domingo, 5 de noviembre de 2017

Federico Jiménez Losantos

Federico Jiménez Losantos

La estructura del golpe sigue intacta

Lo que ha pasado en España ha desembocado en la farsa de un pacto de quejicas: unos fingen en Madrid que están matando al golpismo y los golpistas en Barcelona fingen que los matan.

Durante una semana, los lacayos de Soraya y de Rajoy, que son los mismos y de lo mismo, han puesto de vuelta y media a los pocos que venimos pidiendo hace años la intervención del Estado, cuya dirección pertenece en buena parte al Gobierno, para frenar el golpe de Estado en Cataluña. Somos los mismos que hace tres años, tras el referéndum del 9 de Noviembre, nos declaramos traicionados por el Gobierno de Rajoy, que se negó a mandar a la cárcel a Artur Mas, usando todos los recursos legales a su alcance y utilizando su mayoría absoluta en el Congreso y Senado.

El manifiesto de Libres e Iguales en 2014

Recordaba Arcadi Espada la movilización de Libres e Iguales bajo el lema "Sí nos importa" en todas las capitales españolas, pidiendo la anulación del referéndum y la defensa de la nación y de la Constitución. Cuando se celebró y el Gobierno, que había asegurado que no se celebraría, dijo que no había habido referéndum porque no tenía valor legal, Libres e Iguales publicó una nota. Me complace tanto como me apena repetirla.
"Después del 9-N
El pasado sábado miles de ciudadanos convocados por Libres e Iguales en las grandes ciudades españolas exigieron del gobierno de España firmeza contra la iniciativa secesionista del gobierno de la Generalidad y la burla de la democracia que ha acabado consumándose ayer en Cataluña.
Por desgracia para la democracia y para el mantenimiento de los más elementales vínculos de confianza entre gobernantes y ciudadanos, el gobierno del presidente Rajoy ha observado pasivamente el desarrollo de los acontecimientos, olvidando culpablemente que su primera obligación es la de cumplir y hacer cumplir la Constitución.
El gobierno de la Generalidad no sólo ha organizado política y logísticamente la jornada sino que ha exhibido su compromiso con la ilegalidad de manera retadora. Se ha negado a acatar la sentencia inequívoca del Tribunal Constitucional y ha exhibido el sometimiento del Estado de Derecho como un triunfo político.
Esta agresión a la democracia no ha recibido la respuesta que merece. El Gobierno del presidente Rajoy no ha impedido el atropello a la legalidad en Cataluña. Su dejación ha debilitado gravemente al Estado y ha colocado a los ciudadanos en la indefensión jurídica y el desamparo político.
El incumplimiento de la ley y este desistimiento abren una crisis política de una envergadura desconocida desde la aprobación de la Constitución y un foso de profunda desafección ciudadana que, a juicio de Libres e Iguales, descalifica al Gobierno del presidente Rajoy para seguir cumpliendo su mandato constitucional."

Las consecuencias de tres años de inacción

Por supuesto, los lacayos de Soraya y de Mariano, aliados entonces con Podemos a través de La Sexta, nos pusieron verdes. Pues bien, lo que ha pasado en España estos tres años ha desembocado en la farsa de un pacto de quejicas: unos fingen en Madrid que están matando al golpismo y los golpistas en Barcelona fingen que los matan, a través de ese aparato de lloros y gemidos que va del Barça a TV3 y de La Sexta a… Antena 3.
En ésta última, criatura de Rajoy y Soraya, para honra y provecho de Planeta y sus directivos, se ha dado un paso importante en el alineamiento mediático del PP con el golpismo a través de la reforma desconstitucional. En lo que legalmente sigue siendo una concesión gubernamental para un servicio público, que ese es el estatus de la televisión llamada privada, El Follonero aprovechó el prime time de El Hormiguero, cuyo presentador Pablo Motos fue un día compañero de baile de Soraya, para atacar a la juez Lamela y ciscarse en el régimen constitucional español durante una hora. Esos sí que son medios responsables, no los que criticamos a Rajoy.
Viendo el estado de los medios audiovisuales en Cataluña, rendidos al golpe, y el de los del resto de lo que quiere seguir siendo, no sabe cómo, España, entregados a la desconstitución de la nación, cabría pedir a este Gobierno que al final ha convocado las elecciones de la impunidad que pactó con Puigdemont, que no presuma de que defiende la Ley y la Nación. Nos ha traicionado como hace tres años, mantiene íntegra la estructura del golpe y tras dejar en manos del PSOE la convocatoria electoral a cambio de no aplicar el 155, va a dejar en manos de Podemos y el PSC una reforma de la Constitución que sólo puede ser, viniendo de Pablo Iglesias y del partido traidor a España por antonomasia, una puñalada a la soberanía nacional.

Seguimos insistiendo: no bastan las urnas

Sin embargo, las encuestas sobre intención de voto en Cataluña están llenando de perplejidad a los devotos del pensamiento mágico de Rajoy, ese Houdini abúlico que escapa de las situaciones más difíciles metiéndose en otras más complicadas. Excluyo de la cofradía de los perplejos a los agradaores del Poder, en especial a uno que empezó diciendo en el Avui que "hablar español es de pobres" y ahora es opinaet preopinat en ABC y la COPE. En el diario duda si es separatista o no, y me recuerda el número de los tres ratas de Arniches. En la radio aún no ha explicado, al menos en directo, la diferencia de olor vaginal entre jóvenes y maduras, como en Telemadrid, pero igual que entonces le grabaron sin saberlo, un día se abre el micro y habemus ictus masivo en la Aquiescencia Episcopal, que, por cierto, tras doblar vilmente la cerviz ante el Prusés, ahora celebra el 155… poco. Lo siento por los católicos decentes. Desde que redujeron la Cruz a la crucecita de Hacienda, ni Cruz ni crucecita. Así que el opinaet está muy bien allí: del coro al caño, y ojo a las vocales.
Sin embargo, el rebaño opinat debe aclararse al aplaudir a su pastor. Rajoy dijo sobre el 155: "No nos obliguen a hacer lo que no queremos hacer". Al proclamarse la república que no se iba a proclamar tras el referéndum ilegal que no se iba a celebrar, dijo: aplicaré el 155 hasta que haya condiciones para nuevas elecciones, "al menos seis meses". Entonces iba a intervenir TV3 y otros medios golpistas y castigar a los centros que educan los niños en el odio a España. De pronto, anunció elecciones en 55 días sin tocar TV3. ¿A qué Rajoy de los tres aplauden? ¿A los tres?
Las urnas sirven para cambiar pacíficamente de Gobierno, no para abortar un golpe de Estado que es parte de un cambio de régimen en toda España. De las urnas, con los mismos partidos y medios audiovisuales, en seis semanas saldrá casi lo mismo que nos ha llevado al Golpe y a un 155 limitado a convocar elecciones. Había y hay que desnazificar, no conservar intacta la dictadura. Hace años que tuvo que aplicarse el 155, pero entonces Rajoy acertaba. Ahora tampoco se aplica, pero acierta. Cuando gane ERC y haya otro Tripartito habremos "vuelto a la normalidad", y habrá acertado. Los agradaores se romperán las manos –nunca los bolsillos- aplaudiendo.

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