El
regeneracionismo encuadra
tendencias diversas y no dio lugar a un movimiento propiamente dicho, sí a un
estado de opinión reconocible, después del “Desastre” del 98.
Su
principal teorizador fue Costa, y en éste entraron muchos de los más dotados
intelectuales de la época. Sobre España y sus problemas, los regeneracionistas
coincidían en tres puntos:
*.- condena del pasado español.
*.- identificación de “Europa” como salida a la
situación del país. Un intento de europeizar España, tomando medidas que palien
su decadencia (reformas educativas, agrarias, políticas, descentralización
administrativa..)
*.- hostilidad la Restauración y su ideología liberal.
Para
Costa, la historia española desembocaba en “una nación frustrada”; preconizaba
“fundar España otra vez, como si no hubiera existido”.
Ortega,
Azaña y muchos más también consideraban al país como una nación sin formar, o
deformada, o anormal. Especulaban sobre lo que debía haber sido España o cuándo
había empezado la desviación o la pérdida de su “normalidad”.
Miguel
de Unamuno. En sus escritos trata sobre el problema de España: el remedio a los
males del país está en la conjunción de tradición y europeísmo. Pero la
verdadera tradición, la tradición eterna no se halla en los falsos casticismos,
sino en la intrahistoria, es decir en la vida silenciosa y anónima de los
millones de seres que pueblan nuestras tierras; es en el alma colectiva del
pueblo donde reside la fuerza que España necesita para despertar de su letargo.
Pero
esta inmersión en la vida intrahistórica ha de conjugarse con una decidida apertura
hacia Europa , cuna del progreso, pero en escritos posteriores reniega de esta
europeización de España y aboga por una españolización de Europa..
Ramiro
de Maeztu. Experimenta una radical evolución ideológica desde los ideales
socialistas de su juventud hasta las posiciones más conservadoras: en su obra
“Hacia la otra España” achaca a la
pereza y la desidia la causa del desastre nacional, y propone una regeneración
desde una revitalización económica. En “Defensa de la Hispanidad” aparecen sus ideas más conservadoras; en ella
exalta la tradición española y proclama
la identidad de lo hispánico con el catolicismo.
Ángel
Ganivet. En su “Idearium español” ,
afirma que el alma de nuestro pueblo hunde sus raíces en el estoicismo de
Séneca y en el cristianismo y que a lo largo de la historia España ha
derrochado sus mayores energías en empresas heroicas fuera de nuestras
fronteras. Por ello la Regeneración del país requiere que se concentren todas
las fuerzas en el interior del territorio.
La
generación del 98: muestra una común preocupación por el presente y porvenir de
España. La del 14 propone el cientifísmo como solución al secular atraso de
España. Se definen por su europeísmo y se oponen al casticismo y al patriotismo
de los intelectuales anteriores. Identifican a Europa con la ciencia.
JOSÉ
ORTEGA Y GASSET, ejerció el papel de guía intelectual desde su cátedra, sus
libros y la Revista de Occidente. Al proclamarse la Segunda república, llegó a
ser Diputado en las Cortes pero se fue distanciando del Régimen y se retiró de
la política. Al principio de la Guerra se exilió y regresó en 1945, pero no se
le permitió el ingreso en su cátedra y continuó su labor docente en el
Instituto de Humanidades. Su pensamiento se sitúa entre el racionalismo y el
vitalismo, sus meditaciones sobre el hombre y su entorno (yo soy yo y mi
circunstancia) le conducen a un interés creciente por la historia.
Las
hazañas y glorias hispanas, como el descubrimiento de medio mundo, las
conquistas y colonización de América, la evangelización, la fundación de
ciudades y universidades, el establecimiento de relaciones entre todos los
continentes habitados, la Reforma católica, la contención de los turcos y de
los protestantes, etc., eran miradas con desprecio o con burla, o simplemente
ignoradas por los refundadores.
España
había sido el país de la Inquisición y de los genocidios, de la miseria, el oscurantismo
y la superstición, y las supuestas glorias eran vergonzantes.
Los
“buenos” habían sido los cultos y refinados musulmanes.
España
y sus clases dirigentes habían estado “enfermas” durante siglos, aseguraba
Ortega, y nada debía esperarse de sus tradiciones: “España es el problema, y
Europa la solución”.
Azaña
llegaría a comparar las tradiciones, en 1930, con la sífilis hereditaria y “los
españoles estaban vomitando las ruedas de molino que durante siglos estuvieron
tragando”.
“Europa”
(es decir, Francia y en alguna medida Inglaterra y Alemania), gozaban de un
orden social, una riqueza y una expansión popular de la cultura muy superiores
a los de España, y en ello veían el fruto de una “normalidad” que a España
faltaba desde siglos atrás, si alguna vez había disfrutado de ella.
Como
expresaba Ortega en una carta, él aspiraba a ir por el extranjero sin sentir
vergüenza de ser español.
“Presenciamos el lento suicidio de un pueblo que,
engañado por gárrulos sofistas (…) emplea en destrozarse las pocas fuerzas que
le restan (…), hace espantosa liquidación de su pasado, escarnece a cada momento
las sombras de sus progenitores, huye de todo contacto con su pensamiento,
reniega de cuanto en la Historia hizo de grande, arroja a los cuatro vientos su
riqueza artística y contempla con ojos estúpidos la destrucción de la única
España que el mundo conoce, la única cuyo recuerdo tiene virtud bastante para
retardar nuestra agonía (…) Un pueblo viejo no puede renunciar [a su cultura]
sin extinguir la parte más noble de su vida y caer en una segunda infancia muy
próxima a la imbecilidad senil”.(Menéndez Pelayo).
