Viernes 07 de julio de 2017, 13:28h
La entrevista de Mariano Rajoy con Pedro Sánchez ha tenido una clara conclusión: si el presidente del Gobierno persiste en su política a la defensiva de no hacer nada y esperar a que se pudra la situación en Cataluña, el secretario general del PSOE tomará la iniciativa. Asusta pensar lo que puede hacer Pedro Sánchez, incapaz de entender los matices y el alcance de un problema como el secesionismo catalán. Lógico, sin embargo, que quiera aprovecharse de la lenidad marianita y apuntarse un tanto ante la opinión pública.
El interés de España exige que los partidos constitucionalistas se pongan de acuerdo en asuntos de máxima gravedad como es el soberanismo catalán. Mariano Rajoy y Pedro Sánchez tienen la obligación de aparcar sus diferencias, enmascarar la inquina que se profesan y fijar sobre el órdago catalán acuerdos firmes y sin fisuras en lugar de aprovecharse de la cachaza de uno o de la incoherencia del otro para ganarse el favor de la opinión pública de cara a las elecciones. Sánchez no debe tomar ninguna iniciativa sino concordarla con Rajoy. El presidente no puede imponer su política en la crisis catalana sino negociarla con el secretario general del PSOE para actuar de común acuerdo.
Los vientos que soplan desde Cataluña se han hecho huracanados. Los despropósitos de Carlos Puigdemont, el pobre Arturo Mas y sus cómplices exigen respuesta contundente. Es absurdo, como ha subrayado Felipe González, que se niegue de entrada la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Si prosigue el avance de los secesionistas, tal vez no quede otro remedio constitucional que ponerlo en marcha.
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