 de mayo de 2016

El mito de los «países catalanes»: el invento de un valenciano en 1962

Joan Fuster acuñó el término en su ensayo «Nosotros los valencianos» y el nacionalismo lo asumió en su ideario

D. MARTÍNEZ - @ABC_CValencianaValencia - 02/05/2016 a las 17:32:55h. - Act. a las 07:59:46h.
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«Reivindicamos el sujeto político de Países Catalanes». Lo dijo la portavoz de los antisistema de las CUP, Anna Gabriel, en la manifestación que recorrió el 23 de abril el centro de Valencia, convocada por los independentistas catalanes. El lema de las CUP y de Endavant (otra organización independentista) fue «Ni pactos ni renuncias. País Valenciano, Países Catalanes».
La expresión, en boga entre los independentistas catalanes en las últimas décadas, hace referencia desde un punto de vista geopolítico a una realidad ficticia según la cual Cataluña, la Comunidad Valenciana, las Islas Baleares, la franja este de Aragón, Andorra, el Rosellón francés, el Alguer italiano (en Cerdeña) y El Carche (en la esquina noreste de Murcia) deberían formar un país diferenciado e independiente. La excusa para armar esta entelequia es que, desde el punto de vista catalanista, en todos estos territorios se emplea el catalán como lengua vernácula.

Joan Fuster- ABC
La idea de los «países catalanes», sin embargo, no se alumbró en Cataluña, sino (paradójicamente) en la Comunidad Valenciana. Fue el escritor y ensayista valenciano Joan Fuster el primero en usar el término con una intencionalidad política, en su ensayo «Nosotros los valencianos», de 1962. Fue en ese volumen en el que Fuster acuñó la famosa sentencia de «llamarnos valencianos es nuestra forma de llamarnos catalanes», que está grabada a fuego en el ideario de aquellos que desde la Comunidad Valenciana defienden las tesis de los «países catalanes», como sucede en el caso de los consejeros de Compromís Vicent Marzà (Educación) o Manuel Alcaraz (Transparencia).

De la lengua a la política
Fuster, hijo del primer alcalde franquista de Sueca (Valencia), se convirtió así en el padre intelectual de los «países catalanes» como sujeto político, en palabras de Anna Gabriel. No obstante, la expresión ya se había empleado anteriormente desde un punto de vista meramente cultural. Y curiosamente, fue también un valenciano quien lo acuñó: el jurista Bienvenido Oliver, en su obra «Historia del Derecho en Cataluña, Mallorca y Valencia», editado en 1876.

Con los años, el nacionalismo catalán ha asumido la idea primigenia de los «países catalanes», articulada en torno a criterios lingüísticos que siguen siendo objeto de controversia (la unidad del valenciano y el catalán), hasta amoldarla a la existencia de una nación que coincidiría, aproximadamente, con las fronteras de la Corona de Aragón medieval. Una idea que en los años ochenta defendieron con las armas la extinta organización terrorista Terra Lliure, y con pancartas la organización juvenil Maulets, entre otras. Actualmente, la sostienen en sus idearios políticos partidos como las CUP y Esquerra Republicana, y se le da cobertura desde Valencia con la asociación Acció Cultural del País Valencià, fuertemente financiada por el Gobierno catalán.

La manifestación catalanista que recorrió Valencia el 23 de abril
La manifestación catalanista que recorrió Valencia el 23 de abril- ABC
En realidad, los «países catalanes» no han existido nunca fuera de la obra de Joan Fuster, cuya herencia intelectual ha recogido Acció Cultural, pese a que la estrategia de revisionismo histórico desplegada por el nacionalismo catalán (en ocasiones, incluso, desde las instancias oficiales) ha llegado a asegurar que «El rey Jaime I fundó los Países Catalanes», como sucede en el video explicativo que sobre el personaje histórico contiene la web de la Consejería de Cultura catalana.


LA MISMA HISTORIA EN TODA ESPAÑA
03/05/2016@13:17:42 GMT+1
 Luis María ANSON
Tras su victoria electoral en el año 2011, Mariano Rajoy anunció que todos los alumnos de enseñanza media estudiarían la misma Historia de España. Su decisión fue considerada como un acierto por los sectores responsables de la docencia y la política españolas. La unidad de España no es el mero enunciado de un artículo constitucional. Depende de una serie muy varia de factores y entre ellos la educación. Como ocurre en Francia, en Alemania, en Holanda, los estudiantes deben aprender la misma Historia nacional. No se puede dedicar media página a los reinados de Carlos I y Felipe II, una docena de líneas a la Transición y siete páginas a exponer los aciertos del presidente de la Comunidad que edita el libro. Por no entrar en la manipulación que hacen algunas Autonomías de los datos históricos para justificar secesiones que nada tiene que ver con la realidad.

El diario El Mundo titula con acierto periodístico que “Rajoy rectifica y devolverá a las Comunidades Autónomas el control en educación”. No vale la pena entrar en el debate pormenorizado de las competencias que corresponden a las Autonomías. Sí afirmar que el Rajoy del año 2012 tenía razón y que si se quiere contribuir a la unidad de España es necesario que los alumnos estudien una Historia de España común sin manipulaciones partidistas o secesionistas.

La política arriólica de todo vale y qué más da, no pasa nada, porque el tiempo arregla todas las cosas es una monumental sandez. La volatilidad educacional ha sido uno de los grandes errores cometidos por la democracia española y ha contribuido a tensionar algunos de los males de fondo que España está padeciendo.

Luis María ANSON

de la Real Academia Española

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