Los
regeneracionistas competían en repugnancia por la Restauración. Para Costa, el
régimen se resumía en dos rasgos profundamente negativos: oligarquía y
caciquismo. El país estaba dirigido por una “minoría absoluta, que atiende
exclusivamente a su interés personal, sacrificándole el bien de la comunidad”,
por una “necrocracia”, por el poder de lo muerto, de lo inútil, losa aplanadora
de las energías populares. Aplanadas al punto de que el pueblo había perdido la
voluntad, era incapaz hasta de “leer periódicos”, y carecía de “ciudadanos
conscientes”.
Por
tanto, necesitaba un “cirujano de hierro”, un dictador altruista que le sacase
del marasmo.
Azaña:
“He soñado destruir todo ese mundo” (el de la Restauración).
Ortega
la define como “estos años oscuros y terribles”, como la “España oficial” empeñada
en asfixiar a “la España vital”.
Cánovas,
respetado en toda Europa como fundador del régimen que había dejado atrás el estancamiento
y las convulsiones hispanas del siglo XIX, era despachado como “el gran corruptor”,
“maestro de corrupción”.
Por
contraste, el período anterior a la Restauración solía ser mirado con simpatía,
como una edad “vitalista”. Muchos escritores y artistas embellecían incluso el
terrorismo anarquista, como Valle-Inclán, o aplaudían al socialismo, como
ocurrió con Unamuno u Ortega.
Sus
críticas (la corrupción electoral y municipal, la escasa atención a la
enseñanza, la desprotección de los trabajadores manuales, etc.) estaban a
menudo bien fundadas. El problema residía en la exageración y radicalidad de
esas críticas, y, sobre todo, en las soluciones propuestas, mesiánicas o
arbitrarias en su mayoría, y conducentes a un grave riesgo de guerra civil.
La
defección de los intelectuales supuso para la Restauración una irreparable
calamidad. Dejaba al régimen a la defensiva, privándolo de quienes hubieran
podido defenderlo en el plano intelectual contra la marea crítica y política
alzada contra él por los extremismos.
Los
regeneracionistas despreciaban el pasado real de España como Prat de la Riba o
Arana despreciaban el pasado real de Cataluña y de Euzkadi. Coincidían en
fomentar también la aversión por el común legado hispano y por la liberal
Restauración, así como en una acrítica y subjetiva identificación con “Europa”.
Paradójicamente,
partiendo de las mismas premisas, unos aspiraban a “refundar” la nación
española, los otros a desarticularla de una vez. Pero, basadas en una visión
caprichosa de España.
Regeneracionismo y revisionismo político
El
período que se inicia en 1902, con el ascenso al trono de Alfonso XIII, y
concluye en 1923, con el establecimiento de la dictadura de Primo de Rivera, se
caracterizó por una permanente crisis política.
Diversos
factores explican esta situación:
*.- Intervencionismo político de Alfonso XIII sin
respetar el papel de árbitro que teóricamente debía jugar. Su apoyo a los
sectores más conservadores del ejército culminó con el apoyo a la Dictadura de
Primo de Rivera. Elemento clave en el desprestigio de la monarquía.
*.- División de los partidos del "turno",
provocada por la desaparición de los líderes históricos y las disensiones
internas.
*.- Debilitamiento del caciquismo, paralelo al
desarrollo urbano del país.
*.- Desarrollo de la oposición política y social al
régimen de la Restauración: republicanos, nacionalistas, socialistas y
anarquistas.
Así
desde 1917 se sucedieron los gobiernos de coalición, sujetos a alianzas y
continuos cambios. Ni liberales ni conservadores consiguieron mayorías
suficientes para conformar gabinetes sólidos.
En
este contexto de inestabilidad política, el país tuvo que enfrentarse a graves
problemas sociales:
*.- Agudización de las luchas sociales. Las posiciones
de patrones y trabajadores se fueron enfrentando cada vez más.
*.- La "cuestión religiosa" se reavivó con
las crecientes protestas contra el poder de la Iglesia, especialmente en la
enseñanza. El anticlericalismo se extendió por buena parte de la población
urbana y las clases populares.
*.- La "cuestión militar" volvió a resurgir
ante el desconcierto de un ejército humillado en 1898 que recibía críticas
crecientes de los sectores opositores (republicanos, socialistas, nacionalistas).
*.- Consolidación del movimiento nacionalista en
Cataluña y el País Vasco, sin ningún cauce de negociación por parte de los
partidos de turno.
*.- El "problema de Marruecos". En la
Conferencia de Algeciras (1906) se acordó el reparto entre Francia y España del
territorio marroquí. A España le correspondió la franja norte. Desde 1909 se
inició un conflicto bélico, la guerra de Marruecos, muy impopular en el país,
que ensanchó el foso que separaba al Ejército y la opinión pública,
esencialmente las clases populares.
En
1905 estalló una grave crisis en Cataluña. La victoria de Lliga Regionalista de
Cambó y Prat de la Riba en las elecciones locales de 1906 alarmó al ejército
que veía en peligro la unidad del país.
Los
comentarios satíricos anticastrenses en alguna publicación barcelonesa,
llevaron a que trescientos oficiales asaltaran e incendiaran las imprentas.
