martes, 6 de mayo de 2014

Régimen de Franco

La España de la posguerra, 1939-1959: aspectos sociales, políticos y económicos.

El Régimen de Franco duró 40 años, a pesar de los muchos cambios internos y del contexto internacional, porque fue capaz de adaptarse a las circunstancias de cada momento. Las familias ideológicas del Régimen y las bases sociales que lo sustentaron también fueron cambiando, lo único inmutable fue la voluntad del “Caudillo” de mantenerse en el poder hasta su muerte.

El Régimen se definió por su rechazo al laicismo, a la democracia multipartidista y a la descentralización de Estado y por su defensa de la confesionalidad católica del mismo, la constitución de un poder nacionalista fuerte y centralizado y la imposición de un orden social rígido.
Inicialmente fueron los falangistas quienes ocuparon los puestos decisorios, con el término de la II Guerra Mundial y la apertura al exterior del Régimen, fueron progresivamente sustituidos por los Propagandistas y los tecnócratas.
El Régimen contó con el apoyo de los sectores sociales identificados con la defensa de los valores mas tradicionales (autoridad, restablecimiento del orden público, defensa de la familia, de la propiedad privada y de la religión, eliminación de la conflictividad laboral, etc).
Incluían a pequeños y medianos propietarios del ámbito rural, clases medias de pequeñas y medianas ciudades, pequeños y medianos empresarios, oligarquía agraria e industrial, ejército y clero,
El Estado se declaró oficialmente católico, aunque algunos sectores del mundo católico empezaron a desmarcarse del Régimen, sobre todo a partir del Concilio Vaticano II (1962-1965).

La organización política del nuevo Estado:
Franco pretendió crear un nuevo Estado cuya configuración concreta estaba inicialmente por definir. Para evitar el rechazo exterior, se definió como “Democracia Orgánica” y desde 1943 se proscribió el uso del término “fascista”.
Sucesivamente se promulgaron un conjunto de “Leyes Fundamentales”, equivalentes a una Constitución; pretendían dar al franquismo una imagen de Estado democrático (una fachada jurídica que ocultara la verdadera naturaleza del Régimen).
Se estableció una Organización Sindical única, fiscalizada por el Estado a través del Movimiento Nacional (único partido existente); en estos sindicatos quedaron encuadrados empresarios, técnicos y obreros, agrupados en sectores de producción (sindicatos verticales): integraban en el mismo a patrones y obreros de un mismo sector productivo.
Se definió a España como una “Monarquía católica, social y representativa” cuya Jefatura del Estado recaía, con carácter vitalicio, sobre Franco, quien se atribuía además la prerrogativa de nombrar a su sucesor.

Política internacional:
Franco mantuvo conversaciones directas con Hitler (1940) y Mussolini (1941) sobre la participación de España en la II Guerra Mundial en apoyo de las potencias del Eje.
La situación de la España de posguerra y las condiciones exigidas por Franco a cambio de su participación, suponían para las fuerzas del Eje más inconvenientes que ventajas y por ello decidieron dejar a España al margen del conflicto.
La aportación española se redujo a unidades militares de voluntarios (División Azul y Escuadrilla Azul) que combatieron contra el comunismo en el frente ruso bajo el mando del ejército Alemán.
A partir de 1943, Franco empezó a distanciarse de las potencias del Eje buscando un acercamiento hacia los previsibles vencedores, aunque no le sirvió de mucho.
Finalizada la Guerra, las potencias aliadas condenaron políticamente al franquismo y lo sometieron a un asilamiento internacional (Resolución de la ONU de 1946).
Solo contó con el apoyo oficial de dos regímenes totalitarios (Portugal y Argentina), aunque en realidad había más países que no estaban dispuestos al hundimiento del Régimen, aunque oficialmente suscribieran la condena de la ONU (EE.UU y Gran Bretaña, principalmente).
Terminada la II Guerra Mundial, la lucha contra los regímenes “fascistas” fue sustituida por la guerra contra el expansionismo comunista (extendido por toda la Europa del Este y dirigido por Rusia).
El carácter anticomunista del Régimen de Franco y el valor geoestratégico y militar de la Península Ibérica hizo que la ONU revocase la Resolución de Bloqueo contra España, retornando los embajadores a Madrid.
El mayor éxito diplomático del franquismo se produjo en 1953: Se firmó el Concordato con el Vaticano (con concesiones de todo tipo a la Iglesia a cambio de su apoyo al Régimen) y la firma del Tratado bilateral con Estados Unidos (bases militares de utilización conjunta en territorio español a cambio de una dudosa ayuda económica de EE.UU). Todo un triunfo para el principal objetivo del Régimen: su reconocimiento y aceptación internacional. En 1955 España fue admitida como miembro en la ONU.
A partir de este momento, España fue integrándose paulatinamente en las Organizaciones internacionales (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Organización Europea de Cooperación Económica, etc.)

La Política Económica:
La política económica española de los años cuarenta y cincuenta estuvo condicionada por la situación interior y exterior:
Una larga Guerra Civil dejó una nación en ruinas. El estallido de la II Guerra Mundial privó a España de abastecerse de sus necesidades en el exterior. El bloqueo internacional, al que fue sometida, prolongó su situación de asilamiento económico.

Esta primera etapa se caracterizó por la autarquía ante la necesidad de autoabastecerse, el afán de autosuficiencia de los dirigentes del Régimen y su optimismo ingenuo respecto a la realidad económica:
*.- Creció la producción industrial.
*.- La producción agraria resultó insuficiente para alimentar a la población (necesidad del racionamiento hasta 1952).
*.- La renta per cápita no logró superar los valores anteriores a la Guerra Civil hasta los años cincuenta.
La escasez y el racionamiento de ciertos productos hizo aflorar un mercado negro.
Finalizado el aislamiento internacional la economía española fue abriéndose progresivamente al exterior pero:
*.- Las importaciones aumentaron a un ritmo muy superior al de las exportaciones y el déficit comercial fue disminuyendo las reservas de divisas, que estuvieron a punto de agotarse al final de la década. Resultaba inaplazable un reajuste de la economía si no se quería llegar al colapso total de ésta.

