Joan
Fuster acuñó el término en su ensayo «Nosotros los valencianos» y el
nacionalismo lo asumió en su ideario
D.
MARTÍNEZ - @ABC_CValencianaValencia - 02/05/2016 a las 17:32:55h. - Act. a las
07:59:46h.
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«Reivindicamos
el sujeto político de Países Catalanes». Lo dijo la portavoz de los antisistema
de las CUP, Anna Gabriel, en la manifestación que recorrió el 23 de abril el
centro de Valencia, convocada por los independentistas catalanes. El lema de
las CUP y de Endavant (otra organización independentista) fue «Ni pactos ni
renuncias. País Valenciano, Países Catalanes».
La
expresión, en boga entre los independentistas catalanes en las últimas décadas,
hace referencia desde un punto de vista geopolítico a una realidad ficticia
según la cual Cataluña, la Comunidad Valenciana, las Islas Baleares, la franja
este de Aragón, Andorra, el Rosellón francés, el Alguer italiano (en Cerdeña) y
El Carche (en la esquina noreste de Murcia) deberían formar un país
diferenciado e independiente. La excusa para armar esta entelequia es que,
desde el punto de vista catalanista, en todos estos territorios se emplea el
catalán como lengua vernácula.
Joan
Fuster- ABC
La idea
de los «países catalanes», sin embargo, no se alumbró en Cataluña, sino
(paradójicamente) en la Comunidad Valenciana. Fue el escritor y ensayista
valenciano Joan Fuster el primero en usar el término con una intencionalidad
política, en su ensayo «Nosotros los valencianos», de 1962. Fue en ese volumen
en el que Fuster acuñó la famosa sentencia de «llamarnos valencianos es nuestra
forma de llamarnos catalanes», que está grabada a fuego en el ideario de
aquellos que desde la Comunidad Valenciana defienden las tesis de los «países
catalanes», como sucede en el caso de los consejeros de Compromís Vicent Marzà
(Educación) o Manuel Alcaraz (Transparencia).
De la
lengua a la política
Fuster,
hijo del primer alcalde franquista de Sueca (Valencia), se convirtió así en el
padre intelectual de los «países catalanes» como sujeto político, en palabras
de Anna Gabriel. No obstante, la expresión ya se había empleado anteriormente
desde un punto de vista meramente cultural. Y curiosamente, fue también un
valenciano quien lo acuñó: el jurista Bienvenido Oliver, en su obra «Historia
del Derecho en Cataluña, Mallorca y Valencia», editado en 1876.
Con los
años, el nacionalismo catalán ha asumido la idea primigenia de los «países
catalanes», articulada en torno a criterios lingüísticos que siguen siendo
objeto de controversia (la unidad del valenciano y el catalán), hasta amoldarla
a la existencia de una nación que coincidiría, aproximadamente, con las
fronteras de la Corona de Aragón medieval. Una idea que en los años ochenta
defendieron con las armas la extinta organización terrorista Terra Lliure, y
con pancartas la organización juvenil Maulets, entre otras. Actualmente, la
sostienen en sus idearios políticos partidos como las CUP y Esquerra
Republicana, y se le da cobertura desde Valencia con la asociación Acció
Cultural del País Valencià, fuertemente financiada por el Gobierno catalán.
La
manifestación catalanista que recorrió Valencia el 23 de abril
La
manifestación catalanista que recorrió Valencia el 23 de abril- ABC
En
realidad, los «países catalanes» no han existido nunca fuera de la obra de Joan
Fuster, cuya herencia intelectual ha recogido Acció Cultural, pese a que la
estrategia de revisionismo histórico desplegada por el nacionalismo catalán (en
ocasiones, incluso, desde las instancias oficiales) ha llegado a asegurar que
«El rey Jaime I fundó los Países Catalanes», como sucede en el video
explicativo que sobre el personaje histórico contiene la web de la Consejería
de Cultura catalana.
LA MISMA
HISTORIA EN TODA ESPAÑA
03/05/2016@13:17:42
GMT+1
Luis
María ANSON
Tras su
victoria electoral en el año 2011, Mariano Rajoy anunció que todos los alumnos
de enseñanza media estudiarían la misma Historia de España. Su decisión fue
considerada como un acierto por los sectores responsables de la docencia y la
política españolas. La unidad de España no es el mero enunciado de un artículo
constitucional. Depende de una serie muy varia de factores y entre ellos la
educación. Como ocurre en Francia, en Alemania, en Holanda, los estudiantes
deben aprender la misma Historia nacional. No se puede dedicar media página a
los reinados de Carlos I y Felipe II, una docena de líneas a la Transición y
siete páginas a exponer los aciertos del presidente de la Comunidad que edita
el libro. Por no entrar en la manipulación que hacen algunas Autonomías de los
datos históricos para justificar secesiones que nada tiene que ver con la
realidad.
El
diario El Mundo titula con acierto periodístico que “Rajoy rectifica y
devolverá a las Comunidades Autónomas el control en educación”. No vale la pena
entrar en el debate pormenorizado de las competencias que corresponden a las
Autonomías. Sí afirmar que el Rajoy del año 2012 tenía razón y que si se quiere
contribuir a la unidad de España es necesario que los alumnos estudien una
Historia de España común sin manipulaciones partidistas o secesionistas.
La
política arriólica de todo vale y qué más da, no pasa nada, porque el tiempo
arregla todas las cosas es una monumental sandez. La volatilidad educacional ha
sido uno de los grandes errores cometidos por la democracia española y ha
contribuido a tensionar algunos de los males de fondo que España está
padeciendo.
Luis
María ANSON
de la
Real Academia Española
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