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Pablo Iglesias ya sólo le preocupan los votos
01/05/2015@11:48:45
GMT+1
Por EL IMPARCIAL/Efe
A
Pablo Iglesias ya sólo le preocupan los votos
El
líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha hecho este viernes las primeras
declaraciones tras la rueda de prensa en la que anunció la salida de su número
dos: "No va a restar votos", ha asegurado. Iglesias ha adelantado que
el lunes, la Ejecutiva decidirá el sustituto de Juan Carlos Monedero.
Iglesias
se cobra su primera víctima, impone su férrea autoridad y defenestra a Monedero
PABLO
IGLESIAS, TARDE PERO BIEN, por Luis María ANSON
El
líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha manifestado que la dimisión de Juan Carlos
Monedero, cofundador del partido, no va a "restar votos" a su
formación y ha añadido que seguirán "trabajando para ganar" las
elecciones. Iglesias ha hecho estas declaraciones en la concentración de
técnicos de la subcontrata de Telefónica, frente a la sede de esta empresa en
la Gran Vía en Madrid, que llevan 38 días de huelga reivindicando sus
condiciones laborales.
El
secretario general de Podemos ha definido de "muy dolorosa" la salida
de Monedero, secretario de Programa y Proceso Constituyente, del partido y se
ha referido a que es "un intelectual", que tiene que
"volar", pero del que necesitan su "capacidad crítica".
"Juan Carlos sigue en Podemos". Ha calificado de
"maravilloso" haber hecho el camino con él hasta aquí, y confía en
"seguir caminando juntos".
Iglesias
ha manifestado que le ha "emocionado mucho la carta que ha escrito en el
diario Público" y ha adelantado que la ejecutiva del lunes hará una
propuesta al Consejo Ciudadano sobre quién debería sustituir a Monedero.
Se
ha referido a los comentarios que recibe en la "calle", en los que
recibe el apoyo de la gente. "El otro día una señora me paró y me dijo que
habíamos hecho lo más importante: hacer que todos los sectores se muevan. Pero
para nosotros eso no es suficiente", ha apostillado. "Trabajamos para
ganar", ha agregado.
PABLO IGLESIAS, TARDE PERO BIEN
Luis María ANSON
En esta misma sección publiqué el pasado mes de febrero dos artículos
titulados Pablo Iglesias y Monedero y A vueltas con Monedero, en los que
propugnaba abiertamente la destitución del controvertido dirigente. Podemos no
debía seguir soportando la carga del señor Monedero si quería mantener la
ilusión despertada en amplios sectores de la sociedad española. El fardo
Monedero era demasiado pesado para que lo aguantaran los hombros de Podemos.
Durante tres meses la presencia del dirigente ha resultado devastadora para el
partido de Pablo Iglesias. Tarde pero bien, la dimisión de Monedero, hábilmente
forzada por su líder, ha devuelto el sosiego al partido.