Fallido intento de Restauración Monárquica:
El giro a favor de los aliados en la II Guerra Mundial, hizo pensar a don Juan de Borbón (hijo de Alfonso XIII) que se acercaba el final del Franquismo con el apoyo de los conservadores europeos (especialmente los británicos).
Juan de Borbón pretendía recuperar el Trono de su padre Alfonso XIII, primero se ofreció a colaborar con Franco, después trató de presionarle y, por último, acabó en una ambigua oposición al mismo.
 En 1943 un grupo de procuradores en Cortes y otro de Tenientes Generales solicitaron a Franco el restablecimiento de la Monarquía, la propuesta fue rechazada.
En 1945, don Juan hizo público el “Manifiesto de Lausana” en el que pedía a Franco su dimisión y la restauración de la monarquía.
En 1948 se entrevistó personalmente con Franco en el Azor y don Juan dio su consentimiento para que su hijo, el Príncipe Juan Carlos, realizase sus estudios en España bajo la tutela de Franco.

Control de la Oposición al Régimen;
La acción de resistencia guerrillera desechada desde 1948. La represión de las huelgas obreras evitó la acción de la oposición al Régimen. Las huelgas Universitarias de 1956 se abortaron con el cierre de la Universidad de Madrid y la declaración del Estado de excepción.
Sólo el Partido Comunista inició una labor de reorganización interior lo que le dio un protagonismo en la oposición clandestina al Régimen de Franco. A partir de la década de los 60 la oposición al franquismo adquirió consistencia y eficacia.


La dictadura franquista entre 1959-1975: aspectos sociales, políticos y  económicos.
En 1957 dos ministros “tecnócratas” (Economía y Comercio) iniciaron medidas de liberalización económica: congelación salarial, reducción de créditos (especialmente los especulativos) y una Reforma fiscal que redujese el déficit público. La supresión del sistema de cambios múltiples en el comercio exterior facilitó el ingreso de España en el FMI. El proceso inflacionario, sin embargo,  planteó la necesidad de un plan de estabilización económica (1959).

Sus fines: un desarrollo económico equilibrado en el interior y una mayor integración de la economía española en la de los países desarrollados.
Para conseguirlo: reducir la inflación, flexibilizar y liberalizar las relaciones económicas con el exterior, frenar la demanda, estabilizar los precios y reducir las importaciones.

Se adoptaron medidas como: la devaluación de la peseta, la supresión de controles de la economía por el Estado, limitación del gasto público y de los créditos al sector privado, la no pignorabilidad de los Títulos de la Deuda Pública (causa de inflación) y una mayor flexibilidad en los tipos de interés; la  fijación de un nuevo tipo de cambio de la peseta (60 pesetas/dólar) y la liberalización de las importaciones de capital para favorecer la inversión extranjera.
Los resultados inmediatos fueron traumáticos: disminución de los salarios reales, quiebra de las empresas no rentables, aumento del paro, etc. Era el precio inevitable para sacar a la economía española de la situación  a la que le había conducido la autarquía económica.

Los Planes de Desarrollo.
Una vez conseguidos estos objetivos de estabilización, la economía española estaba todavía muy por debajo de la media de los países europeos. Los sucesivos Planes de Desarrollo pretendieron un desarrollo acelerado basado en la coincidencia de objetivos entre el Estado y las empresas privadas: las empresas, si aceptaban las condiciones establecidas por el Gobierno, tendrían ventajas fiscales, financieras y laborales.

Los Polos de Desarrollo: para alcanzar un desarrollo equilibrado y distribuir las fuentes de riqueza (industrias y servicios) por todo el país, se eligieron ciertas zonas atrasadas, pero con grandes posibilidades económicas, y se concedieron importantes ayudas y ventajas a las empresas que se establecieran en ellas. Entre 1964 y 1972 se crearon doce polos de desarrollo: La Coruña, Vigo, Villagarcía de Arosa, Oviedo, Logroño, Zaragoza, Burgos, Valladolid, Huelva, Córdoba, Sevilla y Granadas.

Efectos: la economía española experimentó entre 1960 y 1973 un crecimiento acelerado:
*.- La renta per cápita se duplicó entre 1960 y 1970
*.- Se modernizaron los sectores económicos, sobre todo por las nuevas tecnologías.
*.- El sector mas desarrollado, el secundario (industria química, metal y automóviles; dentro del sector terciario creció el turístico con en incremento del turismo extranjero.
*.- La agricultura mejoró sus rendimientos y su productividad por la introducción de nuevas técnicas, maquinaria y fertilizantes.
Tres aspectos negativos:
*.- Aparecieron grandes desequilibrios regionales entre las viejas y nuevas zonas industriales frente a territorios despoblados y atrasados económicamente.
*.- El modelo de crecimiento económico acelerado, fundamentado en la mecanización, condujo a una fuerte emigración exterior de la creciente población activa de España.
*.- La Balanza comercial fue deficitaria: más de la mitad de las importaciones eran productos caros pero necesarios (petróleo, materias primas industriales y maquinaria).

El déficit se compensó con tres fuentes de ingresos principales: la inversión de capitales extranjeros en España, la recepción de divisas de los emigrantes españoles y la entrada de divisas del turismo extranjero. Su inconveniente: establecimiento de una dependencia económica del exterior.

La política económica de finales del franquismo (1973-1975):
No se tomaron las medidas necesarias ante la creencia de que la crisis económica mundial (1973) era transitoria (crisis energética, guerra del petróleo), se confiaba en las abundantes reservas de divisas y se consideró que la adopción de medidas incrementarían el paro en momentos críticos ara la continuidad del Régimen político. La dependencia energética y tecnológica exterior, el elevado endeudamiento exterior de la empresa española, el encarecimiento del dinero, la ineficacia de la empresa pública (INI) y la rigidez institucional agravaron la situación económica.
Un Régimen débil y acorralado por la oposición fue incapaz de adoptar las medidas necesarias,  ahondando los efectos de la crisis hasta las medidas acordadas en los Pactos de la Moncloa (1977) ya en la Transición.