La
reacción del gobierno fue ceder ante el Ejército: en 1906 se aprobó la Ley
de Jurisdicciones que identificaba las críticas al Ejército como críticas a la
Patria y pasaban a ser juzgadas por la jurisdicción militar.
La
reacción pública fue inmediata. Una nueva coalición, Solidaritat Catalana, consiguió
una clara victoria electoral en 1907, reduciendo drásticamente la
representación de los conservadores y liberales en Cataluña.
Antonio
Maura, líder del Partido Conservador, llegó al poder en 1907 con un programa reformista:
modificó la ley electoral, estableció el Instituto Nacional de Previsión e
intentó sin éxito aprobar una tímida autonomía para Cataluña. Su proyecto
reformista se derrumbó en 1909.
La crisis de 1909 y 1917
La Semana Trágica de Barcelona (1909)
Barcelona,
corazón en aquella época de la industrialización española, había vivido desde
principios de siglo un gran auge de las movilizaciones obreras que había culminado
en 1907 con la creación de Solidaridad Obrera, organización anarquista que
nació como respuesta a la burguesa y nacionalista Solidaritat Catalana.
Alejandro
Lerroux y su Partido Republicano Radical también se desarrollaron en la Ciudad
Condal con un programa demagógico y anticlerical.
La
Ley de Jurisdicciones de 1906 trajo un reforzamiento del anticlericalismo y
antimilitarismo en la ciudad. La
política autoritaria del gobierno de Maura no ayudó a calmar los ánimos.
Sin
embargo, fue la guerra de Marruecos, la que determinó el estallido de la Semana
Trágica:
Los
ataques de los habitantes del Rif contra los trabajadores españoles de una
compañía minera llevó a la movilización de reservistas. Las protestas obreras
pronto aparecieron en Barcelona y Madrid.
Los
primeros choques militares se saldaron con el Desastre del Barranco del Lobo
con más de mil doscientas bajas españolas. El día 26 de julio estalló la huelga
general en Barcelona, convocada por Solidaridad Obrera y la UGT. Se iniciaron
tres días de protestas, quemas de conventos, enfrentamientos con el ejército.
La Semana Trágica tuvo un brutal coste humano: un centenar de muertos, heridos,
destrucciones... La represión fue muy dura y culminó con el juicio sin
garantías y la ejecución de Francisco Ferrer y Guardia, pedagogo anarquista y
fundador de la Escuela Moderna.
La
Semana Trágica se llevó por delante el programa reformista de Maura. Mientras
el PSOE conseguía que Pablo Iglesias fuera elegido diputado en 1910, el
liberal José Canalejas llevó a cabo el
último intento regeneracionista dentro del sistema de la Restauración. Sus
acción reformista (servicio militar obligatorio en tiempos de guerra, ley del
"candado", Ley de Mancomunidades que se vio finalmente frustrada en
el Senado) acabó brutalmente con su asesinato por un anarquista en 1912. En
adelante, podemos hablar de una crisis permanente de los partidos del turno.
La
I Guerra Mundial dividió al país entre aliadófilos (liberales e izquierdas) y
germanófilos (derechas conservadoras), pero trajo un periodo de prosperidad
económica. España, neutral, pudo convertirse en abastecedora de muchos
productos para los países contendientes.
La crisis de 1917
El
mal reparto social de los beneficios del boom económico y la creciente
inflación llevaron al estallido social y una profunda y compleja crisis en
1917. En ella podemos distinguir diversos aspectos:
Crisis militar.
El
descontento entre los oficiales "peninsulares" ante los rápidos y, a
veces inmerecidos, ascensos de los "africanistas" culminó con la
creación de las Juntas de Defensa. El gabinete conservador de Eduardo Dato se
plegó a la imposición de los militares y aceptó unas juntas que iban contra la
disciplina militar y la subordinación del ejército al poder civil.
Crisis parlamentaria.
Setenta
diputados y senadores de la Lliga Regionalista, republicanos, socialistas e
incluso algún miembro del partido liberal constituyeron en Barcelona una
Asamblea Nacional de Parlamentarios que demandó un cambio de gobierno y la
convocatoria de Cortes Constituyentes.
Crisis social: la huelga general de
1917
Convocada
en agosto por CNT y UGT tuvo un amplio seguimiento en las ciudades y se saldó
con un centenar de muertos y miles de detenidos.
La
huelga general, sin embargo, trajo inmediatas consecuencias. Ante la amenaza de
revolución obrera, las Juntas de Defensa abandonaron sus peticiones y apoyaron
la represión contra los huelguistas. Por otro lado, la dimisión de Eduardo Dato
y la formación de un gobierno de coalición con la participación de la Lliga
Regionalista trajo la inmediata desactivación de la Asamblea de Parlamentarios.
El
fin de la I Guerra Mundial trajo una profunda crisis económica y social que
inmediatamente desencadenó una gran conflictividad social en Barcelona
(1919-1921)
Las
huelgas y protestas alentadas por los anarquistas se encontraron con una dura represión
del nuevo gobierno de Maura, que contaba con el pleno apoyo de la burguesía
catalana. Para contrarrestar la "acción directa" de los anarquistas,
el sector más duro de la patronal creó el denominado Sindicato Libre, grupo de
pistoleros que actuó con el apoyo policial. La aplicación de la "Ley de
Fugas", pura y simple ejecución sin juicio de los detenidos exacerbó aún
más el conflicto.
