La
crisis del 1898 con frecuencia se ha presentado como una catástrofe nacional,
identificando los errores de los gobernantes españoles con el fracaso histórico
de un pueblo.
Cuando
esta crisis se produjo, la realidad histórica nos muestra a una nación activa
en la defensa de sus intereses.
Resulta
tópico sostener que España agonizaba en 1898, lo que se evidenció a finales del
siglo XIX es que el sistema de la Restauración estaba en su fase terminal.
En
la falsedad, arbitrariedad e inconsistencia del sistema político instaurado en
1875, y en su agotamiento, se encuentran las veraderas causas de la crisis.
Además
de:
*.-
Un aislamiento internacional de España en una época de expansión imperialista,
agravado con la pérdida de Cuba y Filipinas.
*.-
El relevo biológico de los indiscutidos líderes políticos que habían
sustentando el equilibrio del sistema de la Restauración produjo disensiones
internas en el seno de los partidos dinásticos ante la falta de un liderazgo
claro en los mismos.
*.-
La evidencia de una escasa participación del país en la vida política y el
progresivo alejamiento de los políticos respecto a la propia realidad de
España.
*.-
No quedaba imperio colonial, los mercados y las fuentes de beneficios fáciles
habían desaparecido. La industrialización progresivamente se imponía y las
inversiones de capital extranjero se incrementaban. Crecían los sectores
asalariados y progresaban paulatinamente sus estructuras organizativas.
Crecía
la población urbana y se despoblaba el campo.
Todo
contradecía el mantenimiento de un orden fundamentado en las viejas estructuras
agrarias y en unas relaciones de poder basadas en la oligarquía y en el
caciquismo de base rural.
*.-
La evidencia de una profunda crisis económica cuyas notas más destacadas fueron
la inflación, la depreciación de la moneda y la reducción del comercio
exterior.
*.-
La creciente inestabilidad política y social y el terrorismo.
*.-
Crecía el desprestigio del fenómeno restaurador, a pesar de los ensayos
realizados para renovarlo. El sistema se mostró cada vez más incapaz de
integrar en su seno a las nuevas fuerzas políticas, sociales y sindicales
emergentes (regeneracionistas, republicanos, socialistas, nacionalistas y
movimiento obrero).
*.-
Se extendía cada vez más la opinión de que era necesaria la búsqueda de un
nuevo sistema político que, a través de una reforma constitucional,
posibilitase la participación de las fuerzas políticas, sociales y económicas
que habían quedado excluídas del sistema de la Restauraciónestas y que diera
cabida a la autonomía local y regional suscitadas por el catalanismo y los
demás movimientos de signo regionalista o nacionalista.
La
salida de la crisis planteó además, para muchos, la exigencia de una profunda
reflexión sobre España, su identidad, su pasado y su futuro y el planteamiento
de reformas urgentes que sacaran a la nación de la situación en la que se
encontraba, sanearan el país, educaran al pueblo y democratizaran el Estado.
Surgieron
movimientos coincidentes en la conveniencia de procurar un "rearme
moral" del país mediante la crítica del sistema político vigente, de sus
prácticas caciquiles y de las estructuras socioeconómicas que en las que se
sustentaban (incluso cuestionando la propia institución monárquica y la el
problema religioso).
Algunos
de estos movimientos adquirieron también matices antimilitaristas y
separatistas (especialmente en Cataluña y el País Vasco) y revolucionarios en
lo referente a la cuestión social.
Especialmente
el Regeneracionismo denunció el desajuste existente entre la Constitución
formal y la realidad del país, entre la España real y la España oficial. El
Regeneracionismo y la generación del 98 fueron aglutinantes de las diversas
tendencias.
El
proyecto político de Maura planteó la necesaria revolución impuesta desde
arriba (antes de que ésta pudiera llegar surgida e impuesta desde abajo) desde
el convencimiento de que un Gobierno sólo podría subsistir si era consentido
por los gobernados.
Para
ello propuso una limitada descentralización, el establecimiento de unas
elecciones sinceras (el caciquismo era cada vez más inviable en las ciudades)
buscando contar con el apoyo de la burguesía urbana y de los pequeños
propietarios rurales y promover la movilización de la "masa neutra"
del país.
El
bloque de izquierdas consideró moderado el proyecto maurista, para los
catalanes era insuficiente la autonomía que ofrecía. Los problemas surgidos en
el ejército, la guerra de Marruecos, la represión del "terrorismo" y
la Semana Trágica de Barcelona (1909) pusieron fin a los proyectos de renovación
desde el maurismo.
3 comentarios:
¿stas son las paginas del examen de la crisis de la restauracion?
y si lo son, ¿falta algo mas?
Elpepe
Buenas nochesssssssss
Publicar un comentario