La transición sociológica y los cambios políticos:
A partir de los 60 se produjo un profundo cambio social. De una sociedad predominantemente rural y agrícola se pasó a una sociedad industrial y urbana en la que predominaron las clases medias (constituidas fundamentalmente por empleados del sector servicios y del funcionariado) de las que surgió la oposición radical al Régimen, en sus hijos emergieron las nuevas actitudes contestatarias de una sociedad “conservadora”.
El difícil acceso de la mujer al trabajo en los años 60 y 70 fue un elemento ralentizó este cambio.
Después de la postración económica de los primeros años del franquismo (desempleo, racionamiento, hambre) y los reajustes provocados por el Plan de Estabilización de 1959 (paro y emigración al extranjero), la población obrera experimento también mejoras salariales y de sus niveles de vida.
Hubo, sin embargo, marcadas diferencias entre las zonas modernizadas e industriales respecto a otras agrícolas, atrasadas y deprimidas económicamente por el éxodo rural masivo que padecieron desde los años 50.
Un avance social importante fue la sustitución del viejo sistema de Asistencia Social por el del Seguridad Social Global y Universal.
El incremento de la Renta per cápita y de los salarios (aunque relativamente bajos) dio origen a una incipiente sociedad de consumo. El cambio de mentalidades, derivadas del desarrollo económico y de las transformaciones sociales, hizo emerger una sociedad muy diferente a la de los años 50 y principios de los 60.

Ante estos cambios se tomaron algunas tímidas medidas de liberalización política:
Ley de Prensa e imprenta, 1969, que eliminó la censura previa aunque no garantizaba la libertad de expresión;
Ley de libertad religiosa, 1967, que reconoció la igualdad de todas confesiones religiosas.
La definitiva institucionalización del Régimen, iniciada en 1938, se produjo con la promulgación de la Ley Orgánica del Estado (1987). Procuraba una apariencia de Estado de Derecho sin modificar la esencia autoritaria del Régimen.

En 1969 Franco nombró a don Juan Carlos como su sucesor, a título de Rey. En la mente de franco no se restauraba la monarquía tradicional sino una monarquía continuadora de su propio Régimen (por lo que Juan Carlos tuvo que jurar fidelidad a las Leyes Fundamentales del mismo).

La oposición al Régimen:
A partir de 1956, el PCE en el exilio planteó la necesidad de una política de reconciliación nacional. En 1959, de un grupo disidente del PNV, surgió ETA, autodefinido en 1968 como Movimiento Revolucionario Vasco de Liberación Nacional. Su primer atentado mortal, el 2 de agosto de 1968. En el País Vasco, 339 sacerdotes firmaron el 30 de mayo de 1960 un documento en el que reclamaban libertades y protestaban contra la represión.
También se produjo una reorganización progresiva del nacionalismo catalán.
Al Contubernio de Munich, 1962, (así llamado por la prensa oficial), convocado por Salvador de Madariaga (Presidente de la Internacional liberal y exiliado) asistieron 80 figuras significativas de la oposición interior al Régimen y 38 del exilio (demócrata-cristianos, socialdemócratas, socialistas y nacionalistas vascos y catalanes, quedando excluidos los comunistas). Reivindicaron el ingreso de España en los organismos europeos  y una legitimidad democrática.
En el desarrollo sindical tuvieron un importante papel las organizaciones obreras cristianas (JOC y HOAC) base de la futura Unión Sindical Obrera (USO). En este mismo ambiente nacieron también las CC.OO. (que pronto fueron infiltradas por el PCE) y que el 27 de enero de 1967 organizaron la mayor manifestación de trabajadores desde 1939.
A las huelgas obreras se sumaron el movimiento universitario y los movimientos de renovación eclesial. En 1963 el Abad de Montserrat condenó abiertamente el Régimen de Franco en Le Monde y tuvo que marchar a Milán. El 9 de marzo de 1966 se reunió en el convento de capuchinos de Barcelona la Asamblea Constituyente del Sindicato Democrático de Estudiantes, en oposición al SEU de inspiración falangista.
La represión del Régimen se intensificó, fueron detenidos varios dirigentes anarquistas y comunistas (Julián Grimau ejecutado el 20 de abril de 1963).
 En 1965 Aranguren, Tierno Galván y García Calvo fueron separados de sus cátedras de la Universidad de Madrid por su oposición al Régimen. El mayo de 1968 francés tuvo una enorme repercusión en el movimiento estudiantil español que se mantuvo activo hasta el la muerte de Franco en 1975.

Declive  final del Régimen. 1969-1975.
Carrero Blanco se hizo cargo de la Presidencia del Gobierno en octubre de 1969. Un nuevo Gobierno firmó un acuerdo comercial con la CEE, estableció relaciones diplomáticas con China y la RDA y puso en marcha la Ley Villar Palasí de Educación.
Fue creciendo el malestar laboral entre 1970 y 1974. Los numerosos atentados y secuestros de ETA, especialmente en los años 1972 y 1973, trajo como consecuencia el endurecimiento en la aplicación de la Ley de Orden Público (1971).
El intento aperturista del Régimen en 1973 (separación de la Jefatura del Estado y del Gobierno) provocó la reacción ultraconservadora, un cambio de Gobierno y el asesinato de Carrero Blanco en un atentado de ETA.
Se inició la agonía definitiva del franquismo de la mano del Presidente de Gobierno Carlos Arias Navarro (franquista puro).
En julio de 1974 (enfermo Franco) se constituyó en París la Junta Democrática, integrada por el PCE, políticos vinculados a don Juan (Calvo Serer y García Trevijano) e independientes a los que luego se sumaron los socialistas de Tierno Galván, los carlistas de Carlos Hugo, Comisiones Obreras, el Partido del Trabajo. Su manifiesto reclamó la ruptura democrática y un proceso constituyente.
Socialistas, cristianodemócratas, liberales y socialdemócratas formaron en julio de 1975 otro organismo unitario al margen de la Junta, la Plataforma de Convergencia Democrática. Ésta consideró como única salida la monarquía desligada del movimiento.
Ni una ni otra aceptaron la colaboración en la política de Arias Navarro.