La
respuesta anarquista llegó en 1921 con el asesinato de Eduardo Dato, presidente
del gobierno. Dos años después, el líder anarquista Salvador Seguí murió asesinado.
En 1912, Francia y España
pactaron un nuevo reparto de Marruecos para mejor hacer frente a la resistencia
de las cábilas rifeñas. Al acabar la I Guerra Mundial, se reiniciaron las operaciones contra los rebeldes dirigidos
por Abd-el-Krim
La guerra colonial en Marruecos. El desastre de Annual.
El
general Berenguer al frente de un ejército mal preparado y equipado. En este
ejército destacaban los Regulares, tropas indígenas, y la Legión, fundada por
Franco y Millán Astray a imagen de la Legión extranjera francesa.
En
el verano de 1921, las tropas españolas se embarcaron en una acción mal
planificada dirigida por el general Fernández Silvestre. Los choques que las
cábilas rifeñas concluyeron con una retirada desordenada y la masacre de las
tropas españolas. Se trataba del Desastre de Annual, que costó más de trece mil
muertos, entre ellos el general Fernández
Silvestre.
El
desastre de Annual provocó una terrible impresión en una opinión pública
contraria a la guerra. Hubo grandes protestas en el país y los republicanos y
socialistas se apresuraron a reclamar el abandono de Marruecos.
La
presión de la opinión pública llevó a la formación de una comisión militar que
investigara sobre los acontecimientos. Su resultado fue el Expediente Picasso,
informe redactado por el General de División Juan Picasso. Pese a las trabas
que le pusieron las compañías mineras interesadas en el dominio de Marruecos y
altos cargos del gobierno y el ejército, el expediente ponía en evidencia
enormes irregularidades, corrupción e ineficacia en el ejército español destinado
en África.
El
expediente no llegó a suponer responsabilidades políticas ni criminales. Antes
de que la comisión del Congreso encargada de su estudio fuera a emitir su
dictamen el 1 de octubre de 1923, el 13 de septiembre el general Miguel Primo
de Rivera dio un golpe de estado y estableció una dictadura militar.
La dictadura de Primo de Rivera
Las
causas del golpe de Estado
Diversos
factores explican que la dictadura militar empezara a contemplarse como una solución
a la crisis del país entre la alta burguesía, gran parte de las clases medias y
el Ejército:
*.- Descontento del ejército tras el desastre de
Annual y el afán de evitar las consecuencias
del expediente Picasso para algunos importantes generales, entre ellos el
general Berenguer.
*.- Auge de los nacionalismos periféricos y ascenso de
republicanos y del movimiento obrero.
*.- El triunfo del fascismo en Italia tras la Marcha
sobre Roma en 1922 y el ascenso al poder de Mussolini.
El golpe de
1923
La
dictadura de Primo de Rivera es la definitiva crisis del sistema de la
Restauración, de nuevo con la intervención de los militares en la política que
Cánovas quiso eliminar.
La crisis del sistema se inició con el pacto de
fuerzas del sistema con fuerzas contrarias al sistema: en 1909 al sumarse a la
campaña del "Maura no" iniciada por la Conjunción
Republicano-Socialista, núcleo del Bloque de Izquierdas, los liberales, los
conservadores idóneos y el propio Alfonso XIII.
Miguel
Primo de Rivera, Capitán General de Cataluña, se sublevó el 13 de septiembre de 1923. El golpe contó
inmediatamente con la comprensión y el apoyo del rey Alfonso XIII.
Los
sublevados declararon el estado de guerra, la suspensión de las garantías
constitucionales y la disolución de las
Cortes. El régimen de la Constitución de 1876 era sustituido en medio de la
indeferencia popular y sin apenas resistencia por una dictadura militar.
Directorio
Militar (1923-1925)
Tras
el golpe, el dictador Primo de Rivera se constituyó en ministro único, pasando
a ser asesorado por un Directorio Militar. Tras el nuevo gobierno estaba el
mismo bloque de poder que había dominado el país durante la Restauración, la
oligarquía de terratenientes e industriales.
El
Directorio Militar tomó rápidamente medidas:
*.- Prohibición de la bandera y el himno catalán y
restricción de la lengua catalana al terreno privado.
*.- Política de "mano dura" en todo lo
referente al orden público.
*.- Formación de la Unión Patriótica, partido
único bajo la dirección de un militar.
Se trataba de seguir el modelo fascista impuesto por Mussolini en Italia.
*.- El gran éxito del Directorio tuvo lugar en África.
El Desembarco de Alhucemas en 1925 puso fin de la resistencia de las cábilas
del Rif . Su líder Abd-el-Krim se entregó a las autoridades del Marruecos
francés. El fin de la guerra en Marruecos les dio gran popularidad al
dictador.
Directorio
Civil (1925-1930)
A
fines de 1925, un gobierno civil, presidido por Primo de Rivera, sustituyó al
Directorio Militar.
Se
trataba de institucionalizar la Dictadura. En 1927, se constituyó una Asamblea
Nacional Consultiva, formada en su mayoría por miembros de Unión Patriótica
elegidos por sufragio restringido. Primo de Rivera de nuevo seguía el modelo
italiano, en este caso el Consejo Fascista. Esta Asamblea fracasó rápidamente
en su intento de redactar una ley fundamental que hiciera el papel de
Constitución de la dictadura.