El 2 de febrero escribía yo que “la generosidad de Iglesias debe
encontrar su término, según muchos simpatizantes de Podemos, en Monedero. El
daño que sus trapisonderías americanas están haciendo al partido es
inconmensurable. Su agresividad amenazadora tampoco parece de recibo. Sin
rasgarse las vestiduras, son muchos los que consideran imprescindible que Pablo
Iglesias prescinda de Juan Carlos Monedero cuanto antes. Salvador Sostres ha
escrito que “Monedero tiene en la mirada la guillotina jacobina, la checa
republicana, el gulag estanilista y los campos de concentración”. Un sector
cualificado de la opinión pública no considera exageradas las afirmaciones de
Sostres. Más bien las com-parte. No quiero entrar en descalificaciones
personales pero sí en el análisis de la difícil colaboración entre Pablo
Iglesias y Juan Carlos Monedero. Rectificar es de sabios y las trampas de
Monedero en sus negocios iberoamericanos exigen tomar medidas antes de que
algún equipo periodístico de investigación -y hay varios actuando- publiquen
reportajes devastadores para el crédito de Podemos. Se comprende que no será
fácil para Pablo Iglesias tomar una decisión pero esas son las exigencias del
liderazgo.” Hasta aquí lo que escribí hace tres meses. El tiempo y el desgaste
sufrido por el partido ha aconsejado a Pablo Iglesias la liquidación de Juan
Carlos Monedero, al que ha escabechado de forma hábil y contundente. Aunque un
poco tarde
PABLO IGLESIAS Y MONEDERO
Luis María ANSON
Nadie que no quiera perder la objetividad podrá negar el éxito de la
manifestación de Podemos. Fue multitudinaria y se celebró en el más completo
orden, sin violencias, sin cristales rotos ni contenedores quemados como
vaticinaban algunos. Como una cuestión de hecho, éxito rotundo de Podemos y de
Pablo Iglesias que robusteció su liderato. Los grandes partidos políticos
convencionales están en la obligación de reflexionar sobre lo ocurrido en lugar
de ese estúpido desdén con que han juzgado la manifestación.
Pablo Iglesias es simpático, abierto, comunicativo. Habla con
precisión, siempre con sencillez, sin aspavientos ni sobreactuaciones. Podemos
ha encontrado en él a un líder auténtico. Su imagen es la contraria a Monedero.
La generosidad de Iglesias debe encontrar su término, según muchos
simpatizantes de Podemos, en Monedero. El daño que sus trapisonderías
americanas están haciendo al partido es inconmensurable. Su agresividad
amenazadora tampoco parece de recibo. Sin rasgarse las vestiduras, son muchos
los que consideran imprescindible que Pablo Iglesias prescinda de Juan Carlos
Monedero cuanto antes.
Salvador Sostres ha escrito que “Monedero tiene en la mirada la
guillotina jacobina, la checa republicana, el gulag estanilista y los campos de
concentración”. Un sector cualificado de la opinión pública no considera exageradas
las afirmaciones de Sostres. Más bien las comparte. No quiero entrar en
descalificaciones personales pero sí en el análisis de la difícil colaboración
entre Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero. Rectificar es de sabios y las
trampas de Monedero en sus negocios iberoamericanos exigen tomar medidas antes
de que algún equipo periodístico de investigación -y hay varios actuando-
publiquen reportajes devastadores para el crédito de Podemos.
Se comprende que no será fácil para Pablo Iglesias tomar una decisión
pero esas son las exigencias del liderazgo.
A VUELTAS CON MONEDERO
Luis María ANSON
Hace unos días, el pasado 2 de este mes, escribí en “Al aire libre”:
“No quiero entrar en descalificaciones personales pero sí en el
análisis de la difícil colaboración entre Pablo Iglesias y Juan Carlos
Monedero. Rectificar es de sabios y las trampas de Monedero en sus negocios
iberoamericanos exigen tomar medidas antes de que algún equipo periodístico de
investigación -y hay varios actuando- publiquen reportajes devastadores para el
crédito de Podemos. Se comprende que no será fácil para Pablo Iglesias tomar
una decisión pero esas son las exigencias del liderazgo”.
El espacio “Plaza Podemos” es la plataforma en la que los simpatizantes
del partido de Pablo Iglesias expresan sus aplausos, sus críticas o sus
denuncias. Más de un millar de entradas manifiestan el deseo generalizado de
que Juan Carlos Monedero dimita. Está claro que Pablo Iglesias, si quiere
mantener limpia su personal hoja de servicios, tiene que prescindir de
Monedero. El desgaste es ya considerable. Y crecerá en el futuro. Cada día se
descubre una trapisondería nueva y los partidarios de Podemos asisten
estupefactos a un espectáculo que creían se contemplaba solo en otros partidos.
Todavía está a tiempo Pablo Iglesias. Puede pedirle a Monedero que
dimita discretamente. Si no acepta, deberá entonces destituirle. Es una
cuestión de higiene política.
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