Por otra parte, personas vinculadas al Régimen (Fraga, Fernández Ordoñez, Pío Cabanillas) o que lo habían estado (Areilza) reclamaron una reforma constitucional y la creación de un congreso elegido por sufragio universal.
El Estatuto de Asociaciones de diciembre de 1974 fue valorado por la oposición como ejemplo de la imposibilidad de una reforma desde dentro del Régimen.

La situación laboral se deterioraba, el malestar laboral se hacía mayor, el terrorismo intensificó sus acciones, el 27 de septiembre de 1975 se ejecutaron a 3 miembros del FRAP y 2 de ETA, una oleada de protestas internacionales y el asalto a la embajada en Lisboa junto a la retirada de embajadores por parte de 13 países, Hasan II aprovechó la coyuntura para iniciar la Marcha Verde.
El 20 de noviembre de 1975 moría Franco y se demostró que “con la muerte de Franco había muerto el franquismo”.




TEXTO 8: LA RESOLUCIÓN DE LA ONU SOBRE RELACIONES CON ESPAÑA
A) Por su origen, naturaleza, estructura y comportamiento general, el régimen de Franco es un régimen fascista, organizado e implantado en gran parte merced a la ayuda de la Alemania nazi y de la Italia fascista de Mussolini.
B) Durante la larga lucha de las Naciones Unidas contra Hitler y Mussolini, Franco prestó una ayuda muy considerable a las potencias enemigas, a pesar de las continuas protestas de los aliados. [...]
La Asamblea General, convencida de que el Gobierno fascista de Franco en España [...] no representa al pueblo español [...], recomienda que se prohíba al Gobierno de Franco pertenecer a los organismos internacionales creados por las Naciones Unidas, o relacionados con ellas, y participar en conferencias y otras actividades que puedan concertar las Naciones Unidas, o dichos organismos, hasta que se forme en España un gobierno nuevo y adecuado.
Además [...], recomienda que, si dentro de un plazo razonable, no se establece en España un gobierno cuya autoridad proceda de sus gobernados y que se comprometa a respetar la libertad de expresión, de religión y de reunión, y a celebrar cuanto antes elecciones en las que el pueblo español pueda expresar su voluntad, libre de coacción y de intimidación, y de coacción de partido, el Consejo de Seguridad estudie las medidas para remediar tal situación.
Asimismo, la Asamblea recomienda que todos los Estados miembros de las Naciones Unidas retiren inmediatamente los embajadores y ministros plenipotenciarios que tienen acreditados en Madrid. [...]
Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Nueva York, 12 de diciembre de 1946.


La ONU, según su Carta fundacional, pretende “la paz y la seguridad internacional”, “instaurar un nuevo orden mundial, cooperar en la solución de los problemas políticos, sociales, económicos y culturales de la humanidad y establecer un orden jurídico internacional”. Su Consejo de Seguridad tiene competencia para adoptar “Resoluciones” de obligado cumplimiento para sus Estados miembros.

La ONU, creada al finalizar la II Guerra Mundial, sustituyó a la Sociedad de Naciones.
El 1 de abril de 1939 finalizó la Guerra Civil española.
El 31 de agosto de ese mismo año Alemania cruzó la frontera polaca y comenzó la II Guerra Mundial. Durante la Guerra España permaneció neutral hasta junio de 1940, no beligerante después: suministrando a Alemania materias primas y la División Azul (unos 47.000 voluntarios oficialmente falangistas que invadieron con los nazis la Unión Soviética).
Después de la entrevista de Hitler y Franco en Hendaya, se firmó un protocolo en noviembre de 1940 en el que se acordó la entrada de España en la guerra a cambio de la recuperación de Gibraltar y de territorios en el África francesa, finalmente España no intervino en el conflicto.
Al entrar EE.UU. en la guerra (1942) Franco volvió a adoptar una postura neutral.
En 1945 finalizó la Segunda Guerra Mundial con el triunfo de las potencias aliadas sobre las potencias del Eje.
El Régimen de Franco padeció una etapa de aislamiento internacional:
Condenado su Régimen, por una Resolución de Naciones Unidas de 1946, sufrió un bloqueo diplomático y económico. Franco tildó esta actitud de “antiespañola” y respondió el 9 de diciembre de 1946 con una masiva concentración en la plaza de Oriente de Madrid de apoyo al régimen.
La “Guerra Fría” y el anticomunismo hicieron que los Estados Unidos se aproximasen a la España franquista (1950) llegándose a establecer Acuerdos bilaterales consolidadazos a partir de 1953.
Durante la Guerra de Corea (1950) la ONU levantó su condena al Régimen autoritario de Franco. El interés de EEUU por la posición geoestratégica de España desembocó en la firma de un acuerdo de ayuda económica y cooperación militar en 1953.
También la Santa Sede firmó ese mismo año el concordato. Finalmente la apertura se cierra con la admisión de España en la ONU en 1955 y otras organizaciones internacionales.
 Sin embargo, el aislamiento internacional de España se mantuvo: no fue admitida ni en la Organización Militar del Atlántico Norte (OTAN ,1949), ni en la Comunidad Económica Europea (CEE, 1957), aunque si fue admitida en la ONU en 1955.