También
se imitó el modelo social del fascismo italiano, estableciéndose la
Organización Corporativa del Trabajo, especie de sindicato que trataba de
arbitrar entre patrones y obreros. De nuevo el intento de institucionalización
del régimen de Primo de Rivera fracasó.
La oposición
a la dictadura y la caída de Primo de Rivera
La
triple crisis de 1917 y la crisis múltiple y prolongada desde ese año 1917
hasta 1923 con su cumbre en 1921, desembocan en esta dictadura iniciada en 1923
La
oposición a la Dictadura abarcaba un amplio espectro político: algunos
liberales y conservadores; republicanos, socialistas, anarquistas,
intelectuales, movimiento estudiantil...
Un
elemento clave fue el creciente descontento en las filas del Ejército ante las
arbitrariedades de Primo de Rivera.
Tras
el crash de la bolsa de Nueva York, en 1929,
los problemas económicos se extendieron con gran rapidez por el mundo.
El descontento social, con la vuelta de los movimientos huelguísticos, vino a
acrecentar la oposición a la dictadura. (devaluación peseta).
Anciano,
enfermo y sin apoyos sociales, el 27 enero 1930, Primo de Rivera presentó su dimisión
al monarca, quién se apresuró a aceptarla. Dos meses después, el dictador
fallecía en el exilio en París.
De la
monarquía a la república
Tras
la dimisión de Primo de Rivera, Alfonso XIII nombró jefe de Gobierno al general
Berenguer.
Se iniciaba así un período conocido humorísticamente como la "Dictablanda",
en el que se intentó infructuosamente volver a la situación previa a 1923.
Los
partidos tradicionales, liberales y conservadores, eran incapaces de articular
un sistema de partidos aceptable por la sociedad española. Además, sólo gentes
muy desprestigiadas con Romanones o De La Cierva, se avinieron a colaborar con
Berenguer.
La
lenta vuelta a las libertades constitucionales, fue aprovechada por una
oposición que cada vez conseguía más apoyo.
En
agosto de 1930 republicanos, socialistas y otros grupos de oposición firmaron
el denominado Pacto de San Sebastián, por el que se comprometían a
derrocar la monarquía e instaurar un régimen democrático. Para coordinar la
labor de oposición crearon un Comité Revolucionario presidido por
Niceto Alcalá Zamora, republicano bastante conservador.
Alfonso
XIII se vio cada vez más aislado. Muchos militares empezaron a ver con buenos
ojos la posibilidad republicana. Incluso la CNT apoyo a la conspiración para
traer la República.
El
15 de diciembre de 1930, fracasó una sublevación militar republicana en Jaca.
Sus líderes, Galán y García Hernández, fueron juzgados y ejecutados. La mayor
parte del Comité Revolucionario fue detenido, en medio de un creciente
descontento antimonárquico.
Berenguer dimitió el 14 de febrero de 1931 dando paso
a un nuevo gobierno presidido por el almirante Aznar. El nuevo gabinete convocó elecciones municipales para
el 12 de abril, se trataba de ir volviendo poco a poco a la legalidad
constitucional. Sin embargo, las elecciones locales se convirtieron en un
plebiscito sobre la monarquía. El triunfo aplastante en las zonas urbanas de
las candidaturas republicanas y socialistas precipitaron la abdicación del rey
y la proclamación de la República el 14 de abril de 1931.
Industria:
En 1900 España seguía siendo un país agrario. Esta situación no cambió
en lo sustancial, a lo largo de las primeras décadas del siglo.
Si hubo, sin embargo, cambios significativos en el sector industrial.
Creció la producción minera y siderúrgica, especialmente en el País Vasco, y se
desarrollaron nuevos sectores como el eléctrico y el químico.
Diversos factores dificultaron un mayor crecimiento industrial: la
excesiva concentración geográfica de la industria en Cataluña y el País Vasco,
la dependencia de la tecnología extranjera y la debilidad del mercado interior.
La Hacienda y el sector bancario
En los primeros años del siglo los gobiernos de la Restauración
llevaron a cabo una política de saneamiento de las finanzas públicas.
La reducción de los intereses de la deuda, el control de los gastos del
Estado y el aumento de los impuestos propiciaron un ciclo de nueve años,
1900-1909, de presupuestos con superávit, algo nunca visto en la historia
reciente de nuestro país.
La ley de 1899 transformó al Banco de España. El banco estatal pasó a controlar la emisión
de billetes, lo que permitió limitar la inflación y conseguir la estabilización
de la peseta, básica para el comercio exterior.
En estos años se fundaron los principales bancos del futuro, como los
de Bilbao, Vizcaya, Mercantil de Santander, Hispanoamericano (fundado con
capitales repatriados de Cuba) o el Español de Crédito.
Consecuencias económicas de la Primera Guerra Mundial
La Gran Guerra trajo un boom económico para el país. La situación de
neutralidad permitió un crecimiento considerable de la producción y de las
exportaciones de materias primas, carbón y manufacturas. La desaparición de la
competencia extranjera de los países beligerantes y la enorme demanda para su
abastecimiento de estos mismos países en conflicto explican el auge económico.
Sin embargo, el fin de la guerra y de la demanda de los países
beligerantes acabó con la euforia y desencadenó la crisis. El mercado interno
no fue capaz de sustituir a las exportaciones. Muchas empresas tuvieron que
cerrar. Las clases trabajadoras, que ya habían sufrido un importante proceso
inflacionario durante la guerra, fueron las que más damnificadas por la nueva
situación.
