domingo, 4 de marzo de 2018

LOS SECESIONISTAS, CADA DÍA MÁS PREOCUPADOS POR LOS ÉXITOS DE TABARNIA

Domingo 04 de marzo de 201818:56h
Tabarnia significa pagar a los secesionistas catalanes con su misma moneda. Afirman el expresidente felón Carlos Puigdemont, el evanescente Oriol Junqueras, la taimada Carmen Forcadell y el pobre Arturo Mas, que los catalanes tienen el derecho a decidir separarse de España, sin mayoría cualificada ni otras cautelas, después de quinientos años de Historia unida. Albert Boadella y sus seguidores aseguran que entonces Barcelona y Tarragona tienen también el mismo derecho a decidir secesionarse de Cataluña y permanecer dentro de España.
Jordi Pujol, uno de los políticos más lucidos y sagaces que ha dado la política europea del último medio siglo, potenció en la ley electoral catalana el número de diputados en Lérida y en Gerona. Sabía muy bien lo que hacía. Conforme a los resultados en todas las últimas elecciones, los secesionistas perdían en votos pero ganaban en escaños, según la previsión de Jordi Pujol. El inteligente Albert Boadella le ha dado la vuelta a la jugada pujolista y ha planteado la secesión de Barcelona y Tarragona de la Autonomía catalana. En las dos ciudades y sus provincias ha triunfado el constitucionalismo.
Según los organizadores del acto, más de doscientos mil catalanes han acudido a la convocatoria de Tabarnia en la manifestación dominical, con apoteosis de banderas españolas y catalanas, unidos todos en la fraternidad de la patria común. A los líderes secesionistas no les llega la camisa al cuello. Desprestigiados en proporción considerable por sus reyertas internas, mientras Cataluña retrocede económicamente y sus empresas se fugan en incesante caravana, los éxitos de Tabarnia acentúan la preocupación del secesionismo. Cataluña quedaría definitivamente fragilizada si se escindieran Barcelona y Tarragona. Una independencia catalana solo con Lérida y Gerona provocaría la gran carcajada nacional e internacional.
Un diez, por consiguiente, para Albert Boadella. Lo que no ha sido capaz de hacer el político Mariano Rajoy lo ha hecho el intelectual Boadella, que ha sabido clavar sobre el lomo del toro secesionista un par de banderillas al cuarteo desenmascarando al marrajo, es decir, al presidente trilero Carlos Puigdemont, a la cobarde Anna Gabriel y al pobre Arturo Mas. No se puede dejar de subrayar hoy, en fin, el éxito de la manifestación dominical de Tabarnia, a pesar de la lluvia y del frío

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