 

Contenido:

Naciones Unidas ya condenó al régimen de Franco y decidió que, mientras continuara su régimen, España no podría ser admitida en la ONU. El 9 de febrero exigió a sus miembros que actuaran consecuentemente a esta condena que era contra Franco y no contra el pueblo español a quienes los miembros de la ONU daban “seguridades de su simpatía constante” y le postraban su deseo de “una acogida cordial cuando las circunstancias permitan el que sea admitido”.
El Subcomité del Consejo de Seguridad , en mayo y junio de 1946, concluyo:
*.- Que “en origen, naturaleza, estructura y conducta general, el régimen de Franco es un régimen de carácter fascista, establecido en gran parte gracias a la ayuda recibida de la Alemania nazi de Hítler y de la Italia fascista de Mussolini”.
*.- Que “Franco, a pesar de las continuas protestas de los Aliados, prestó ayuda considerable a las potencias enemigas”:
*.- de 1941 a 1945 con la División Azul y la Escuadrilla Aérea Salvador, pelearon en el frente oriental contra la Rusia soviética.
*.- en el verano de 1940, España se apoderó de Tánger en violación del estatuto internacional, y, debido a que España mantenía un importante ejército en el Marruecos español, gran cantidad de tropas aliadas quedaron inmovilizada en el África del Norte;
*.- Franco fue cómplice de la lucha de Hítler y Mussolini contra los pueblos integrados en Naciones Unidas.
Por ello la Asamblea General considera que:
El Gobierno fascista de Franco:
*.- Fue impuesto por la fuerza.
*.- No representa al pueblo español.
*.- Y hace imposible la integración de España en Naciones Unidas.
Por ello recomienda:
*.- Que se excluya a este Gobierno de todos los organismos internacionales de Naciones Unidas o relacionados con ellas hasta que “se instaure en España un gobierno nuevo y aceptable”.
*.- Que si dentro de un tiempo razonable, no se establece en España un Gobierno
*.- cuya autoridad surja de la voluntad de los españoles.
*.- respete la libertad de expresión, de culto y de reunión,
*.- y efectúe elecciones, libres de intimidación y violencia, en las que el pueblo español pueda expresar su voluntad.
*.- Se adopten las medidas convenientes para resolver esta situación.
*.- La Asamblea General recomienda asimismo que los Estados Miembros de las Naciones Unidas informen al Secretario General, en la próxima sesión de la Asamblea, qué medidas han tomado de acuerdo con esta recomendación.
Quincuagésima nona reunión plenaria, 12 de diciembre de 1946.

Consecuencias: Autarquía económica y aislamiento internacional

El texto se refiere a una Resolución aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas en su Sesión Plenaria de 12 de diciembre de 1946.

Esta misma Asamblea, en una Sesión Plenaria anterior (9 de febrero de ese mismo año) recordó como en su Carta fundacional, la ONU estableció que quedarían excluidos de la misma “los estados, cuyos regímenes se hubieran instalado con el apoyo de las fuerzas armadas de países que lucharon contra las Naciones Unidas, durante el tiempo en que los mismos permanezcan en el poder."

Recordó también como “en la Conferencia de Potsdam los gobiernos del Reino Unido, de los Estados Unidos de América y de la Unión Soviética declararon que no respaldarían la solicitud de admisión a las Naciones Unidas del gobierno español "el cual se fundó con el apoyo de las potencias del Eje y no posee, considerando sus orígenes, su naturaleza, su historial y su íntima asociación con los estados agresores, las condiciones necesarias para su admisión.".

Por la Asamblea General, al aprobar estas dos declaraciones, recomiendó a los miembros de las Naciones Unidas su deber de actuar, en sus relaciones futuras con España, de acuerdo con la letra y el espíritu de las mismas.(Vigésimo primera sesión plenaria, 9 de febrero de 1946)

En consecuencia con lo anterior, el 12 de diciembre de 1946, la misma Asamblea de Naciones Unidas, mediante Resolución, señaló lo siguiente:

Los Estados miembros de Naciones Unidas, en San Francisco, Potsdam y Londres condenaron el régimen de Franco en España y decidieron que, en tanto éste permaneciera en el poder, España no podría ser admitida en las Naciones Unidas.

La Asamblea General de Naciones Unidas, el 9 de febrero de 1946, recomendó a sus miembros “que actuaran de acuerdo con el espíritu y la letra de las declaraciones de San Francisco y de Potsdam”.

Y que a pesar de esto “los pueblos de las Naciones Unidas garantizan, al pueblo español, su simpatía constante y su acogida calurosa cuando las circunstancias hagan posible su admisión”.

La Asamblea General recordó como durante los meses de mayo y junio de 1946, el Consejo de Seguridad realizó un estudio acerca de otras posibles acciones a realizar por las Naciones Unidas en tal situación.

El Subcomité del Consejo de Seguridad responsable del estudio concluyó de forma unánime:

"a) Por su origen, su naturaleza, su estructura y su comportamiento general, el régimen franquista es un régimen fascista, a imagen y semejanza de la Alemania nazi de Hitler y de la Italia fascista de Mussolini. Su establecimiento fue posible, en gran parte, gracias al apoyo de éstos regímenes a la sublevación franquista.

"b) Durante la larga lucha de las Naciones Unidas contra Hitler y Mussolini, Franco, a pesar de las reiteradas protestas de los Aliados, otorgó una ayuda muy importante a las potencias enemigas. En primer lugar, y a modo de ejemplo, desde 1941 hasta 1945, la División Azul de infantería, la Legión española de voluntarios y el Escuadrón aéreo Salvador lucharon contra la Rusia Soviética en el frente de Europa oriental. En segundo lugar, en verano de 1940, España se apoderó de Tánger violando el estatuto internacional de esta ciudad. Además, el mantenimiento por parte de España de un numeroso ejército, en la zona colonizada de Marruecos, provocó la inmovilización, en el norte de África, de un considerable grupo de tropas aliadas.

"c) Evidencias documentales irrefutables demuestran que Franco participó, junto con Hitler y Mussolini, en la conspiración destinada a provocar la guerra contra los países que, durante la guerra mundial, se asociaron bajo el nombre de Naciones Unidas. El aplazamiento de la plena beligerancia de Franco hasta un momento a determinar de común acuerdo, formaba parte de los planes de la conspiración."