No todos los sectores económicos se vieron igualmente afectados. El
siderúrgico y el químico se modernizaron; los ferrocarriles y la minería
pasaron a manos nacionales al retirarse el capital extranjero; mientras que
sectores como el textil o la agricultura pasaron por mayores dificultades al no
haberse modernizado.
De la crisis a la euforia de los años veinte
Las dificultades económicas europeas ayudaron a que la crisis se
prolongara hasta 1924. El golpe de estado de Primo de Rivera se dio en un
contexto de dificultades económicas. Sin embargo, paralelamente a lo que estaba
ocurriendo en Europa, la segunda mitad de los veinte coincidió con un nuevo
período de euforia económica.
La recuperación económica permitió que la Dictadura llevara a cabo una
ambiciosa política de inversiones en infraestructuras. En esos años se
introdujeron novedades que tendrán una larga repercusión en nuestra economía:
se crearon las Cuencas Hidrográficas para el desarrollo del regadío, se
invirtió en la red ferroviaria nacionalizándose las líneas, se estableció el
monopolio de petróleos (CAMPSA) y la Compañía Telefónica.
La contrapartida de esta política inversora fue la vuelta al
endeudamiento del estado. Esta circunstancia fue muy negativa a la hora de
enfrentarse a las repercusiones en España de la crisis de 1929 durante la II
República.
La población
La población española creció de forma lenta pero continua en el primer
tercio del siglo pasando de 18,6 en 1900 a 23,5 millones de habitantes en 1930.
La caída de la tasa de mortalidad, basada en las mejoras sanitarias, fue la
razón de este incremento demográfico.
Sin embargo, la elevada mortalidad infantil, una de las más elevadas de
Europa, era prueba del atraso relativo del país. La mayor catástrofe sanitaria
fue la epidemia de gripe de 1918-1919, que causó la muerte a 230.000 personas,
de un total de ocho millones de enfermos. Conocida en el mundo como la
"Gripe Española" causó más muertos en todo el planeta que la Segunda
Guerra Mundial.
Junto a la emigración interior del campo a las ciudades, que llevó a
una creciente urbanización del país con el cincuenta por ciento de la población
urbana en 1930, destaca la emigración exterior, con más de un millón de
españoles que partieron para América Latina (Cuba, Argentina...). El auge de la
emigración tuvo lugar antes de la I Guerra Mundial.
La evolución social entre 1900 y 1930
La sociedad española siguió siendo a lo largo de este período una
sociedad marcada por grandes diferencias de riqueza entre los diversos grupos
sociales.
Los grupos ligados a la industria y a las finanzas tuvieron un peso
creciente en los clases altas. Muchos nuevos burgueses, enriquecidos con los
fabulosos negocios propiciados por la Gran Guerra, se fueron integrando en la
vieja oligarquía dominante.
En un fenómeno ligado al proceso de urbanización, las clases medias
experimentan un aumento significativo en este primer tercio del siglo XX. Estas
clases medias, a veces golpeadas por dificultades económicas, fueron girando
hacia posturas políticas de oposición al régimen de la Restauración, ligándose
a los grupos republicanos o nacionalistas en Cataluña y el País Vasco.
Dos fenómenos destacan en lo referente a las clases populares: el
crecimiento numérico de la clase obrera, cada vez más organizada en torno a los
sindicatos CNT y UGT, y la pervivencia de una amplia masa de jornaleros sin
tierra en el sur del país, en una situación social desesperada que les llevará
hacia posturas políticas cada vez más radicales.
El movimiento obrero
Los socialistas, PSOE y UGT, se implantaron esencialmente en Asturias,
País Vasco, Madrid y zonas del campo
andaluz. Mientras los anarquistas y su sindicato la CNT asentaron su predominio
en Cataluña, Aragón, Levante y Andalucía.
El PSOE, al igual que los demás partidos socialistas europeos, vivió
una importante crisis a partir del triunfo de la revolución soviética en Rusia
en 1917. Finalmente, la mayor parte del partido se negó a adherirse a la
Internacional Comunista propugnada por Lenin. Un pequeño grupo se escindió y
fundó en 1921 el Partido Comunista de España (PCE). Los comunistas eran un grupo muy minoritario
en 1930.
Los anarquistas también vivieron fuertes tensiones entre los
partidarios de la lucha pacífica y la facción más extremista y revolucionaria.
Estos últimos formaron en 1927 la Federación Anarquista Ibérica (FAI), que
tendría gran influencia en la Segunda República.
Los sindicatos católicos, minoritarios, se desarrollaron especialmente
en las regiones del norte, donde predominaba el minifundio y de la pequeña
propiedad campesina. En 1917 se agruparon en la Confederación Nacional
Católico-Agraria
La dictadura de
Primo de Rivera (1923-1930) y la caída de la monarquía (1931)
La situación:
*- Atentados.
*.- Conflictos laborales, huelgas
*.- Miseria económica (jornalerismo, hambre) y
cultural (analfabetismo).
*.- Falta de solución de la guerra de Marruecos (que
el general Primo de Rivera propone liquidar renunciando al Protectorado y
abandonando el territorio),
*.- Las Juntas de Defensa, que aglutinan a los
militares que no colaboran en la guerra de Marruecos, dividen al ejército y se
consideran un cáncer,
*.- El espectáculo de los políticos de la "vieja
política" que no solucionan los problemas, y encima los utilizan para
ocupar los cargos y para atacarse,
*.- Ataques a los militares y al rey, lo que da
dimensión de crisis del sistema a todo el conjunto de problemas.
*.- El resto de la sociedad no aguanta ya esta
situación. Ni las clases medias, ni los intelectuales, ni el ejército, ni las
clases populares ajenas a las organizaciones revolucionarias.
Capitán general de Cataluña, apoyado inicialmente por
los intelectuales, el ejército y el pueblo, que da paso a la dictadura,
a la que accede el Rey.
La Constitución de 1876 queda suspendida, aunque no suprimida.
Se cierran las Cortes.
La Dictadura se concibe como provisional, transitoria,
de emergencia, para relanzar el sistema una vez saneado.
Primo de Rivera es un hombre del sistema.
Es la crisis final del sistema de la Restauración, aunque
no es el final del reinado de Alfonso XIII.
Nombrado jefe del gobierno por Alfonso
XIII, el general Primo de Rivera encabeza un Directorio militar, reemplazado
desde 1925 por un Directorio civil, cuando ha solucionado los principales
problemas.
Es un regeneracionista: su objetivo es
solucionar los problemas, no utilizándolos como los malos políticos, ni exhibir
lamentaciones como los intelectuales. Solucionarlos mediante el intervencionismo
desde el Estado.
Éxitos:
· Paz social
· Acaba con el terrorismo.
· Pacta con el PSOE (Largo Caballero, el jefe
más radical, es nombrado Consejero de Estado de la Corona), e incluso con un
pequeño sector anarquista, ilegalizando al resto, a la CNT. Otro sector
anarquista, el más radical, crea en 1927 la FAI (Federación Anarquista Ibérica).
· Establece los comités paritarios de
patronos y obreros para resolver las reivindicaciones laborales.
· Acaba la Guerra de Marruecos, liberando a
España de una sangría de dieciocho años (1909-1927)
· Renuncia a su planteamiento de acabar con
la guerra abandonando Marruecos, por la presión de los militares africanistras
como Varela y Franco y decide preparar un último intento con los medios
adecuados y el apoyo de Francia, que deja de apoyar a los cabileños. Se realiza
el desembarco en Alhucemas (1925) y se termina la guerra con éxito en 1927 al
mando del general Sanjurjo, estableciendo el Protectorado. Queda el ejército
español de Marruecos como el núcleo más aguerrido y preparado de los militares.
· Promueve aceleradamente el desarrollo económico en el papel de
"cirujano de hierro" del regeneracionismo.
· Obras Publicas: embalses, carreteras... Construcción.
· Regadíos. Desarrollo industrial. Comercio.
· La
población activa agraria deja de ser mayoritaria (pasa del 57% al 45%, entre
1920 y 1930).
· Establece el monopolio del Estado en el
sector petrolífero y crea la CAMPSA para administrarlo. Las multinacionales del
petróleo, las Siete Hermanas, no lo perdonarán y derribarán la
Dictadura y detrás la Monarquía.
· Promueve el desarrollo telefónico, pero
deja el monopolio de la Telefónica en manos de la ATT estadounidense, en un
inexplicable error de signo contrario al de la CAMPSA. Hasta los tiempos de
Franco, no conseguirá España el control de la Telefónica.
· La Renta Nacional pasa de 95'8 en 1921 a
115'6 en 1929, tomando como índice 100 la de 1920.
· En el mismo papel regeneracionista, lucha
contra el caciquismo y la corrupción
· Disolviendo los Ayuntamientos y
Diputaciones, sustituidos por delegados gubernativos y gestoras.
· Estableciendo el Estatuto Municipal (marzo
de 1924), redactado por Calvo Sotelo, y al año siguiente el Estatuto
Provincial. Navarra mantiene su autonomía administrativa "foral",
consiguiendo la rectificación del Estatuto Municipal de 1924 en lo que la
vulneraba y negociando un nuevo Convenio en 1927.
· El analfabetismo era masivo después de un siglo de
revolución liberal hecha en nombre del Pueblo Soberano y de un siglo y medio de
la Ilustración impuesta para sacar al pueblo de la superstición. Paradójicamente
el analfabetismo es reducido a menos del 50% en la dictadura de Primo de Rivera
(1923-1930), y es vencido en la dictadura de Franco (1936-1975), en la que se
llega a la situación actual en que se puede considerar que está erradicado.
Años
|
Millones
de habitantes
|
Millones
de analfabetos
|
%
|
1860
|
15'6
|
11'8
|
75'5
|
1877
|
16'6
|
11'97
|
72'0
|
1887
|
17'5
|
11'94
|
71'5
|
1897
|
18
|
11'8
|
63'8
|
1900
|
18'59
|
11'87
|
63'8
|
1910
|
19'99
|
11'86
|
59'4
|
1920
|
21'3
|
11'16
|
52'2
|
1930
|
23'67
|
10'5
|
44'4
|
1960
|
30'58
|
3'4
|
11'2
|
1970
|
33'95
|
1'9
|
5'7
|
Fracaso en lo político
*.- No estructura adecuadamente a sus numerosos partidarios:
*.- Aunque se organiza la Unión Patriótica que agrupa masivos
sectores populares simpatizantes y muchas personalidades de gran nivel cultural
y técnico, se les valora menos que a los intelectuales y políticos
discrepantes, sobre todo izquierdistas.