 

Por tanto, la Asamblea General, en el convencimiento de que el gobierno fascista de Franco en España, impuesto por la fuerza al pueblo español (con la ayuda de las potencias del eje, a las cuales brindó asistencia material durante la guerra), no representa a dicho pueblo y hace imposible, mientras permanezca en el poder, la participación de España en los asuntos internacionales junto a los demás pueblos de las Naciones Unidas;

Recomienda que se impida al gobierno franquista de España adherirse a las instituciones internacionales establecidas por las Naciones Unidas o relacionadas con esta organización, así como participar en conferencias u otras actividades promovidas las mismas, hasta que se constituya en España un gobierno nuevo y aceptable.

 

La Asamblea General, deseando además garantizar la participación de todos los pueblos amantes de la paz, incluido el español, en la comunidad de naciones,

Recomienda que, si en un plazo razonable, no se establece en España un gobierno basado en el consentimiento ciudadano, y comprometido:

- con el respeto a la libertad de expresión, de religión y de reunión, y

- a organizar sin demora elecciones en las cuales el pueblo español, libre de presiones e intimidaciones y al margen de los partidos, pueda expresar su voluntad, el Consejo de Seguridad considere las medidas necesarias a tomar para resolver esta situación;

Recomienda a todos los miembros de las Naciones Unidas, la retirada inmediata de Madrid de sus embajadores y ministros plenipotenciarios, allí acreditados.

La Asamblea General recomienda, además, a los Estados Miembros de la organización que informen al Secretario General y a la próxima Asamblea de las medidas adoptadas en orden al cumplimiento de esta recomendación.

Quincuagésima novena sesión plenaria, 12 de diciembre de 1946


TEXTO 10: MANIFIESTO DE LA JUNTA DEMOCRÁTICA
 La Junta Democrática propugna:
1. La formación de un Gobierno provisional que sustituya al actual, para devolver al hombre y a la mujer españoles, mayores de dieciocho años, su plena ciudadanía mediante el reconocimiento legal de todas las libertades, derechos y deberes democráticos.
2. La amnistía absoluta de todas las responsabilidades por hechos de naturaleza política y la liberación inmediata de todos los detenidos por razones políticas o sindicales.
3. La legalización de los partidos políticos, sin exclusiones.
4. La libertad sindical, y la restitución al movimiento obrero del patrimonio del Sindicato Vertical.
5. Los derechos de huelga, de reunión y de manifestación pacífica.
6. La libertad de prensa, de radio, de opinión y de información objetiva en los medios estatales de comunicación social, especialmente en la televisión.
7. La independencia y la unidad jurisdiccional de la función judicial.
8. La neutralidad política y la profesionalidad, exclusivamente militar para la defensa exterior, de las fuerzas armadas
9. El reconocimiento, bajo la unidad del Estado español, de la personalidad política de los pueblos catalán, vasco, gallego y de las comunidades regionales que lo decidan democráticamente.
10. La separación de la Iglesia y el Estado
11. La celebración de una consulta popular [...] con todas las garantías de libertad, igualdad de oportunidades e imparcialidad, para elegir la forma definitiva del Estado.
12. La integración de España en las Comunidades Europeas, el respeto a los acuerdos internacionales, y el reconocimiento del principio de la coexistencia pacífica internacional."  29 de julio de 1974.

El pleno declive del Régimen de Franco, éste tuvo que hacer frente al malestar laboral, intelectual y estudiantil y al fracaso de un intento aperturista que provocó una fuerte reacción de los sectores franquistas ultraconservadores.
Ya enfermo Franco, en julio de 1974 se constituyó en París la Junta Democrática que, liderada por el PCE, integró también a políticos vinculados a don Juan (Calvo Serer y García Trevijano) e independientes y en la que luego se integraron, entre otros, los socialistas de Enrique Tierno Galván, los carlistas de Carlos Hugo, Comisiones Obreras, y el Partido del Trabajo.
En su Manifiesto, la Junta Democrática, reclamó una Ruptura política con el Régimen y el inicio de un proceso Constituyente (formación de un Gobierno provisional que restituyera a los españoles, mayores de edad, el protagonismo político y les reconociera legalmente “todas las libertades, derechos y deberes democráticos”).
El Gobierno provisional debía, además, promover una consulta popular que, con todas las garantías de libertad, igualdad de oportunidades e imparcialidad, permitiera a los españoles “elegir la forma definitiva del Estado”.
Exigía también:
*.- una amnistía de responsabilidades por “delitos” políticos  o sindicales,
*.- liberación inmediata de presos políticos y sindicales,
*.- libertad sindical y legalización de todos los partidos políticos sin exclusión alguna.
*.- el reconocimiento de los derechos de huelga, de reunión y de manifestación pacífica, el de libertad de expresión (prensa, radio y opinión, una información objetiva en los medios de comunicación del Estado, especialmente en la televisión).
*.- el establecimiento de una Administración de Justicia independiente y la unidad jurisdiccional de la función judicial,
*.- un ejército profesionalizado para la defensa exterior y neutral en lo político (dejando de ser una fuerza represora de cualquier intento democratizador).
*.- la no confesionalidad del Estado
*.- y la plena integración de España en los organismos internacionales y Europa.

En su oposición al Régimen y su negativa a colaborar con la política de Arias Navarro, la Junta Democrática coincidió con la Plataforma Democrática (creada en julio de 1975), aunque se oponía a ésta en su propuesta de una salida apoyando una Monarquía desligada del Régimen y de una ruptura pactada con los poderes fácticos del propio Régimen.
Al final se produjo una convergencia de la Junta y de la Plataforma.

En palabras de Santiago Carrillo, Secretario General del Partido Comunista de España,  “la alternativa no se planteaba entre República o Monarquía, sino entre democracia y dictadura” y  se “aceptó la Monarquía como forma política de Estado porque era la forma de lograr el cambio democrático”.
Para el Secretario general del PCE, que lideró la Junta Democrática, en España, a la muerte de Franco,  “no hubo una ruptura revolucionaria” sino una “ruptura pactada con los reformistas” que hizo posible la eliminación de la Dictadura, el establecimiento de un Régimen democrático y la consecución de todas las exigencias recogidas en el Manifiesto de la Junta Democrática en 1974. Esta ruptura hizo posible también un proceso constituyente fundamentado en el principio de la soberanía nacional.

Este Manifiesto, en sus exigencias, se oponía frontalmente a las esencias del Régimen, llegó clandestinamente a España y contribuyó al incremento de las reivindicaciones internas y la presión sobre el Régimen.

Ampliando datos:
Junta Democrática de España
La Junta Democrática de España nace el 29 de julio 1974 en París e impulsada por el Partido Comunista de España (PCE), liderado por Santiago Carrillo. En ella estuvo integrado el Partido del Trabajo de España (PTE), el Partido Carlista, Comisiones Obreras (CCOO), el Partido Socialista Popular (PSP) de Enrique Tierno Galván, y personajes de significación, como Rafael Calvo Serer, Antonio García-Trevijano Forte y el intelectual progresista Vidal Beneyto.

Gestación de la Junta Democrática de España
Es el primer gran organismo que, con un programa político rupturista, trata de movilizar unitariamente a la oposición antifranquista. Su origen está en los contactos que el abogado Antonio García Trevijano realiza con diversas personas de partidos políticos, los que deciden formar la JD son la ASA de Rojas Marcos, el PSP, el PCE, junto con una nutrida representación de independientes, CC. OO. y asociaciones judiciales profesionales, de vecinos, etc.
La presentación pública de la JDE se realiza simultáneamente el 29 de julio de 1974, en París y Madrid, en un contexto de crisis del Régimen, marcado por la tromboflebitis de Franco, que se encuentra hospitalizado desde el día 9 de julio y por la asunción de la Jefatura del Estado interina del Príncipe de España.
En la presentación parisina aparecen Calvo Serer y Carrillo, de manera que se visualice la oposición interior y exterior La integración del PC se realiza en septiembre de 1974 y posteriormente lo hace el PCE(i), después de cambiar su nombre por el de PTE, en febrero de 1975. El Partido Carlista poco tiempo después abandonó la Junta.

Los 12 puntos de la Junta Democrática de España
*.- La formación de un gobierno provisional que sustituya al actual, para devolver al hombre y a la mujer españoles, mayores de dieciocho años, su plena ciudadanía mediante el reconocimiento legal de todas las libertades, derechos y deberes democráticos.
*.- La amnistía absoluta de todas las responsabilidades por hechos de naturaleza política y la liberación inmediata de todos los detenidos por razones políticas o sindicales.
*.- La legalización de los partidos políticos, sin exclusiones.
*.- La libertad sindical y la restitución al movimiento obrero del patrimonio del Sindicato Vertical.
*.- Los derechos de huelga, de reunión y de manifestación pacífica.
*.- La libertad de prensa, de radio, de opinión y de información objetiva de los medios estatales de comunicación social, especialmente en la televisión.
*.- La independencia y la unidad jurisdiccional de la función judicial.
*.- La neutralidad política y la profesionalidad, exclusivamente militar para la defensa exterior, de las Fuerzas Armadas:
*.- El reconocimiento, bajo la unidad del Estado español, de la personalidad política de los pueblos catalán, vasco, gallego y de las comunidades regionales que lo decidan democráticamente.
*.- La separación de la Iglesia y del Estado.
*.- La celebración de una consulta popular, entre los doce y los dieciocho meses –contados a desde el día de la restauración de las libertades democráticas-, con todas las garantías de libertad, igualdad de oportunidades e imparcialidad, para elegir la forma definitiva del Estado.
*.- La integración de España en las Comunidades europeas, el respeto a los acuerdos internacionales y el reconocimiento del principio de la coexistencia pacífica internacional.

Desarrollo de la Junta Democrática de España
La Junta Democrática consiguió muy pronto un importante apoyo político y social de masas, como se puso de manifiesto a través de diversas movilizaciones que se llevaron a cabo en diversos lugares del país, como las jornadas del 3, 4 y 5 de junio de 1975 en Madrid. La característica de la JD es su articulación organizativa en Juntas Democráticas locales y sectoriales, que proponía convertir a esta en un verdadero movimiento de masas, con acciones territoriales.
La actividad de la JD se dirigía por una parte al pueblo, por otro lado a los poderes fácticos, con múltiples contactos con empresarios, militares o autoridades eclesiásticas. Tampoco se olvidaba la dimensión internacional, con relaciones con las autoridades de la CEE, con el embajador de EE. UU. en Madrid o con los presidentes de Argelia, México, Rumania y Venezuela.

El 11 de junio de 1975 se creó la Plataforma de Convergencia Democrática, encabezada por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), a pesar de que se había llevado a cabo tanto desde la Junta como desde el propio PCE conversaciones con el PSOE y con Izquierda Democrática, grupo democristiano liderado por Ruiz-Giménez para lograr un organismo unitario de la oposición. En dicha Plataforma figuraban junto al PSOE, la ya citada Izquierda Democrática que formaba parte del equipo español de la Democracia Cristiana, el Movimiento Comunista, la Organización Revolucionaria de Trabajadores (ORT) y la Unión Socialdemócrata Española. Al poco, ingresaría el Partido Carlista y se marcharía la ORT.

La Comisión Coordinadora de Fuerzas Políticas de Cataluña había decidido no incorporarse a ninguna organización unitaria de carácter estatal, y mantenía relaciones tanto con la Junta como con la Plataforma. El Partido Nacionalista Vasco (PNV) conversaba con todos y no se unía a nadie, ni siquiera en Euskadi.

Junta y Plataforma constituyeron en Marzo de 1976 Coordinación Democrática (CD), más conocida como Platajunta. El 23 de octubre se forma la Plataforma de Organizaciones Democráticas (POD)que incluía además a fuerzas nacionalistas y estaba constituida por CD y la Assemblea de Catalunya, la Assemblees Democràtiques de les Illes Balears, la Coordinadora de fuerzas Democráticas de Canarias, la Táboa Democrática de Galicia y la Taula de Forces Politiques i Sindicals del Païs Valencià.