*.- Reunión de la Asamblea Nacional consultiva en la que
participan sus numerosos simpatizantes y en la que se establece por primera vez
el voto femenino, pero no se despega
demasiado del sistema de la Restauración.
*.- Se crea como enemigos (además de los indicados del capitalismo
internacional),
*.- a los catalanistas, al prohibir el uso público y la enseñanza
del catalán y suprimir la Mancomunidad de Cataluña, aunque habían apoyado el
advenimiento de la dictadura,
*.- y a varios sectores del ejército
*.- que se suman a enemigos antiguos, como los políticos de
"la vieja política", que reaparecen,
*.- a sus rivales dentro del ejército
*.- y a los intelectuales, como Ortega y Gasset, que también
habían apoyado el advenimiento de la dictadura, pero a los que, arregladas las
cosas, pasado el peligro, ya se les hacía larga.
*.- Se pone de moda atacar a Primo de Rivera. Obviando los efectos
del crack del 29, se utiliza para atacarle la depreciación de la
peseta, tal vez provocada por las multinacionales del petróleo, como si la
depreciación fuese un mal económico de por sí, cosa que muchos creían, entre
ellos el mismo Primo.
*.-
El propio Rey trata de desmarcarse aceptándole la dimisión que, desmoralizado,
le presenta Primo de Rivera en enero de 1930. También se ha dicho que fue otro
borboneado. Primo de Rivera no pudo mantener su: "A mí no me borbonea
nadie".
*.- En cualquier caso, la caída de la Monarquía no se evita, sino que se
precipita,
lógicamente, porque los ataques que llovían sobre Primo, recaerán ahora sobre
Alfonso XIII, que al arrojar el paraguas comprueba que no termina esa lluvia.
·
La
dictablanda de Berenguer (1930-1931)
·
Trata de
restablecer la situación constitucional.
·
Rebrota la
conflictividad.
·
Desfile de
políticos del sistema hacia la República: Niceto Alcalá Zamora, Miguel Maura...
·
17.08.1930: Pacto de San Sebastián entre republicanos
antiguos y nuevos, socialistas, catalanistas (no el PNV), para derribar la
monarquía mediante
·
la conspiración
del comité revolucionario republicano presidido por Alcalá Zamora (se
autoproclamará gobierno provisional el 14 de abril de 1931)
·
y el golpismo del
comité militar republicano. Lo preside el general Queipo de Llano y cuenta con
el comandante Ramón Franco, hermano del general Franco y mucho más famoso
entonces que él por sus hazañas aéreas.
·
Ortega y Gasset
propugna que Delenda est monarchia, la monarquía ha de ser destruida,
en un artículo contra Berenguer, al que inicialmente había apoyado, como había
apoyado inicialmente también a Primo de Rivera.
·
Diciembre de
1930: insurrección de Jaca e intentona de Ramón Franco. Son encarcelados los
miembros del comité revolucionario.
·
Convoca
elecciones en enero de 1931, pero los partidos republicanos anuncian su no
participación, porque están poco organizados aún,
secundada por los restos del turnismo monárquico para dar imagen de oposición.
·
Tras la
consiguiente dimisión de Berenguer, Alfonso XIII tiene grandes deificultades
para encontrar alguien que forme gobierno, porque lo busca entre los que son
aceptables para la oposición, pero ésta lo que quiere es destronarle, es
oposición a la monarquía.
·
Sánchez Guerra,
jefe conservador idóneo, encargado de formar gobierno, porque sin declararse
republicano, se había proclamado "monárquico sin rey enemigo de Alfonso
XIII", no tiene otra ocurrencia que presentarse en la cárcel a ofrecer
carteras ministeriales a los miembros del comité revolucionario, que se
permiten el lujo de rechazarlas.
·
Finalmente se
forma un gobierno de concentración de los cabecillas de los restos del turnismo
presidido por el almirante Aznar, que convoca elecciones municipales para el
mes de abril.
·
Las elecciones
del 12 de abril de 1931, son planteadas como un plebiscito contra la monarquía
por las izquierdas de la conjunción republicanosocialista, que cuentan con el
apoyo electoral de los anarcosindicalistas.
·
Triunfan en la
mayor parte de las grandes ciudades las candidaturas republicanas, aunque no en
el conjunto de los municipios.
·
Según los datos
del Anuario Estadístico de 1932, los resultados totales son:
·
40.275 concejales
monárquicos
·
26.563 concejales
republicanos.
·
Pero las
candidaturas republicanas triunfan en todas las capitales de provincia menos en
nueve, que son: Pamplona, Vitoria,
Soria, Burgos, Ávila, Lugo, Cádiz, Gerona y Palma de Mallorca.
·
El comité
revolucionario republicano dice propagandísticamente que ha triunfado la república,
aduciendo que no estaban en juego las concejalías, sino la monarquía o la
república, y que los resultados que valen son los de las ciudades.
·
Los que sí se lo
creen son todos los ministros menos dos y el propio Alfonso XIII, que negocia
su abandono, contentándose con que le dejen exiliarse sin violencia.
·
El 14 de
abril de 1931 se proclama la II República, autonombrándose el comité revolucionario como gobierno
provisional.
Se produce festivamente y sin violencia. Ésta aparecerá poco después y se irá
intensificando hasta desembocar en una guerra civil, que dará paso a otra
dictadura.