TITULO II.- EL JEFE DEL ESTADO (Ley Orgánica del Estado, BOE de 10 de enero de 1967)
Contextualización histórica:
El 22 de noviembre de 1966 Franco presentó a las Cortes el Proyecto de la Ley como una "nueva Constitución" que modificaba algunos aspectos de las Leyes Fundamentales y pretendía completar el proceso de institucionalización de su  régimen, unificando las normas legales ya promulgadas y buscando la coherencia entre ésta..
Esta Ley Orgánica incluía leves modificaciones al cuerpo legal del franquismo pero sin variar el poder del Jefe del Estado, resolviendo diversas contradicciones existentes entre distintos aspectos de las Leyes Fundamentales.
Sus principales novedades:
*.- Separación de funciones entre el Jefe del Estado y el Jefe del Gobierno, este último sería designado por el propio Jefe del Estado a partir de una terna elaborada por el Consejo del Reino.
*.- Modificación de la Ley de Cortes de 1942 para hacer posible la elección por los cabezas de familia y las mujeres casadas de dos procuradores de representación familiar por cada provincia.
*.- Aumentó el número de procuradores.
*.- Reorganizó el Consejo Nacional del Movimiento.
*.- Modificó algunos aspectos de la Ley de Sucesión, asentando más la institución monárquica.
El 13 de diciembre de 1966, esta Ley Orgánica fue aprobada en un Referéndum, siendo publicada en el Boletín Oficial del Estado el 10 de enero de 1967


TITULO II.- EL JEFE DEL ESTADO (Ley Orgánica del Estado, BOE de 10 de enero de 1967)
Art. 6. El Jefe del Estado es el representante supremo de la Nación;
personifica la soberanía nacional;
ejerce el poder supremo político y administrativo;
ostenta la Jefatura Nacional del Movimiento y cuida de la más exacta observancia de los Principios del mismo y demás Leyes fundamentales del Reino, así como de la continuidad del Estado y del Movimiento Nacional;
garantiza y asegura el regular funcionamiento de los Altos Órganos del Estado y la debida coordinación entre los mismos; sanciona y promulga las leyes y provee a su ejecución; ejerce el mando supremo de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire; vela por la conservación del orden público en el interior y de la seguridad del Estado en el exterior; en su nombre se administra justicia; ejerce la prerrogativa de gracia; confiere, con arreglo a las leyes, empleos, cargos públicos y honores; acredita y recibe a los representantes diplomáticos y realiza cuantos actos le corresponden con arreglo a las Leyes fundamentales del Reino.

Síntesis del contenido:
 El artículo 6º sintetiza la naturaleza del Régimen de Franco, otorgando al Jefe del Estado (el propio Franco y con carácter vitalicio):
El ser representante supremo de la Nación y personificación de la soberanía nacional, no sujeto, por tanto, a ninguna instancia de control. Incluso la apariencia del ejercicio de representación de la soberanía nacional de la Cortes o la consulta a los españoles, vía referéndum, tenía un mero carácter consultivo.
Franco, como Jefe del Estado, ejercía el poder supremo político en cuanto Jefe del único “partido” posible y existente (el Movimiento Nacional) y era el intérprete máximo de los Principios en los que se sustentaba su Régimen,  el supremo garante de la observancia de estos Principios y del cumplimiento de las demás Leyes del Régimen.
Garantía de  la continuidad del Estado “franquista” y del “único partido en que éste se sustentaba” (Movimiento Nacional), responsable, por tanto de su continuidad..
Al Jefe del Estado (Franco) quedaban plenamente sometidos la Administración y los principales Órganos del Estado y las relaciones entre éstos.
Al tener la iniciativa legislativa, a pesar de la existencia de unas Cortes de carácter meramente consultivo, poseía la facultad exclusiva de sancionar y promulgar las Leyes
No sólo quedaba en sus manos el Poder Legislativo, también ejercía el Poder Ejecutivo (“provee a su ejecución”),  el Poder Judicial  (“en su nombre se administra justicia”) y el nombramiento de los jueces quedaba mediatizado por las propias leyes y sus supremas atribuciones sobre las mismas, reservándole además la “prerrogtiva de gracia” sobre las sanciones judiciales..
Jefe supremo de las Fuerzas Armadas en su doble misión: la de ser garantes del orden público y de la continuidad del régimen en el interior (represión de la oposición interna) y de su defensa frente al exterior.
Toda política exterior del Estado queda subordinada al Jefe del Estado.

El Régimen de Franco, a pesar de su monolitismo ideológico, se vio obligado a evolucionar en aspectos accidentales para adaptarse a las circunstancias internacionales. Además, sucesivamente fue apoyándose en los distintos sectores sociales que, siendo heterogéneos, tenían como único nexo de unión la adhesión al “Caudillo”, a Franco, y constituían la base del su Régimen.
ley orgánica del estado (1967) pretendió ser una especie de pseudoconstitución que concluyera el proceso de institucionalización del Régimen. Modificando algunas normas jurídicas anteriores, intentó dar respuesta al desafío de la modernización de España de cara a su posible ingreso en la CEE y adecuar la legislación española a los presupuestos del Concilio Vaticano II y a la acelerada transición económica y sociológica en la que estaba inmersa España.
El Régimen de Franco, ya en declive y con evidencias de anacrónico, optó, para su supervivencia, una monarquía del Movimiento Nacional continuadora de las instituciones surgidas en el franquismo en un proceso titubeante y lleno de incertidumbres, que significó la conversión del Régimen de Franco en una dictadura constituyente.

El intento resultó fallido, el Régimen de Franco era inviable sin Franco. Las atribuciones que la Ley Orgánica le conferían identificaban de forma inequívoca, al Estado y al Régimen, con su propia persona  e impedían cualquier cambio o evolución del propio sistema político, cada vez más alejado de la realidad de la España de la década de los sesenta.

La progresiva transición económica y sociológica que se estaba produciendo en España exigía, necesariamente, de una transición política  que era inviable con la vigencia de esta Ley Orgánica.

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